Igual que el hierro al rojo vivo es golpeado una y otra vez sobre el yunque para forjar la espada y, siendo aún dúctil, con cada golpe va adquiriendo la forma, el filo y la resistencia, así Rea Silvia había recibido los primeros mazazos que habrían de forjar en ella un corazón valiente. No hubiera sido diferente su destino si, sometida a la prueba terrible del dolor, se hubiera convertido en una criatura débil, pues los hados siguen el camino trazado y no se tuercen. Así pues, fue mérito suyo afrontar los acontecimientos con coraje y crecerse en el sufrimiento sin malear su corazón ni endurecerlo.
Con ese temple caminó entre los esbirros de Amulio, la cabeza inclinada pero el paso firme, sin una lágrima, ni un grito, ni una queja, el día en que había sido destronado su padre, incinerado el cadáver de su único hermano y ella misma acusada de traición y amenazada con la pena de muerte. En el cortejo que desde la explanada de las incineraciones regresaba a Alba Longa, sólo los nuevos reyes, Amulio y Criseida, expresaban alegría. La multitud los seguía en silencio y tampoco los aclamaba el público agrupado a lo largo del camino.
Marchando tras ellos, la Vestal Máxima Camilia buscaba desesperadamente el modo de impedir la muerte de Rea, ese crimen brutal. Intuía que la ambición de Amulio, a diferencia de la de su esposa, tenía un freno: el temor a los dioses. Incluso para algo tan abyecto como destronar a su propio hermano, se había impuesto límites. Eso explicaría que, aun habiendo asesinado a su sobrino y tratado de matar su sobrina, no se hubiera atrevido a cometer un fratricidio, uno de los crímenes más horrendos a los ojos de los dioses y de los hombres. Para salvar a Rea Silvia, debía avivar los escrúpulos del rey. Pero ¿cómo? Estaba ya la comitiva cruzando el bosquecillo que crecía cerca de la puerta occidental de la muralla, cuando un grito la sacó de sus pensamientos.
- ¡Eh! ¿No ves que es un pico-verde? – gritaba un niño a otro que, encaramado a un árbol, hurgaba en un nido –. Es un pájaro protegido por Marte. ¡Si le haces algún daño, te castigará!
Un relámpago iluminó la mente de Camilia: ese niño le había dado una idea. No debatiría con la esposa de Amulio. Cualquier intento de rebatir sus argumentos estaba condenado al fracaso porque Criseida era demasiado lista y demasiado rápida, su capacidad para tergiversar las palabras y los hechos era tan grande como su maldad. Llevaría la discusión a otro terreno. Y los dioses le perdonarían que, para salvar a Rea, dijese una mentira. Con todo, debía administrar sus argumentos con cautela. Antes de llegar a la cabaña real, donde se decidiría la suerte de Rea Silvia, Camilia tenía un plan concreto.
El rey Amulio y Criseida presidían el semicírculo formado por los consejeros y la Vestal Máxima. A cada uno de sus extremos fueron sentados Aurelia y Númitor, aislados entre sí y separados de los demás, ya que habían quedado excluidos del Consejo. Rea Silvia fue situada al fondo de la sala, frente al rey. Por voluntad de éste, se había zanjado la discusión en la explanada para reanudarla formalmente en la cabaña real y decidir sobre el castigo a la joven, acusada de traición.
Pidió la palabra la Vestal Máxima y cuando sintió sobre sí los ojos angustiados de Aurelia, se llevó la mano al hombro derecho. Aún llevaba puesta la fíbula que se habían intercambiado el día anterior y se la acarició con el pulgar varias veces para darle a ella tranquilidad y a sí misma confianza. Poniéndose en pie, se dirigió al centro de la sala.
- Debo disculparme ante ti, rey Amulio. Hubiera debido informarte antes, pero quería esperar a tu nombramiento para brindártelo como regalo… Ayer mismo ofrecí a Rea Silvia a la diosa Vesta, prometiéndole que la consagraría a su servicio. Así pues, no es prudente juzgarla y mucho menos realizar acciones que priven a Vesta de su sierva.
Esta noticia dejó atónitos a los asistentes, pues cambiaba por completo la situación. Rea Silvia miró a Camilia y luego al rey Númitor, en cuyos ojos brilló una chispa que no supo interpretar.
- ¿Cómo te has atrevido…? – reaccionó, tras un instante de silencio, Criseida –. ¡Es el rey quien elige a las vestales!
- Rea Silvia no está consagrada, el rey la puede rechazar – respondió conciliadora la Vestal Máxima –. Sin embargo, no lo recomiendo. ¿Habéis pensado en lo que significa sustituir a un rey por otro, estando el primero con vida?
- ¡Aurelia así lo quiso y los augurios han sido favorables! – intervino un consejero.
- Así ha sido. Ahora bien, que los dioses hayan sido favorables al nombramiento de Amulio no nos exime de hacer cuanto esté en nuestras manos para propiciar a nuestras divinidades y pedirles que su reinado sea próspero y beneficioso – respondió Camilia, paseando su vista por los rostros de los asistentes –. ¿Acaso alguno de vosotros ha salido de su casa esta mañana sin hacer la ofrenda matutina en el altar doméstico? ¿No habéis pedido a los dioses que os protejan a vosotros y a los vuestros, como todos los días? ¡Cuánta más tutela y socorro necesita a diario una ciudad! Siendo Vesta la protectora de Alba Longa y de cada uno de sus hogares, ¿no juzgáis necesario congraciarnos con ella? Que el nuevo monarca le consagre la castidad de una virgen es el mejor modo de complacerla. Por eso le prometí a Rea Silvia.
Pese a que Criseida le hablaba al oído, no había rechazo en la actitud de Amulio. Varios consejeros tomaron la palabra. Ninguno habló de traición ni de castigos, sino que consideraron la propuesta de Camilia muy razonable. Y hasta necesaria, apuntó uno de ellos, teniendo en cuenta la amenaza de guerra que pendía sobre sus cabezas.
- De acuerdo, hemos de honrar a Vesta – concedió Criseida de mala gana y evidente enfado –. Pero no hay motivo para consagrarle a Rea Silvia. Elijamos a otra muchacha.
- Propongo entonces que la elegida sea Anto, tu noble hija – dijo rauda Camilia.
- ¡No metas a mi hija en esto!
- Las vestales han sido elegidas siempre de entre las familias de mayor rango y prestigio – respondió Camilia -¿No es así, señores del Consejo?
- Muchas jóvenes de buena familia reúnen los requisitos para ser vestales – rebatió ufana Criseida.
- Cierto. Pero no parece muy juicioso regatearle a Vesta la categoría de su sierva, como si se tratase de una diosa de poca importancia. Si el rey Amulio no quiere entregarle a su sobrina, que le ofrezca su hija. O a la inversa. Es lo que aconsejaría cualquier persona sensata.
Desde el fondo del salón, Númitor pidió la palabra y fue autorizado a hablar. Con voz desmayada declaró su conformidad para que Rea fuera consagrada a Vesta si así lo decidía el rey, congratulándose de poder ayudar de este modo a su hermano. Aurelia, que seguía el debate con una luz de esperanza en el corazón, confirmó la voluntad de su marido. Había aprobación en los gestos de los consejeros.
- Todo esto es una maniobra tuya, Vestal Máxima, para librar de su justo castigo a Rea Silvia – dijo Criseida con rabia apenas contenida. Sorprendió al Consejo la violencia de este ataque.
- Creí de buena fe que al rey Amulio le complacería consagrar a Rea Silvia. Y hubiera preferido no hablar abiertamente de lo que voy a decir, pero puesto que no lo comprendes por tí misma… – respondió la Vestal Máxima con un tono muy moderado –. Pensando en el bien de Alba Longa, juzgué necesario evitar que algún heredero de Númitor aspirase al trono en el futuro y se lo disputase a los herederos vuestros. Esa funesta posibilidad se evitaría si Rea Silvia permanece virgen. Y la manera más segura de conseguirlo es consagrarla como vestal. Ningún hombre podrá tocarla, bajo pena de muerte. Nadie se atrevería a violar su castidad.
No había argumentos que Criseida pudiera esgrimir ante el Consejo. Sin duda los consejeros habían considerado con preocupación el peligro de una guerra entre los descendientes de Amulio y los de Númitor para disputarse el trono. Y he aquí que la Vestal Máxima ofrecía una solución muy satisfactoria, pues eliminaba el problema de raíz. Así lo expresaron, con entusiasmo, uno tras otro, sin que el gesto de rabia de Criseida lograra silenciarlos.
- Sea. Mañana mismo celebrarás la ceremonia de consagración – concluyó Amulio. Se levantó de su asiento y puso fin a la reunión.
Muchas lágrimas se vertieron entonces, dentro de la cabaña real y fuera de ella donde, angustiados, esperaban su salida los amigos de Rea. Estalló el júbilo. Hizo sonar Palantea su melodía más alegre, creyó Espórtula abrazar otra vez a su amado, Énule y Amneris, aliviadas, se regocijaban con la doncella Tuccia, la vestal Adriana sonreía a su nueva compañera, Alec fue esa tarde el pordiosero más rico de Alba Longa, se mantenían aparte y satisfechas Kritubis y Celia. ¿Y habría en el mundo muestras suficientes de afecto para agradecer a Camilia que hubiese salvado la vida a Rea Silvia?
Cuentan las mujeres que aquella noche Divaida la misteriosa, la diosa Vesta y la enigmática Luna, se citaron en el bosque sagrado de Silana. Danzaron entre las encinas milenarias y al alba se conjuraron para proteger siempre a Rea Silvia. Naturalezas femeninas, quizá conocían los hados y sintieron piedad de ella. O quizá la amaban por la dulzura y entereza de su corazón, o quizá nos amaban ya a nosotros… Mas ¿quién conoce los motivos y las razones secretas de las deidades? Lo cierto es que Rea Silvia necesitaría de toda su protección.
NOTA 1.- Con este post, concluye la primera parte de la novela sobre la fundación de Roma. ¡Espero que haya sido de vuestro gusto!
NOTA 2.- Gracias a Antonia Romero
por anunciar esta iniciativa en su blog.
NOTA 3.- El sábado 9 de abril estaré en la Feria del Libro de Valencia, firmando ejemplares de "Dido reina de Cartago" en la librería IDEAS, casetas 18 y 19, a partir de las 6 de la tarde.
Queridos amigos, pido disculpas porque este post ha sido un poco más largo que los anteriores. Pero claro, no iba a dejar el final de esta primera parte sin rematar. Gracias a todos por haberme seguido durante todo este tiempo, son vuestra presencia, ánimos y comentarios los que me ayudan a hacer este esfuerzo y superar los momentos de bajón y debilidad. ¡Mil gracias!
ResponderEliminarMenos mal que termina bien para Rea Silvia, ¡qué alivio!
ResponderEliminarUna primera parte interesante, espero la segunda con mucha curiosidad.
Abrazos
Respiro aliviada. La Vestal Máxima Camilia es mujer de gran inteligencia y ha sabido burlar el oscuro destino que la malvada Criseida había previsto para mí. Amulio, aunque traidor, teme a los dioses y no atrae sus iras ni la animadversión de los miembros del Consejo ni de Alba Longa.
ResponderEliminarAún no sé en qué consistirá ser una Vestal, pero aprenderé de Adriana y, sobre todo, de la prudente Camilia.
Con mis padres vivos, mi corazón se serena y el destino que ellos han aprobado para mí será el correcto, porque cualquier destino es preferible a la muerte.
Gozosa, me entrego al placer de la dulce música de mi amiga Palantea.
Isabel, magnífico final de esta primera parte. Emocionante, muy emocionante.
Bravo, mi romana.
Un beso enorme.
De veras me parece el mejor de todos, Isabel. Logra llegar al cénit, mantenerlo, dejarlo caer algo y luego sobrepasarlo.
ResponderEliminar¡Cuánto sabes de esa época! Y del corazón humano también, con sus cualidades y defectos.
Así como Criseida es mala a rabiar, la Vestal es inteligente, Rea es encantadora y tú una fiera para enlazar todos estos personajes.
Que los dioses la sigan protegiendo.
Un gran abrazo.
Precioso y redondo fin de la primera parte.
ResponderEliminar♥
ResponderEliminarMe encanta esta primera parte. ADELANTE.
Salud♥s
Fantástica primera parte... gracias por darnos un respiro y dejar a Rea Silvia a salvo. Brillante la Vestal Máxima...
ResponderEliminarAprovecho para decirte algo que siempre se me olvida: te felicito también por la selección de imágenes para ilustrar los posts!!!!!!
Abrazos y aquí nos quedamos... esperando!
Gloria
Increíble esta primera parte. Y un final de altura, Isabel, muy emotivo y resuelto con maestría.
ResponderEliminarFelicidades por tan gran trabajo.
Besos
Una primera parte muy buena, será una novela estupenda.
ResponderEliminarBicos
Uffff, ¡qué alivio! Maldita Criseida, te fastidias, pero a tu hija Anto no la querías ceder, ¿eh? Astuta Camilia, observadora. Me ha gustado mucho lo del "pico-verde, pájaro protegido por Marte".
ResponderEliminarLa Vestal Máxima ha invocado la ayuda de la diosa Vesta y ello ha suscitado un momento mágico y un encuentro misterioso de Naturalezas femeninas en el hechizado bosque sagrado de Silana, ¡qué narración tan hermosa! La danza entre las encinas y la protección prometida para Rea Silvia en ese bosque son de una belleza tan misteriosa como Divaida, tan enigmática como la Luna y tan cierta como Vesta. Un momento intensamente poético para finalizar esta primera parte tan extraordinaria que nos ha sumergido en la maravillosa aventura de fundar Roma y que no está exenta ni de sufrimiento ni de la nobleza de espíritu de algunos. Qué alegría que este encuentro se haya producido en el bosque de Silana.
Enhorabuena por esta extraordinaria entrega, es todo un privilegio participar en ella y disfrutar de tanta, tanta belleza. Las pinturas, por cierto, siempre sone exquisitas.
Un gran abrazo, Isabel querida. Gracias.
Los Dioses han escuchado las plegarias, el corazón de Rea Silva y su alma están a salvo, por ahora ha sido consagrada y su vida esta protegida. Estoy ansiosa por la continuación, ha sido todo un placer Isabel seguir la historia, este primera capítulo lleno de belleza, gracias por dejarnos ser parte de ello.
ResponderEliminarUn abrazo grande!!
Amulio: Aunque me molesta que Rea Silvia se libre del castigo, esta primera parte no ha estado mal. Al fin y al cabo, entré aspirante y salgo como rey triunfador. Tendré que calmar un poco a mi mujer que es demasiado explosiva y controlar a mi hermano, mi cuñada y su sobrina. Desde el poder es más fácil. Todo lo veo de color real.
ResponderEliminarYo: Isabel, me ha gustado y divertido esta parte. Gracias por hacernos partícipes. Y, a seguir escribiendo, que nos dejas con hambre de novela. Besos.
Salud y República
Muy buen final de esta primera parte. Esperamos ansiosos la continuación. Roma nos espera. Rafa
ResponderEliminarAMIGA ISABEL MUY BIEN REMATADA ESTA PRIMERA PARTE, MAGISTRALMENTE NARRADA EN CADA CAPÍTULO LA INTRIGA, LA ATMÓSFERA COMO VIVIDA, LOS PERSONAJES, LAS DIVINIDADES, LAS PALABRAS QUE NOS LLEVAN DE UN ENTORNO DELICIOSO A LA ANGUSTIA, AL MISTERIO. FELICITACIONES Y A POR LA SEGUNDA PARTE.
ResponderEliminarNunca dudé que la intervención de la Vestal en nombre de Vesta, conseguiría solventar el Destino cruel de la niña Rea. Ahora, con el dolor vivido, más madura y Vestal consagrada, virgen ¿para siempre?
Alegría de amigas y amigos, danzas divinas con Silvana la natura, bella amiga, dulces cánticos, augurios positivos ¿hasta cuando?
Isabel del alma, planea en el futuro, lejos aún, el fantasma convocado del fratricídio, la sangre fundacional de una URBE, como la sangre ha sido derramada en Alba, y burlado el derecho y la piedad, entronizando con el hermano aún vivo, al detestable Amulio. Ayyy, diosa que trazas las letras tu sabes muchos secretos, aquí los esperamos invocando a Vesta a Fortuna a Mater a los Hados.
Por mi parte estoy dispuesta a cabalgar en dirección oriente, navegando mediterráneas hasta tierras santas y no tan santas.
Sin embargo, te sigo, no lo dudes, amiga. Besitooos.
Madame, qué astuta la vestal!
ResponderEliminarMuy bien tramado, magnifico final para esta primera parte, y nos da al fin un respiro con respecto al destino de Rea Silvia.
Aguardamos la continuación.
Feliz fin de semana
Bisous
Enhorabuena Isabel, otra joya literaria como Dido reina de Cartago.Una delicia como la anterior novela,eres una maga de las palabras.Hasta pronto!
ResponderEliminarBueno, pasaremos un buen fin de semana sin temer por Rea.
ResponderEliminarHa sido una primera parte perfecta: has sentado todos los personajes, has fijado la historia y nos dejas relajadas para afrontar lo que viene después de todos los conflictos emocionales.
Descansa, que te has elevado mucho el techo y necesitarás estar fuerte para continuar.
D.
'crecerse en el sufrimiento sin malear su corazón ni endurecerlo' Un buen programa: demasiado duro sin esperanza e inhumano si es en soledad. Espero ver, siempre con doble mirada, lo que alimentará la primera y quien la acompañará haciendo fecunda la segunda.
ResponderEliminarEnhorabuena Isabel. Vas cumpleindo plazos en la novela y eso, la fuerza de voluntad, es una de las cosas más valiosas de un escritor. Y tu la tienes en abundancia.
ResponderEliminarMe encanta el relato, afloran los sentimientos entre sus palbras e incluso creas cierta angustia mientras leo por el destino de uno u otro personaje. Esa es la magia de las palabras que siempre encuentro en las tuyas.
Un besote enorme y a seguir. Qué envidia (sana) me das...
TE escribo hoy con un suspiro de alivio por la salvación de la pequeña Rea Silvia. Además, seguro que ha sido una gran lección vital para ella.
ResponderEliminarCamilia ha estado fantástica! Porque la Criseida es mala malísima, pero a los malos malísimos se les va la inteligencia por la ira. Y menos mal que el temor a los dioses estaba bien arraigado en las creencias, que si llega a ser hoy día, Amulio reniega de dios en un pis pas, jajaja!
Me ha encantado la primera parte y espero la segunda con ansia!
Un beso
Un broche de oro el que cierra esta primera parte. Y un respiro para Rea Silvia y su familia y también para el lector.
ResponderEliminarMuy inteligente y sagaz la Vestal máxima con este artilugio para salvar la vida de la joven. Lo que menos me agrada de todo esto es que haya que recurrir a "meterla en el convento" para solucionar las cosas. Claro está que no había otro remedio.
Esperamos con agrado la continuación de la historia.
Un saludo.
Ha sido una hermosísima Primera Parte. Y su final es, además, esperanzador para los personajes que cuentan con la simpatía del lector.
ResponderEliminarEnhorabuena, Isabel.
ENHORABUENA CON MAYÚSCULAS.
Y un beso
Ya nos hemos relajado (dentro de la desgracia), y compruebo que casi siempre hay alguna persona desinteresada , como la Vestal Máxima
ResponderEliminarque saca a Rea S. de un serio problema.
Aunque ser investida vestal, es una buena "jugada".
Besos y que firmes muchos libros...
Mil gracias a ti, Isabel, por deleitarnos con las historias del pasado glorioso de Roma. Sin tus toques de humanidad sería imposible imaginarnos los hechos tan cercanos y próximos.
ResponderEliminarPor cierto, el cariz que toma el asunto parece que es un poco más positivo. La primera parte parece terminar con un rayo de esperanza. Por lo menos Rea Silvia se libra de momento de la muerte y todo gracias a varias mujeres que, en ese mundo de hombres, se protegen unas a otras aun a riesgo de la vida.
Besos
P.D. Qué pena no poder estar en Valencia para que me firmaras la novela. Espero que tdo salga a pedir de boca.
¿Ya llegamos a la primera parte de la novela??
ResponderEliminarDebo confesarte que entre tanto tira y afloje,se ha hecho màs que amena y agitada la lectura... :)
P.D.:Durante varios puntos de tu relato dudè en que mediante alguna treta la cabeza de REA SILVIA estuviese a salvo!!
BESITOS OLÌMPICOS =)
Bueno, ya podemos respirar; concluye magistralmente esta primera parte con la puesta a buen recaudo de Rea Silvia.
ResponderEliminarFelicidades, Isabel!
Un beso grande.
Precioso el post! Me encanta el final, "Cuentan las mujeres...", las mujeres que siempre han contado y contamos, y contarán, con inteligencia, y muchas veces acalladas, pero amando con dulzura y de corazón. Que los dioses te acompañen, Isabel. Gracias por compartir tu cración.
ResponderEliminarBesos y feliz sábado
Isabel: esta primera parte finaliza magistralmente.
ResponderEliminarsos una gran mujer que cuenta!
mil besos*
Bueno, entre el happy end hay algunas dudas filosas: que pasara con Aurelia y Numitor, destronados y en la pobreza. Que le espera a la ciudad que esta en manos de dos dementes, a los que aclamaron y tarde caen en cuenta que los asesinos y traidores son ellos dos.Se pueden alegrar por haber salvado una vida, pero por el momento no les espera nada bueno, apuesto un venenito a esto!
ResponderEliminarImagino que Divaida si bailo como la original cuando le da el ataque de actividad, lo habra hecho con alegria, pasion y elegancia, como lo hace la original cuando pasacorriendo a las carreras.
Termina esta parte de traicion, pero se me hace que es nada comparado con lo que viene
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ResponderEliminarHola isabel, pronto saldrás de dudas, porque empezaré enseguida la segunda parte. Besos.
ResponderEliminarSaludos, isabel martinez barquero/Rea Silvia arrebatada casi milagrosamente de las garras de Criseida y Amulio. Comprendo tu confianza, tu descanso al ver alejarse el peligro, la aceptacion gustosa de una forma de vida hasta entonces no contemplada pero llena de prestigio y dignidad. Tus padres también han preferido, porque te quieren, que te consagren a Vesta aunque con ello hayan de renunciar a otros desecendientes que conserven y transmitan su sangre.
Alégrate con Palantea y con todas las demás amigas que están a tu lado y se alegran contigo. Eres muy afortunada al tener tantos amigos y personas que velan por tí. Un abrazo.
Hola virgi, me alegra que hayas visto ir creciendo y mejorando los capítulos. ¡Espero acertar en la segunda parte! ¡Cuantas mujeres habrá habido en la historia que merecen nuestro agradecimiento eterno y no sabemos nada de ellas! Al menos, recuperémoslas a través de la ficción. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarCelebro que te haya gustado este final, mariajesúsparadela. Besotes.
Hola melba reyes a, gracias por tus ánimos, no creas que no me hacen falta... En seguida va la continuación. Besos.
ResponderEliminarSaludos, gloria, opino igual que tú sobre la Vestal Máxima. Verdaderamente hace honor a su cargo y a su influencia social, una de las más altas de Alba Longa. Y bueno, sí, conviene dejar a Rea Silvia respirar hondo y mirar a su alrededor con otros ojos. Un abrazo.
Hola elysa, muchas gracias por una valoración tan positiva. ¡No sabes lo bien que lo estoy pasando y, al mismo tiempo, lo difícil que me resulta a veces encontrar el camino. Si el resultado os gusta, ese es mi premio. Un abrazo.
ResponderEliminarHola dilaida, ojalá te oigan los dioses y las musas... Un abrazo muy fuerte.
¿En qué otro lugar de Alba Longa mejor que en tu bosque, elena clásica/Silana, podrían reunirse tantas diosas? Tú fuiste la primera en proteger a Rea Silvia. Intuíste, o supiste por tu naturaleza divina, que esa muchacha estaba destinada a ser vehículo de un acontecimiento que cambiaría el mundo. Pero quizá la hubieras dejado abandonada al azar de no haber apreciado en ella cualidades dignas de aprecio incluso en aquel momento crítico en que ella acudió a tu bosque en demanda de auxilio.
ResponderEliminarAunque ella no lo sepa, de tí esperamos que cumplas esa promesa de protección futura. ¡Ay, mi niña Rea, cuánto la va a necesitar!
Besos, querida amiga.
Saludos mayte/Camilia, hemos de reconocer que, aunque apuntabas maneras de gran dama, en este final te has lucido absolutamente. ¡Me quito el sombrero ante tí, mujer digna entre las dignas, cabeza privilegiada, amiga fiel! Gracias por haber salvado a Rea Sivlia. Un abrazo.
Hola rey Amulio, puedes estar satisfecho porque te has salido con la tuya y con menos estridencias que tu esposa. Ahora eres un señor rey, con mando en plaza. Dedícate a disfrutar del poder y de tus maldades y olvídate un poco de tu hermano, ¡el poder de las armas lo tienes tú!
ResponderEliminarRafa Almazán, ha sido un placer tener un malo tan remalo y, al mismo tiempo, tan moderado como tú. ¡Si es que eres un modelo! Viene enseguida la segunda parte, la empiezo ya. Besos.
Hola rafa, eso es lo mejor: que Roma nos espera. Espero yo también culminar una fundación digna de ella. Besos.
Saludos, natalia tarraco, qué intuición la tuya, cuántas vicisitudes le faltan aún por vivir a nuestra niña Rea. ¡Que los dioses conserven en ella el corazón puro, su fortaleza! Aunque no sé, el amor de los dioses es, a veces, tan intenso y fulminante que quema y destruye como el rayo de Júpiter.
ResponderEliminarOjala te conduzcan a tí esos dioses oscuros y guíen tus pasos por el mediterráneo, que es su mejor y más querido dominio y del que, intuyo, no han sido jamás expulsados. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
Hola la dame masquée, bienvenido ha sido el respiro para Rea Silvia. Sin embargo, en mi corazón no olvido esa profecía que hicieste cuando eras Celia y las hojas de laurel acentuaban tu inspiración. ¡Ay, tu profecía! Pienso en ella y me da miedo. Un abrazo muy fuerte y feliz fin de semana.
Hola yolanda, gracias por dejar tu comentario. ¿Eres la yolanda que me imagino (de la cual tengo unas fotos de gatitos)? Te agradezco los ánimos que me das y esos elogios que sé sinceros. Enseguida empiezo la segunda parte, así que espero que sigas por aquí. Un abrazo.
ResponderEliminarJa,ja, dolors jimeno, trataré de descansar en todas las actividades de la feria que, en este primer fin de semana, se van acumulando ya. ¡Pero no vamos a dejar a nuestros lectores y personajes ahí aburridos por tiempo indefinido, no! Ahora mismo estamos otra vez en marcha... Un abrazo muy fuerte.
Hola Hyperion, tus propias palabras dan la medida del reto que tiene ante sí nuestra Rea Silvia. ¿Cómo lo conseguira? He aquí uno de los misterios de la naturaleza humana, el más indescifrable. Espero, al menos, poder acercame un poco a él. Un abrazo enorme y romano.
ResponderEliminarHola txema, ya he visto que tú también estás escribiendo y publicando en tu blog una novela sobre César, una personalidad extraordinaria de la que tú eres una autoridad. Siento no estar siguiéndola, pero confío en leerla más adelante. Ayer de eché de menos en la entrega de premios Hislibris. Muchas gracias por tus palabras tan generosas. Un abrazo muy fuerte.
Hola áfrica, qué razón tienes, hoy no hay dios que se mantenga en pie, salvo esos dioses intolerantes cuyo nombre más nos vale no pronunciar porque otros los esgrimen con las espadas en alto. Me alegro yo también por Rea Silvia, nuestra niña querida. Que respire, que crezca, que ría feliz... Enseguida viene la segunda parte. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola cayetano, puestos en la situación de tener que elegir entra la vida o la muerte, está claro que elegimos vivir aunque sea de manera diferente a cómo habíamos imaginado. Las vestales llevaban una vida de castidad, pero no de aislamiento social, ni mucho menos. No estaban encerradas en su casa, sino que participaban en todo. Eran sumamente respetadas y su prestigio era altísimo y se extendía también a sus familias. Quiero decir que esa salida estaba en consonancia con la situación de peligro de Rea Silvia y también con su alcurnia. Besitos y feliz fin de semana.
Hola almena/narradora, las felicitaciones tiene que ser para tí, que nos has deleitado y nos has tenido el corazón agarrado en un puño con este relato. Ruego a los dioses que la siguiente parte no nos defraude. Besotes.
ResponderEliminarHola pilar llorca, con tu sentido común acabas de poner en evidencia lo que nos ocurre: que respiramos tranquilos sabiendo que se ha salvado Rea Silvia y se nos olvida toda la desgracia que hay detrás. ¿Ese ese uno de los secretos de la supervivencia, esa capacidad nuestra para poner en primer plano lo positivo y dejar como telón de fondo lo malo, permitiéndonos así afrontar el día a día y superar las desgracias? Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
Hola carmenBéjar, es al revés, sin pensar en vosotros como lectores y como personajes no podría darle ese toque de humanidad del que hablas. La humanidad sois vosotros, la aportáis vosotros, desde el personaje más breve y humilde hasta el más encumbrado. Y, como ocurre en la realidad, la vida da muchas vueltas también aquí, en la ficción. Me encanta que te sientas cerca de Roma, de estos acontecimientos que pudieron pasar así o de otra manera o no pasar nunca o haber pasado mil veces. En cualquier caso, son completamente nuestros. Un abrazo muy fuerte y feliz fin de semana.
ResponderEliminarHola gabu, ya hemos llegado, sí, al final de la primera parte de la novela. Mi idea es que tenga cinco partes en total, así que ya llevamos cubierta una quinta parte. Y espero que las cuatro restantes nos traigan muchas aventuras. Un abrazo muy fuerte.
Hola virginia, sí, yo también he respirado. ¡Uff! A ver cuánto nos dura la tranquilidad... Besitos, guapa.
ResponderEliminarHola elena gallardo/Énule, gracias a tí por todos los esfuerzos que has hecho por Rea Silvia y los que harás en el futuro. Esta niña aún nos dará algunas sorpesas. Seguimos. Un beso.
Hola rayuela, me encanta que estés difrutando. Y aún nos aguardan más aventuras... Besos.
ResponderEliminarSaludos alejandra sotelo faderland, cierto que Divaida debió danzar como Miss Lizzie Crabb o quizá debería decirlo al revés, que es el espíritu de Divaida (una diosa arcaica y muy misterios predecesora de Diana) la que impregna a Miss Lizzie y la hace bailar con tantísima elegancia. En cuanto a los albanos, les ocurrió lo mismo que nos sigue ocurriendo a todos: que tuvieron que tragar con lo que tenían. Y sí, tu intuición es muy acertada. Besos enormes, querida amiga.
Acabas el primer capítulo con una presentación brillante la sagacidad de Aurelia, es tan femenina y amorosa que trasciende a los protagonistas y a la historia misma y hace suya nuestros favoritismos. Un gran abrazo Isabel.
ResponderEliminarGenial, enhorabuena!!!!
ResponderEliminarTranquilizador y hermoso final para esta primera parte que tantas emociones nos ha causado, pero convencido de que poco va a durar este relajo. Ansioso espero ya el comienzo de la segunda parte que nos acercará un poco más al objetivo, la fundación de Roma, y que intuyo estará también plagada de sorpresas.
ResponderEliminarBuen fin de semana, mucho éxito en la Feria, y gracias por compartir con nosotros tu talento que tanto nos hace disfrutar.
Besitos Isabel.
Excelente series de capítulos de la primera parte de la novela. Rea Silvia va encajando los golpes y encallándosele el alama: así había que sobrevivir en Roma, curtiendo el carácter y sobreponiéndose a los obstáculos. La segunda parte debe ser igual o más de interesante.
ResponderEliminarGracias a tí, Isabel, por poner esta estupenda novela al alcance de todos. Saludos.
Gracias Isabel por tu esfuerzo y dedicación. Un magnífico final de la primera parte. Una vez más me pierdo la oportunidad de conocerte, ahora ando por Asturias. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarRegresé justo a tiempo para no perderme el final de la primera parte que tiene un remate espectacular. Buena suerte para hoy. Abrazos.
ResponderEliminarPrecioso!!
ResponderEliminarMe quedo también con los enlaces del libro de María y de la Fundación S.R.Pérez
Genial.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Más vale Vestal consagrada sin conocer varón (ooooooh tan joven , mecachis) que princesa muerta.
Es verdad muy bien resuelto y mejor contado.
Mucha suerte en la feria.
Besos.
Fantástica esta primera parte.
ResponderEliminarNo sé si estaré a la altura de Camilia, pero ser la vestal Tarpeya es un honor, aunque yo, Tarpeya, joven enamoradiza me temo que no llegaré casta al otro mundo.
De este último capítulo me quedo con la expresión: " o quizás nos amaban ya a nosotros... ".
Un beso muy fuerte
Saludos, el drac, creo que, en general, estos personajes han estado a la altura de sí mismos, en bondad y en maldad. Cada cual ha aportado su granito de arena para que se cumpla el destino de Rea Silvia... Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, joanna, me encanta que te guste. Besos.
¡Qué poco yerras, bagoas! Fundar una ciudad que ha sido cuna de un imperio no va a hacerse sin esfuerzo, sufrimiento y sangre. La propia humanidad está fundada sobre un crimen según las religiones monoteístas (recordemos a Caín y Abel), así que aún nos aguardan conflictos y aventuras. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, paco hidalgo, como suele decirse, la vida es una gran maestra: la pena es que nos enseña las lecciones cuando ya nos hemos examinado... Así ocurrirá con Roma. Besos.
Hola emejota, es un placer contar con vosotros y contar para vosotros. Un abrazo muy fuerte y feliz viaje.
ResponderEliminarGracias por tus buenos deseos, fgiucich, y gracias también por no perderte capítulo... Un abrazo enorme.
Hola mita, puedes quedarte con los enlaces que quieras, pues para eso están. La fundación Sánchez Rupérez hace una labor magnífica en favor de la lectura, acaba de recibir un premio del Ministerio de Cultura. Besos.
ResponderEliminarHola reyes, lo que va delante, va delante... salvar la vida es lo primero, sin duda. Luego ya se verá.... Besitos, guapa.
Hola ana, está por ver qué hará la vestal Tarpeya, pero te aseguro que estarás muy por encima de las espectativas de nuestros colegas personajes y lectores. Ya lo verás... Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarY digo yo ...
ResponderEliminar¿Que significará esa chispa de brillo en los ojos del rey Numitor? Con lo lista listiiiisima que es la Vestal Máxima y que no haya sabido interpretarlo ...
Como siempre Isabel, un capitulo impecable donde terminas-empezando, conceptos aún opuestos que en tu pluma cobran un nuevo sentido.
Un besazo
Pues a mí me ha parecido una bonita manera de concluir esta parte, me encanta el final y me encanta ser protectora de Rea Silva, en eso coincido con el personaje, soy muy protectora. Besitos.
ResponderEliminarEspero que te guste:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=BPvHYLkENt8
Un saludo sórico
Vestal Máxima, astuta e inteligente,todo tiene su momento y hay que esperar.
ResponderEliminarNaturalezas femeninas.
Hola loli, te fijas en todo... Me alegra que veas que el final entraña un principio y pronto lo veremos... Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola stelmachr, así que ha sido un acierto que te eligieras ser la diosa Vesta, la gran protectora de ciudades y familias. Con todo, hay ámbitos a los cuales no alcanza tu protección. Un abrazo muy fuerte.
Hola Cirene la troyana, bienvenida a esta historia. Con toda la que tienes tú detrás, eres una veterana total, y muy entendida en asuntos de protecciones (hay que decir a nuestros contertulios que tú prodigaste afecto y cuidados al niño Ascanio, el hijo de Eneas). Has hecho un reportaje magnífico. Besos y agradecimiento a partes iguales.
ResponderEliminarBueno, américa, lo tuyo ha sido un auténtico maratón de lectura en el ordenador. ¡No sé cómo has podido! Te lo agradezco mucho, pues sé lo que cuesta. Ahora descansa un poco, y en un par de semanas empezamos la segunda parte. Un abrazo.
JAJAJA...
ResponderEliminarMi venerable dama una vez que se comienza cuesta dejarlo,hubiese querido participar más en los comentarios pero preferí centrarme en la lectura.
Besos!!!!
Isabel! Ya me he puesto al día! Empecé por donde me quedé y me he enganchado!!!! jajaja El capítulo de "Mazazo" me ha encantado! Sobretodo el final... que tensión dios!
ResponderEliminarY "Un corazón se forja" no podía tener mejor final con las diosas danzando entre los árboles milenarios... me gusta el ritmo!
Voy a continuar!!!
Bss
Gracias a ti.
ResponderEliminarCasi lloro.
Felicidades, amiga, por el magnifico desarrollo de la novela.
ResponderEliminarMuy buena idea la de consagrarla como vestal, para evitar su muerte segura.
Un abrazo grande
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