Incluso en una tempestad, cuando el viento arrecia con más furia y arranca a su paso ramas de árboles y lanza al aire columnas pavorosas de polvo, hojas y guijarros, hay un instante de calma durante el cual el mundo se detiene para tomar aliento. Esa misma calma se percibió en Cartago, en el templo de la diosa Juno, cuando Cloanto se arrojó a los pies de la reina, agradecido, y en el mismo instante se disipó la nube que ocultaba al príncipe Eneas, quedando expuesto a la vista de la reina Dido. Los ojos de ambos se encontraron en silencio y, aun sin saber la identidad del troyano, los presentes contuvieron la respiración. Apenas el príncipe pronunció su nombre y la reina tendió hacia él ambas manos para darle la bienvenida, estalló una tormenta de emociones.
Se abrazaron los troyanos y agradecieron a los dioses el haberles permitido reunirse de nuevo, pues ya se daban por desaparecidos unos a otros y se lloraban mutuamente. Supo entonces Eneas que habían llegado a la playa cartaginesa doce naves, el mismo número de cisnes que, según la predicción de su madre, buscaban refugio. Y, viendo el rostro afable de la reina, la generosidad demostrada a sus hombres desde el primer momento y la bondad de su acogida, comprendió que su madre también en esto le había dicho la verdad. Conteniendo a duras penas su emoción, se dirigió de nuevo a Dido.
- Noble reina, desearía ser poderoso y rico en tesoros tan sólo para recompensar tu magnanimidad y tu benevolencia, aunque no bastaría todo el oro de Troya para pagar lo que haces por mi pueblo. Soy pobre. Ni siquiera dispongo de un palmo de tierra que pueda llamar mío. No tengo patria ni hogar, destruidos hace años por el fuego, ni más familia que un hijo y las personas que me acompañan. A ellas estoy unido por lazos muy firmes, porque el sufrimiento y las dificultades hermanan las almas. Ellos son cuanto tengo, además de mi propia estima y honor. Y por mi honor proclamo que, hasta el fin de mis días, bendeciré a tus padres por haberte traído al mundo y a ti, mi reina, por habitar en él. Tu gloria perdurará mientras perdure el mundo, pues yo la difundiré a donde vaya y los dioses premiarán tu bondad.
- Príncipe Eneas – respondió la reina – no me atribuyas más bondades de las que poseo ni pienses en mí como persona excepcional. El sufrimiento es un viejo conocido mío. Nos ha acompañado a mí y a mi pueblo día y noche durante cuatro años y aún no se ha alejado del todo. Puedo reconocer su rostro. Y quienquiera que alguna vez haya huido se reconocerá en vosotros, fugitivos troyanos. Sabemos cuán amarga es la incertidumbre, la angustia de vivir atrapados entre el cielo y el mar y cuántas veces el corazón se desespera. Descansad, pues, en Cartago y no penséis en mañana. Los hados os han conducido aquí y sólo cabe alegrarse. Vamos, sentíos como en vuestra propia tierra. Enseguida ordenaré ofrecer sacrificios a los dioses como agradecimiento por vuestra feliz llegada.
Mientras esto decía, la reina lo contempló con afecto. La diosa Venus había iluminado el rostro de su hijo con una luz favorable, de tal modo que su hermosura brillaba por encima de las huellas que suele dejar a su paso el odioso sufrimiento. A la belleza y nobleza de sus rasgos, se añadió entonces la dulzura de la emoción. Brillaron los ojos de Eneas y sus labios esbozaron una sonrisa.
Acompañado por la reina Dido, el príncipe bajó a la playa, donde las naves que consideraba perdidas estaban siendo varadas en la arena. Allí, entre la multitud congregada para recibir y ayudar a los troyanos, se produjo un hecho inesperado: la amazona Nismacil, cuya figura había visto pintada en las paredes del templo y de quien no pensaba que hubiera sobrevivido al último ataque, se acercó a él y ambos lloraron de alegría. Causó estupor entre los fenicios, quienes desconocían que esa mujer a quien admiraban por su devoción a la reina y su destreza en el uso de las armas, hubiera tomado parte en la guerra de Troya. Cuando el príncipe le dijo que con él viajaba la amazona Iskias, no pudo contenerse y pidió permiso a la reina para ir enseguida a darle un abrazo.
Así transcurrió el día, acarreando ropa, víveres y agua para los troyanos de la playa y organizando partidas para aprovisionar también al grupo de Eneas, que había arribado a una playa distinta. Corderos, cerdos y vacas fueron sacrificados en varios altares, y su carne consumida con avidez por los recién llegados.
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- Estoy rendida, Barce – dice la reina Dido a la vieja nodriza, cuando regresa a palacio poco antes del crepúsculo. Se deja caer sobre su lecho y la nodriza le quita las sandalias y le da masajes en los pies. Ha sido un día muy largo. Desde el mismo momento en que el príncipe troyano Eneas se ha dado a conocer, no han cesado las emociones. ¿Quién podía imaginar siquiera un encuentro semejante?
Hasta ese momento, los troyanos sólo eran palabras en la mente de los fenicios. Habían oído contar historias de su terrible guerra contra los griegos y el propio actor Anarkasis había utilizado una de esas historias para distraer al príncipe Pigmalión la noche en que la reina huyó de Tiro. Durante su periplo marítimo, muchas veces habían hablado de aquellos héroes en torno a las hogueras encendidas en la costa para distraerse y olvidar su propia condición de exiliados sin patria. Las pinturas de Cárminis en las paredes del templo de Juno les había otorgado rostros, cuerpos, movimiento. Y, sin embargo, eran personajes imaginarios, desprovistos de carne y sangre. Hasta hoy.
- Debías haber visto el abrazo entre Cloanto y el príncipe Eneas… – dice la reina – Me ha hecho recordar cuántas naves nuestras se perdieron durante el viaje y cuánto hubiéramos dado por reencontrarnos con nuestros compañeros. Y no he sido la única en pensar esto. El Príncipe del Senado estaba muy conmovido. Dentro de nuestra desgracia, creo que hemos tenido mucha suerte.
- También yo lo creo – responde Barce – Y por eso insisto tanto en que tomes un marido. Estás en tu mejor momento, niña mía y va siendo hora de que disfrutes. ¡No seas perezosa ni retardes más esa decisión! Dentro de poco deberás casar a Anna, y sería vergonzoso que para entonces siguieras viuda.
- ¿No te cansas, Barce querida, de repetirme lo mismo?
Barce toma la cara a la reina con ambas manos para verla mejor, y la contempla con una sonrisa.
- ¡Si vieras qué pinta horrible tenías cuando llegamos aquí…! Y aún así, te llovieron los pretendientes, incluido el antipático Yarbas. ¡Ahora estás preciosa, mi reina! ¿Dejarías marchitar una flor sin ni siquiera olerla?
- ¡Qué boba eres…! – responde la reina riendo y soltándose con cuidado de las manos de Barce. En otras ocasiones, las palabras de la nodriza la han incomodado, pero esta tarde está alegre y nada la perturba. La llegada de los troyanos ha roto la monotonía y le sienta bien, constituye un aliciente. Además, está viviendo una situación nueva: ya no es una menesterosa que depende del socorro de otros. Ahora, es ella quien está en condiciones de ayudar. Y siente un intenso deseo de auxiliar a Eneas y aliviarlo de sus pesares.
- Dile a Sofonisba que venga a verme mañana en cuanto se levante. Pienso preparar un banquete para agasajar a Eneas y hemos de hablar. Cuando en el futuro rememoren su paso por Cartago, quiero que los troyanos recuerden este banquete.
* Detalle de escultura masculina. Museo Massimo alle Terme. Roma.
**Retrato de la emperatriz Santa Elena sentada. Museos Capitolinos. Roma.
***Detalle de relieve. Museo Massimo alle Terme. Roma.
****Detalle de la decoración de la Plaza de los Caballeros de Malta. Roma.
*****Detalle de un sarcófago. Museo Massimo alle Terme. Roma.
******Detalle de busto femenino. Museo Massimo alle Terme. Roma.
*******Detalle de un seto en el Museo Termas de Diocleciano. Roma.
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Y hará más que recordarlo, el banquete :)
ResponderEliminarEmocionante ver el reencuentro. Es fácil imaginarse a los troyanos fundirse en abrazos y palabras de alegría.
Y cuando Eneas le cuente a Dido...
¡Uys..., que imapciente soy...!
:)
Un abrazo, mujer romana
pase a dejarte mis saludos...
ResponderEliminarsiempre es encantador pasear mis ojos por tus historias..besos
ResponderEliminarIsabel,que emoción tan grande de rencuentros, ahora veremos el banquete que le preparan a Eneas
ResponderEliminarSeguirá Dido las recomendaciones de Barce ¿si?
Besos amiga
si.... me entusiasma pensar que ahora surja un romance... le daría ese toque de emoción a la historia y además Dido... como me inspira que sea dichosa...
ResponderEliminarsigo pendiente amiga!!!
muchos besos!!
Creo que éste post es el que más me ha emocionado, por que parece que ya se hicieron amigos, y se quieren mucho.
ResponderEliminarY lo mismo que sintió la reina Dido cuando se encontró con Eneas, lo sentí yo cuando conocí a Gusthav y nos hicimos amigos.
Saludotes, abrazotes y besotes.
Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur
Qué bonito es conseguir un nuevo amigo.
ResponderEliminarY yo también sentí lo que sintió Eneas cuando llegó con la reina Dido, cuando conocí a Arthur y nos hicimos Amigos.
Saludos, abrazos y besos
Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav
Hola isabel,aqui interesado y descubriendo tus relatos, que me han parecido muy atractivos y agradables por cierto,me he fijado en los capitulos que has mencionado, para saber de que viene la cosa, y tambien en tu comentario sobre mi parecer,tal vez han sido algo apresurados mis conceptos sobre algunos aspectos de la civilizacion romana antigua.
ResponderEliminarIrene y Estela coincido con ambas en algunos puntos de sus opiniones,van mis respetos.
saludos.
Hola Isabel, pasaba para darte un par de besos (y otros dos de parte de Gloria)...ya casi estamos al día de tus relatos (arf arf arf..).
ResponderEliminarQue sepas que Glria te envcidia muchíisimo, espero que esta semana ella también pueda empezar de nuevo con el suyo.
Otro par d ebesos. Adrià y gloria
"Sabemos cuán amarga es la incertidumbre, la angustia de vivir atrapados entre el cielo y el mar y cuántas veces el corazón se desespera..", esto es lo que, a veces, trae consigo vivir tan cerca del inesperado mar.
ResponderEliminarPero, brindemos por este vibrante encuentro, bebamos para olvidar, por un momento, lo que han sido nuestros pesares, querida amiga.
Un encuentro lleno de emociones.
ResponderEliminarTener la oportunidad de dar luego de haber pedido tanto. Hermoso.
Sigo leyendote fielmente.
Besos!
Bello, tan bello que emociona. Abrazos.
ResponderEliminarHola trenzas, como muy bien señalas, aún hay cosas por decir. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola pia borquez, gracias por tu visita. Abrazos también para tí.
Hola fernando, tu visita es más estimable aún por venir el día de tu cumpleblog. Besos.
Hola alida, de momento la historia está muy abierta a lo que pueda ocurrir. Quién sabe... Besotes.
Qué bello y emocionante me parece este capítulo, Isabel. Me gusta desde la primera línea. Ese párrafo inicial ha dejado ver tu vena más poética, más lírica. Y el segundo párrafo me ha sobrecogido.
ResponderEliminarLa historia ha tomado una dimensión más profunda y has sabido crear expectativa en los lectores. Sabes muy bien lo que estás haciendo.
Creo que Barce está por empatar a nuestra reina con Eneas, jajaja, o con cualquiera, pero entre Eneas y Dido hay química.
¡Estoy muy emocionada!
Muchos abrazos y besos.
Ro
PD Te dejé una tareíta en mi blog para que me dejes un comentario allá con unas preguntas especiales. :)
Saludos, cieloazzul, creo que a todos nos pasa que deseamos ver feliz a la reina. Se lo merece y nos lo merecemos. Besitos, guapa.
ResponderEliminarHola arthur, es muy lindo que dos personas se hagan amigas instantáneamente, apenas conocerse. Tuvisteis mucha suerte gusthav y tú. Besos.
Hola gusthav, seguro que al ver a arthur sentiste que era igual que mirarte en un espejo. Algunas almas son así. Besitos, guapo.
Hola zampano, gracias por entretenerte leyendo post anteriores. En la medida en que la civilización romana es la nuestra, tenemos mucho que aprender acerca de nosotros mismos. Espero que te sumes a este grupo de chalados por Roma. La historia de Dido está casi llegando a su fin y pienso que te interesará. Eneas es el padre de la nación romana, de algún modo en él se reflejaba el ideal del ciudadano romano. Saludos cordiales.
Saludos, adrià urpí y gloria, gracias por el esfuerzo que estáis haciendo para poneros al día. Creo que la historia de Dido lo merece, porque el estar en antecedentes nos permitirá comprenderla mejor (espero). Besotes a ambos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola kostas k, creo que eso mismo es lo que propone Dido a Eneas, disfrutar del momento presente dejando atrás lo sufrido y en suspenso lo que está por venir. Besos, cordelero.
Hola perséfone, parece que a la reina le satisface ser generosa. Aunque a mí me parece que lo ha sido siempre... Besos, querida amiga.
Hola fgiucich, creo que fue un momento de gran emoción para todos: los troyanos por el reencuentro; los tirios por la evocación de lo sufrido y la felicidad de haber alcanzado ya su meta. Besitos.
Hola rosa silverio, desde luego que Barce está pero que muy empeñada en ver a la reina con un marido. Y a nosotros también nos gustaría verla prestarse atención a sí misma, amarse y dejarse amar. Veremos qué ocurre con esa química que tiene con Eneas. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarPasaba a saludarte, casi en silencio y a ponerme un poco al día, ya me gustaría, Isabel tener más tiempo, pero creo que serás mi lectura de verano cerca del mar.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Las tempestades son mi especialidad! Los dioses pueden opinar pero yo soy quien tiene la última palabra
ResponderEliminarEl banquete de Dido, para recordar por siempre.
ResponderEliminarSeguimos atentos, un abrazo diosa de Roma.
Ahhh, hasta yo he sostenido la respiración... he incluso congelado ese momento del encuentro, esas emociones y por ningun momento le quité los ojos de encima a la reina... quería ver sus gestos a ver si ese mar de emociones que la estaban inundando la haría vulnerable.. pero ella es regia y humilde y me encanta su temple y sabiduría... viva la reina!... es que me ha encantado! jajaja
ResponderEliminarWowwwwwwwwwwwwwwwwww me encantooooooooooo amigaaaaaaaaaa se me puso la piel de gallina!!!!!
ResponderEliminarI M P R E S I O N A N T E !!!!!!
por momentos senti q estaba ahi!!!!!!
besitos de hada!!!!!!!!
hola isabel, un momento muy tierno entre Dido y Eneas.
ResponderEliminarUmm... o soy apasionada o huelo amor en el aire xD
Besitos
zampano también mis respetos para tí, siempre es bueno leer el blog de isabel romana, sabe bastante sobre Roma porque es un mundo que le apasiona y es fácil leyendo sus textos imaginar cómo se vivía en aquella época.
Un abrazo
Veremos si Barce consigue convencer a Dido. Las señales son favorables, el momento es el más adecuado y a pesar de las dificultades, el futuro parece querer sonreir... ¿o no?.
ResponderEliminarVeremos, veremos...
Salud
Querida Isabel, por buen lapso estuve desconectada por causa de la perdida de mi portatil, pero ahora ya está todo en orden, amiga mía hace rato deseo invitarte a mi rincón, pero no he encontrado una dirección de correo, entonces por favor enviame un email, a natasha.natmendis@gmail.com y enseguida te enviaré la llave para entrar, ya sabes que aprecio tanto tu presencia.
ResponderEliminarMe voy fascinada con esta crónica que veo que a todos encanta y es que no es para menos la emoción que desepierta, tanto que no exagero si te digo que el encuentro me hizo saltar lágrimas...
Bueno Isa recibe todo mi cariño en un cálido abrazo
Nati
por qué no puede ver nada!! Eneas socorrido y ella para socorrer... ayyy es que es precioso!!
ResponderEliminarun besazo!
Creo que esta vez te has superado. Sabes que normalmente en lo que más me fijo es en la construcción literaria, y te ha quedado muy realista. Me encanta.
ResponderEliminarque emociones, me he sentido en medio del gentío viendo el abrazo de Cloanto y Eneas. Esperare ansiosa que agasajen a Eneas, que se lo merece no? XD
ResponderEliminarun gusto, como siempre entrar por novedades
Hoy he estado muy liado con los "troyanos", no con los buenos como el príncipe Eneas, yo he atacado a los malos a los que se nos meten en los PCs y también con las falsas ofertas de trabajo que los correos difunden sobre "la muralla", y pueden hacer que una persona esté imputada por un delito de blanqueo de dinero.
ResponderEliminarSalud.
Hola juanbm, seguro que para las vacaciones del verano ya habrá terminado esta historia y podrás leerla de un tirón (si lo resistes, claro) Besos y hasta pronto, querido amigo.
ResponderEliminarCierto, manuel, ante las tempestades estamos por completo desarmados. Ese es tu gran poder. Besitos, guapo.
Hola heriberto, entre el deseo y la realidad suele haber un trecho. En cualquier caso, espero que el banquete resulte memorable. Besos.
Hola bettina perroni, la reina sabe "estar" en cualquier circunstancia, lo hemos visto. También a mí me gusta su humildad que no sólo la hace más humana, sino también más grande. Besos, guapa.
Hola aurefaire, ¡es que estabas allí...! Creo que te ha emocionado porque de verdad has recordado con el corazón. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola irene, si alguien sabe de amores y de seducción esa es la ninfa Saó, es decir, tú misma. O sea, que tu olfato seguramente no te engaña...Besos, guapa.
Hola charles de batz, se dan las condiciones necesarias, el momento es oportuno, pero nunca se sabe. Besos, querido amigo.
Hola natinat, pronto te escribiré para que me entregues esa llave. Gracias por venir. Un abrazo muy fuerte y hasta pronto.
Hola elisa de cremona, ¡cuántas veces el corazón se conmueve y se percibe inmenso al ayudar a otro! Está por ver en qué evolucionará ese deseo de socorrer. Besitos.
ResponderEliminarHola david, trato de aprender un poco más cada día, siquiera por la práctica. Besos y hasta pronto.
Hola ahelon, seguramente Eneas necesita ese agasajo, esa muestra de consideración. Esperemos que sepa aceptarlo y estar a la altura. Besotes.
Hola unjubilado, qué duda cabe que las construcciones antiguas eran muy sólidas y peligrosas, pero menos que las construcciones delictivas que se llevan hoy. Besitos, guapo.
Hola Isabel, me encanta esta maravillosa historia. Lamento no escribirte más a menuso. Paro te leo, te leo y te leo.
ResponderEliminarUN beso muy grande.
Lady Read
Muy emocionante, como siempre. Da gusto después de unos días desastrosos poder entrar en tu blg y disfrutar con las lecturas que nos brindas. Gracias.
ResponderEliminarPero que romántico se me hizo el inicio....ufff y verse en silencio..ayyyyy....
ResponderEliminar...y el rumor de que se case Anna?
ayyy
Sigo emocionada...
Abrazos
Querida amiga, gracias siempre por tu apoyo, que no se ve correspondido ni por asomo en sujusta medida. Pasarme de nuevo es redescubrir tu sensibilidad a la hora de desarrollar un texto a partir de la palabra amor. Muchos besos!!
ResponderEliminarIsabel, parece que no pero te sigo. A veces tardo un poquito en ponerme al día, sin embargo ahí estoy. Ávida lectora. No saldría de este mundo que creas para nosotros si pudiera.
ResponderEliminarPor cierto, pásate cuando puedas por los comentarios de mi último post, hay revuelo...
Un beso
Feliz día de la música Isabel!
ResponderEliminarSeguro que en ese banquete preciosas melodías harán aflorar los sentimientos de Dido y Eneas.
Besotes
Gracias Isabel.
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
Me estoy poniendo al día con tus historias romanas, Isabel, querida. Es un gustazo adentrarse una vez más en este rincón tan mágico, y tenerte por mi orgía, por supuesto.
ResponderEliminarBesos bacanalescos.
Yo también me estoy poniendo al día, y es que como ya sabes he tenido una primavera algo ajetreada.
ResponderEliminarGracías por estar akí.
Un beso.
como siempre
ResponderEliminarun lujo leerte
tengo que entrar con los estudiantes para que leean...pero cada ves que lo voy a hacer
algo pasa con la pc.
:)
sin comentarios
me encnata!
Hola lady read morgan, gracias por tu fidelidad en la lectura. También a mí me ocurre que no siempre puedo dejar comentarios. Besitos, guapa.
ResponderEliminarHola kurtz, es lo que tiene la ficción, que nos ayuda a hacer más llevadero el día a día. Besotes.
Hola clarice baricco, ya veremos si aquel famoso oráculo se va cumpliendo... Besos, querida amiga.
Hola maik pimienta, en esta vida todo se pasa, incluso las malas temporadas. Esta historia de Dido puede ser un catalizador. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola anilibis, enseguida pasaré por tu blog para ver ese revuelo en los comentarios. Gracias por tu visita.
ResponderEliminarHola krisish, la música es una compañera inmejorable cuando se trata de amor. Aunque nos deja siempre un regusto de melancolía...Besitos.
Hola miriam g. gracias a tí. Besotes.
Hola ella y su orgía, aquí estamos a la espera de una orgía que esperamos sea de amor... Gracias por tu interés y por el esfuerzo de ponerte al día. Besotes impúdicos.
ResponderEliminarHola medraina, como dicen los italianos, piano piano va lontano. Ya ha llegado el verano. Besos y hasta pronto.
Hola jake, a ver si la próxima vez que vayas a entrar con alumnos hay más suerte. Gracias por tu interés y hasta pronto.
La emoción del reencuentro con un viejo amigo al que no pensabas volver a ver siempre es grandiosa. Es como volver a ver un gran amigo de la infancia después de muchos años sin saber de él, primero es la alegría y luego volver a conocerse.
ResponderEliminarMe encantas tus historias de la historia :)
me gusta leerte, me detengo en tus palabras. te dejo un abrazo hasta pronto
ResponderEliminareneas.. sempre foi um afigura muito enigmatica para mim...
ResponderEliminarabrazo en un tren :)
Hola zebedeo, los reencuentros nos renuevan. Besos, guapo.
ResponderEliminarHola mi despertar, gracias por tu visita. Sois los lectores quienes me infundís ánimos y energía para hacer esto. Saludos cordiales.
Hola mixtu, también a mí Eneas me ha parecido siempre un sujeto oscuro. No creo que consigamos aclararlo... Besos, y hasta pronto.
Poniendome al día, la ausencia no deja nada bueno, aunque se que cada vez le pones más feeling a los escritos... cosa que carece en mi en estos días... lo habrás notado...
ResponderEliminarQue estilazo...tienes novio? :)
ResponderEliminarSaludos.
Hola ave fénix, me alegro que disfrutes de estos personajes. Tú siempre resultas encantadora, querida amiga. Besos.
ResponderEliminarSaludos, SoL LuNaR, quien no tiene novio es Dido. ¡Ese sí que es un partidazo...! Saludos cordiales.