«Elena y Gala Placidia, aunque con un siglo de distancia entre ellas, tuvieron algo en común (…) Las asemejó una juventud desorientada y turbulenta, impregnada de soledad y desventuras durante la cual, ambas conocieron los goces de una pasión amorosa, un amor exaltado y a contracorriente que las arrancaba de su estado anterior y, pese a su brevedad, marcaría sus vidas aunque en ambas actuaría en sentido contrario. En la de Gala Placidia, como un bálsamo, una vivencia que justifica el haber vivido (….) De un modo destructivo, agudo y extenso en la de Elena, nacida más de ciento treinta años antes y, para su desgracia, no en un palacio imperial rodeada de púrpura»
Me encantará charlar con cuantas personas se interesen por este u otro de mis libros.
Seguro que tendrás muchos lectores, Isabel.
ResponderEliminarVale!