Hoy conmemoramos el aniversario de la consagración de tu
templo, diosa Belona, en el campo de Marte. Te estoy agradecida porque has sido
siempre favorable a los romanos. Y, sin embargo, tu solo nombre me hace
temblar. La guerra y la muerte viajan juntas siempre, inevitablemente. Y digo
que viajan porque ahora que nuestro imperio es tan extenso, nuestros hijos han
de irse muy lejos para combatir y morir en países lejanos.
No soy muy lista ni la naturaleza me ha dado la claridad de
mente de los nobles que nos gobiernan. Debes, pues, perdonar mi ignorancia,
pues no te hablo como alguien que sabe de la alta política, sino como una
madre. En el patio de tu templo – según sé – hay un rincón que representa el
territorio enemigo: en él clava el sacerdote la lanza ritual para declarar la
guerra a los pueblos enemigos cuyos países están tan lejos que el sacerdote no
podría llegar allí. Pero, ¡ay! la guerra que simbólicamente se declara en tu
templo, sin sangre, se tiñe luego de rojo en los campos de batalla más remotos.
¿No podríamos hacer, alta señora, que también los soldados, en lugar de
combatir, fueran soldados simbólicos?
NOTA 1: El templo de Belona, diosa de la guerra, fue
prometido a la diosa por Apio Claudio “el ciego” en el año 296 a.C. en el curso
de la guerra que libró Roma contra etruscos y samnitas. Se hallaba en el Campo
de Marte, es decir, fuera de los límites sagrados de la ciudad. Sus ruinas son
visibles junto al teatro de Marcelo. Se consagró el 3 junio.
NOTA 2: Como vengo anunciando, he secuestrado a la luna. La situación
es de lo más peligrosa, porque los efectos de rapto no tardarán en hacerse
sentir en el universo mundo. Recomiendo encarecidamente llevar gorra. Os mantendré
al corriente…
*Las ruinas que veis en primer plano son las del patio del templo de Belona. Al fondo, las columnas del templo de Apolo Sosiano y el teatro de Marcelo. Roma. La foto es mía.
**Vista de las ruinas del templo de Belona, entre la hierba que hay tras la columna del templo de Apolo. Los cipreses y árboles del fondo son de la colina del Capitolio. Roma. Laq foto es mía.
El hombre no se entiende sin guerras. La mujer no se entiende sin la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué gran verdad, maria luisa. Besos.
ResponderEliminarDesconocía de la existencia de esta diosa, me la apunto. Gran sabiduría la de esta madre.
ResponderEliminarLa luna lucirá circular bajo la constelación del arquero y..... sobre mi ascendente y sobre mi Venus conjunta a Quirón. Algo ha ocurrido, en este caso nada que ver con guerra, sino con la paz y tranquilidad. Bsss.
Abrir el cofre de todo lo que sabes es un lujo.
ResponderEliminarBesos.
Pues yo creo que a Belona ha de llegarle muy dentro esta petición. Protectora de los romanos, quizá nunca le había nadie preguntado sobre su interés en la desaparición de tantos jóvenes por otras tierras.
ResponderEliminarYo creo, que estas dulces y respetuosas palabras calarán más hondas en ella que la lanza de un sacerdote que la hiere.
La humildad, querida mujer y madre anónima siempre llega lejos.
Precioso. Besazos, querida secuestradora, ya me estás haciendo mirar hacia el cielo constantemente... ¿qué ha de suceder?
Así debería ser, Isabel. Los soldados deberían ser simbólicos, imaginados y, por tanto, tendrían que batallar en los campos de la mente.
ResponderEliminarLa mujer, generadora de vida, está destinada a ver la sangre de sus hijos manchar el suelo de regiones lejanas que no poseen interés para quienes detentan el poder si no es para la rapiña.
Diosa Belona, ¡cambia por otra ocupación tu nefasto poder de diosa de la guerra!
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
Bueno, de ignara no tiene nada y sí más bien, mucho de adelantada a su época ya que como vemos hasta en los tiempos modernos existen fundamentalistas haciendo la guerra por diferencia de credos.
ResponderEliminarUn abrazo
PD.- Magníficas y muy originales las fotografías.
Esperemos que esta diosa no aparezca por estos lares en mucho tiempo y que nos sea propicia Fortuna.
ResponderEliminarYa nos contarás qué sacas con secuestrar la Luna.
Un saludo.
Ayyy cuánta razón lleva esta madre, que vaya a la guerra el sacerdote de la lanza, y deje vivir a los jóvenes, incluidos los enemigos.
ResponderEliminar!Oh! bélica Belona, o Palas Atenea, diosas mujeres a las cuales les placía la guerra, la estrategia, el casco, a veces la mujer es guerrera, hasta hoy las ha habido, las hay, cosas del poder y de los impasibles dioses.
Besito Isabel, espero que ese banquete y demás actos os sentara de maravilla.
Hoy viviriamos mejor si tuviesemos, por lo menos, el 50% de los dioses romanos. Habrá que pedir rescate por la luna? Abrazos.
ResponderEliminarPues ya me pongo a rebuscar en mi armario a ver qué gorras encuentro, madame. Ahora que recuerdo, tengo una que me gusta especialmente.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
No es ignorante. Está deseosa de paz, y por eso plantea incluso hasta las soluciones más imposibles. Todos nos agarramos al clavo ardiendo cuando lo que deseamos es tan tan grande.
ResponderEliminarLa diosa esa está muy activa en el mundo, desgraciadamente...Y nada es simbólico.
Llevar gorra? Ay madre, menos mal que no has dicho casco, que entonces habría que empezar a acojonarse, jaja
Un besito
Precioso y sabio, como siempre Isabel!
ResponderEliminarSobre el secuestro de la luna estoy muy intrigada,y no soy la única, esperaremos a ver lo que ocurre siguiéndote como siempre por este maravilloso blog.
Un abrazo muy fuerte.¡Hasta muy pronto!
Hola emejota, deduzco que tienes en este momento una conjunción lunar positiva... ¡Creo que tú la tienes siempre! Veremos qué pasa con la luna... Besazos.
ResponderEliminarHola virgi, no creas que en las islas Canarias no tendrá efectos el secuestro de la luna. Los tendrá, eso seguro. Te recomiendo que te pongas una gorra. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola elena clásica, también yo creo que a Belona no debía dejarla indiferente el sufrimiento de tantas madres. ¿Quién la implicaría en los asuntos bélicos? y ¿con qué fin? Me resisto a creerla una diosa belicosa, sino más bien protectora. Con todo, es poco lo que se sabe de ella. Su templo, sin embargo, era muy importante y con frecuencia se celebraban en él las sesiones del Senado. ¡Ay, siemnpre hombres...!
ResponderEliminarEn cuanto a la luna haces bien en vigilarla. ¡Y échate a temblar cuando no la veas! Besos, querida amiga.
Hola antonio campillo, estoy contigo en la súplica a Belona de que se ocupe de asuntos menos sangrientos y más queridos para las mujeres. Siempre mueren, en los campos de batalla, quienes menos culpa tienen. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola, el drac, desde luego el asunto de las religiones ha movido muchas guerras, pero no en la antigüedad. Los romanos, y otros pueblos, lo que hacían era tratar de propiciar a los dioses que protegían a sus enemigos para conseguir que se pusieran de su parte. Y, al vencer, adoptaban a esos dioses y les hacían un hueco en Roma. Jamás volvieron la esplada a un dios, por desconocido o remoto que fuera. Y sí, en cambio, aceptaron en su seno a todos los dioses y todos los cultos. Un abrazo, querido amigo.
ResponderEliminarJa, ja, cayetano, das por seguro que el secuestro de la luna ha de tener algún interés especial, me ha de hacer ganar algo. ¿Y si te digo que el beneficio que me reporta es el de la sonrisa? Besos, querido amigo, y ojalá que no tengamos que invocar a Belona en muchos siglos.
ResponderEliminarHola natalia tarraco, cada diosa y cada mujer elige las armas con las que quiere combatir, y no todas son cortantes. Sin embargo, hay armas que provocan tantas o más muertes que las armas blancas o las de fuego o las atómicas. Son las nuevas armas económicas. ¡Ay! El banquete resultó estupendo, en un ambiente encantador y con un buen amigo bloggero de allende el atlántico. ¿Qué más hubiera podido pedir? Besitos.
ResponderEliminarHola fgiucich, creo que tienes razón: los monoteísmos nos han traído muchas más complicaciones que beneficios. En cuanto a la luna, sí, el propósito no es tanto pedir un rescate como el hacerse inmensamente rico y poderoso. Habrá que ver... Besos, querido amigo.
ResponderEliminarHola la dame masquée, vaya poniéndose la gorra, que le vendrá muy bien. Ja, ja. Beso su mano.
ResponderEliminarSaludos África, desde luego a Belona no se la invocará para que ayude, pero como muy bien dices no la dejan en paz. Lo que ocurre es que con el tema de la crisis económica, nos hemos olvidado de todos los lugares en el mundo en los que hay guerra abierta o soterrada.
ResponderEliminarLa gorra te irá bien, mucho me temo que el casco no sea demasiado adecuado, quizá hasta potencie los efectos negativos. No lo he probado, ni lo recomiendo. Besitos, guapa.
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ResponderEliminarHola yolanda carrasco, me alegra saber que estás intrigada con este asunto de la luna. ¡Toda precaución es poca! Espero que lo pasemos bien. Un abrazo muy fuerte, guapa.
ResponderEliminarNos tienes intrigados con tu secuestro lunar, Isabel. Espero que no sea nada serio y que el cielo no caiga sobre nuestra cabezas...
ResponderEliminarUn saludo
Ja, ja, carmenBéjar, no caerá el cielo sobre nuestras cabezas, eso seguro. Otra cosa es qué les pasará... Besitos.
ResponderEliminarIsabel, me gusta mucho (ya te lo he comentado muchas veces,me temo, pero no puedo evitarlo) la forma de tratar todos los temas de actualidad relacionándolos con tus mujeres de Roma... Demostrando que lo peor del ser humano sigue vigente, por desgracia; y por fortuna, también lo noble y bello...
ResponderEliminarUn beso, querida
Gracias, maría Antonia. Me hace feliz ese elogio más valioso todavía viniendo de tí. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminar¡Ay! ¡Qué pena que la diosa Belona no escuche tu súplica! Cuán distinta sería la humanidad sin odios ni rencores.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Isabel y, disculpa mi ausencia.
Hermoso aporte, digno de una mujer que entiende a la divinidad y expresa la que lleva dentro. No hace falta que secuestres la luna, te pertenece por género y por el mérito de tu altura.
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