Esta tarde, en el circo, mientras soltaban a un león en la arena, he oido tu voz a mis espaldas. Tus palabras fluían con la dulzura de una flauta, susurrabas que jamás habías amado tanto a una mujer, ni tan ardientemente. El corazón me ha brincado en el pecho. Pero al girar el rostro para responderte, he descubierto que no era a mí a quien hablabas, sino a Plautilla. He vuelto los ojos a la arena justo en el momento en que una hermosa yegua caía bajo la dentellada del león.
* Escultura de un león atacando a un caballo. Jardines del palacio Caffarelli. Museos Capitolinos. Roma.
* Escultura de un león atacando a un caballo. Jardines del palacio Caffarelli. Museos Capitolinos. Roma.
NOTA:Queridos amigos, os comunico que en Kala Editorial han colgado mi relato “La decisión de la reina”. Podéis leerla
amor, amargura, decepción
enhorabuena, me ha gustado todo y este pequeño relato mucho.
ResponderEliminarGracias por hacerme partícipe de la edad romana
besos
Esta hermosa yegua es este corazón herido, que brincaba como ella hasta que... Es terrible un amor no correspondido...Y de que hermosa manera lo narras Isabel...
ResponderEliminarUn beso emocionado, Amiga...
A trompicones entro y salgo sin contar con la continuidad que me gusta poder disfrutar cuando te leo... aún así, casi tanto te disfruto :)
ResponderEliminarLas palabras que incitan al despecho, sentiràn, en algùn momento la fria venganza. Ya votè. Abrazos.
ResponderEliminarExcelente, muy lindo en verdad.-
ResponderEliminarAnímate a usar Plurk, es muy bueno a mi me gusta mucho!.-
xD:!!!
Un relato muy bello, breve e intenso. Debo darte la enhorabuena, su extensión me parece la adecuada y con él transmites sentimientos y emociones al lector, lo que es ya una maravillosa constante en tus escritos.
ResponderEliminarHe leído ya tu relato "La decisión de la reina" y votado por él. Impactante, hermoso hasta emocionar, muy completo, tanto en la referencia a la historia como en su faceta meramente narrativa.
Un fuerte abrazo, Isabel.
Seguro que sus ojos ya no le volverán a mirar como antes.
ResponderEliminarEspero que hayas tenido un feliz viaje (sólo por la vista de más abajo ya habrá merecido la pena).
Besitos
Son las cosas de la vida, la amargura de lo no correspondido, explicado con mucha sensibilidad. Besitos.
ResponderEliminarQue horror cuando esperamos con tantas ansias escuchar penetrar por nuestros oìdos esas palabras tan deseadas y saber en un instante ìnfimo que no nos pertenecen... :(
ResponderEliminarP.D.:Aunque a veces màs vale que la ilusiòn se acorte ante el dolor de que no nos corresponde...
MIL ENORMES BESAZOS AMIGA!! :)
Bello y sensible relato, mis felicitaciones!!
ResponderEliminarAbrazo!!
Muy delicado pero muy profundo... hace sentir esas punzadas en el esternón que todos hemos conocido alguna vez en la vida.
ResponderEliminarUn abarzo
Te dejo un saludo desde México y me voy directo a Kala a votar.
ResponderEliminarUn abrazo
Ayyyyyyy.....ayyyyyy....me dolió. Mucho. Tremendo.
ResponderEliminarAbrazos.
Pobre yegua. Pobre mujer despechada.
ResponderEliminarPlautilla: te refieres a esta?
Hija de Gaius Fulvius Plautianus, poderoso prefecto pretoriano y consejero del Emperador Septimius Severus, Plautilla fue casada con el césar Caracalla el año 202 d.C. , en un matrimonio de conveniencia que facilitaba las ambiciones de su padre, que buscaba un heredero que en futuro pudiese ser emperador.
Un abrazo
Hola tomás, gracias a tí por acercarte a este espacio.
ResponderEliminarSaludos selma, ¿quién no se ha sentido alguna vez derribada por una dentellada como esta? Un abrazo muy fuerte.
Hola mía, así vamos todos, dando trompicones por internet... Un abrazo, guapa.
ResponderEliminarSaludos, fgiucich, no se si podríamos hablar en este caso de amor despechado. Tal vez recurrir a aquel viejo "Amor loco: yo por vos, y vos por otro." Besitos.
Hola birdelo, quizá me anime. Besitos.
ResponderEliminarHola m@ariel, muchas gracias por votar mi relato. En cuanto a este texto, me lo inspiró la propia escultura, que se encuentra en unos jardines inaccesibles en el Capitolio. Ya ves que la foto está sacada desde arriba, desde una terraza. Es una imagen terrible. Besos, querida amiga.
Hola krisish, supongo que cuando el amor nos da la espalda ya nunca se puede mirar de igual modo. Un beso enorme.
ResponderEliminarSaludos, isabel, decepciones como ésta nos las llevamos muchas veces en la vida. Y no solemos hablar de ellas. Besazos.
Hola gabu, soy de tu misma opinión: más vale decepcionarse cuando el amor aún está despuntando, porque el dolor será menor... Un beso enorme, sabia en amores.
ResponderEliminarHola la candorosa, creo que la protagonista podría haberse llamado como tú. Me refiero a tu nickname, ¿eh? Besitos.
Saludos, oracolomediterráneo, creo que sí, que el sentimiento experimentado por esta mujer nos resulta a todas harto conocido... Besotes.
ResponderEliminarHola armidia leticia, gracias por tu diligencia y por tu voto. Besos.
Hola clarice baricco, creo que es algo muy reconocible porque todos, alguna vez, y de un modo u otro nos hemos engañado respecto a los sentimientos de los demás. Besotes, guapa.
ResponderEliminarHola unjubilado, me encanta que seas tan indagador, y enseguida vayas a curiosear. No me extraña, porque este mundo romano (y sobre todo el cartaginés) te son muy próximos. La Plautilla de la que hablas terminó muy mal, igual que su padre. En algunas etapas, Roma era muy peligrosa, sobretodo en los alrededores del poder. Besitos, guapo.
Bonito relato, emotivo y sugerente. Felicidades por tu relato publicado.
ResponderEliminarEn fin, ¿que seria de la vida sin la escuela de las decepciones? Lo sabriamos valorar lo bueno de verdad.
UN ABRAZO.
fe de erratas. En ves de Lo,
ResponderEliminarlease No. ¡Ay el teclado!
Un abrazo.
Cuánto has contado en tan pocas líneas.
ResponderEliminarBesos.
Hermoso relato, como todos.
ResponderEliminarFelicidades
Esas palabras pueden herir más que un puñal. Espero que el tiempo le entregue el olvido, para aletargar su conciencia.
ResponderEliminarBesos
Como siempre, un texto delicado y extraordinario.
ResponderEliminarBesos.
Enhorabuena por tan bello relato y disculpa si no paso con la frecuencia que me gustaría.
ResponderEliminarUn abrazo
Ay cornelivs, que me has hecho polvo con tu reflexión...! Cierto que las decepciones nos enseñan, pero es duro admitir que sean necesarias para madurar. Besitos, guapo.
ResponderEliminarHola kurtz, por regla general tú cuentas muchísimas más... Besotes.
Hola charo marco, mucho me temo que una decepción como ésta no se combata ni comiendo... Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola without, creo que el dolor más grande en este caso puede venir del tomar conciencia de lo tonta que se ha sido. Es el amor propio lo que más duele. Besitos.
Hola gabriela, gracias por tus palabras. Nunca podré estar a la altura de tus lectura. Besitos.
ResponderEliminarHola felipe sérvulo, no hay necesidad de disculpas, porque una persona que está, como tú, tan entregada a la pintura y la poesía, bien merece que le dedique a esas pasiones todo el tiempo. Un abrazo enorme.
Hola Isabel.-
ResponderEliminarBueno, eso dicen, pero tú sabes que uno nunca dice que se lo merece, eso digo: Yop, hehehe!.-
Pero bueno, no voy a decir que no!.-
xD:!!.
Saludos y feliz comienzo de semana!.-
Curiosísimo blog, original por donde se mire.
ResponderEliminarCon tu permiso, te ficho.
Roma, junto a Grecia y sobre todo Egipto, son mis pasiones.
Tu relato publicado es estupendo, me atrapó su lectura y quedé enredada.
ResponderEliminarMe gustó este símil de la yegua y el león para expresar el dolor del desengaño.
ResponderEliminarYa voté el relato de "La decisión de la reina", es buenísimo, espero que les guste a todos como a mi.
Un abrazo
Hola birdelo, no disimules!!! A todos nos encanta que nos den premios o nos hagan regalitos. Besotes.
ResponderEliminarBienvenida, andaya, me hace muy feliz saber que compartimos tantas aficiones. También a mí me fascinan Grecia y Egipto, así que creo que pasaremos buenas horas juntas. Saludos cordiales.
Saludos, elsacelsius, gracias por haber leído ese relato. Desde mi punto de vista, la reina Sofonisba dio un gran ejemplo de dignidad. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola leodegundia, me impresionó esa escultura desde el primer momento en que la ví, y fue ella la que me inspiró este breve relato. Graciar por leer y votar el de la reina Sofonisba. Un beso enorme.
De que bellisima manera nos has contado el "mazazo" que ha recibido la mujer...
ResponderEliminarA quien se le ocurre enamorarse de un leon...
Un abrazo, amiga
Querida Isabel,
ResponderEliminarEstamos felices por tenerte de vuelta con otra entrada interesante y deliciosa. También leí tu magnífico rlato publicado en Kala Editorial.
Abrazos.
Pero que amargo es el amor cuando se encuentra con la decepción ¡¡¡
ResponderEliminarMuy bonito Isabel, me encanta como te adentras dentro del alma humana desde el corazón de los romanos.
Un besote.
Precioso. Fluido y romántico. Me encantó.
ResponderEliminarSaludos,
Mariana
Gracias.