No fue la vida muy amable conmigo.
Joyas me dio, pero jamás belleza.
No me dio gracia ni alegría
así que mi casa nunca estuvo llena de voces
ni de risas
y era el mármol tan frío,
tan desnudo…
Joyas me dio, pero jamás belleza.
No me dio gracia ni alegría
así que mi casa nunca estuvo llena de voces
ni de risas
y era el mármol tan frío,
tan desnudo…
No me quedó más remedio
que vivir en honesto retiro
y entretener las horas tejiendo
bellos vestidos que nadie vió.
Tengo mi alcoba llena.
Pero mis manos, torpes ya,
no recuerdan la caricia del hilo
y en mi vejez no me consuela haber sido ejemplo
de mujer sencilla y virtuosa.
Tal vez me equivoqué desde el principio.
Tal vez debí exhibir mi fealdad y mis riquezas
Y hacerme apetecible.
¡Qué estúpida! ¡Qué necia!
Con qué soledad tan grande
estoy sufriendo el castigo.
*Cabeza de anciana. Museo Massimo alle Terme. Roma.
** Detalle de mosaico. Museo Massimo alle Terme. Roma.
poemas, vida, arrepentimiento, vejez
Bienvenida de tus vacaciones que espero que hayas disfrutado igual que nos haces disfrutar con tus textos.
ResponderEliminarBesos.
Nunca es tarde
ResponderEliminarMe ha sorprendido èste poema mi querida amiga...
ResponderEliminar¿Còmo se puede pensar que la sencillez y el virtuosismo han de ser castigados?
P.D.:Nunca serà tarea simple poseer el arte de abrirse camino como ejemplo en vida pero serà recuerdo seguro aunque ingrato en la muerte...
¡¡ME GUSTA MUCHÌSIMO ESTA ETAPA DE FRASES Y POESÌAS!!
TE DEJO UN BESOTE LLENO DE CARIÑO ISA ♥
Y te dejo tambièn mi inmensa alegrìa por tu regreso :)
Sí, se equivocó pero, como dice Luz de Gas, nunca es tarde ;)
ResponderEliminarSaludos
AVE ISABEL, CORNELIVS TE SALUDA!Devuelvo tu amable visita a mi blog, para agradecerte tal visita y tu amable comentario.
ResponderEliminarHa sido para mi un placer conocer de tu existencia, saber de tu blog y que compartimos ambos el amor por la antigua Roma. Me ha encantado que compartamos esta afición. En mi blog, como puedes observar, hablo de todo; pero cada vez que puedo aprovecho para hacer una entrada sobre personajes de Roma, o sobre grandes batallas, sucesos históricos, costumbres de Roma, y, en general, de todo lo que directa o indirectamente tenga que ver con esa bendita civilización.
Tu blog me ha gustado tanto que te he añadido inmediatamente a la lista de mis blogs favoritos.
Te leeré con frecuencia.
RECIBE UN CORDIAL SALUDO.
Mucha gracias por tu visita, y por tus maravillosas fotografías. Ya conocía tu serie de la Buena Diosa, el famoso jaelo en que se metió Clodio, y ahora me meteré a leer la muchacha de Cátulo.
ResponderEliminarPor cierto, el poema es muy bueno, una reflexión desde lo más oscuro del alma.
Saludos
Precioso texto.
ResponderEliminarQué jodidamente malo es arrepentirse por no hacer.
Que bien escrito, que duro y que fuerte...
ResponderEliminarRealmente me dejaste pensando, amiga.
Un beso
Vaya, vaya, ¡también poetisa, mi querida amiga!, jejeje.
ResponderEliminarbesos desde la mar, guapa.
Amiga, has regresado más fuerte de lo que eres. El poema es precioso. Poderoso. Se siente.
ResponderEliminarGracias como siempre.
Abrazos.
G
Que tristes se sienten las palabras de alguien que no se ha permitido vivir lo deseado...
ResponderEliminarInteresante personaje.
Saludos!!!
Sencillez y virtud no son al final consuelo si se ha perdido la oportunidad de disfrutar.
ResponderEliminarSabia reflexión en boca de una vida larga y provechosa.
Bello poema.
Besos.
Alegría volver a encontrarte después de las vacaciones, querida Isabel.
ResponderEliminarTu faceta poética no desmerece en absoluto de tu prosa. Este poema es pleno. Da en la diana transmitiendo la amargura de la soledad y la frustración.
Besazo!
Poema triste y de despecho, compa Isabel, pero hermosamente trovado. No me constaba, por cierto, tu vena poética, pero ya veo que también te manejas en ella de manera fenomenal.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Unos versos preciosos, Isabel. Impactan y sacuden... realmente hermosos. Saludos afectuosos.
ResponderEliminarAve Isabel,
ResponderEliminarCuando el inverno llega a la vida, no es momento de recordar la pasada primavera.
Besos de tardío verano
Precioso y triste poema de lo que podría ser el balance de una vida echada a perder... Me recuerda esta mujer de Pompeia que murió aferrada a sus joyas y que por el exceso de peso no pudo escapar de la "parca"...
ResponderEliminarUn beso cariñoso, Isabel, y como siempre un inmenso placer pasearme de tu mano por tu casa...
Triste y hermoso como dice Selma, pero por lo menos ella llegó a arrepentirse, quiere decir que llegó a ver que podría ella misma haber sido de otra manera, para mí ya deja de ser una persona fría al ver que lo pensó...
ResponderEliminarExcelente poema, querida Isabel.
Un beso
Bienvenida nuevamente, querida Isabel.
ResponderEliminarSí que me ha gustado este poema. Lo he leído varias veces ya.
Dicen que nunca es tarde... pero quizás sí lo sea para el personaje del poema.
Lo que concluyo es que hay que vivir la vida intensamente, no dejar de hacer nada por el qué dirán, porque a fin de cuentas, eso es lo único que nos queda.
Abrazos y me alegra tu regreso.
Por cierto, me encanta eso de que nos sorprendas de vez en cuando con un poema.
ResponderEliminarY con esa calidad, es para esperarlo con ansias.
:)
Creo que el peor castigo que puede tener uno es el que se auto-impone... porque sabemos precisamente donde duele más.
ResponderEliminarEs cierto... tonta!, la belleza no lo es todo... la vida a veces se nos puede escapar por una idea, por no atrevernos a dar un paso fuera.... muchas veces tarde es ya... ahora...a contemplar desde el ventanal ese tiempo que no volverá.
Hola Isabel, aqui pasando a dejarte un saludo.
Besitos,
Desgarrador. Más le hubiese valido una sonrisa que la hubiese embellecido por dentro y por fuera. Besos.
ResponderEliminarUn poema increible... la verdad despues de mucha ausencia de mi parte... volver a leerte me atrapo de nuevo!
ResponderEliminarQue buen poema Isabel!, no te conocía ese lado, repítelo más seguido.
ResponderEliminarBEsos
Demasiado largas tus vacaciones, menos mal que ya estás de vuelta para hacernos disfrutar con tus artículos.
ResponderEliminarEl poema de hoy muy bueno.
Un abrazo
Bonito, muy bonito.
ResponderEliminarQueridos amigos, os pido disculpas por no responderos individualmente, pero voy un poco liada por razones familiares y me marcho el fin de semana fuera. Besotes.
ResponderEliminarNo hace falta que te disculpes Isabel, te esperamos... Siempre... Buen Finde! Y un beso!
ResponderEliminarHermoso.
ResponderEliminarAbrazos.
Precioso Isabel, realmente precioso.
ResponderEliminarQué rostro tan fuerte el de ese marmol.
Tiene una fuerza en la mirada que impone respeto.
Me encanta la lectura que hiciste de él.
(Me estoy volviendo loca, para dejar mis comentarios. Verificá cuantas veces entré en un rato. No sé que pasa, que no me da la opción de pblicar el comentario. Grrr. Ahora probé desde el blog de Heriberto y por suerte, aparece)
¡Qué poema!
ResponderEliminarParece tal como si lo hubiera escrito una mujer del pasado...
Saludos cordiales
¡Qué preciosidad de poema! Deja ver una gran sensibilidad y un especial duende para esto de la lírica.
ResponderEliminarCreo que sería buena cosa que te prodigaras más en el arte del verso pues, no tengo duda tras esta bella muestra, tienes facilidad y encanto para ello. Y, además, los que te visitamos y, como yo, somos entusiastas enamorados de la poesía, nos sentiremos doblemente a gusto en esta casa.
Muchas felicidades de quién, modestisímamente, anda coqueteando con la poesía hace tiempo.
Un abrazo
¡Cuánta sabiduría desengañada!
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