A las mujeres que de una manera u otra, sufren violencia.
¿Son
estas las caricias con las que te ha saludado tu marido esta mañana? ¡Levanta
la cabeza, Lía! No, no me refiero sólo a que dejes de mirar el suelo,
avergonzada por esas manchas violáceas que cubren tus mejillas y por las
lágrimas que las hacen brillar. Levanta la cabeza para decir ¡basta! Di ¡basta!
y yo lo gritaré contigo también, todas las mujeres lo gritaremos por ti
y junto a ti. No temas rebelarte contra la brutalidad, Lía, porque después de
tu esposo, el miedo es tu mayor enemigo.
Desde hace siglos, la mujer padece malos tratos por un gran colectivo de hombres, (pero no se puede generalizar).
ResponderEliminarMi afecto y solidaridad para las mujeres que sufren las violencias.
Acertada y expresiva entrada, enhorabuena, querida Isabel
Un beso.
Desde luego nunca mejor dicho que los golpes y el maltrato psicológico es terrible pero algo que puede superar ambas cosas es el miedo...el miedo mata y destruye aveces más.Que tema más lacerante y no solo mujeres hay hombres tambien aunque sean menos o no denuncien por vergüenza, Esto es, una lacra que va a más y es tan antigüa como la Historia mísma.Y contra más alto sea el rango menos se denencia por vergüenza que pena que el ser humano sea tan destructivo.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel.
Una asignatura pendiente de aprobar por la sociedad para que la emancipación de la mujer sea algo real y no letra impresa en una ley.
ResponderEliminarUn saludo.
Bravo, Isabel. Un texto conciso, pero certero.
ResponderEliminarNo veo el día en que acabemos con esta penosísima lacra.
Un beso enorme.
Hay que seguir alerta. Besos.
ResponderEliminarAcertadísima, Isabel. La mani de ayer en Valencia fue emotiva. Todas en silencio con las 77 antorchas...
ResponderEliminarHacen falta las manis pero se ha de empezar por la educación desde la infancia e insistir a las adolescentes que pasen ni una, ni una sola, a sus novios.
Una sola lágrima femenina reúne miles de esas "caricias". Estremecedor.
ResponderEliminarHartazgo de esta lacra y de que ahora estén cerrando tantos centros donde se buscaban las causas e intentaba darle la solución a este gran problema desde ahí, desde el origen.
ResponderEliminarAbrazos
¿Y cuándo acabará esto?
ResponderEliminar¿Tan difícil es acabar con ello?
:(
Un beso
Hay que atacar al bicho cuando es pequeño.
ResponderEliminarVale, Isabel.
Me uno al grito con las mujeres de Roma y de todo el mundo.
ResponderEliminarBesos
Salud y República
Todos estamos contra la violencia de género.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida amiga Isabel, tras el paréntesis del bichito, que ya no existe, sigamos.
ResponderEliminarNecesaria, una rebelión necesaria para que jamás se vuelva a inclinar la cabeza ante quien, aparentemente, es un amo que perjudica más que favorece. Lía puede ser el motor contra la brutalidad de quienes no permiten que sea una persona libre porque si lo fuese llegaría a ser más importante, más apreciada que quien mata sin piedad por poder, para mantener unos privilegios que jamás debería poseer. ¡Un grito de libertad debe atronar calles y palacios!
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
Yo también me uno al grito de todas las mujeres romanas contra esta lacra.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel
Toda mi solidaridad con las mujeres maltratadas. Como leí una vez por ahí, en uno de esos graffiti de Acción poética, "Dentro del miedo no hay donde esconderse". El miedo paraliza y anula. Es necesario señalar a los maltratadores y ayudar a las víctimas a liberarse de su condena.
ResponderEliminarGracias, Isabel, por ser voz y fuerza.
Un abrazo
Charo Guarino