Esto dijo un ilustre viajero:
“Cambian los tiempos y los destinos humanos siguen teniendo la misma inconstancia. La vida, dice la canción, se escapa como la rueda de un carro.
“Plinio perdió la vida por haber querido contemplar desde lejos el volcán en cuyo cráter estoy tranquilamente sentado. Miro como humea la sima a mi alrededor. Pienso que a unas cuantas toesas de profundidad tengo un abismo de fuego bajo mis pies; pienso que podría abrirse el volcán y lanzarme por los aires con bloques de mármol despedazado.”
CHATEAUBRIAND.-“Viaje a Italia”.
Traducción de Plácido de Prada.
*Fotografía: Puerto de Nápoles y vista del Vesubio. Foto de Isabel Barceló
NOTA: Os propongo la asistencia a esta conferencia, que tendrá lugar en la Intersindical Cultura de Valencia:
"Biotecnologia aplicada a la restauració del patrimoni històric
i artístic: la bioneteja."
A càrrec de
PILAR ROIG, catedràtica de Restauració de la Universitat
Politècnica de València.
MARIA DEL PILAR BOSCH, llicenciada en Biologia i doctora en
Restauració del Patrimoni per la UPV.
Dimecres 28 de març de 2012, a les 19:15 h
Carrer Juan de Mena, 18 de València.
Bellísimo Nápoles, a pesar del caos.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel, grande.
Pocas cosas cambian en las personas...el tiempo no enseña, nadie recuerda.
ResponderEliminarUn beso grande, Isabel!
Un volcán, un abismo de fuego bajo nuestros pies... ¿A qué me suena esto?
ResponderEliminarUn saludo.
Isabel, una de las vistas más bonitas que he visto jamás: entrar a la bahía de Nápoles, de cara al Vesubio. Gracias.
ResponderEliminarD.
Una vista preciosa. Siento que me pille un poco lejos la conferencia.
ResponderEliminarBicos
Nápoles es hermosa, pero da miedo.
ResponderEliminarLa curiosidad y el deseo de saber mató a Plinio, pero debió ser hermoso sus últimos minutos de vida. Un abrazo, Isabel.
ResponderEliminarDisculpar mi falta de respuesta individual, queridos amigos, estoy hasta el cuello con la novela... Besazos y mil gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarHay cosas que atraen tanto como la llama a la polilla.
ResponderEliminarSeguramente nadie pudo contemplar la grandeza del volcán como él.
Murió así feliz?
No sabemos.
Un beso
De nuevo Chateaubriand, aquí a removernos, como si tal cosa, ay. La sensación de fuego es tan palpable en Nápoles, no solo en la subida al volcán, en cualquier calle, en cada uno de los pequeños santuarios que inundan la ciudad con sus inquietantes exvotos, en cada persona, ¡todo es fuego!
ResponderEliminarRecuerdo la película "Caro diario" de Nanni Moretti. En una de sus tres historias, relata el director un viaje por las islas italianas, y como el ambiente de cada una invada el espíritu del que allí habita y pronto del viajero. La estancia en Stromboli llenó a los personajes de pasión volcánica. Y la misma idea de Stromboli la estamos sintiendo en el Vesubio de la mano de Chateaubriand. ¡Cuánto disfruto con estos textos!
Un abrazo, amiga querida.
Querida amiga, es curioso que traigas a colación este texto de Chateaubriand en unos momentos como os que nos está tocando vivir. No sé si lo habrás hecho a propósito, pero viene que ni pintado, ya que vivimos sobre un verdadero volcán y, está activo, muy activo. Esperemos que las aguas vuelvan pronto a su cauce y que deje de bramir pronto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.