¿Sabes que ayer, mientras limpiaba el balcón, vi pasar por la calle al nuevo esclavo de Aulo Cecina? Te juro por todos los dioses, Pánfila, que hubiera deseado que se hundiera el suelo del balcón para caer en sus brazos. Pero no tuve suerte. ¡Maldito sea Ceciliano, el constructor!
NOTA 1: La indignación de esta esclava es casi una burla. Los constructores romanos no descollaban precisamente por la solidez de las insulas (casas de pisos), sino por todo lo contrario… En Roma aparecieron los balcones hacia final del s. IV a.C. y, al parecer, la costumbre se difundió mucho, hasta el punto de convertirse en motivo de disputas entre los vecinos por estorbarse la entrada de luz, ensombrecer las calles, etc. Se construían con distintas técnicas en madera y en piedra.
NOTA 1: La indignación de esta esclava es casi una burla. Los constructores romanos no descollaban precisamente por la solidez de las insulas (casas de pisos), sino por todo lo contrario… En Roma aparecieron los balcones hacia final del s. IV a.C. y, al parecer, la costumbre se difundió mucho, hasta el punto de convertirse en motivo de disputas entre los vecinos por estorbarse la entrada de luz, ensombrecer las calles, etc. Se construían con distintas técnicas en madera y en piedra.
NOTA 2: El sábado 20 de noviembre, a las 18 horas, en el Museo Arqueológico de Murcia (MAM) y dentro de las Jornadas sobre novela histórica actual, se celebrará una mesa redonda: "Novelas mitológicas griegas y romanas". Participaremos: Josep Asensi ("Layos"), Antonio Penadés ("El hombre de Esparta") y yo misma ("Dido reina de Cartago"). Quedáis invitados.
Os dejo el enlace a la reseña de “Dido reina de Cartago” aparecida en la página Cultura Clásica com
*Insula do vaso fálico, Conímbriga (Portugal). Podeis ver en la fachada los balcones.
Para los amigos que podáis venir al Museo Arqueológico de Murcia el sábado, os comento que he quedado con algunas amigas bloggeras a las 5, en la cafetería del Museo. Quedáis invitados a esta cita previa todos los que os animéis... Un abrazo y hasta pronto.
ResponderEliminarOstras, qué pena no poder ir.
ResponderEliminarUn besito .
A las cinco nos tomaremos ese café previsto. Qué ganas tengo de darte un abrazo.
ResponderEliminarCómo me he reído con la imprecación. No sabía que eran tan malos constructores de "edificios en régimen de ppropiedad horizontal" estos romanos.
Eso sí, un aplauso para otras obras, tanto civiles (Coliseo) como religiosas (los templos, como el de Venus, de Apolodoro, que trajiste en la anterior entrada).
Un beso.
Me encantan tus divertidísimas aportaciones, impregnadas de fino humor, a la intrahistoria de lo cotidiano. Dignas de figurar en "La historia de la vida privada" , magna obra enciclopédica que dirigieron Philippe Ariès y Georges Dulby (¿la conoces?).
ResponderEliminarEn cuanto a novelas de inspiración en aquellos tiempos, recuerdo haber leído en mi juventud la muy interesante "Sónica la cortesana" de tu ilustre paisano Vicente Blasco Ibáñez.
Un muy afectuoso saludo, Isabel
Madame, que curioso, con lo buenos constructores que eran, que los balcones no les salieran muy solidos.
ResponderEliminarIgualmente curioso que fueran motivo de disputa. Se ve que es cierto eso de que nunca llueve a gusto de todos!
Buenas noches
Bisous
Maravilloso...Isabel, que disfruten mucho como nosotros de tus letras y cariño!
ResponderEliminarUn abrazote :D
Como siempre muy interesante .
ResponderEliminarQue bueno poder reunirse con amigos blogueros y disfrutar de Murcia .
Besitos desde Madrid .
A ver si es que acudían en tropel la esclavas para ver los desfiles y acababan hundiendo lo que no estaba hecho para soportar tanta curiosidad. Un saludo y feliz viaje a Murcia en la que seguro encuentra algún momento para admirar los Salcillos.
ResponderEliminarYa veo que los deseos siguen imperterritos a través de los siglos.
ResponderEliminarQue paseis un buen rato. Un fuerte abrazo.
Las disputas por "luces y vistas2 siguen siendo comunes en los juzgados. Los romanos, que por inventarlo todo inventaron hasta los modernos problemas.
ResponderEliminarJjejeje Se ve que ya se estilaba lo de abaratar costes en los pisos "oficiales"
ResponderEliminarAbrazos
Me encanta esta entrada Isabel y la información que nos das sobre la construcción en Roma. Un beso y feliz jornadas en Murcia. Cristina Salas
ResponderEliminarO sea que ya había peleas entre los vecinos de la comunidad. ¡Qué poco hemos cambiado!
ResponderEliminarUn saludo.
Cuánto amor tiene esa joven almacenado en su pecho. Hasta para desear caer en brazos de tan bello joven con balcón incluido.
ResponderEliminarPor aquel entonces,ese deseo no era tan inalcansable,verdad??
ResponderEliminarjajajajajajajaa
P.D.:Y de paso,te envìo TODA mi buena onda para esa pròxima presentaciòn... :D
MIS BESITOS ESTIVALES AMIGA ♣
eres reina que navega en otro siglos y, por cierto, en otros balcones.
ResponderEliminar¡Que los dioses te sigan acompañando, a ti, querida Isabel, y a la reina Dido!
ResponderEliminarYa me gustaría estar cerca y volverte a ver. Aprovechando para conocer también a tu tocaya Isabel ("El cobijo") y pasar un rato en una ciudad que aún no conozco.
Un fuerte abrazo y mis mejores deseos.
Recuerdo el cómic de Astérix en el que nuestros héroes se alojan en una de estas ínsulas. Los vecinos están continuamente protestando por las paredes de papel, los pésimos materiales en la que está construida, para acabar derrumbándose con inquilinos dentro.
ResponderEliminarPero, claro, esta situación no se aleja mucho del afán constructivo actual. Sólo hay que ver cómo aparecen grietas en los edificios recién construídos.
Besos
¡Vaya con la esclava! ¡Qué énfasis tan erótico! ¡Tampoco hay que llegar a tanto, que se caiga un balcón para disfrutar de las delicias del amor!
ResponderEliminarAmiga Isabel, tiene gracia y mucha esta improvisación tuya. Que el acto de las Novelas Mitológicas Griegas y Romanas tenga un buen éxito: éste es mi deseo.
Un abrazo, y buenos augurios.
Antonio
Esta usted imparable Señora romana. Suerte en Murcia.
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ResponderEliminar...
ResponderEliminarCómo quisiera estar en el café de museo...
suerte y besos!!!
Delicioso vídeo de la ínsula, barrio comerciante, trabajador, en un balcón sólo me ha faltado ver a la pícara esclava, y debajo, al deseable esclavo. Vamos, como la calle llamada de "La Abundancia" en Pompeya, tan real que añoro ver salir a Vero de su tienda de bronces. Otro regalo que nos ofreces cariñósa y amable Isabel, aliñado con tus palabras que dan vida, respiran nos transportan.
ResponderEliminarUna verdadera lástima no poder estar contigo en esas Jornadas sobre la novela histórica, serán para mojar pan. Lo lamento de veras, que las disfrutes junto a "Dido" amiga, luego nos dices.
Besitooos.
Se admiten amigos blogueros? :) Intentaré estar en la reunión, y a las malas en la rueda.
ResponderEliminarFelicitaciones por la reseña de “Dido reina de Cartago” aparecida en la página Cultura Clásica com,"prosa armónica, culta, precisa que fluye con facilidad"
ResponderEliminarel video es una recreación muy bella un viaje que nos conduce a través del texto que hoy nos traes en esta ocasión.
Abrazos venerable dama.
Habría asistido a esa mesa redonda para oírte, para escucharte.
ResponderEliminarMuy didáctico ese vídeo sobre esa ínsula de Conímbriga, ruinas que visité hace muchos años, durante mi estancia en Coimbra. Y sí, tenía entendido que las viviendas de pisos o ínsulas eran construidas con bastante precariedad y cuando no salín goteras, se incendiaban por nada...
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