El carro que transporta a las vírgenes vestales desde Roma al puerto de Ostia avanza traqueteando sobre las grandes losas de la calzada. Atrás ha quedado la puerta de la muralla y las multitudes que han contemplado su paso con miradas hostiles. Los viandantes se detienen y se arriman a las orillas de la vía a medida que el carro los alcanza y, cuando los adelanta, se quedan observando en silencio cómo se aleja, con las vestales moviéndose a derecha e izquierda. No hay voces ni alegría, nadie canturrea para aliviar el cansancio del camino o sostener el ritmo de la caminata. En pocas horas Roma ha pasado de la alegría al estupor. Y el estupor se ha convertido en miedo.
La vestal Claudia, sentada en el carro entre sus compañeras, guarda silencio. Ha sentido sobre sí los ojos de cientos de romanos buscando en su rostro indicios de culpabilidad. Ella lleva la mirada baja, pero le arden las mejillas de vergüenza mientras su cuerpo permanece helado. A su mente asustada acude una y otra vez el recuerdo de la última vestal condenada a muerte por faltar a su castidad. Sus lamentos inarticulados y agudos, desesperados, horadaron entonces su cerebro y ahora recobran intensidad y crudeza. Vuelve a ver sus ojos desorbitados y turbios, la boca abierta y desencajada luchando por tomar una última bocanada de aire antes de entrar en la cámara en la que sería sepultada viva. Ese será el destino de Claudia, la muerte espantosa que le espera si las acusaciones contra ella prosperan. Su castidad ha sido puesta en tela de juicio y desde hace varios días por toda Roma se murmura que tiene un amante.
En los dieciséis años que dura ya la guerra contra Cartago, los romanos han sufrido mucho. Han muerto miles de hombres, se han destruido ciudades, campos y cosechas, la ciudad está exhausta y el suelo itálico destrozado. Un oráculo había dictaminado que, para vencer a los cartagineses, la imagen de la diosa Cibeles debía ser trasladada desde Frigia a Roma. Esa esperanza había sostenido el ánimo de sus habitantes en los últimos meses. El barco que transportaba la imagen debía llegar al puerto de Ostia y, desde allí, remontando el río, arribaría al puerto fluvial de Roma donde sería recibida con todos los honores. Y he aquí que ayer a mediodía, mientras se celebraba la noticia de la llegada de Cibeles a Ostia, otra noticia golpeó a los habitantes de la urbe como un mazazo: la nave había encallado a la entrada del río y corría riesgo de naufragar. La preocupación se transformó en pánico cuando se supo que todos los esfuerzos para liberarla habían fracasado. Los ojos de los romanos se volvieron furiosos hacia Claudia. Era culpa suya que, a las puertas de Roma, la diosa Cibeles se negara a entrar.
Claudia ha pasado la noche en vela ante el altar de Vesta, con un sufrimiento tan intenso que varias veces ha estado a punto de desfallecer. Durante la vigilia en su corazón se ha abierto paso la idea de presentarse en Ostia, allí donde estaba detenida la imagen de Cibeles. No sabe qué va a hacer allí ni si acertará a librarse de las acusaciones, pero debe ir. Cuando, al amanecer, la Vestal Máxima se ha dirigido al templo para las ceremonias matutinas, Claudia ha salido a la puerta y se ha arrojado a sus pies. Se ha declarado inocente y le ha pedido su apoyo y compañía para salir al encuentro de la diosa.
El público abarrota el puerto de Ostia y contempla en silencio las maniobras para liberar la nave. Las señales no pueden ser más alarmantes cuando las vestales llegan a la orilla y descienden del carro. El barco está escorado en medio de la corriente, con el agua a punto de asaltar la cubierta. Varias chalupas dan vueltas a su alrededor, sin osar acercarse. Está a punto de zozobrar. La arena del fondo cede de repente y el flanco se hunde un palmo más. Claudia da un grito. Cae al suelo y toca la tierra con la frente. Permanece así durante unos minutos y al fin se levanta muy despacio y pide en voz alta que se acerque una de las chalupas. Se desciñe lentamente el cinturón y, cuando el patrón de la barquita se acerca a ella, le entrega uno de los extremos y le ordena atarlo a una de las cuerdas de remolcar.
El puerto queda en silencio. Sólo se oye el chapoteo del agua y el ruido de los remos alejándose de la orilla. Claudia mantiene en su mano derecha el extremo del largo cinturón y observa cómo anudan el otro a una gruesa maroma. Cuando el patrón ha verificado la fortaleza del nudo y aleja la barca, la vestal pasa el cinturón por encima de su hombro y, sujetándolo con ambas manos, comienza a andar. El cinturón y la maroma se tensan. Claudia ni siquiera siente el momento en que la nave empieza a moverse al compás de su paso. En el puerto el gentío contiene la respiración. Tras algunas leves sacudidas, la nave queda por completo libre, se endereza y recupera la línea de flotación. Surca las aguas del Tíber rumbo a Roma y la multitud estalla en gritos de admiración y de júbilo. La vestal sigue caminando y caminando, sin más esfuerzo que tirar suavemente de su cinturón.
Las lágrimas corren por el rostro de Claudia. Da gracias en su corazón a la madre Cibeles: quizá la diosa ha querido que encallara su nave para que ella pudiera proclamar su inocencia ante toda Roma.
NOTA: Este hecho acaeció el 14 de abril del año 204 a.C. Esta historia es reelaboración de una de las primeras historias contenidas en este blog, colgada bajo el título "Cibeles y Roma".
He de señalar que tanto esta historia como las de Aufilena, Sofonisba y Galla, han sido publicadas en "El Laberinto", suplemento cultural del diario Milenio Portal de México.
* Vía de entrada a la antigua ciudad de Ostia.
**Jardín en el interior de una mansión de Ostia.
***Altar que representa en el relieve a la vestal Claudia tirando del barco de Cibeles. Museo Centrale Montemartino. Roma
****Inscripción a la entrada de Ostia, en la que el Senado y el Pueblo de Roma reconoce esta colonia.
NOTA:La próxima semana comenzará la historia de la reina Dido y Eneas, éste último considerado antecesor de Rómulo y Remo y padre de los romanos.
NOTA: Quienes quieran saber cómo se celebraba el año nuevo en Roma, pueden visitar este enlace:
http://hortushesperidum.blogspot.com/2006/12/kalendas-ianuarias.html
Hola Isabel, espero que te hayas recuperado del resfriado. Me he leído esta historia pensando en la lapidación de las vestales que dejaban de ser castas (horrible práctica)y en que Claudia pudiera probar su inocencia con la ayuda de los dioses. A veces el destino echa una manita para que se haga verdadera justicia.
ResponderEliminarEsperaré a la historia de Dido y Eneas. :-) un abrazo
Qué poder otorga a Claudia su fe y la fe en su inocencia.
ResponderEliminarHe sufrido su temor ante las sospechas de Roma acerca de su virginidad.
Está tan bien escrito, que pareciera que iba en el carro con ella.
Podría estar también en el suplemento del Pais, El Mundo, etc.
Lo lectores lo agradecerían.
Es que, no era la Virginidad de Claudia, lo que importaba, sino el echo en si mismo. Al convertirse en Vestal, literalmente Claudia se casaba con Roma, y representaba la suerte de esta. La castidad era necesaria para representar la pureza.
ResponderEliminarSolo despues de 20 años en la orden (entraban a los 13, mas o menos, aunque hubo casos de mas pequeñas aun), podia dejarla.
En ese momento, Claudia seria considerada como una matrona mas, y, si bien en teoria podria casarse, se pensaba que eso daria mala suerte al matrimonio. Eso y que para la edad ya eran viejas (si un romano llegaba a los 60 ya era considerado un matusalen, mas para una mujer).
Lo de la fuerza de Claudia y su cinturon... todavia no se sabe como lo hizo, pero está bastante documentado.
Y tambien lo de la diosa Cibeles.
No se sabe como, en plena guerra contra Cartago, se presentaron en Roma sacerdotes de la diosa, y dijeron que la diosa apoyaba a Roma y que queria vivir en ella.
A los romanos no les hizo mucha gracia, puesto que la diosa tenia peculiaridades un pelin extrañas (los sacerdotes tenian que autocastrarse, etc), pero por ganar la guerra eran capaces de todo.
Buena historia, Isabel... sigue asi.
Un saludo de Edem
Tu escrito es digno de admiración, tanto como la fortaleza de Claudia al arrastras esa nave.
ResponderEliminarAbrazos.
La fe mueve montañas y también barcas con estatuas dentro.
ResponderEliminarMagnífico relato, como siempre, es un placer pasarte a leer.
¡Que tengas un feliz 2007!
:-)
ResponderEliminarSigo teniendo pendientes algunas lecturas tuyas, pero por lo menos Claudia y Cibeles no se me escapan ya :-)
Besos
Es por demás interesante saber que te publica el milenio de México, periódico prestigiado y serio. Ya te he dicho, me parece, que escribes delicioso.
ResponderEliminarTe deseo Isabel un 2007 lleno de salud y bienes.
Hermoso como siempre.
ResponderEliminarGracias por tantos momentos asi...
Y feliz 2007.
ME ENCANTÓ LA HISTORIA .
ResponderEliminarEL SOLO HECHO DE PENSAR EN LA LAPIDACIÓN ME PONE MAL , HACÍA FUERZA CON ELLA PARA DESENCALLAR EL BARCO .
ISABEL
ME ALEGRO QUE TUS MARAVILLOSOS ESCRITOS SEAN PUBLICADOS ,
TE FELICITO !!!
DESEO UN BUEN AÑO PARA VOS .
ADAL
Confieso que no leo tus historias a la par de todo el mundo. Entro a tu casa, veo que asoma y voy imprimiendo tus letras. Luego, cuando tengo el alma lista, las leo.
ResponderEliminarBesos y muy feliz año!
Un placer leerte y aprender de tus dicciones. También de tus consejos. Francamente es una historia bellísima.
ResponderEliminarGracias por haber dejado un trozo de tus pensamientos en mi blog.
Atentamente,
Alberto Zambade.
PD: Me encanta, aún no la he visitado. Seguro que cuando la sienta cerca embriagará mis sentidos con su historia.
Enhorabuena por la publicación en "El Laberinto". ¡Si ya decía yo que la chica valía!
ResponderEliminarA veces la voluntad tiene mucho más poder que cien carros de bueyes; sólo es cuestión de querer.
Un beisto, Isabel. Y siga usted escribiéndonos.
Perdón por mi ausencia,los festejos me han distraído un poco y veo que me he perdido algunos relatos,pero aquí estoy para ponerme al día con ellos!
ResponderEliminarSi los DIOSES no hubieran creído en CLAUDIA,su fe la hubiera salvado?
Como siempre las mujeres tomando el "toro por las hastas"...
MIL BESOS ISA Y MIS MEJORES DESEO EN ESTE COMIENZO DEL 007
En aquellos tiempos Roma creía en sus dioses, y en sus férreas constumbres, incluso en otros..., 300 años mas tarde ese suceso no se podría dar.
ResponderEliminarComo siempre es un placer leerte y aprender con tus amenas y auténticas clases de historia.
(Espero que te hallas mejorado)
recibo el correo pero no puedo salir, tengo un problemilla, por lo que aprovecho para felicitarte el año.
Enhorabuena!!!!
ResponderEliminarpor tus historias y por la publicación de éstas en ese suplemento cultural, qué bien!!
Que tengas un maravilloso 2007, un abrazo
La primera vez que visito estas historias sobre Roma... y no creo que, a partir de ahora, sea la última.
ResponderEliminarSaludos, Isabel.
Interesante reelaboración, creo recordar que fue la segunda historia que leí en este blog. Gracias por el link sobre las fiestas de año nuevo. Un besote y feliz año de krisish.
ResponderEliminarISABEL. no te asustes,soy el alma en pena,el fantasma errante del naufrago en busqueda de paz y luz que pasa a desearte feliz 2007 y que jamas pierdas la magia.
ResponderEliminarPerdona que me salga de las calzadas romanas por un instante pero, ¿la dirección de correo de tu perfil blogger es correcta? Porque llevo unos días tratando de mandarte algo que hice y no sé si llegó o no... Últimamente el correo es un desastre, como tenía un archivo adjunto, mira en la carpeta "spam" de tu hotmail, porque a veces ponen allí lo que no toca...
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y que el 2007 nos traiga luz.
El usuario anónimo de arriba soy yo, Sergi Bellver, tampoco sé por qué no me deja entrar con mi perfil de blogger... ¡Malditos duendes!
ResponderEliminarUna historia como todas las que nos compartes, llena de emoción e historia que nos acerca a la fragilidad humana de todos los tiempos...
ResponderEliminarFeliz año 2007 amiga...
beso y abrazo...
De todas las maneras lo difícil se convierte en milagro gracias al azar!...que bonitas las leyendas que nos reserva la historia...un abrazo Isabel
ResponderEliminarsiempre que vergo a tu lar, algo me dice que regreso a casa. agradecida.
ResponderEliminarhe de ponerte entre mis faroles de esquina
Isabel, paso a dejarte mis más sinceros deseos de felicidad hoy y siempre.
ResponderEliminarMuchos besos.
Me ha encantado descubrir tu blog.
ResponderEliminarFeliz 2007.
Felicidades, has empezado el año con un relato precioso. Creo que este año me irá mejor acompañada de tu magnífico blog. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarFeliz año.
Hola Isabel!! Ante todo q espero q estés mejor, q me tienes preocupada ;)) Aparte, como siempre, q me encantas!!!!!!!! La historia de Claudia me ha llegado especialmente. Un besazo y cuidate!!!
ResponderEliminarMagnífica historia, como siempre. Gracias por este fantástico comienzo de año.
ResponderEliminarFeliz 2007.
Un saludo.
Lo que puede la fe, o la determinacion, o la imbatible certeza de lo que es y lo que se cree. Gracias por el link de como festejaban el Año Nuevo los romanos, una duda que me surgio de pronto. Seguramente habria sido algo grandioso.
ResponderEliminarEl fuego vestal duerme en aquella que no debe ser ardid, infierno mismo... La castidad, su mayor virtud, por el destino mismo. Feliz año Isabel y que vengan muchas más historias hermosas de estas Mujeres Romanas.
ResponderEliminarHay un elemento muy importante en la historia, ¡uy, perdón!, quería decir en la gran y estupenda historia que hoy nos dejas (como siempre, de momento..., así que nada de relajarse...).
ResponderEliminarLa cuestión es: La Fe. Se dice que la Fe mueve montañas, de ahí se explican los terremotos...
Pero es cierto que nuestra buena conducta tiene, tarde o temprano, sus recompensas. En el caso de Claudia, la recompensa por mantener firme su Fe y haber tenido una conducta ejemplar, a pesar de los rumores, fue la adulación de Cibeles al permitir que ella fuera la única que podía desencallar y guiar la barca. Ante los ojos del populacho, Claudia estaba bendecida y exculpada.
Muchos Besos, Isabel Romana. ¡Feliz Día de Reyes, porque eres una gran Gran Reina de Roma!
Preciosa y emocionante historia. Te felicito por los magníficos textos que nos proporcionas. Haré mención de tu artículo sobre Claudia en mi blog para que mis alumnos conozcan este relato.
ResponderEliminarSaludos
Siempre asociamos la fe a un concepto teológico, y es que tal vez muchas veces lo esté. Pero el verdadero poder de la fe se encuentra en la fe en uno mismo. Me encantó esta historia. Siempre que paso por acá me siento a gusto y disfruto la visita. Me inspiras, como a muchos creo, y acada vez más me animas a escribir sobre algo que me apasiona a mi también y que me lo remueves al leerte. Grecia y sus historias, mitos y hechos. Ojal{a pronto me anime y que todo loq ue aprendo sin darme cuenta al leerte me ayude. Besos . . y no te mueras nunca!!!
ResponderEliminarEs una historia muy bella, sobre la fe, sobre el poder de la fe.
ResponderEliminarUnbeso muy cariñoso y mis mejores deseos para el 2007, querida Isabel.
Gracias de nuevo por descubrirnos esa bonita historia de la patrona pagana de mi pueblo. Eso si que es tirar del carro y no lo que hacen los leones de piedra. Me encantó. Muchos besos y feliz año
ResponderEliminarSalud
No sabía que publicabas, que alegria me das, que gusto sería agarrar un diario un dia y encontrarme con la belleza de tus textos.
ResponderEliminarUn beso enorme, ando un poco ausente, pero ya se ordenarán solas las cosas.
EGGY (no puedo publicar de otra forma que no sea de anónimo, los dioses han de estar locos, jajaja)
Isabel, me encanta leer tu blog. Es un modo perfecto de ir conociendo algunas de las narraciones (mitológicas o históricas) que corrían en tiempos de los romanos. Ya estoy impaciente por leer la historia de Dido y Eneas, que conoczco a grandes trechos pero de la que, estoy segura, me descubrirás un montón de detalles, siempre con este modo tuyo de relatarlo, que convierte estos ratitos en momentos deliciosos.
ResponderEliminarSaludos y un beso.
Querida Isabel:
ResponderEliminarEs para mí una gran alegría llegar a este año 2007 leyendo tus fascinantes historias sobre las mujeres de Roma o por ejemplo, esta Claudia que me llevó de la mano por todo el post.
Muchas felicidades y gracias por la alegría de leerte.
Yo feliz de leerte en papel periódico!!!!!
ResponderEliminarBesos mi adorada amiga
Leo con alegría lo de la publicación de tus textos en el suplemente cultural. Con alegría pero no con sorpresa. Realmente pienso que todo cuanto escribes deberías publicarlo, Isabel.
ResponderEliminarUn abrazo!
Sinceras gracias por todo tu apoyo. Solo que a veces no contamos con todo el tiempo que quisiéramos para hacer lo que nos gusta. Saludos.
ResponderEliminaruma história llena de factos... muito interessante...
ResponderEliminartal como foi interessante visitar el enlace...
beijinhos
Amiga Isabel, has regresado por fín, con una crónica bellísima, donde el milagro de la verdad apareció en medio de las aguas. Abrazos.
ResponderEliminarHola Isabel!!!
ResponderEliminarUn saludo, aunque tarde, junto con los mejores deseos para este nuevo año!!!
;)
Hola irene, aún estoy en fase de recuperación de una lumbalgia, así que llevo cierto retraso en responder. Pero sé que me comprenderéis. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarSaludos, ula. Los milagros existen, como hemos visto en el caso de Claudia. Y hubo algunos más.Gracias por tus ánimos. Besos.
Hola edem, gracias por tus explicaciones, es un placer contar con un soporte como el tuyo. Las vestales gozaban de muchos privilegios y una posición social indiscutible. Eran elegidas entre las mejores familias. Custodiaban los testamentos y alcanzaron tanto prestigio en esto, que muchos reyes extranjeros les enviaban sus testamentos. En fin, una institución muy interesante. Besos y hasta pronto.
Hola perséfone, estos días estoy como si hubiera sido yo misma quien tirase de la nave, con la espalda echa polvo. Un besito y hasta pronto.
Hola zebedeo, feliz año a tí también. Claudia se mereció, sin duda, esta victoria.
Saludos, aynara, tómate el tiempo que necesites. Un besito muy fuerte.
Hola jaime v, celebro que tengas tan buena opinión del diario Milenio Portal, yo estoy muy ilusionada con esa colaboración. Feliz año también para tí y mis mejores deseos.
ResponderEliminarHola tsunami, feliz año para tí también y que los vientos te sean muy favorables. Besos.
Saludos hippie viejo, hemos debido empujar juntos y yo aún no me he recuperado... Besotes.
Hola silvana, esto es lo bueno de los blogs, que cada cual puede administrarse la lectura como quiera, igual que si leyese un libro. Feliz año, querida amiga.
Hola el pequeño dardo, hace poco hemos tenido por aquí a un arquero terrible, aún nos tienen algo conmocionados sus flechas. Espero que, si estás en manos de Cupido, nos seas propicio. Saludos cordiales.
Hola angelusa, verdaderamente Claudia se jugó el todo por el todo, porque en definitiva se expuso públicamente al fracaso, con lo cual no hubiera habido tribunal capaz de salvarla... Besos, querida amiga.
Hola gabu, no me atrevo a responder a tu pregunta. Pienso, sobre todo, que Claudia creyó en sí misma. Besazos y hasta pronto.
Hola anarkasis, ciertamente los romanos de esa época creían con firmeza en sus dioses y en sus vidas estaban presentes muchos ritos. La conducta individual comprometía a la comunidad entera, tanto en el caso de las vestales como en crímenes horrendos como el parricidio. Pensaban que los dioses daban entoces la espalda a la ciudad, y era preciso hacer sacrificios y purificaciones para expiar la culpa y recuperar su favor. De modo que, como decía edem, no era una cuestión personal, ni mucho menos. Gracias por tu felicitación. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola Mª antonia moreno, felicidades también a tí por el nuevo año. Que lo disfrutes y lo disfrutemos de verdad. Besazos.
Saludos de bienvenida, kostas h, aquí estamos todos/as piraditos/as por Roma y por esas mujeres tan extraordinarias de las que queda recuerdo. Andamos al rescate de ellas, así que quedas invitado a sumarte en primera fila. Saludos cordiales.
Hola krisish, confío más en tu memoria que en la mía. Celebro que no te haya molestado la reelaboración. Feliz año y hasta pronto.
Hola fantasma errante, a tí te reconozco siempre por la tinta que llevas a la altura del corazón. Al menos, mientras no te cambies de sábana. Feliz año también para tí, querido amigo.
Saludos, sergi bellver, ya está solucionado el asunto del correo, como sabes. No sé que ocurre a veces. Gracias por tu felicitación y tu interés y besotes.
ResponderEliminarHola cieloazzul, gracias por tus palabras y tus buenos deseos para el año nuevo. Por mi parte, espero que nos sigas perfumando con tu aroma, tan singular. Besos y hasta pronto.
Hola fernando, esta historia de Claudia la documentan bastantes historiadores antiguos, no parece que se trate de una leyenda. La vida está llena de milagros... Besos y hasta pronto.
Hola ontokita, creo que regresas de verdad a casa, porque nuestra cultura es muy deudora de Roma. Al hablar de ella, hablamos de nosotros/as mismos/as. Muchos besos y hasta pronto.
Saludos, morgana, también yo te deseo lo mejor para el año que acaba de comenzar. ¡Y se ve tan lindo...! Besotes.
Saludos a el cerrajero. ¿Sabes que las puertas del Panteon son las originales del s. II d.C.? Y las originales de la Curia romana (s.III d.C)están en la actualidad en San Juan de Letrán. Las del templo de Rómulo, en el foro romano, también son las originales del s. IV d.C. Con todo ello quiero decir que siento un gran respeto por quienes son capaces de crear obras funcionales que duran milenios. Bienvenido a una casa donde se te aprecia.
ResponderEliminarHola estefani, por lo menos intentamos resaltar todo lo que de bueno tiene el género humano, sin negar lo malo, claro. Que tengas un año muy feliz y lo viviamos contigo. Besos.
Hola zoe favole, veo que has empezado el año con muchísima energía. ¡Que te dure los doce meses! Besos y hasta pronto.
Saludos kurtz, que este nuevo año te traiga sorpresas y todas buenas. Besos, querido amigo.
Hola lady zurikat, también a mí me habría encantado recibir regalos en las saturnales: higos secos, nueces, monedas...y disfrutar de la alegría que llenaba las calles. En cuanto tenga oportunidad, trataré de meter esa fiesta en alguna historia. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola una de las moiras...¿o gorgona?, siempre ofreces una perspectiva nueva y sugerente. Gracias. Que el nuevo año sea para tí muy propicio. Besotes.
Hola acus, suscribo tus palabras. Aunque hemos de reconocer que muchas veces la vida no nos responde con justicia. De ahí la importancia y el relieve que adquiere esta victoria simbólica de Claudia. Ella no confiaba tanto en sus compatriotas...Besos, querido amigo.
Hola amparo, gracias por tus palabras. Creo que es estupendo que los más jóvenes conozcan estas historias que (casi) nadie recuerda. Es importante reconocernos en la historia y las historias. Besos y hasta pronto.
Saludos, dienekes, decir que remuevo sentimientos o aspiraciones en tu interior e incluso que mis historias te inspiran, es uno de los piropos más bonitos. Te animo a que escribas sobre los griegos, tan apasionantes también. Te diré una cosa: uno de los libros más bellos de Ovidio es, para mí, el titulado Cartas de Heroínas. ¡Todas griegas! Había más pasión en una griega que en mil romanas. Pero las romanas estaban inmersas en la sociedad y las griegas en casa. En fin. Ojalá éste sea el año en que cumples esa aspiración y podamos disfrutarla. Saludos cordiales.
Hola gabriela, sí es bella la confianza y la fe de Claudia. Te deseo también lo mejor para este año recién estrenado. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola harry reddish, la patrona pagana de tu pueblo queda bastante más majestuosa en su carro tirado por leones que en el barco que la llevaba a Roma. De hecho, esa imagen no era otra cosa que una piedra informe. De donde se deduce que la capacidad del ser humano para creer y otorgar poderes divinos es inmensa. Besos y hasta pronto, querido amigo.
Hola eggy, la locura de los dioses no sé si atribuirla al lío consumista de estas fechas o a algo más permanente... ¿Seremos nosotros mismos quienes los estamos volviendo locos con la locura nuestra? Besitos y hasta pronto.
Hola nausicaa, el mar es tu elemento y por él vinieron los males a la reina Dido...siempre el mar. Besos, querida amiga y hasta muy pronto.
Saludos rosa silverio, gracias a tí por tu visita y tus palabras, más estimables aún por provenir de una poetisa tan acreditada como tú. Feliz año también y que podamos difrutarnos mutuamente. Besos.
Hola clarice baricco, artífice de que mis historias puedan leerse en papel periódico. Gracias por venir, querida amiga. Ojalá este año que empieza nos encuentre mejor todavía al terminar. Un millón de besos.
Hola almena, gracias por tus palabras. Sólo sustituiría el "deberías publicar" por "debería haber alguien que te publicara". Gracias, querida amiga y que el año te sea favorable. Besazos.
ResponderEliminarHola xixe, basta con que sepas que me acuerdo de ti. Muchas veces contamos con mucho menos tiempo del que deseamos. Feliz año y que puedas volver pronto al reino bloguero. Un abrazo.
Saludos, mixtu, hacía tiempo que no hablábamos. Gracias por tu visita y que el nuevo año te traiga mucha felicidad.
Hola fgiucich, hermosas palabras las que has empleado para sintetizar la experiencia de Claudia. Desde luego podemos afirmar que hoy la verdad es un milagro. Besos.
Hola fiamma, gracias por tus felicitaciones. También yo te deseo lo mejor para este año. Un abrazo.
Por fìn me deja comentarte mi niña.
ResponderEliminarMiles de gracias pro tu comentario en mi blog.
Que del año que se fuè sòlo te queden sonrisas eternas, y bellos recuerdos, que en èste que acabamos de ocmenzar, tus sueños sean realidades y tus metas logros conseguidos, que reine la paz y la felicidad en tu vida y la puedas disfrutar con tus seres queridos.
Besitos con chin chin FELIZ 2007.
Isabel, tienes un blog maravilloso, que aunque no comente sigo cada día...
ResponderEliminarGracias por regalarnos esas historias que enriquecen nuestro mundo y nos hacen viajar en el tiempo.
Pasaba a desearte un Gran Año 2007. Abrazos,
Ah, Isabel, con las últimas tres historias me das en la frente; son cosillas que siempre me gustaron de lo concerniente a Roma.
ResponderEliminarTe felicito, como siempre, porque te lees muy fluidamente, no sé cómo decir, es fácil leerte. Me encanta lo que escribes y no dejaré de pasarme.
Te felicito también por tu publicación, como no :)!
Besos chata, si estás malita, recupérate y que los Dioses nos den la oportunidad de seguir leyéndote.
Noamanda
Como siempre, impecable. Gracias por darnos estos trocitos de historia y mitología.
ResponderEliminarHola Isabel que este año haya sido hermoso....y que el que comienza sigas deleitandonos con tanta pasión e historia.
ResponderEliminarBikos
que bien, esta historia me gustó mucho y ahora me paseo por el enlace para saber como celebraban los romanos.
ResponderEliminarSaludos y Feliz año!
Claudia ha pasado la noche en vela ante el altar de Vesta, con un sufrimiento tan intenso que varias veces ha estado a punto de desfallecer.
ResponderEliminarIsabel ese sufrimiento intenso que pone a una a punto de desfallecer lo conozco tan tan bien ...
Me facina tu Blogg , gracias Isabel muchas gracias por tu amistad y por tus bellas palabras en mi blogg .... Un año NUEVO 2007
para que el sufrimiento se aleje y nos lleguen nuevas oportunidades
Isabel FELIZ MUY FELIZ AÑO !!!
Isabel, como siempre, es una maravilla aterrizar por estas páginas y acompañar en sus duras travesías a estas mujeres de Roma. Siempre, asi mismo, me sorprende cómo la realidad supera a la ficción, y, gracias a personas como tú, podemos recuperar estas historias, narradas con la belleza que se merecen...
ResponderEliminarUn abrazo,
Ximena
Da gusto venir a leer y encontrarse con estos relatos. Los alrededores de la historia clásica siempre me han fascinado.
ResponderEliminarPorque una Historia no está completa sin sus leyendas y sus mitos. ¡Y ahora, una parte de "La Eneida"...!
Ya estoy esperando impaciente...
:)
Un abrazo, amiga
Muy bueno,realmente la historia se vive leyendola.S.P.Q.R.
ResponderEliminarQuerida Isabel, es conmovedora y aterradora la historia de Claudia. No se comprende como era posible la costumbre de enterrar viva a una vestal por sospechar que hizo lo más lindo que tiene la vida. Me encantó además porque he recorrido varias veces las ruinas de Ostia Antica que no tienen nada que envidiarle a las de Pompeya.
ResponderEliminarBeso LdF
Despues de unas suculentas vacaciones, paso a dejarte mis mejores deseos para este 2007 que comienza.
ResponderEliminarMucha salud, prosperidad y abundancia literaria.
Un abrazo.
Feliz año, Isabel!!
ResponderEliminarSiempre espero con ilusión tus historias de Roma y siempre me entusiasman.
Gracias por tus visitas.
La Diosa...
ResponderEliminarPrecioso tu relato de la historia de Claudia!
ResponderEliminarLa fe apiada los dioses y obra milagros...
Te felicito por la publicacion de tus historias, enhorabuena!!
En espera de Eneas te deseo un feliz comienzo Isabel!!
Estas historias me trasladan como a un abismo, sobre todo si me pongo a pensar en que el tiempo pasa y pasa y los hombres son los mismos.
ResponderEliminarFiuu!!, por dicha que Claudia se había cuidado, que si no .
Un feliz año Isabel, diosa de Roma te desea Heriberto de La Bitácora del faro Tuerto www.heribertorodriguez.blogspot.com
Blogger no me deja postear de otra forma.
Hola, Isabel
ResponderEliminarBuen relato, y me hace suponer que en aquel entonces una sola intriga que generara dudas sobre la honra de una vestal, a ésta la ponía en graves riesgos, como el de ser lapidada, sin contar las humillaciones por las que debía pasar. Es decir, toda vestal tenía que probar su inocencia contra toda eventual calumnia de la que fuera víctima. Estaban en una posición muy vulnerable.
Saludos
Si los hombres somos iguales que hace años quizá es porque debemos de cambiar algo no crees? Me parece que nunca hicimos bien las cosas.
ResponderEliminarun saludo de marvision
feliz año
Vine aquí a olvidarme de la gripe que me atenaza desde hace días y a fe que lo consigo con esta bella historia.
ResponderEliminarSaludos.
Isabel, me has emocionado, como tantas veces, no conocía esta historia.
ResponderEliminary es verdad que la Fe mueve montañas y precisamente en estos momentos en los que mí ánimo está tan bajo, tu relato me ha dado el puntito de luz que tanto necesito.
Gracias.
Impecable como de costumbre Isa.
ResponderEliminarOjala hayas empezado este año con mucha felicidad!
besos y abrazos Apolita
Hola terremoto, me alegro que hayas podido llegar. También yo estoy teniendo muchísimas dificultades. Gracias por tus buenos deseos y que el año sea también magnífico para tí. Besazos.
ResponderEliminarSaludos rita, me alegra que disfrutes aquí y te deseo un año muy feliz. Besos y hasta pronto.
Hola noamanda, los dioses me tienen aún a medio gas...No obstante, haré lo posible para seguir adelante, aunque tarde un poco más en contestaros. Bueno, ahora viene la historia de Dido. ¡Tremenda! Besos, querida amiga.
Hola david, gracias por tus palabras. Que tengas un año muy, muy feliz.
Hola azul, espero que disfrutemos juntas muchas historias. Por mi parte, no me canso... Besos.
Hola el trimardito. He de decir a tí y al resto de nuestros contertulios, que he pasado por tu (y vuestra) casa y no me han admitido los comentarios. Parece que durante unas horas ha caído la red, o blogger o un maldición, no sé. Trataré de repetirlo mañana. Un beso y hasta pronto.
ResponderEliminarHola patricia 333, también yo deseo que este nuevo año nos traiga cosas bellas y podamos continuar y acrecentar nuestro saber de la vida. Besos y hasta pronto.
Saludos, ximena, como ves los milagros existían hace milenios... la vida nos sorprende. Un besazo.
Hola trenzas, ya he colgado los prolegómenos de Dido y Eneas. Espero que no te defraude... Un fuerte abrazo.
Hola aquiles, comparto tu opinión de que, al leer, revivimos de algún modo la historia. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola lenguadefuego, imagínate cómo debió sufrir Claudia. Y la gran confianza que tenía en su diosa, porque de lo contrario no habría hecho ni el intento. También a mí me gusta Ostia. Huele a mar y a vieja diversión. Saludos cordiales.
Gracias por los buenos deseos, foton, también yo te deseo lo mejor. Un abrazote.
Saludos, lia, hacía ya rato que me llegaba airecillo del batir de tus alas. Besos y hasta pronto.
Hola nacho montoto, bienvenido a esta casa. Espero que te sientas en ella como en la tuya. Saludos cordiales.
Hola tictac, ya tenemos a Dido ahí, a punto de empezar su historia. Espero que te guste. Un superabrazo.
Querido heriberto, a mí me pasa igual: no sé qué ocurre, que no puedo dejar mensajes aunque ponga mil veces bien mi contraseña, etc. En fin, esperemos que se arregle. Gracias por tu esfuerzo y hasta pronto.
Hola martín. Las vestales estaban sometidas a la ley, como los demás ciudadanos romanos. Se celebraba un juicio para determinar si eran o no culpables, con todas las garantías legales. Otra cosa es el miedo, el temor de que el juicio se tuerza (¡mira si a lo largo de la historia se han condenado inocentes!) etc. Pero vaya, en cualquier caso la vergüenza, el malestar por la maledicencia y todo lo que lleva consigo es tremendo. Pero conste que algunas vestales fueron juzgadas y declaradas inocentes. En este caso, Claudia se adelantó. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola querida marvisión. Seguro que hay un montón de cosas que no acertamos a hacer bien y otras que hacemos mal deliberadamente. Esperemos que este año recién nacido nos libre de las maldades gratuitas. Besos.
Hola goathemala, verás que en la historia de Dido y Eneas he incluido a un personaje llamado Imilce (así, sin hache) Lo he hecho por la relación de tu reina (con h) con anïbal y porque me gusta mucho el nombre. Espero que ya estés bien. Besos.
Hola Medraina, me alegro que la historia de Claudia haya servido para aliviarte. La vida está llena de sorpresas hermosas y tú tendrás también la tuya. Un abrazo muy fuerte.
Hola apolita, no he empezado el año con buena salud, aunque espero estar recuperada del todo pronto. Tengo muchas ganas de vivirlo con la mayor plenitud. Besos y hasta pronto.
mi queridísima Isabel,
ResponderEliminarestoy bien atrasada con la lectura de tus escritos, pero en estos días espero ponerme al día...
...quería saludarte y comentarte que el otro día estuve en una exposición del pintor francés Maurice Denis, y de pronto me encontré en medio de una sala recordándote: se trataba del conjunto de cuadros murales decorativos "Histoire de psyché" (10 cuadros, de 1908-1909). Ahí estaba yo en medio de las imágenes que me habitaron al leer tus letras... los rostros de los enamorados, los dioses y los hombres buscando su felicidad... ; te aseguro que no hubiera disfrutado tanto esa sala maravillosa, de no haber leído tus relatos...es decir que me regalaste un bello momento, gracias...
...y ahora de paso, subes una historia cuyo nombre me habla en primera persona... estamos conectadas! je...
...que bueno haberte encontrado en la ciber galaxia... un gran abrazo como siempre...
encallara su nave ...
ResponderEliminarqué feliz momento...un barco encallado no es malo...
A veces sucede lo mejor en el peor momento! :)
Claudia debe vivir!
Hola claullitriche, qué maravilla visitar una exposición con tantos cuadros relatando la historia de Psique. Me hubiera encantado estar allí contigo, tratar de identificar los pasajes, comentar cada episodio, las caras y los gestos... ¡Sólo de imaginármelo, ya disfruto!
ResponderEliminarPienso, como tu, que hay muchas obras de arte cuyo disfrute sería mayor si supiéramos a qué o a quién se refieren en concreto. Temo que muchos temas del renacimiento, del barroco y del neoclasicismo no son comprendidos por el publico actual por falta de información. Trato de poner mi granito de arena, pero no resulta sencillo hacerlo llegar al público. Ya veremos qué da de sí la historia de Dido y Eneas y, por favor, díme que relación tienes con ellos. Muchas gracias por todo, y hasta pronto con un fuerte abrazo.
Hola ferípula, es cierto que a veces de las grandes desgracias se derivan grandes bienes. Pero claro, no deja de ser muy duro... Besos, querida amiga, te espero con Dido.
Cuánta tragedia por negar uno de los aspectos fundamentales del ser humano: su sexualidad.
ResponderEliminarIsabel:
ResponderEliminarRecuperada (casi casi) de mi contractura, retomo la lectura. ¡Cuánto hay para ponerme al día! Pero es incluso mejor así: más disfrute. Esta historia me suena, no sé por qué. ¿Memoria colectiva?
Y, como todas, es muy evocadora.
malatesta: creo recordar (y que me corrija Isabel si me equivoco) que las vestales optaban libremente por ejercer. Era un honor y un privilegio.