No me habléis de refinados placeres:
dadme el sencillo del vino.
Tengo que hundirme está noche muy hondo
hasta que no sea yo.
Si fuera valiente,
atravesaría ahora mismo mi pecho con la espada
pero solo soy un pobre sujeto que ama contra toda
dadme el sencillo del vino.
Tengo que hundirme está noche muy hondo
hasta que no sea yo.
Si fuera valiente,
atravesaría ahora mismo mi pecho con la espada
pero solo soy un pobre sujeto que ama contra toda
[corriente
y he agotado ya todo mi valor.
Dadme vino,
y si después me preguntáis mi nombre y os respondo,
dadme más.
No me ofrezcáis otra cosa, no lo podría soportar.
Y otro favor: no habléis de amor en mi presencia,
no habléis de mañana ni de olvido. Amigos, dadme vino
hasta que no sea yo
pues me aborrezco tanto y odio tanto mi vida
frente a la suya muerta
que temo no poderme contener
y estallar en ridículas lágrimas.
Sera beber el vino como beber su sangre.
Necesito emborracharme de él.
Era tan bello y tan cálido su cuerpo… Traed vino
y ayudadme a ungirme por dentro.
Deprisa, deprisa, antes de que empiece a oler a podredumbre,
antes de que me pueda dar plenamente cuenta.
Es bien poco lo que pido. Traed vino
y brindad conmigo por él antes de que la muerte
le devore los ojos.
Amigos
Tened piedad de mí y dadme mucho, mucho vino
hasta que no sea yo y no recuerde su nombre
ni el mío.
y he agotado ya todo mi valor.
Dadme vino,
y si después me preguntáis mi nombre y os respondo,
dadme más.
No me ofrezcáis otra cosa, no lo podría soportar.
Y otro favor: no habléis de amor en mi presencia,
no habléis de mañana ni de olvido. Amigos, dadme vino
hasta que no sea yo
pues me aborrezco tanto y odio tanto mi vida
frente a la suya muerta
que temo no poderme contener
y estallar en ridículas lágrimas.
Sera beber el vino como beber su sangre.
Necesito emborracharme de él.
Era tan bello y tan cálido su cuerpo… Traed vino
y ayudadme a ungirme por dentro.
Deprisa, deprisa, antes de que empiece a oler a podredumbre,
antes de que me pueda dar plenamente cuenta.
Es bien poco lo que pido. Traed vino
y brindad conmigo por él antes de que la muerte
le devore los ojos.
Amigos
Tened piedad de mí y dadme mucho, mucho vino
hasta que no sea yo y no recuerde su nombre
ni el mío.
*Cabeza de varón barbado. Museo Nacional Altemps. Roma.
**Detalle de relieve con hojas de laurel. Cementerio protestante. Roma.
Amor, poemas, muerte
Eumenes, prefieres el de Cariñena o el de Somontano?
ResponderEliminarLos dos son manjares de dioses y seguro que sigues pidiendo mas.
¿Te acompaño? Este vino resucita a los muertos.
Que precioso lamento, madame. Cuanta amargura en el fondo de esa copa, y que forma tan desesperada de buscar el unico remedio, que es el olvido.
ResponderEliminarBuenas noches, madame.
Bisous
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrecioso lo que escribes, pero,ay, todos, incluso él, sabemos que las penas, el dolor y los lamentos son más fuertes que el vino.
ResponderEliminarQue bien escribes, Isabel. Te leo y me pareces una mujer de otro tiempo, de este y de los que están por venir. En serio, tus obras podrán leerse siempre, no se si me explico.
ResponderEliminarPor comentarte, me gusta mucho leer a Kheyyam ( siglo XI) y otros, y en parte me lo has recordado.
Este poema es maravilloso, se puede ver al protagonista y sentir con él.
Un abrazo
Que delicia y sorpresa me he llevado hoy al leerte Isabel, me he quedado encantada, ha sido como canto de ninfa.
ResponderEliminarBikiños.
Eumedes, cuanta tristeza por el bello amor perdido !escancia, amigo!...
ResponderEliminarPerder aquello que amamos, no podemos soportarlo, pero el vino ayuda a perder el sentido.
Bacus, Dionisio !ayuda a Eumedes!
Bellísimo poema sobre la pérdida y el vacio que ni el vino llena.
!Salves y mucha Fortuna! Isabel.
natalí
Me ha encantado Isabel. Aun a sabiendas de que el vino no conseguirá borrarle la pena,puedo comprender perfectamente a Eumenes.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy bello texto, Isabel.
ResponderEliminarY un sentimiento que muchos hemos experimentado.
Saludos.
Pobre Eumenes :( qué amargura la suya. No me extraña que necesite anestesiar su cerebro.
ResponderEliminarPrecioso lamento, pero lamento al fin y al cabo :(
Besos, Isabel.
Pobre Eumenes, no se da cuenta que el vino no le va hacer olvida y lo único que va a conseguir es tener un fuerte dolor de cabeza al día siguiente.
ResponderEliminarBicos
Es increìble como desde los siglos de los siglos acostumbramos a ahogar las penas etìlicamente...
ResponderEliminarP.D.:Tal vez a travès del vino,se lleguen a consolar las penas,verdad??
BESOTES AMIGA ♣
Esto es demasiado. "Y otro favor: no habléis de amor en mi presencia, no habléis de mañana ni de olvido" ... no tiene desperdicio. Este planto te eleva hasta la poesía pura y el dolor que se te infiltra por toda la piel, por los ojos, por el pelo, y ahí se queda y no se puede eliminar, como si tuvieras un virus o unos hongos que tienes que tratar con un vino del olvido, hasta perder el sentido: "no me quitarán el dolorido sentir si ya primero no me quitan el sentido" como decía Garcilaso.
ResponderEliminar"Tened piedad de mí... hasta que no sea yo y no recuerde su nombre ni el mío". No sé qué decir, no se puede añadir nada ante la belleza y el estado de iluminación.
Sólo hay que sentir al viejo Eumenes. Pero bueno, Isabel, ¿qué pasa? ¿Que con todo el trabajo a contrarreloj que llevas en el cuerpo resulta que ahora te agarras al sol, miras a las Musas y escribes este poema?
Chica, esto es vibración del universo en estado puro: un diamante.
Maestra, una reverencia y un abrazo, aunque no se si perdonarte estas palabras... ay.
Gracias, felicidades.
..."ungirme por dentro"... ¡qué sentido lamento el que nos presentas!, ¡qué bello! Las pobre botellas que tengo a Eumenes se las ofrezco, que su petición me llegó muy dentro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Isabel, muy interesante tu pagina, super reflexiva. Me encantaria agregarla a mi web. Si te interesa no dudes en escribirme.
ResponderEliminarSaludos,
Alondra ser-bella@hotmail.es
que inconsolable amor...que descripción del yacente en su belleza póstuma y la bebida mas vieja de la humanidad....bellisimo, un abrazo
ResponderEliminarQue bueno seguir enlanzandote ahora tan lejos, no sé cómo llegó este trailer a mis manos y de alguna manera te recorde, imagine tu escritura esa similitud con el mundo antiguo que vos recreas con la escritura
ResponderEliminarParta ti, un abrazo siempre.
http://www.agoralapelicula.es/
Querida Isabel, estoy paseando por los blogs literarios en busca de poetas y...me quedé tildada con la profundidad de este poema. Tiene ese tinte antiguo, enlazado a una historia de amor, profundo, el amor de antes...el amor que duraba hasta la muerte y a pesar de la dureza de la historia, has sabido manejarlo con los recursos suficientes como para volverlo tan dulce, tan suave. Felicitaciones por tu poema, ha sido un placer leerte.
ResponderEliminarMe presento:
Soy Denn, moderadora del portal literario Mareas del alma:
http//mareasdelalma.foroactivo.com
Somos un grupo de poetas reunidos en torno a un
denominador común: el amor a la poesía y desde allí la invitación.
Sería realmente un honor para todos nosotros contar con una
escritora como vos dentro de nuestro núcleo, para enriquecernos,
aprender y soñar en un ambiente de amistad y armonía.
Podrás utilizar el espacio para publicitar tu blog con otros poetas
en un ambiente de distensión y amistad sin otro fin que el de
compartir un momento agradable.
Mil disculpas por la molestia, ojalá pueda encontrarte allí, para deleitarnos con tu bella poesía.
Un besito para vos y gracias por este tiempo que me has dedicado
Denn
Magnifico, querida Isabel.
ResponderEliminarBesos...!!!
Nunca son ridículas las lágrimas cuando se vierten por amor. Besos.
ResponderEliminar¡¡Hermoso poema Isabel, con la pasión del recuerdo y el dolor por la ausencia del ser amado!!
ResponderEliminarAbrazos!!
Depende. Algunos no las vertían, las recogían en un vasito, como Nerón.... Es la única exudación del cuerpo que obedece al ánima. Tanto las hay de emoción, como de risa ( mis preferidas ) ( generalmente a causa del ridículo ajeno ) o bien ya las que se vierten en el amplio espectro del sentimiento. De esas están las de conveniencia o de cocodrilo.
ResponderEliminarSi vemos a alguien llorar es porque quiere que le veamos. No hay lágrimas más sinceras que las que se tragan. Esas son auténticas, verdaderas, se llaman lágrimas 'sonadas', porque siempre acaban en un pañuelo de papel. Suelen hacer acto de presencia en funerales y en fiestas de fin de curso o en entrega de diplomas. Los que, o las que lloran en este último caso, son las madres de los hijos, y los hijos son los que suelen llorar en los funerales por los padres muertos.
El crujir de dientes es de acompañamiento, y se da en el Infierno, acompañado de las lágrimas, que, en este infortunado ejemplo, suelen ser de dolor moral, creo que insoportable, según dicen los que saben de que va eso del Infierno.
Yo no lloro nunca. Me parece una impudicia, una rendición. Tan sólo recuerdo que una vez, lloré de rabia. Y no se me olvida.
El vino y el amor suele ser una buena conjunción pero de a dos. Cuando el sentimiento perdura en nuestro corazón solitario, el vino no es buen compañero.
ResponderEliminarUn beso Isabel.
PD: gracias por las opiniones que dejas en mi blog. Las tengo muy en cuenta.
Isabel Romana como buena historiadora y poeta o mejor dicho como Poeta Historiadora tiene las herramientas precisas para ir más allá de las tramas manifiestas que se dan dentro de las sociedades y ausculta en las mismas fuerzas y pasiones latentes que las mueven. Tocar el alma y mostrar sus mecanismos desde la literatura y con fruición que se contagia desde la poesía ya es su virtud como artista de las letras.
ResponderEliminarUn abrazo Escritora!!!
Hay una clásica sencillez, una clásica transparencia en los versos muy elogiable.
ResponderEliminarUnos versos llenos de amor y olvido, de soledad y compañía, de ansias de muerte por la pérdida del ser amado. Pero, a pesar de la tristeza, Eumenes tiene la valentía de no quitarse la vida. Sólo desea olvidar rodeado de sus amigos, caer en la trampa del sueño, emborrachado para no recordar, no ser él mismo, ni él ni nadie. ¡Qué envidia!
ResponderEliminarUn besazo, Isabel, sigue deleitándonos, por favor, con tus entradas.
Jajajajaj pues sí, me he quedado sin mi ovillito para jugar mecachis, mecachis...
ResponderEliminarPrimero descanso y luego reanudo con una marcha que no veas y esa misma semana la primera me dijo adiós.
Estuve sin juguetito semana y media que se me hizo interminable y por no me aguantar me deja su PC una de mis hijas, pero no es lo mismo.
Hasta que llege mi principe no voy a editar en los dos blogs, sólo sigo el de los premios para que no se atrasen y también hago alguna visita a los blos amigos.
Luego el comentario fue muy graciosisimo y no pude pasar sin venir a saludarte eres un cielo.
Te dejo un ramillete de besos y abrazos para compartirlos cuando los recibas.
Hasta pronto!!
Y no hay nada más bello que ver la debilidad de la hercúlea masculinidad en el lamento del amor. Vino no será suficiente, pero tendrá sentido. Isabel, impresionantes tus palabras que me transportan no solo a un estado de lengua y tiempo, sino a ese otro más allá, el más poético.Me encantan estos versos. MIl gracias.
ResponderEliminarHola Isabel!!
ResponderEliminarDesde luego los sentimientos de Eumenes están tratados magníficamente. Me gusta mucho como escribes, siempre encuentro un eco del pasado reconocible, tanto que ha veces he pensado que eran originales clásicos. Mi más sincera enhorabuena!!!
Un beso!!!
Hay amores que no tiene consuelo. Un texto para coleccionar. Abrazos.
ResponderEliminarY cuando despierte del vino, aún le quedará la amargura...
ResponderEliminaral final las felicitaciones terminarán por perder su significado. Pero hoy especialmente, enhorabuena. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos
Querida Isabel!!!
ResponderEliminarRecién leo tu correo....mil disculpas!!!
Y felicitaciones!!!!!!!!!
Te mané los datos que me pediste.
Un fuerte abrazo!
Patri
Con este poema la impresión que tengo es la misma que la de su protagonista. Quiero vino para celebrar haber encontrado la escritora de mis sueños: Isabel Barceló. Si usted es la autora de estos versos, si usted ha sido capaz de empaparse de la cultura romana y del sentimiento humano hasta este punto, estoy por decir que es la mesías literaria que llevaba esperando desde que murió Robert Graves.
ResponderEliminarnada mejor que una copa de vino, del bueno, mejor una jarra grande de esas uvas casi negras de corintio que nublan la vista y acuestan el dolor en el lecho de morfeo, nada mejor que estar en compañía de Baco
ResponderEliminarun abrazo
Hola querida Isabel!!
ResponderEliminarte traigo un ramo de flores para felicitarte por la bella noticia que me has comunicado...que maravilla!
Tus escritos que son verdaderos emocionantes viajes en el tiempo merecen ser atesorados en un libro.
Mis felicitaciones!!
un fuerte abrazo
Amiga Isabel,
ResponderEliminarPrecioso y trágico poema ante la muerte del ser amado. No conocía yo antes tu vena poética y aquí has demostrado que, cuando te lo propones, de tu pluma salen sonoros versos, con el ímpetu y la fuerza de lo realmente vivo, aunque aquí se trate de lamentar la muerte. Y luego ese clamor al vino, don de Baco, que afloja los miembros y diluye las penas. Todo, bien conjuntado, es un lamento ante la muerte, que es lo mismo que un canto a la vida.
Felicidades y enhorabuena.
Un beso,
Antonio
Pobre Eumenes, no hay peor pena que la de perder al ser amado y aún más cuando se es viejo y ya no se está en condiciones de rehacer la vida. Entonces sí que hace falta vino, por odres, por tinajas...Y para qien le extrañe, la homosexualidad masculina era una práctica muy común y nada mal vista en las culturas clásicas, que derivaba de la vieja Esparta y de la camaradería entre soldados. Era muy normal en las antiguas Grecia y Roma, que un varón maduro tomase bajo su protección a un joven mancebo. Un beso fuerte, Isabel.
ResponderEliminarLástima que la borrachera sólo quite las penas por un rato...si es que las quita!
ResponderEliminarAunque, si las quitara para siempre, me temo que más de uno nos haríamos bebedores de vino, jajaja!
Un besito
Lala
Que lindo poema... :)
ResponderEliminarMe impresiono ese verso que dice : No hablen de amor en mi presencia. :)
Precioso poema y tierno y doloroso canto al amor y a la cobardía. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEstupendo lamento el que entona por su amado, tan sentido.
ResponderEliminarUn beso y mis felicitaciones por la buena marcha de "Dido".
Que hermoso... que crudo, que real...
ResponderEliminarOdio cuando psa el tiempo sin pasar a leerte, y descubro cuanto me he perdido...