A la izquierda del camino que unía Alba Longa con el santuario de Júpiter Latiaris aún crece un bosque de encinas consagrado a la ninfa Silana, de la cual le deriva el nombre. Los orígenes de esta ninfa son tan remotos que nadie sabe qué dios la engendró, ni si su madre fue de ascendencia humana o divina. Debió ser divina, pues es sumamente hermosa y quienes penetran con buena voluntad en sus dominios sienten enseguida un ligero frescor, si es verano, o un calor reconfortante en invierno. La intensidad y dulzura de esas sensaciones delatan de inmediato la presencia de Silana y su benevolencia.
Se dice, en efecto, que ha amado mucho y ha preservado sus amores intactos en el corazón. De ahí la tierna acogida a sus visitantes, la penumbra o claridad que les ofrece según convenga a la estación del año, e incluso el rumor con que regala sus oídos: un susurro de hojas y de piar de pájaros que semeja música, o poesía – pues a veces parecen pronunciar palabras –, o las dos cosas a la vez. Hay quien la ha visto fugazmente deslizarse entre los árboles, zigzagueante, deteniéndose un instante para asegurarse de ser vista y seguida. Así guía hasta la caverna donde tiene su morada a quienes nunca antes se habían adentrado en la espesura.
Rea Silvia – también llamada por algunos Ilia – corrió a refugiarse allí una brillante mañana de primavera, recién cumplidos los catorce años. Llegó con el corazón latiéndole en el pecho y en las sienes, casi sin respiración, la angustia y el miedo asomándole a la cara. Se había despertado contenta y con la intención de recoger flores silvestres para llevarlas al altar de Pomona y pedir a la diosa frutos abundantes. No pudo hacerlo. La ambición y la muerte se alzaron amenazadoras ante ella. Ese día se torció irremediablemente la senda de su vida y, también, visto con la perspectiva del tiempo, comenzó a cambiar el mundo.
¡Qué ingenuas somos al imaginar que cuando la naturaleza se muestra benévola y alegre refleja una suerte de armonía entre los seres humanos y el destino! Nadie teme una desgracia en un día de sol. Y así, lo disfrutamos tranquilas creyendo estar a salvo, como si el color azul del cielo fuera una señal de paz.
La experiencia, sin embargo, nos enseña que las buenas noticias pueden llegarnos en lo más crudo del invierno y las malas también. Que el mismo rayo que resquebraja el cielo en una noche de tormenta puede hallarnos alumbrando a un hijo o velando a un difunto. Y así como desde la infancia aprendemos cuál es el curso del sol y el orden en que transcurren las estaciones, en los asuntos divinos permanecemos ignorantes toda la vida. La voluntad de los dioses es imprevisible y oscura: a veces, lo que parecía ser un bien resulta ser un mal y aquello que empezó de una manera aciaga se convierte, inesperadamente, en nuestra salvación.
Algo semejante pudieron pensar Rea Silvia, Acca Larentia y Hersilia la primera y única vez que estuvieron juntas, reunidas en aquel bosque sagrado de Silana que había sido refugio y prisión de Rea Silvia durante muchos años. Cada una de ellas llevaba inscrita en el alma la marca del destino: las habladurías y el descrédito, Acca Larentia; la separación violenta de los suyos, Hersilia; el ser víctima de los excesos de otros, Rea Silvia. Ésta última había sido la más perjudicada, pues cuando su padre, el rey Númitor de Alba Longa, fue destronado por su propio hermano Amulio, ese pariente cruel no tuvo piedad de ella.
El hado había unido a estas tres mujeres con un vínculo poderoso, hecho mitad de sangre y mitad de afecto. Como si hubieran nacido al mismo tiempo y crecido juntas, al encontrarse se abrazaron igual que el padre abraza a sus hijos al volver de un largo viaje. Ávidas de conocerse, hablaron, hablaron y hablaron como sólo saben hacerlo las mujeres, poniendo el corazón en las palabras. Compartieron sus recuerdos, lloraron sus penalidades y sus gozos, rieron. Mezclaron las cosas importantes con otras nimias, si puede considerarse nimio hablar del fruto que crecía dentro del vientre de Hersilia y, ya antes de nacer, era amado por esas tres mujeres. También hubo silencios.
¡Qué ingenuas somos al imaginar que cuando la naturaleza se muestra benévola y alegre refleja una suerte de armonía entre los seres humanos y el destino! Nadie teme una desgracia en un día de sol. Y así, lo disfrutamos tranquilas creyendo estar a salvo, como si el color azul del cielo fuera una señal de paz.
La experiencia, sin embargo, nos enseña que las buenas noticias pueden llegarnos en lo más crudo del invierno y las malas también. Que el mismo rayo que resquebraja el cielo en una noche de tormenta puede hallarnos alumbrando a un hijo o velando a un difunto. Y así como desde la infancia aprendemos cuál es el curso del sol y el orden en que transcurren las estaciones, en los asuntos divinos permanecemos ignorantes toda la vida. La voluntad de los dioses es imprevisible y oscura: a veces, lo que parecía ser un bien resulta ser un mal y aquello que empezó de una manera aciaga se convierte, inesperadamente, en nuestra salvación.
Algo semejante pudieron pensar Rea Silvia, Acca Larentia y Hersilia la primera y única vez que estuvieron juntas, reunidas en aquel bosque sagrado de Silana que había sido refugio y prisión de Rea Silvia durante muchos años. Cada una de ellas llevaba inscrita en el alma la marca del destino: las habladurías y el descrédito, Acca Larentia; la separación violenta de los suyos, Hersilia; el ser víctima de los excesos de otros, Rea Silvia. Ésta última había sido la más perjudicada, pues cuando su padre, el rey Númitor de Alba Longa, fue destronado por su propio hermano Amulio, ese pariente cruel no tuvo piedad de ella.
El hado había unido a estas tres mujeres con un vínculo poderoso, hecho mitad de sangre y mitad de afecto. Como si hubieran nacido al mismo tiempo y crecido juntas, al encontrarse se abrazaron igual que el padre abraza a sus hijos al volver de un largo viaje. Ávidas de conocerse, hablaron, hablaron y hablaron como sólo saben hacerlo las mujeres, poniendo el corazón en las palabras. Compartieron sus recuerdos, lloraron sus penalidades y sus gozos, rieron. Mezclaron las cosas importantes con otras nimias, si puede considerarse nimio hablar del fruto que crecía dentro del vientre de Hersilia y, ya antes de nacer, era amado por esas tres mujeres. También hubo silencios.
Y me pregunto si, de no haber sido por ellas, se habría fundado esta ciudad magnífica, esta urbe privilegiada siempre por los dioses pese a haber sido concebida mediante los crímenes más horribles, engaños y traiciones.
No. Roma no hubiera existido. O, en todo caso, no hubiera existido la Roma que conocemos.
No. Roma no hubiera existido. O, en todo caso, no hubiera existido la Roma que conocemos.
***
NOTA 1: La primera foto muestra el lago Albano y, al fondo, el monte Cavo, donde se hallaba el Santuario de Jupiter Latiaris. Éste fue un gran centro religioso y de unión de los pueblos latinos. Hacia la parte superior izda. se cree que estuvo, a media ladera, la ciudad de Alba Longa.
NOTA 2: Queridos amigos, he de pediros comprensión si no os visito tanto como me gustaría. Esta aventura que empezamos hoy me exige un esfuerzo muy grande y, ante el riesgo de no poder llegar a todo, prefiero ir visitándoos a unos y a otros de vez en cuando más que tratar de visitaros a todos al mismo tiempo. Sé que lo comprenderéis.
NOTA 3: Aquí va la lista de las nuevas incorporaciones. Faltan algunas personas que o bien me han pedido que les asigne personaje yo misma (y lo estoy pensando), o bien les falta ponerse un nombre. Para el próximo post trataré de incluir el listado completo. Pero os pido paciencia, pues preparar el listado y los enlaces da muchísimo trabajo.
ADRIANA, una vestal.. Ana Trigo Alonso
ARADO fundacional.. Joanna
AURELIA, esposa del rey Númitor. Aurelia González.
CAECUS, ciego. Franki
DIANA, diosa. Amparo Andrés Machí
EMILIA, una joven sabina. Mª Pilar
FÍBULA, broche de bronce. Dolors Jimeno
JANO BIFRONTE, dios protector. Alberto Rodríguez y Aquí
MARTE, dios de la guerra. El navegante
MATRONA de espíritu filosófico. Gloria
MELVIUS, consejero de Rómulo. Vicente Valero Costa
MENENIA, joven sabina. Loli Sáiz
MERCADER cretense. Ángel Molledo
MERCURIO, dios alado. Hermes
MOSCA, insecto común. El Sexo de las moscas.
NAN, enano. Nan
SERVIUS, augur. José Carrión Quílez.
PALATINO, colina. Teresa Silvestre
PASTOR. Xibeliuss
PRAXTEX, malhechor. Spok
REMO, uno de los gemelos..¡ Kurtz
RÓMULO, uno de los gemelos. Maik pimienta
SILIUS, trabajador de la piedra. Carlos César Álvarez
TARPEYA, una vestal. Ana Sabater
TRACIUS, un comerciante. Fab-golem.
VALERIA, una orfebre. Amparo Devesa.
ARADO fundacional.. Joanna
AURELIA, esposa del rey Númitor. Aurelia González.
CAECUS, ciego. Franki
DIANA, diosa. Amparo Andrés Machí
EMILIA, una joven sabina. Mª Pilar
FÍBULA, broche de bronce. Dolors Jimeno
JANO BIFRONTE, dios protector. Alberto Rodríguez y Aquí
MARTE, dios de la guerra. El navegante
MATRONA de espíritu filosófico. Gloria
MELVIUS, consejero de Rómulo. Vicente Valero Costa
MENENIA, joven sabina. Loli Sáiz
MERCADER cretense. Ángel Molledo
MERCURIO, dios alado. Hermes
MOSCA, insecto común. El Sexo de las moscas.
NAN, enano. Nan
SERVIUS, augur. José Carrión Quílez.
PALATINO, colina. Teresa Silvestre
PASTOR. Xibeliuss
PRAXTEX, malhechor. Spok
REMO, uno de los gemelos..¡ Kurtz
RÓMULO, uno de los gemelos. Maik pimienta
SILIUS, trabajador de la piedra. Carlos César Álvarez
TARPEYA, una vestal. Ana Sabater
TRACIUS, un comerciante. Fab-golem.
VALERIA, una orfebre. Amparo Devesa.
Queridos amigos: si el post resulta demasiado largo, decídmelo por favor, para que trate de hacer más breves los siguientes. ¡Espero que este comienzo os haya gustado!
ResponderEliminarUn comienzo fantástico, Isabel. Un prólogo hermoso y poético para lanzar la historia. Me ha parecido que tiene una extensión adecuada: ni muy largo ni muy corto.
ResponderEliminarAl contrario, se me ha hecho cortísimo. Qué forma tan bella de comenzar esta historia. Estaremos pendientes de esta urbe concebida mediante crímenes, engaños y traiciones. Y no se preocupe por lo de pasar a visitarnos. Cómo no íbamos a comprenderlo?
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Tienes, creo yo , tomada la medida justa. Precioso principio.
ResponderEliminarPor la visita a mi blog,no te preocupes, quedas exenta: prefiero tener el placer de disfrutar como disfruté con Dido.
Necesitas el tiempo completo para ésto, cualquiera lo comprende.
Hola, mi querida Isabel, precioso y perfecto este inicio para tu nueva novela, y para irentrando en materia y aprendiendo nuevas cosas sobre las leyendas de la fundación de Roma, que darán origen a esta novela.
ResponderEliminarDecirte también que sí, que me han llegado tus dos comentarios, es que tengo impuesta moderación de los mismos, por eso no los habías visto.
Mil gracias por adjudicarme un papel, si todavía está libre el de la cantante, pues ése, aunque yo sólo canto en la ducha y poco más, jaja, y sino el de la loba capitolina tampoco me va mal, me tendré que preparar para aullar, jeje, además, seré la "mami" adoptiva de los gemelitos, jeje.
Lo que tú quieras, Isabel, al fin y al cabo serás quien escribas la historia. Recibe un gran beso, querida amiga.
Una estupenda introducción y un gran inicio con las vicisitudes de estas tres mujeres que quedan hermanadas de alguna manera por el infortunio. Dar a luz algo tan grande y hermoso como lo que te propones requiere una buena dosis de dolor compartido.
ResponderEliminarCura ut valeas.
Amiga, me alegro de ver que ya está en plena marcha este bellisimo proyecto... Es una gran satisfaccion poder compartirlo desde este primer momento...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, y mis mejores deseos
Querida Isabel, no voy a repetir lo que dicen los comentarios anteriores, que también comparto, pero añado que ya tengo ganas de ver cómo sigue.... No sé si estás recuperando el género literario de la novela por entregas que nunca había seguido, pero me gusta, este dejar reposar lo que has publicado hoy (qué dulce!) hasta el siguiente texto. Gracisa por este delectare...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Me pareció estupenda la entrada y no sé por qué nos hablas así Isabel, yo vengo porque me gusta tu espacio y así nunca vengas al mío yo siempre vendré a disfrutar de tus entradas, porque me saben a catar el arte contemporáneo de la misma fuente; es como si asistiera al atelier de García Lorca o de Hemingway ¿me entiendes? Un gran abrazo
ResponderEliminar¿Qué decirte? Que está estupendo, hasta yo me veía en ese bosque umbroso. Un abrazo admirado.
ResponderEliminarPor supuesto que no voy a esperar tus visitas, ¡faltaría más! Fundar Roma requiere de todos tus esfuerzos.
Leer este primer capítulo ha sido un placer y un disfrute. Aunque largo, se me ha hecho corto. Bello bello. ¡Cómo no vamos a entender tus dificultades, me parece que nos conformamos con tener la oportunidad de leerte! Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEstupendo Isabel, a mi se me ha hecho corto.
ResponderEliminarNo te preocupes por visitar nuestros blogs, creo que tienes unas razones muy importantes y desde luego, nos compesarás en el tuyo.
Bicos
Una introducción muy bella ,que nos hace esperar las proximas entradas con ansia .
ResponderEliminarUn proyecto ambicioso , que necesita de toda tu atención ; por eso compredemos que no puedas visitarnos tan a menudo .
Besos desde Málaga.
♥
ResponderEliminarMuy buen comienzo, Isabel, en la calidad del contenido como en la extensión. Es un placer leerte.
Saludos.
♥
No, ya, ya, ya sé que no es lo mismo la loba que la otra, jajaja, la una aúlla y la otra canta de maravilla. Bueno, pues me quedo con la mujer que canta muy bien, porque de ésta no me supera ni la Callas, hale, jajaja. Otro beso, Isabel y buenas noches.
ResponderEliminarCon cuánto placer me sometí a este nuevo emprendimiento lleno de belleza!!! No, no es largo. Abrazos.
ResponderEliminarYa me veo en el bosque sagrado de Silana y siento el embrujo de su belleza a mi alrededor, aunque aún ignoro, en mi inocencia, lo que el destino me depara. Soy confiada y espero el beneplácito de los dioses, aunque si ellos deciden algún designio que escape de mi comprensión, lo acataré con humildad y alegría.
ResponderEliminarHoy estoy feliz danzando por el bosque. Dejemos que la vida fluya por mis venas y que el sol me inunde con sus rayos.
Firmado: Rea Silvia, o Ilia Rea Silvia.
Magnífico comienzo, Isabel. Me encanta la parte reflexiva que medita en la bondad o maldad de los hechos que nos acontecen, según la perspectiva desde donde se mire.
La entrada la encuentro adecuada en su extensión.
Y en cuanto a que puedas o no acudir a nuestros blogs, tranquila. La concentración que exige escribir una novela no permite dedicar horas a visitar a los amigos.
Abrazos y muchísimos ánimos, mi Romana.
Precioso comienzo para tan apasionante viaje. Tal vez, el relato coral que comienza sea realmente la historia fidedigna de la fundación romana y lo que nos contaban hasta ahora los libros eran fabulaciones falsas sobre las que se pergeñó la historia. Así que ¡Ave, Isabel Romana!, los que vamos a nacer de tu ingenio te saludan!
ResponderEliminar"Ha amado mucho y ha preservado sus amores intactos en el corazón": Olé.
ResponderEliminarSé que la autora (exquisita y educada -Drac-) quisiera ir a visitar a todos (a mí me pasaba cuando tenía mi blog activo) pero ahora está en una dimensión diferente, está gestando la fundación de Roma cara al público, y creo que ante estos temores se agarra a nosotros en su generosidad como conductora y firmante.
Ánimo, no te preocupes por nosotros, felices de esperar, tarde lo que tarde, lo que tenga que tardar. Aquí estamos.
Soy osada, debería hablar por mí, pero tengo la gran experiencia (tal vez por mis circuntancias en esos momentos) de haber participado en la elaboración de Dido.
Tranquila, niña y que venga pronto la marcha, jajaja.
Un fuerte abrazo.
Me alegra saber que os ha resultado satisfactorio el comienzo. Yo también me veo por el bosque sagrado de Silana tratando de ver a la ninfa y escuchando el sonido del agua... Lástima que estos paisajes tan idílicos sean rotos por el hombre y su violencia. Pero vaya, que nos tendremos que fortalecer ¿no? Besos a tod@s.
ResponderEliminarMayte dalianegra, para tí la señora que canta muy bien. Pero ve pensando un nombre...
ResponderEliminarUla, te tengo anotada como participante, pero aún no me has dicho qué quieres ser. A ver, piensa, piensa. Besos.
Me fascina la forma en que relatas la historia y no voy a perderme ni una palabra, sea del largo que sea el texto.
ResponderEliminar(Dije lo de ser un gato en el post anterior por decir algo, me gusta leerte, no hace falta nada más)
Un beso grande.
Largo? ¿de que estas hablando, mujer?? Ademas de magnifico, se me ha hecho exasperantemente corto, quiero saber mas, que paso con Rea Silvia y con las otras, de que huyen, quien las persigue, porque las desacreditaron (bueno, me lo imagino). Se me hace demasiado tiempo una semana para saber que continua.
ResponderEliminarSi bien estoy muerta de cansancio, lo relei tres veces y me sabe a poco!
¿largo? Como se te puede ocurrir eso!
Querida Isabel, este post pedía ser largo para adentrarnos en la historia. Exacto! Precioso, poético... qué bonito. Un gran abrazo
ResponderEliminarEl post espléndiso. Es todo un lujo leerte. Estoy ansioso por más. Rafa
ResponderEliminarSeguro que bien termina lo que tan bien empieza.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
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ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe he sentido en esa selva primordial de las grandes historias. Gracias por este precioso inicio.
ResponderEliminarPerdona, dos veces tropiezo con alguna piedra, me levanté espesa y en el bosque encantado acabé por perderme.
ResponderEliminarIsabel !salve! con este inicio ya me cautivas, me impregnas de un paisaje plácido y entro en la cueva sin miedos, aletea los malos augurios. Silana, la conozco, dulce ninfa, aparece Acca, a esa la conozco bastante, eso creo, Hersilia, Rea...tres mujeres, tres casi niñas ante Destino. Nos conduces desde el idílico entorno a las meditaciones, a los presagios.
Poético y tentador comienzo, en su justa medida, amiga, esto promete mucho.
Besito inquieto, estamos en tus manos diosa, maga. La suerte está echada.
A lo tuyo, a las palabras que han de fascinarnos, esta labor te tendrá atrapada entre la felicidad inmensa y el dolor. De nada te preocupes, vamos siguiéndote embrujadas, cautivos.
¡Vaya comienzo!
ResponderEliminarYa estamos en marcha: me abrocho el cinturón y a disfrutar.
Abrazos, Isabel
Genial este comienzo!!!!!!Mucho ánimo!!!
ResponderEliminarNo, no, Isabel. No es para nada extenso el post. Se trata de una lectura tan grata que seguirías y seguirías leyendo.
ResponderEliminarEn cuanto a tus visitas a otros, eso no debe preocuparte en absoluto. Ya ves que no es preciso porque aquí nos encontramos todos, inmersos en esta nueva aventura.
Un abrazo!
Querida Isabel, es bellísima la entrada y se hace tan corta que hay que releerla para disfrutarla de nuevo. Te mando este comentario rezagado porque ayer 8 de febrero se cumplía 150 aniversario de la Ley Hipotecaria, y estaba en Madrid. Desde luego, empezar el 8 de febrero tu novela, es un buen augurio y deseo que dentro de 150 años se celebre esta novela, y que hablen de ella, de sus personajes, que hablen de nosotras aunque no estemos...
ResponderEliminarBesos
Genial Isabel !! Lo lees, lo relees y cada vez te parece más hermoso. Ya estamos atrapados en esta maravillosa aventura y ansiosos por conocer su devenir. Adelante, sigue alimentando nuestras almas. Bsts.
ResponderEliminarYa lo he leído. Fantástico. Ahora, a esperar.
ResponderEliminarD.
Esto es como asistir un parto. En directo, viendo cómo es el nacimiento de una novela. Me parece muy emocionante estar aquí leyendo.
ResponderEliminarLa longitud? Pues como yo tiendo a alargar las cosas, a mí se me ha hecho corta, jajaja, pero creo que tiene una longitud buena. Ni cortita pa dejarnos con ganas, ni extremadamente larga. Ya te digo, yo no he notado que sea larga.
Y ya he quedado encantada con este inicio. Madre mía, qué enganche, ya verás...
:D
Un beso
... me estaba imaginando cual sílfide por ese bosque de ensueño... ¡Llegaban hasta mí las esencias silvestres de este "fabuloso" bosque!
ResponderEliminarIsabel, de verdad, no es nada enfarragoso, se hace muy ameno... y con ganas de más!
Besazos y ánimos!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar"Nadie teme una desgracia en un día de sol"..
ResponderEliminarvaya qué bonitas frases tiene este inicio, me gusta!!
Ya me anotaste con alguno? Clodia o Paula de Roma... jejeje
Besotes!
Veo que el tema del bosque ha sido de vuestro agrado. ¡Como que casi todos vosotros os habéis perdido por ahí...! Pero, ojo, que aunque Silana tenga muy buen carácter, los bosques siempre han estado llenos de peligros y, desde luego, Silana no lo puede todo.
ResponderEliminarElisa de Cremona, no me seas tan vaga y precisa un poco más.
Y a los demás participantes (¡que son muchos!) los animo a leer y seguir la historia, pues de lo contrario no la disfrutarán como está previsto.
Me voy a escribir el siguiente capítulo. Besos a tod@s.
Nada largo. Una delicia seguirte.
ResponderEliminarAmiga mìa,tu pòstulo serà largo,aunque de tan repleto de dulzura y calidez,se hace inmensamente ameno... :)
ResponderEliminarP.D.:Serà que tal vez los Dioses preservan ciertos espacios terrenales donde redimir ciertas crueldades??
TE DEJO MIS BESITOS INTENSOS ISA QUERIDA ♣
Y serè sumamente paciente en la espera del/los personajes restantes... ;)
Lo he leído fascinada, imaginándome a Silana y a Rea Silvia no en Italia, sino aquí mismo, en los bosques que me rodean, ahora exultantes gracias a los rayos de sol de los últimos días, con arroyos desbordantes y neblinas a las primeras horas del día.
ResponderEliminarBesos
Gracias, pedro ojeda. Besos.
ResponderEliminarGabu, procuraré asignarte un papel enseguida.
¡Una neblina es lo que me hacía falta, carmenbéjar! ¿Ves cómo es muy útil dejarnos llevar por nuestras emociones e impresiones? Besazos.
Buenas noches Isabel,
ResponderEliminarGracias por tu visita.
http://elenegp.wordpress.com/2011/02/10/de-la-fundacion-de-roma/
Un abrazo
"Un borbotón de agua transparente..." meencanta esa frase.
ResponderEliminarOh, e estado paseando por el bosque, recogiendo hierbas -es falso que deben ser a la luz de la luna o cuando esta tiene determinada forma- noto que una de las damas esta en estado digamos comprometido. Si no es muy tarde, puede que necesite de mis servicios. No hay que esperar mucho tiempo tampoco, pues no siempre resulta bien. Cuanto antes, mejor. Puede estar tranquila que jamas utilizo eleboro negro, si bien es efectivo sienten que se les va la vida y las tripas con este. Mis productos son mas antiguos, efectivos aunque logicamente mas caro.
ResponderEliminarEntiendo que no estan en buena situacion, pero en ocasiones, Favor con favor se paga, en el debido momento que lo necesite.
Mercurio en todos los caminos.
Calixto/a
Querida Isabel;
ResponderEliminarmi sorpresa es doble porque me acabo de enterar de que las vas a escribir AQUÍ .
Yo pensaba que preparabas un libro impreso y bueno, me disponía a comprarlo en cuanto saliera para leerte y ver a Cornelia haciendo empanadas huecas de las que saldrían gorriones volando en los banquetes.
jeje.
Pero así es una sorpresa total y una iniciativa maravillosa.
Me ha encantado , a mí no me parece largo , es genial.
Mil besos.
¡Ay, que llego ya tarde! Se me van a escapar las ovejas a este paso. ¿ O son cabras?
ResponderEliminarEsta noche vuelvo con calma y leo y comento, que hay muchos comentarios interesantes además del texto apenas visto aún.
¡ No os vayáis sin mí, porfa! Abrazos y besos
Clodia, es la amante de Catulo.. ya sabes... la vilipendiada...
ResponderEliminary Paula de Roma es de a que habla san Jerónimo en sus cartas... que había sido madre de 3 hijas y un hijo, era rica, llevada por eunucos por la ciudad.. etc, y cuando quedó viuda se hizo monja peregrina y se fue a Tierra Santa, hizo el recorrido con mucha detención y atención... luego se fue a Egipto para aprender de los anacoretas y cenobitas y luego a Basilea. Murió en Belén y allí bajo la iglesia fue enterrada...
qué te parece?
Que suerte, la pillo desde el principio, ánimo y a por ella, que lo mas dificil es comenzar...
ResponderEliminarUn beso
Isabel, mucha suerte en esta nueva andadura.
ResponderEliminarPrecioso comienzo, como todo lo que surge de tí
Besitos
Sin duda Silana forma parte de una introducción cautivadora, bosque incluido; qué gusto siempre leerte Isabel, te superas. Besitos.
ResponderEliminarLargo dices...escribes como los ángeles Isabel, absorves totalmente el interes y el tiempo vuela!
ResponderEliminarEs toda una aventura y es un gusto saber que nos haces parte de ella :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarExcelente, Isabel
ResponderEliminarHe llegado a ver el bosque y sentir ese frescor de sus flores a la vez que deja esa intriga de saber más sobre la historia.
Un precioso oasis al final de la jornada.
Se me ha ocurrido buscar ne google maps el lago y el monte.
ResponderEliminarhttp://maps.google.es/maps?f=q&source=s_q&hl=es&geocode=&q=Lago+Albano,+Castel+Gandolfo,+Italia&sll=40.396764,-3.713379&sspn=7.87893,19.665527&ie=UTF8&hq=&hnear=Lago+Albano&ll=41.754154,12.686119&spn=0.060317,0.153637&z=13
No sé si será buena idea o que te parecerá, pero dejo aqui el enlace por si alguien quiere reforzar las bellas palabras de Isabel con las aereas imágenes de google.
Yo lo hacía para ubicarme, pero njo sé si romperá la magia de la literatura...
Un beso. Preciosa la entrada.
¡Ah, escritora diligente y afectuosa amiga!
ResponderEliminarGracias por esta dedicatoria tan hermosa a la ninfa Silana y al bosque al que le da nombre. No podían ser más mágicos ambos, ¡incluso el rostro de ella se refleja! ¡Qué maravilla!
No podría haberme imaginado un personaje tan intenso, profundo, hechicero y encantador. Gracias, de corazón, pues mi ánima encuentra en el bosque de Silana muchas explicaciones. Los orígenes son antiguos y desconocidos pero el presente que se gesta en el bosque explica ampliamente el sentido de su espíritu.
Bosque de Silana, ninfa escondida, benévola, magnánima, (al menos de momento). Espíritu que pasea entre las dulce encinas.
Me ha encantado el alma de Silana que "ha amado mucho y ha preservado sus amores intactos en el corazón."
Menudo regalo, ¡más hermoso imposible!
Qué suerte tener la fortuna de identificarme con este personaje tan intenso y que tiene un papel tan importante. Gracias infinitas.
Un gran abrazo, querida ISabel.
Bueno, esto empieza potente, con una hermosura sin igual, ya me he enganchado, gracias mil.
ResponderEliminarBesos y Abrazos.
Alunbra un nuevo hijo de tu creación. Ha llegado con la luz suficiente para hacer brillar cada letra.Y crear las necesarias sombras para aventurarme a curiosear qué más pasa en la trama: Mujeres de Roma...Voces, almas, vidas, tiempo remoto,que me tendrá suspendida y admirada como en la novela anterior.
ResponderEliminarCelebro tu Literatura, amiga.
...Si encuentras un lugar para mi presencia, pues, nada más, concédemelo.
Un abrazo
Querida Isabel, Para mi será un placer y un honor formar parte de este nuevo y exitoso proyecto como el personaje que tu me propones en tu mail.
ResponderEliminarMe ha encantado el inicio y espero el siguiente post con ansiedad .
Un abrazo
Precioso, fresco y, sin duda alguna, el preludio de algo que va a ser maravilloso.
ResponderEliminarAmiga Isabel,
ResponderEliminarTengo que decirte que me he leído con toda la atención del mundo este primer relato sobre la proyectada Vrbem Romam, y la verdad es que me ha encantado. Creo que te has esmerado en que se transparente en este primer capítulo la mejor Isabel Barceló, la que escribe con atención, con esmero, con ilusión. De verdad: me ha encantado el contenido y no hay ni siquiera un ápice que objectar a la forma. En efecto, la redacción es impecable. Mientras te leía, me imaginaba que estaba merodeando por uno de esos lugares bucólicos, por un bosquecillo, por una fuente, que tan deliciosamente nos describe Ovidio.
Observo también que has tenido en cuenta la máxima de Horacio de irrumpir in medias res.
Me lo he pasado muy bien. Seguiré leyendo el resto de los capítulos y ya te comentaré.
Mi felicitación más sincera y un abrazo enorme.
Antonio
Animo, amiga, y un abrazo fuerte...
ResponderEliminarResulta perfecto Isabel... siempre me saben a poco... ya ves...
ResponderEliminarQuerida Isabel. Repito lo dicho antes por otros. Tu texto se bebe de un tirón. Imposible parar.
ResponderEliminarMe voy a por el siguiente que quiero ponerme al día de la historia.
Siento haber tardado tanto en ponerme a la tarea, pero a Palantea se le han escapado un par de cabras y, lógicamente, han tirado al monte.
No veas lo que me ha costado hacerlas volver al redil. ¡Qué sudores!
Un abrazo, querida Romana
Querida Isabel;
ResponderEliminarQue fácil es leerte, como transportas al lector a historias ya vividas y como deseo revivirlas a través de tu sensibilidad y tú maestría .
Tres mujeres unidas por el dolor, las tres magnificas.
La descripción que haces de ellas, es meritoria , como siempre que hablas y escribes de nosotras las muujeres.
Con afecto...
Pilar Llorca
Pienso lo mismo que los comentarios anteriores. La historia empieza muy bien, tiene ese toque poético de los autores antiguos.
ResponderEliminarSi todavía pudiera ser me gustaría ser una matrona de algún rico comerciante sin escrúpulos. Cuanto más malvada.
Luego seguiré leyendo.
Mi venerable dama.
ResponderEliminarEmocionada leo el primer capitulo,iré lentamente dadas las circunstancias ya conocidas por ti.
De un solo golpe me has llevado a la Roma de hoy en día,urbe privilegiada e inolvidable,descubrirla a través de tus letras es una aventura,me voy contenta aun cuando solo me he leído esta entrada plena de poesía y con esa reflexion que msa de una vez nos hacemos no importa la época,"en los asuntos divinos permanecemos ignorantes toda la vida",la leyenda en tiempos modernos donde casi todo ya se puede estudiar la imaginación y el conocimiento abre la puerta de la historia.
Un privilegio.