¡Cuántas veces miraste el lago desde aquí, noble Rutilia Polla! Muchas mañanas, al amanecer, antes de que se despertara el resto de la casa. Y en las tardes de otoño te gustaba contemplar el oro de los árboles duplicándose en el agua. Fuiste sabia. Escogiste la belleza por encima de la fama o el poder. Elegiste el silencio. Y este lugar te eligió a ti - no en vano fuiste su más fiel amante – y se ha declarado tuyo para siempre.
NOTA: Dicen algunos estudiosos que la ciudad de Anguillara, asomada al lago Bracciano, debe su nombre a la villa de matrona romana Rutilia Polla, de la segunda mitad del siglo I a.C. Al parecer, surgía allí donde el promontorio formaba un ángulo, ocupando mucho del espacio donde luego surgiría el centro histórico. Así, a aquella villa se la definió como “angularia” y la tradición dice que de ahí derivase el nombre “Anguillara”. Otros estudiosos creen que la villa sólo ocuparía el área de la actual colegiata y terrenos adyacentes. En cuanto al origen del nombre de esta ciudad, hay otras hipótesis, pero mi corazón prefiere ésta.
* Vista del lago Bracciano desde la colegiata de Anguillara.
** Anguillara, con la colegiata en la parte más alta, vista desde un espigón del lago Bracciano.
Las dos fotos son mías.
Diremos: "Non fui, fui, non sum" como en las estelas romanas. Un saludo, Isabel
ResponderEliminarMaravillosa vista que nunca me cansaría de mirar. Qué hermoso que sea lo primero que se ve al despertar cada mañana!
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
la naturaleza a veces se encapricha y hace con las ciudades su antojo.
ResponderEliminarUn gran abrazo
No conozco el lago Bracciano ni la villa Anguillara, pero la vista es preciosa, única. El origen que apuntas es bonito, es muy latino. Abrazos.
ResponderEliminarUn lugar delicioso para remar, pescar, pasear. En Anguillara vive el pintor español Pedro Cano, disfrutando de sus calles y sus gentes, de esa luz maravillosa al atardecer cuando el sol la mira de frente y luego se esconde tras el castillo de Bracciano. La primera vez que estuve allí descubrí con curiosidad que Anguillara está hermanada con el pueblo murciano de Blanca, con lazos no sólo teóricos sino muy reales. Junto a Martignano son dos lugares maravillosos cerca de Roma. Me hace sonreír imaginarte paseando por el Lungolago bajo los plátanos.
ResponderEliminarHuy, no me ha dejado comentar...
ResponderEliminarA ver ahora...
Te decía que es un lugar precioso, y privilegiado despertar con esas vistas.
Y además añadía que te tendrían que nombrar embajadora, por toda la publicidad que haces de esos lugares. Nos dan ganitas de conocerlos todos!
Un sueldo ya!
:D
Besos
Un lugar precioso, sin duda, y una bellisima evocacion de esa mujer, que amo esos parajes...
ResponderEliminarOtro abrazo, amiga
Desde luego que, en cualquier parte, se esconde la belleza. Y ésta necesita de un cronista semejante a Urbano Lacio, Dido o Isabel Romana que la ponga de relieve...
ResponderEliminarUn beso
Y el corazón no se equivoca nunca. Qué fotografías mágicas, recogen la cualidad de la evocación, de los sueños de Rutilia Polla.
ResponderEliminarSin duda, asistimos a la mirada de la matrona romana, pues en ella el tiempo se ha parado.
Besazos, querida Isabel.
Cuando nuestro alma hace suyo algo, se da la paradoja de que ocurre precisamente lo contrario, eres tú quien pasa a ser parte de ese algo.
ResponderEliminarSaludos Isabel