- ¡Es peligroso tocar la flauta! – dijo mi padre
cuando expresé mi deseo de aprender a tocar
tan dulce instrumento –. Acuérdate de Marsias:
compitió con Apolo y acabó perdedor y despellejado.
Yo no rivalizo con Apolo sino que honro a la diosa Minerva
pues ella fue la primera en tomar una caña de boj
perforarla con varios agujeros y arrancarle dulces
melodías.
- ¿Por qué, entonces, la diosa no la hace sonar?
Porque es bella y, como bella, es también vanidosa:
cuando vio en el espejo del agua que, al soplar,
se le hinchaban las mejillas, arrojó la flauta a un lado.
¡Ni siquiera por la hermosura de la música
una diosa renuncia a ser bella!
Pero nosotros, los flautistas, la reconocemos
como protectora y celebramos todas sus fiestas.
NOTA 1: Sirva este texto en la víspera de la celebración del
Quincuatro menor, fiesta en honor a Minerva, que se celebraba el 13 de junio. Las
fiestas mayores se llamaban también Quincuatro y tenían inicio el 19 de marzo.
En ambas fiestas los flautistas recorrían la ciudad vestidos con máscaras y
largas vestiduras.
NOTA 2: Lo del secuestro de la luna está ya al rojo vivo.
¡Ay, que se me va la cabeza…!
*Foto de los Museos Capitolinos tomada por mí.
Isabel:
ResponderEliminar¡Qué coquetas eran las diosas!
Salu2 festeros.
Vale.
Que gracia.....desterró la Musica que emitía por la imagen que ofrecía
ResponderEliminarMeram
Minerva era la Isabel Preysler de la época. Cuánta coquetería...
ResponderEliminarY menos mal que era una flauta, que si llega a ser una trompeta...XD
Chica, qué intrigados nos tienes con la luna.
Un beso
¡A cuantas cosas renunciamos las mujeres por seguir los dictados de la moda!
ResponderEliminarUn beso, Isabel.
Hola dhyego, claro que debían ser coquetas. Es que todo no puede ser riguroso y serio... Besazos.
ResponderEliminarHola meram, tiene su gracia que ella arrojara a un lado la flauta porque no se gustaba con los carrillos hinchados. Claro que la cogió Marsias y ya ves, terminó deshollado. Besitos.
ResponderEliminarHola áfrica, si no fuéramos un poquitín coquetas, qué aburrimiento ¿no? En cuanto a la luna, espero que siga la intriga.
ResponderEliminarYa he puesto en la barra lateral la portada: voy a colgarlo en Amazon y que sea lo que dios (o la diosa Minerva) quiera. Besitos, guapa.
Hola mª luisa arnaiz, a Minerva se le deben todas las artes y la artesanía, así que debía estar muy ocupada enseñando a los mortales tantas cosas... En cambio, Júpiter no parecía que estuviera tan ocupado. Besitos, guapa.
ResponderEliminarMe he planteado hacerme una libreta de apuntes con tus clases, querida Isabel.
ResponderEliminarAsí, cuando vuelva a Roma y/o sus alrededores, iré bien pertrechada.
Un abrazo cariñoso.
Mucho.
Me centraré en la luna y la cabeza, que las diosas, ya se sabe, decía que darle unas locas vacaciones a la cabeza puede resultar emocionalmente rentable. Bsss.
ResponderEliminarTodo sea por parecer bella.
ResponderEliminarBicos
Que seria la vida sin la música?
ResponderEliminarMira que renunciar a la música propia por coquetería...
ResponderEliminarUn saludo.
Es más bella la música del flautista que la sandalia de Venus o la lira de Apolo.
ResponderEliminarBesitos amiga.
Por cierto, Isabel, ayer ví el reportaje de "Españoles por el mundo: Roma" y me llamó muchísimo la atención uno de los chicos, el que era guía turístico, porque llevó durante todo su paseo por Roma tu novela "Dido: reina de Cartago". Me pareció curiosísimo y me dije si no sería algún fan tuyo o amigo que quisiera hacerte un guiño. Si no viste, imagino que estará colgado en la web de RTVE.
ResponderEliminarBesitos
La femineidad antes que nada!!! Abrazos.
ResponderEliminarHola Isabel!!
ResponderEliminarVeo que sigues con la misma calidad de siempre y encima con nuevo libro, mi más sincera enhorabuena.
Siento no poder visitarte con asiduidad como antes, pero el trabajo me absorbe tanto que internet ha quedado un poco de lado, c'est la vie!
Mucha suerte con el nuevo libro. Un beso!!!
Pocas cosas hay más bellas que la música...Minerva debería tener eso en cuenta...
ResponderEliminarPor favor, secuestra ya a la luna, que a mi me está volviendo loca, a ver si una charla le viene bien para dejarnos un poco de paz a los lunáticos irredentos, en lugar de tanto cambio vertiginoso...
Un abrazo tan grande como tú