"Pese
a la brutalidad de la garra que la sujetaba, Hersilia trataba de levantar la
cabeza. Otros hombres, llevando consigo a muchachas que pateaban al aire, llegaban
al pie de la escalera de Caco que unía el valle con la cumbre donde se ubicaba Roma.
Oía la respiración jadeante de su raptor, sentía su manaza apretarle las
muñecas. De una manera vaga la alcanzaban las súplicas infructuosas de las
demás jóvenes, sus quejidos. Escuchaba también unas voces enérgicas que, desde
lo alto, impartían instrucciones y animaban a los ladrones de mujeres a subir
más deprisa los escalones tallados en la roca. Sintió náuseas y vértigo. Alcanzada
la cima y el poblado, Hersilia vio pasar a un gigantón llevando bajo el brazo a
una de sus primas, la más frágil, la más bella. Su propio captor le gritó a ese
hombre: “¿Dónde vas? ¿A quién la llevas?” El hombre contestó: “¡A la casa del noble
Thalasso!”
De "Mujeres de Roma. Heroísmo, intrigas y pasiones".
Queridos amigos: esta tarde, en la Biblioteca Pública de Buñol, hablaremos de estas y de otras mujeres cuyas experiencias aún nos interesa conocer. Os esperamos.
Mucha suerte en Buñol.
ResponderEliminarSe lo diré a un conocido que tengo allí.
Un abrazo, Isabel.
Este es su momento, Arriba esas mujeres que cuentan su historia. Enhorabuena, Isabel Barceló, por este trabajo imponente.
ResponderEliminar8 de marzo de 2019 y siempre, desde los siglos. Ellas y tu palabra.
¡Muchas gracias!
Hola Buen Posteo, me encanto y lo compartire con mis amigos de Twitter!!!
ResponderEliminarUn saludo desde Argentina, Seguire leyendo otros.
Gracias por compartir esto con nosotros.
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Muchas Gracias!!!