viernes, junio 11, 2010

SUICIDIO DE AMOR


Al entregar la casta Arria la espada a su querido Peto,
la que ella misma había arrancado de sus entrañas,
“si me crees, no me duele la herida que me hice”, dijo,
“sino la que vas tú a hacerte, esa es, Peto, la que me duele”


MARCIAL.- Epigramas.
Traducción de Antonio Ramírez de Verger




NOTA: El epigrama hace referencia a Arria Mayor. Su marido, Cécina Peto, había sido condenado a quitarse la vida por haber conspirado contra el emperador Claudio en el año 42 d.C. Ella, por amor a él, se dio muerte también.

NOTA 2: Os dejo aquí el enlace a una reseña de José Pascual sobre la novela Dido reina de Cartago y este otro enlace a una entrevista que me ha realizado en mismo autor en Suite 101

*Fotografía de una pintura de Tiziano titulada “Lucrecia”. Tomada de internet.
**Hojas de acanto en el Foro Romano. Roma.

50 comentarios:

  1. Amiga Isabel,

    Modelo de fidelidad conyugal representa el epigrama que nos traes hoy. Fidelidad quizá excesiva. Anoto que las mujeres en la Antigua Grecia y Roma, quizá con la excepción de Lucrecia, solían suicidarse con enseres que les estaban próximos, vamos, con herramientas de cocina, al contrario de los hombres, que lo hacían con sus herramientas habituales, es decir, espadas u otro tipo de armas. Es el summum de la fidelidad utilizar la misma herramienta que el marido.

    Por si a alguien le interesa, dejo aquí el texto Latino (Epigramas, I, XIII):

    XIII

    Casta suo gladium cum traderet Arria Paeto,
    Quem de uisceribus strinxerat ipsa suis,
    'Si qua fides, uulnus quod feci non dolet,' inquit,
    'Sed tu quod facies, hoc mihi, Paete, dolet.'
    .

    Un abrazo, Querida Isabel,
    Antonio

    ResponderEliminar
  2. Un acto de amor el no poder seguir viviendo cuando muere la persona amada.
    Buen fin de semana

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por los animos que me dejaste en tu ultimo comentario, querida Isabel.

    Necesitaba leer algo asi.

    Un enorme abrazo, gracias, y feliz fin de semana...!

    ResponderEliminar
  4. Una historia muy repetida a lo largo de la Historia de Roma, me temo.

    Un saludo y feliz fin de semana

    ResponderEliminar
  5. Con todos mis respetos, compa Isabel, hacia algún comentario previo, yo no calificaría un acto como el de Arria como un acto de amor, francamente. Pero puedo entender que la de Roma era una visión cultural y social totalmente diferente a la nuestra. Otro mundo, otra perspectiva, claro... Estremecedor, eso sí, desde luego.

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
  6. Morír por amor, quitar el ahito de la vida por amor.
    Es curioso la poca importancia que en la época romana se le daba a la vida. Los tiempos cambia, se suicidaba por la pérdida del ser amado, y ¿ahora por qué se suicida?,¿por amor?.

    ResponderEliminar
  7. Ay mi paisano Marcial, cuantos buenos y malos momentos de Roma nos retrató en los epigramas...

    ResponderEliminar
  8. Como fidelidad matrimonial, coincido con Antonio en el primer comentario, me parece quizás excesiva. Me quedo con otra interpretación: cómo nos puede hacer más daño el dolor del ser querido que el nuestro propio.
    Abrazos, Isabel

    ResponderEliminar
  9. Un amor que te puede llevar a quitarte la vida, es una desmesura contra la que hay que vacunarse.

    ResponderEliminar
  10. Isabel felicitaciones por la crónica de tu libro y la entrevista,sin duda el éxito sigue abriendo las puertas a tu obra.
    Del texto de hoy querida , más allá del propio instinto de supervivencia,es conmovedor...

    hermosa “Lucrecia"de Tiziano.

    ResponderEliminar
  11. Madame, no se, es posible que sea porque son otros tiempos, pero... no creo que a mí me diera tan fuerte!
    Aunque quien sabe de que se es capaz en un momento de desesperación.

    Buenas noches, madame

    Bisous

    ResponderEliminar
  12. Aún sin compartir, por supuesto, esa fidelidad tan extrema, que hermoso suena en la voz de Arria.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  13. Ciertamente hermoso, incluso si incomprensible. Curiosa fidelidad la del uso de la herramienta compartida.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  14. Y esto sigue...uf.c


    Abrazos preciosa.

    ResponderEliminar
  15. Uuauu!! Me pregunto si aún habrán mujeres capaces de amar así; si las hay yo quiero una...!¡qué digo una! 8 (por si acaso) una para cada día de la semana y la octava para que volantee, ya que nadie está libre de enfermedad. Un abrazo

    ResponderEliminar
  16. Un amor en la cumbre, una expresión de amor gigantesco.

    ResponderEliminar
  17. ayy isabel qué amores estos!! igual que tu dido, qué parejas, cuánto amor!! igualito que ahora, jejeje, besitos

    ResponderEliminar
  18. Las heridas del amor son aquellas que concluyen con la vida misma!!

    P.D.:Un fragmento doloroso y noble...

    MIS BESITOS AMIGA :)

    ResponderEliminar
  19. Larga vida a la reina Dido.

    Interesante además lo de Arria ,es un poco como la copla , siempre llena de sangre en estos amores más allá de la tumba.


    Besos.

    ResponderEliminar
  20. Amores eternos que llegan hasta hoy y nos cautivan.
    Y Tiziano, siempre poderoso.
    Fui a los links, me alegra tu éxito, que será mucho mayor aún.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  21. Tremendo suicidio de amor, prueba irrefutable de un amor tan profundo, intenso, verdadero y abnegado que llega hasta las últimas consecuencias. Un beso, querida Isabel y disfruta del finde.

    ResponderEliminar
  22. Me encantan tus historias..

    ;)

    besos miles

    ResponderEliminar
  23. QUe AMor! Que Tragedia!!!!!

    Sigo buscando y leyendo... me emocionó la historia....


    Abrazos... Feliz Sabado.

    ResponderEliminar
  24. Tan cuidado todo siempre en tu blog... Las imágenes, los textos, las significaciones, las notas a pie de página, los enlaces. Cómo me ha gustado la historia de Arria.

    ResponderEliminar
  25. Veinte siglos más tarde Miguel Hernández diría:
    "y siento más tu muerte que mi vida".
    Algo así debió de sentir Arria:
    "Sed tu quod facies, hoc mihi, Paete, dolet." (Gracias, Antonio, por el texto original)

    Besos.

    ResponderEliminar
  26. Eso es amor. Un acto máximo de sacrificio por la persona amada. Muy triste como desenlace el tener que quitarse la vida por orden del Emperador, en este caso de la dinastía Julio- Claudia, todos majaretas, pero muy habitual en aquellos tiempos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  27. Isabel nos reseñas un trágico epigrama de Marcial.
    A tanto no ha de llegar el amor ¿o si? Estremecedor instante, el último de aquella pareja. Tirano Claudio, a esa atrocidad forzaron tus recelos.
    Me refesco, amiga romana, con las hojas de acanto.
    Cito aquí unos versos, espigados, sueltos, risueños del dulce Catulo a Lesbia:

    "...Dame mil besos, después cien,
    después otros mil...
    perdemos la cuenta para ignorarla..." Poesías, 5

    y sigue el amoroso poeta:

    "cuántos besos
    tuyos me bastarían...
    Cuantos infinitos granos de arena Libia..." Poesías 7.

    !Salve! amiga.

    ResponderEliminar
  28. La sublimación del amor, siempre ha sido la muerte de los amantes uno en los brazos del otro...bella página y bellas imágenes...un rincón de cultura...un abrazo desde Zuhaitz-Ondoan de azpeitia

    ResponderEliminar
  29. Dulces palabras de amor. Abrazos.

    ResponderEliminar
  30. Esas son las heridas que duelen, hoy y en la antigua Roma.



    Te abrazo luz divina.



    M.

    ResponderEliminar
  31. Romántico, pero poco práctico. Supongo que hoy en día no se hacen las cosas así, algo habremos perdido por el camino. Besos.

    ResponderEliminar
  32. Es ente caso los tiempos sí que han cambiado, verdad?
    Iré por los enlaces
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  33. Puedo intentar entender el suicidio por amor, e incluso percibo cierta belleza, pero me da la sensación que esta reacción a no ser que la propia cultura te empuje a ello, forma parte de las locuras transitorias que rezuman en los momentos de intenso amor.
    Me gustan los epigramas, son breves y van al grano:)
    Me compre tu libro "Dido reina de Cartago" pero todavía no lo he leído, las obligaciones inesperadas me han cambiado el paso y aun no he conseguido coger mi ritmo:)
    Suerte con las ventas, leí que fuiste a Madrid :)
    Saludos

    ResponderEliminar
  34. no estoy tan seguro que no ocurren hechos así hoy día.
    Bello y trágico querida Isabel!

    suerte para España en el Mundial!

    besos

    Adal

    ResponderEliminar
  35. Me ha gustado el texto. Me ha traído recuerdos que siguen ahí, por mucho que duelan.
    Besos.

    ResponderEliminar
  36. Qué hermoso concepto el del epigrama.

    Saludos

    ResponderEliminar
  37. Estimada Isabel:

    Esta corta cita del Epigrama de Marcial me deja una profunda sensación de que esos amores "hasta la muerte misma" son la metáfora más excelsa de esos amores sublimes que van hasta el borde mismo de la fidelidad, de esos amores que se repiten de forma diferente como en Shakespeare o en Marcia Márquez en "El amor en los tiempos del cólera"...Amores hasta el sacrificio más impresionante.
    He leído los comentarios que han hecho a tu obra y me lleno de emoción por ti, porque has luchado contra viento y marea para sacar adelante tu maravillosa obra, la que sin duda, se ha convertido en un éxito entre los lectores y en una bofetada al rostro de las editoriales que, como tú misma lo has dicho, tienen sus propios presupuestos y si no se encaja en ellos no pasa nada.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  38. Los suicidios antiguos, cuando ante la vida valía más la perdida del amor...Curioso.

    Bico para ti con cariño siempre Isabel.

    ResponderEliminar
  39. Mi querida Isabel:

    Menudo epigrama, más allá del dolor, del amor, más allá de la muerte. Puro, directo y descarnado en su expresión concisa. Terrible historia.

    He leído la reseña de José Pascual y la entrevista, ambas me han encantado, me paro en varios aspectos: como siempre la dedicación a las mujeres ignoradas durantes siglos, y el cuestionamiento de Eneas como modelo de ciudadano romano, ¡el nuestro! La visión de la novela, de la creación literaria como un ser vivo, ¡me apasionó! y los autores que mencionas como grandes de la novela histórica, vuelvo a la lista, porque se te olvidó alguien:
    Robert Graves, Thornton Wilder, Gore Vidal, Margherite Yourcenar, Isabel Barceló.

    ¡Y Dido sigue conquistando lo mares y los corazones! Menuda figura literaria has creado, ¡cómo eres!

    Un abrazo enorme, queridísima Isabel.

    ResponderEliminar
  40. Y ahora un epigrama de amor entregado hasta la muerte... Un abrazo, querida amiga

    ResponderEliminar
  41. Qué grandeza en esa exactitud, en ese decir con pocas palabras algo tan estremecedor.

    ResponderEliminar
  42. Anónimo10:17 p. m.

    Acabo de editar algo sobre su novela
    La reina Dido
    en lamiradaactual.blogspot.com, entrada 15 de junio

    ResponderEliminar
  43. Hay amores que matan Isabel, en todas las épocas los ha habido, aunque no es la solución, muchas veces no se tiene la lucides para ver con claridad, el amor ciega.
    Me alegra que tu libro siga teniendo tanto éxito.
    Un fuerte abrazo y mi admiración

    ResponderEliminar
  44. La herida que viene de otra mano es la que mas sangra.

    Abrazo tranquilino
    Sergio Astorga

    ResponderEliminar
  45. El amor que se duele más del dolor del amado que del propio, el verdadero amor, el amor no egoísta.
    Muy hermoso este epigrama.
    Un beso, querida Isabel.

    ResponderEliminar
  46. El amor y su autenticidad no entiende de épocas...Siempre será igual de profundo robando los corazones.

    Mi querida Isabel paso a saludarte y desearte que tu velero siga navegando hasta alta mar sin detenerse...

    UN ABRAZO DE SUEÑOS YA REALIZADOS.

    MARÍA DEL CARMEN

    ResponderEliminar
  47. poesía romana, tan dura como la propia Roma ...

    ResponderEliminar
  48. Qué romántico sucidarse por amor, aunque la verdad no sé si yo loía...

    Besos

    ResponderEliminar
  49. dice : no se si yo lo haría. Vale-

    ResponderEliminar
  50. el amor siempre tiene algo de locura como dijo - Friedrich Nietzsche - En el amor hay siempre algo de locura, pero también hay siempre en la locura algo de razón

    ResponderEliminar