- ¡Barce! ¡Barce! ¡Despierta!
- ¿Qué ocurre? ¿Estás enferma? – pregunta la mujer. Acostumbrada a levantarse a cualquier hora, salta de su yacija y espabila la mecha de una lámpara de aceite colgada en la pared – ¿Qué te pasa?
- He tenido un sueño – reponde Dido –. Un sueño horrible.
Dido se ha sentado en el borde del lecho. Tiembla y tiene la frente sudorosa. Parece que le falte el aire, a juzgar por su respiración agitada. Barce se acerca a ella enseguida y le aparta el pelo de la cara. Está pálida.
- Con tanto calor es imposible dormir bien. Pero ya estás despierta, así que tranquilízate, mi reina.
- No ha sido un sueño cualquiera. Peor que una pesadilla. Y con una apariencia tan real... Lo he visto.
- ¿A quién, querida mía? Oigo mejor que los perros y puedo asegurarte que no ha entrado nadie. Toma, bebe un poco de agua. Y vamos a la ventana, el fresco de la noche te sentará bien.
- He visto a Siqueo – Dido no se ha movido del lecho ni parece atender las palabras de Barce, aunque ha bebido agua de la copa que le ha ofrecido. Sus ojos parecen mirar más allá de la oscuridad del cuarto, apenas atenuada por la luz de la lucerna y la escasa claridad que penetra por la ventana.
- No me parece tan raro que sueñes con tu marido. ¡Y más después de una semana sin verlo…!
- Algo le ha pasado. Vistámonos – Y como Barce quiere hacerla desistir atendiendo a lo intempestivo de la hora, ataja sus objeciones con sequedad – ¡No me discutas!
Como activada por un resorte, Dido se ha levantado y, a toda prisa, se despoja de la túnica de noche y se viste con la que llevaba ayer. Revuelve en un baúl y se echa sobre los hombros un manto oscuro, a pesar del calor. Barce ha de recordarle que va descalza y aún se entretienen un momento las dos mujeres buscando las sandalias.
- Coge una antorcha y sígueme – dice al soldado que vigilaba ante su puerta y se ha sorprendido al verla a estas horas de la noche. – Vamos al templo de Melqart, pero no quiero que nos vea nadie.
En la puerta del palacio, Dido y sus dos acompañantes esperan un momento. La noche está clara. Apenas sus ojos se acostumbran a la luz de la luna y comprueban que permite ver lo suficiente, la reina ordena al soldado apagar la tea. Amparándose en las sombras de las construcciones se deslizan por las calles de Tiro, a estas horas desiertas. Sólo se oye el roce de sus propios pasos y el maullido lejano de un gato. Dido va detrás del soldado y lo apremia a caminar más deprisa. Algo arde dentro de ella, como si tuviera un carbón encendido en el pecho. Ni siquiera se vuelve a mirar si Barce la sigue, algo que ésta consigue con esfuerzo, porque ya no es joven .
El soldado se detiene con brusquedad cuando alcanza el final de la calle que desemboca en la plaza del templo y extiende horizontalmente su brazo derecho para frenar también a las mujeres. Hay alguien en el templo. La luz oscilante de una o varias antorchas proyecta su resplandor rojizo a través de sus portones de bronce, una de cuyas hojas está entreabierta. Dido cruza por delante del pecho los brazos y con ellos sujeta con más fuerza aún su manto oscuro.
- Vamos – dice en su susurro – Hemos de averiguar qué pasa.
- Señora – responde el soldado – no sé quién puede ser, pero temo que resulte peligroso. Y habrá alguien vigilando la puerta.
- He dado una orden: no te he preguntado por el peligro. Hay un par de ventanas estrechas que dan al patio del templo. Trataremos de llegar hasta ellas.
Y sin añadir nada más, retroceden por la misma callejuela y se meten por otras para salir a la parte posterior del templo, donde una tapia de piedra rodea el patio sagrado. Es un muro no más alto que un niño de ocho años, cuya única función es delimitar el espacio. Antes de saltarlo, ya ven a través de los dos ventanucos la luz del interior, más intensa que la filtrada a través de la puerta.
Dido mira por una de ellas y se aparta, llevándose una mano al corazón.
- Ahí están mi marido y mi hermano – dice con un hilo de voz a Barce. Y ésta mira también.
.................................................
- ¿Y qué más, señora Imilce?
- Nada más, Karo. Cuando llegaba a este punto, Barce siempre se callaba. Hay que aprender a respetar los silencios. También a mí me costaba contener la curiosidad, pero ella me enseñó a hacerlo. Decía que eran necesarios para el corazón. Y con frecuencia tienen más significado que las palabras, esto lo he comprendido con los años. Hay dolores tan hondos que no se pueden pronunciar.
* Detalle de urna cineraria. Museo delle Terme
**Figura femenina. Museo delle Terme
***Fragmento de relive. Museos Capitolinos
****Hilada de bloques de piedra de la Muralla Serviana en el Aventino. Roma
*****Detalle de urna cineraria. Museo Aula Octógona.
Bueno, ya conocemos a la reina Dido. Y la hemos conocido un día en que está alterada y poseida por un sueño. A ver qué pasa. Mientras tanto atendemos al silencio que nos propone Imilce y ya estoy deseando que este tiempo de silencio pase para ver qué vé la audaz reina.
ResponderEliminarSigue Imilce, sigue cuando sea el momento.
Quiero alabarle, doña Isabel, su capacidad para seleccionar imágenes del mundo romano. Nos está ofreciendo toda una panorámica costumbrista.
ResponderEliminarGracias por ello.
ISA, barce eres una reina con corona de letras y flores.
ResponderEliminarSilencios.....el alma del naufrago deambula en el limbo....
He puesto los finales incluído el tuyo, uno de mis preferidos.
Cariños
Te agradezco la visita,espero qué te repongas pronto ,intentare mejorar mi gramatica y mis pausas cuando escribo tús relatos son mucho más armoniosos espero leer pronto lo que resta.
ResponderEliminarP.D."Yo que ví arder las muy altas torres de Ilion"
"Suspense" prodigioso. ¡Cuánto echo de menos Roma! Un beso, Isabel.
ResponderEliminarIsabel:
ResponderEliminarSigo pasando por tu casa y sigo disfrutando con tus escritos.
Abrazos.
He disfrutado mucho tus historias... entre mis cosas más raras... está ser fantático de la historia de roma... de hecho... mi personaje histórico predilecto es Juliano, el Apostata...
ResponderEliminaren fin, que disfruté leerte,
Un abrazo y visitame alguna vez,
Julián
...ay Isabel!, me devoro tus palabras... La estrofa final es maravillosa!... esos dolores tan hondos que no se pueden pronunciar...
ResponderEliminar...quedo en silencio esperando lo que viene, y retumbando en mí queda la poesia de tu prosa...
Vamos bien...
ResponderEliminarEspero que te hayas recuperado de tus dolores, Isabel, y que sigas con la historia... me pone estresado esperar a que la publiques!!.
Esto me sigue encantando...
Madre de Kart- Hatha, te devuelvo mi timon... (dicho púnico, generalmente al morir, refiriendose a Tiro).
Un saludo de Edem. Sigue asi.
Ya me enganche de nuevo amiguiz!!!!!! Espero q andes bien y q la inspiracion siga llegando a tus letras!!!!!
ResponderEliminarMe encantan tus historias!!!
Besitos de hada amiguiz y q estes bien
Es lo que tiene una premonición, que o la haces caso y actúas, o te vas a pasar todo el día angustiado por saber si se va a cumplir y vas a sentirte mal por tu pasividad.
ResponderEliminarImilce es un pozo de sabiduría.
P.D: buaaaaa, buaaaaa, te escribí en el post anterior y me saltaste, buaaaaa, buaaaaaa.
haber que pasa...
ResponderEliminarAun te siento lejana Isabel, pero las letras siempre hierven y se hilvanan en mis ideas. Te envio un abrazo y un beso!
ResponderEliminarIsabel: Todo lo que gira en torno a ti me estimula !!!!
ResponderEliminarGracias por tus buenas vibras , por tus historias y humanas experiencias ...
En medio de la noche el relato ha quedado interrumpido y el suspenso crece. Seguramente lo que vendrá, tiene el tinte de tragedia. Abrazos.
ResponderEliminarUn saluto caloroso e...caldo, fa 19°!!
ResponderEliminar¡Málditos pálpitos! ¿Y por qué siempre los tendremos las mujeres?
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
Hala, y ahora a esperar hasta la próxima entrega con el corazón en un puño. ¡Serás malaje, Isabel!
ResponderEliminarMuásssssssssss
(Ay,los sueños que se sueñan...).
Saludos, ula, no está mal presentar a Dido en un momento en que es preciso tener resolución. En cuanto a Imilce... ¿Quién sabe lo que nos hará sufrir esta señora?
ResponderEliminarHola gregorio luri, temo que me estés confundiendo con la señora Imilce, porque me hablas de usted... Besos, querido amigo.
Hola tinta del corazón, ya he visitado tu blog y visto los finales que has incorporado a tu historia. Una idea encantadora y sugerente. Saludos.
Ay, aquiles, sólo con leer lo que dices "Yo que vi arder las muy altas torres de Ilión" (Troya)se me estremece el alma. Y ahora verás las consecuencias (indirectas) de tu destrucción. Besos y hasta pronto.
Hola joaquín, yo también la hecho de menos. Pienso todos los días en Roma, paseo por sus calles mentalmente. Espero que la vestión de esta historia te guste. Besos.
Hola felipe sérvulo, gracias por tus visitas y tus palabras, sabes que son un aliciente para mí. Saludos cordiales.
ResponderEliminarSaludos julián, es un placer encontrar a tantas personas con intereses comunes, ¿no crees? Juliano el Apóstata me parece un sujeto muy interesante ¿escribirás algo respecto a él? Desde luego, te visitaré. Saludos cordiales.
Hola claullitriche, ¿quién no ha sentido alguna vez esa clase de dolor? A poco que repasemos en nuestro corazón, encontraremos muchas cosas de las que no podemos hablar. Espero que esta historia te guste, querida amiga.
Edem, me ha encantado ese dicho púnico que, desde luego, no conocía. ¡Ay, el amor por la tierra natal...! Precioso. Gracias por tu siempre interesante información. Besazos.
Hola aurefaire, tus besos de hada me hacen falta para acabar de arreglarme la espalda. Pero puedo asegurarte que no faltaré a estas citas, aunque os visite algo menos hasta estar recuperada. Besos y hasta pronto.
Hola acus, lo primero de todo pedirte disculpas y darte una explicación. Ocurrió que preparé la respuesta a varios comentarios y, al ver que el tuyo estaba entre dos míos, la incluí también. Pero he aquí que el sr. blogger se negó a admitirme, con lo cual perdí todos esos comentarios y hube de volver más tarde. En ese regreso, es cuando se me olvidó que tu comentario estaba entre dos míos. En fin, querido amigo, que voy corriendo al post anterior y te contesto enseguida. En cuanto a esa premonición, creo que ha debido ser muy intensa para que Dido se eche a las calles desiertas de noche. Esperemos que haya acertado al hacerlo. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarEs maravilloso seguirte en este mundo increible que nos mostrás cada día.
ResponderEliminarUn verdadero gusto.
Cariños, y te sigo.
Hola davichof, espero que tu comentario pueda ser útil en todos los posts. Es decir, que en ningún momento decaiga el interés de esta historia. Por mi parte, haré lo posible por conseguirlo. Gracias por tu visita y saludos cordiales.
ResponderEliminarHola una de las moiras...¿o gorgona?, trataré de estar más cerca de tí. Últimamente he estado flojita de salud y ello ha repercutido antes que nada en mi actividad bloguera. Iré a tu casa para ver cómo estás. Besos, querida amiga.
Hola pacita, un placer recibirte de nuevo aquí. Y si recibes buenas vibraciones...¡fantástico!. Besos y hasta pronto.
Hola fgiucich, creo que si analizáramos nuestras vidas, en las de casi todos nosotros/as encontraríamos situaciones dramáticas. Y son precisamente las crisis las que nos desvelan ante nosotros mismos, nos ponen a prueba y nos hacen crecer. Esas son las partes que me gustan de cualquier historia. Besazos.
Liliana cordovedo dice que hay 19 grados de temperatura en Roma. ¡Imaginaos cómo estará Cartago! Besos, querida liliana, y disfruta de un invierno tan cálido.
Hola miriam g. ¡Y si teniendo esos pálpitos mira cómo nos va, no sé qué nos ocurriría si no los tuviéramos! Creo que los hombres también los tienen, pero lo dicen menos... Besitos.
Hola angelusa, ojalá todos los sufrimientos fueran de esta clase ¿verdad? De todos modos, sabes que no hay que esperar demasiado. Besazos.
ResponderEliminarHola rodolfo n, aquí estamos ya todos dispuestos a la intriga y a sufrir y alegrarnos con estos personajes. Eso me gusta. Besos y hasta pronto.
La historia de Dido y Eneas es una de mis preferidas. Y el lamento de Dido de Purcell, un deleite que supongo que compartimos.
ResponderEliminarUn beso, Isabel.
Hola rodolfo n. gracias por tu confianza. Seguro que Dido nos proporcionará muchas emociones.Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola grabriela, parece que Dido y Eneas goza de bastante popularidad entre nuestros contertulios. Ojalá acierte a contar bien su historia. Besos.
He leído las dos entregas y ya me quedé mas que enganchada.
ResponderEliminarMe encanta esa frase de "hay dolores que no se pueden pronunciar" sabias palabras.
Abrazos.
esta reina se hace la dura, pero cuando le mire el trasero a Eneas.. ya verás como cambia.
ResponderEliminarMe da que esta cae... je je je.
Repuesta del todo pareces.
Un saludo
Esos silencios que a veces sentimos que son una eternidad, pero cuando vuelven a latir uno tiene vida. Aunque no siempre sabemos el regreso.
ResponderEliminarSigo en la historia.
Besotes
Verás, Isabel: siempre he pensado que la historia de Dido y Eneas es de las más tristes que están en el imaginario romano. Leída en La Eneida, siempre me sobrecoge y siento por Dido una piedad grande.
ResponderEliminarUna vez más tengo que felicitarte por tu inigualable e inalcanzable forma de escribir y por esas imágenes tan preciosas que adornan tus relatos.
ResponderEliminarGracias de todo corazón.
Gracias por la visita... te espero... de vuelta.. y que te mejores pronto!!!
ResponderEliminarUn brazo
Julián
Maravillosa página, volveré por ella, gracias.
ResponderEliminarLos silencios son buenos para el corazón, sobretodo para la gente impaciente como yo. xD Así se aprende a esperar, a reposar. Los lectores sobretodo, que estamos en ascuas.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola perséfone, tengo la ilusión de que esta historia nos emocione, nos conmueva y nos enseñe algo, a cada cual una cosa distinta, según le interese. Besos, querida amiga.
ResponderEliminar¡Ay,ay,anakarsis, que a los hombres se os ve enseguida el plumero! ¿Has oído hablar del amor? Porque no siempre tiene que ver con el trasero... (salió con rima y todo) Oye, y cómo se pueden hacer comentarios en tu blog? Para mí es un misterio. Besos y hasta pronto.
Hola clarice baricco, ese silencio es el de un dolor inexpresable. Y, como muy bien dices, continúa la vida incluso con él. Besos, queridísima.
Saludos luis rivera, Virgilio cuenta esa historia con una fuerza conmovedora. Y sin duda contenía bastantes mensajes. No puedo aspirar ni siquiera a acercarme a su altura, obviamente. Pero sí me gustaría que nos aproximáranos a los personajes, tratar de entenderlos como seres humanos y compartir con ellos una vivencia que no es, en absoluto, extraña a nosotros. Seguramente lo que ocurre nos dará bastante que hablar. Besos, querido amigo.
Hola kurtz, gracias por tus palabras, trataré de estar a la altura. En cuanto a las imágenes, ya sabes que son de mi marido y mías, tomadas en los museos en los que permiten fotografíar. Quizá el único mérito es verlas. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarGracias, julian sorel, voy mejorando. Besos y hasta pronto.
Te doy la bienvenida qrm, acomódate aquí como en tu casa. Saludos cordiales y hasta pronto.
Hola irene, la paciencia es una cualidad, créeme. Y el mal de nuestros días es que (casi) nadie tiene espera... Besos, querida amiga y hasta pronto.
realmente tienes un blog genial
ResponderEliminarEnhorabuena
excelente, podré seguir leyendo un poco más, por favor.
ResponderEliminarSaludos!
No se mucho que decirte mientras continua esta historia que disfrutamos tus lectores.
ResponderEliminarSiempre muy bien escrito.
Un abrazo.
Hoy descubri seu blog.
ResponderEliminarEspero tu mi entiendas na escrita.
Também eu sou de Àries.
SABIA QUE...?
Iniciou-se a contagem decrescente para o lançamento do livro
«Que é o Amor?».
Colaborei com um texto da minha autoria, dedicado a todos que de alguma forma marcaram a minha Vida em momentos inesquecíveis, mas também a alguém muito especial que nasceu dia 7 de Fevereiro e que, por não pertencer ao Mundo dos vivos, guardo com muito Amor, na minha memória (minha Mãe).
É uma excelente oferta em qualquer altura, mas como se aproxima o Dia dos Namorados, será bom começarem a preparar as vossas encomendas quanto antes.
Beijos e abraços.
ISABEL
Estás convidada a espreitar!!!
Saludos, lau, gracias por tu visita. Puedes pasar y acomodarte a tu gusto y, por descontado, curiosear cuanto te apetezca. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola el trimardito (aunque no sé si llamarte el "enmascarado"), ya ves que empezamos una nueva historia que promete ser muy interesante. Gracias por tu constancia. Besos y hasta pronto.
Saludos, máximo ballester, para mí es suficiente con vuestras lecturas, aunque sean silenciosas, como pasa con la mayor parte de los lectores. Lo que me importa es que todos podamos disfrutar (y yo, desde luego, disfruto a tope). Un abrazo y hasta pronto.
Hola kalinda. Gracias por tu visita y por darme a conocer ese interesante libro (en portugués) titulado ¿Qué es el amor? y que se ha hecho con la aportación de más de cincuenta blogueros que quisieron definirlo. Te felicito. Saludos cordiales.
Poco a poco vamos adentrandonos en la historia y disfrutando, Isabel.
ResponderEliminarY esto te lo agradecemos...no se, como que uno tiene ahora otra mirada de Roma...
Besos¡
Hay veces que el texto es más ameno y otras que menos, pero siempre se puede extraer alguna conclusión. Para los romanos, al igual que para otras culturas, los sueños eran importantes. ¿Cómo no iban a serlo para sus héroes mitológicos?
ResponderEliminarIsa.. Que gran gusto y honor el verte al otro lado de la luna...
ResponderEliminarMuy hermoso lo poco que lei de tus sitio y muy rico en graficaciones..
Me gustaria volverme a dleitar con tus estelas en la luna....
Eros....
...ya me tienes otra vez en vilo...para variar...deliciosa espera...no tardes en continuar, me encantan los silencios, pero no tanto a mis ganas de saber...
ResponderEliminarbesoteee
;);)...vuelves a dejarnos en ascuas como Galdós y A.Dumas...uhmm malvada!
ResponderEliminarUy Isabel!! Pronto, la próxima!! Nuevamente me admira tu capacidad de darle suspenso a la historia...
ResponderEliminarcariños
Ximena
Siempre es un placer poder disfrutar de tus historias...que se vuelven terrenales...
ResponderEliminarMil bikos.:)
Wow... vaya suspenso... vaya que has dicho algo que difícilmente olvidaré... "hay dolores tan hondos que no se pueden pronunciar"
ResponderEliminarTodo un placer leerte, gracias por traer la cultura y la arquitectura tan bien acoplada a la historia.
Gracias linda por tu apoyo...
Amiga Isabel, me despisto un par de días y vas y me publicas 2 episodios de una nueva historia. En este caso la historia es conocida, no obstante me gusta dejarme llevar por tus narraciones. Espero la continuación.
ResponderEliminarBesos
Amiga Isabel, me despisto un par de días y vas y me publicas 2 episodios de una nueva historia. En este caso la historia es conocida, no obstante me gusta dejarme llevar por tus narraciones. Espero la continuación.
ResponderEliminarBesos
Amiga Isabel, me despisto un par de días y vas y me publicas 2 episodios de una nueva historia. En este caso la historia es conocida, no obstante me gusta dejarme llevar por tus narraciones. Espero la continuación.
ResponderEliminarBesos
Amiga Isabel, me despisto un par de días y vas y me publicas 2 episodios de una nueva historia. En este caso la historia es conocida, no obstante me gusta dejarme llevar por tus narraciones. Espero la continuación.
ResponderEliminarBesos
Amiga Isabel, me despisto un par de días y vas y me publicas 2 episodios de una nueva historia. En este caso la historia es conocida, no obstante me gusta dejarme llevar por tus narraciones. Espero la continuación.
ResponderEliminarBesos
genial como siempre isabel,de a poco me voy poniendo al corriente de tus geniales relatos,gracias por tus palabras, realmente me honras con tu visita,saludos que tengas una linda semana,un gran abrazo,chauuuu.
ResponderEliminarQué bueno!, estoy recién llegadita del campo y tengo una historia nueva para leer!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarGraciassssssssss
Besos naranjas para ti!
Respetemos el silencio de Barce.
ResponderEliminarEnvidio a las personas que saben callar cuando es necesario que hable el corazón o que enmudezca la boca.
Serán dueñas de su silencio y nunca esclavas de sus palabras.
TE atrapa, vaya que si te atrapa la historia.
ResponderEliminarA tí también te entusisaman las cosas que haces, ¿verdad, Isabel?.
La pasión, es la pasión... vida... (a pesar de lo que digan...)
No importa lo que sabemos o no sabemos, lo que Imilce en su narración elusiva nos retacea, lo que está por venir. Lo que verdaderamente nos atrae y nos altera (en el mejor de los sentidos)es ver con qué naturalidad te metes con las palabras y produces esta alquimia. La que nos tiene a todos fascinados, Isabel. Yo también me quedó aquí, junto a todos, esperando la próxima entrega.
ResponderEliminarSigo atenta a tus textos.
ResponderEliminarun saludo
carme
Otra buena historia para disfrutar, leidos los dos capítulos primeros, espero impaciente la continuación.
ResponderEliminarUn abrazo
Te leo...te leo gran escritora.
ResponderEliminarEspero que este silencio no encierre nada malo.
Un abrazo.
Nos dejas con la miel en los labios ¿que se supone la reina Dido que está haciendo allí su hermano y su marido? Aaaaah, lo sabremos en el próximo episodio después de la publicidad.
ResponderEliminar¡Calcetines Lillo dan más calorcito que unos de ganchillo!
:)
Gracias....- Muchas gracias por volver a deleitarme al otro lado de la luna y de la "Cordialidad de tu saludo"....
ResponderEliminarVen tomate de mi mano y te llevare para contarte una nueva historia de amor...
Eros...
DE UN TIRON he leído las dos historias de Dido y Eneas ...
ResponderEliminarComo siempre, Isabel, nos sumerges de lleno y apasionadamente a los mundos romanos de leyendas e historias.
Muy bueno !
Si fue hasta el lugar guiada por una pesadilla, seguro que Dido no vió nada agradable ...
Vacíos mensajes
ResponderEliminaroprimen
una plenitud
desgastada.
Aspires
a
tí.
Opino igual que varios eres excelente seguro editora o algo así a mi me asombra la selección de imágenes una a una como la fusionas con tus letras siempre una agasajo leerte.
ResponderEliminarInspirada por el national Geographic channel se me habia ocurrido una historia, y ahora leo esto... Los bytes vuelan... lo que no es bueno no debe ser. Como siempre, pasaba a tomarme mi copita de arte puro y me encuentro con esta magistral muestra de reyes y personajes principales, y seres comunes que luego recuerdan y que quieren que el recuerdo sirva para algo.
ResponderEliminarMenos mal que estabas a media maquina.
Isabel...como sigues querida amiga?. Ya estoy de nuevo en el suspenso de extraordinaria narrativa, está super interesante.
ResponderEliminarBesos.
Me da que no es la misma.
ResponderEliminarVerás las descripciones me parecen magníficas pero cuando llegan los pensamientos de los personajes me viene a la mente M. Yourcenar. Imagina, para mí es la mejor escritora del pasado siglo. Palabras mayores. Hasta ese extremo me gusta como escribes.
Saludos.
Cara Isabel correji la poesia (contra), gracias!! :o) besitos.
ResponderEliminarHola rafael pq, tus palabras me han causado una gran alegría: que se pueda ver Roma de una manera distinta es una de mis motivaciones. Besos.
ResponderEliminarSaludos david, está claro que los sueños tienen mucho que ver con nostros mismos y los antiguos no erraban al creerlo así, más allá de los aciertos o no en su interpretación. Quizá los sueños nos avisan... Hasta pronto.
Hola eros, gracias por tu visita. La luna, por otra parte, también es un lugar concurrido. Saludos cordiales.
Hola iralow, te aseguro que si pudiese dedicar el día entero a la escritura, o si pudiera escribir más deprisa, lo haría. Pero en fin, tenemos limitaciones. Besazos.
Saludos Fernando, he de reconocer que me gusta ser así de malvada. ¡Y porque no puedo más...! Besos.
Hola ximena, es que no lo puedo remediar... enseguida viene la continuación. Besos.
Saludos azul, eso es lo que me gusta: que las historias sean terrenas o lo más posible. Gracias por percibirlo. Hasta pronto.
Hola bettina perroni, gracias a tí por tu visita. Esta es una historia muy emocionante, o al menos a mí me lo parece. Besotes.
ResponderEliminarHola harry reddish, gracias por tu compañía a pesar de conocer la historia. El que algunos la conozcáis aún me obliga a esforzarme más. Besitos.
Hola (--blakrabbit--), celebro encontrarte de nuevo aquí y con ese buen ánimo para recuperar algunas historias perdidas. Sigue bien. Un beso y hasta pronto.
Hola silvana, besitos naranja y azules. Tendríamos que añadir el verde, ya que viniendo del campo se te habrán puesto los ojos de ese color...
Hola estefani, una reflexión muy apropiada. Las palabras, una vez salen de nuestra boca, ya no se pueden recoger. Besitos.
Hola kostas h, tienes toda la razón. La pasión (que no las pasiones desenfrenadas, aclaro para los malpensados) nos da vida. Y la vida sin pasión queda un poquito apagada, ¿no? Besos.
Saludos marta drooker, y gracias por tus palabras. Te diré lo que trato de hacer: transmitiros cada historia tal y como yo la veo. Y trato de verla como pudo ser vivida por seres humanos. Enseguida viene la siguiente entrega. Besos, guapa.
ResponderEliminarHola carme regueiro, me alegra que sigas ahí. Ya viste que la historia de Cupido y Psique terminó bien, seguro que te alegrarías de aquel final. Esta historia es más cruda. Lo digo por si te resulta preferible dejarla pasar y reengancharte más adelante. Besos y hasta pronto.
Saludos leodegundia, enseguida viene la continuación. Aunque ya sabes, procuraré que siga la intriga... Besos.
Hola foton, la vida no es fácil para nadie. Y es extraordinaria la capacidad de los seres humanos para digerir y superar tantos dolores como nos causa. Besos.
Bueno, zebedeo, como ya has puesto la publicidad, el capítulo siguiente viene ya, ya. Besotes.
Hola de nuevo, eros, gracias por tu visita. Pasaré a verte.
ResponderEliminarSaludos maría del norte, tienes toda la razón: si era una pesadilla no podía ser nada bueno. Y lo cierto es que las realidades superan a veces los peores temores. Besitos, guapa.
Hola delacroix, gracias por tu visita y tu mensaje. Pensaré sobre él. Saludos cordiales.
Saludos ixchel, siguiendo en esta línea de deseos que trato de convertir en realidad, uno sería éste: que cuando veamos esculturas, imágenes, sarcófagos o cualquier piedra labrada, pensemos inmediatamente que han sido trabajadas por unas manos, hechas para alguien, con un significado preciso aunque ahora no lo conozcamos... Son mucho más que piedras y mucho más que arte. Besos, querida amiga.
Hola lady zurikat, ¿qué historia se te ocurrió? Permíteme un consejo (que yo misma no sigo, por desordenada): apúntatela, porque luego quieres recordar qué era y no lo consigues. A veces una idea no es aplicable o no se te ocurre cómo aplicarla en un momento determinado, pero queda ahí, y seguro que en otro le sacas provecho. Besos querida amiga.
ResponderEliminarHola daniellha, voy mejorando poco a poco, gracias. Creo que esta historia puede estar muy relacionada con las reflexiones que tú sueles hacer sobre la vida y las relaciones humanas. Besotes.
Hola goathemala, me dices unas cosas que me impresionan mucho y hasta me atemorizan. No quiero tener miedo a decepcionaros, así que aviso que sólo me comprometo a hacerlo lo mejor que sé y puedo. Muchos besos.
Hola liliana cordovedo, tienes mucho mérito al estar trabajando un blog bilingüe (español-italiano). Pasaré a ver cómo ha quedado. Besos.
Dido la gran diosa de Cartago, cuando estuve ahi el verano pasado quede mudo por sus historias, ahora quedo igual, es un placer leerte!
ResponderEliminarGran caracterización de Dido, llevada por un sueño se desliza por las calles como quien busca su sombra. Me gusta, me gusta, esto se pone interesante.
ResponderEliminarEn el silencio reflexionamos lo que hemos escuchado...Imilce es sabia y su historia parece correr paralela a la de Dido y Eneas mientras tu creas con maestria casi un doble suspenso....te felicito Isabel.
ResponderEliminarun abrazo!
Ya mismo aparco La Eneida, hasta que acabe de leer tu versión :)
ResponderEliminarHe leído los dos capítulos y no puedo sino sorprenderme de como logras dar vida a los clásicos.
Parecen diferentes. Creo que virgilio te haría un monumento, o algo :D
Besos grandes, amiga
Hola persio. Menuda responsabilidad la mía, contarte historias que allí, seguramente, conocerán y relatarán mejor. En fin, me someto a tu juicio. Besos.
ResponderEliminarHola Psique, los pasos de Dido no la conducen a un paraíso, pero sí le permiten situarse en la realidad de su mundo. Saludos cordiales.
Saludos, tictac. Espero que Imilce nos haga más llevaderos los momentos de tensión. Creo que ella puede hacerlo. Besos y hasta pronto.
Hola trenzas, mucho me temo que hayas exagerado. ¡Virgilio mandó que quemaran la Eneida porque le llegaba la muerte sin haberla terminado...! Imagínate si debía ser un crítico implacable. Ya te anticipio que es imposible superarlo. Otra cosa es que podramos acompañar a Dido, de una manera más pedánea. Besos, querida amiga.
Saludos, avecesnohaycolores, esta historia, a juicio de algunos de nuestros contertulios, es una de las más bellas de la mitología romana. Te visito. Saludos cordiales.
Ahora si!
ResponderEliminarme pongo al corriente amiga!!!
que estas lecturas de tu pluma deben ser en momentos adecuados y llenos de paz, para disfrutarlos y vivirlos!
Muchos besos!!!
voy al III:)
A veces cuánto silencio rodea al ruido...
ResponderEliminarHOLA ISABEL
ResponderEliminarLLEGO TARDE , PERO ¿ ES TARDE ? , CREO QUE NO .
ATRAPA LA HISTORIA Y MÁS CON LA MAESTRÍA DE TU MANO .
ME QUEDÓ ESTÁ FRASE :
" HAY DOLORES TAN HONDOS QUE NO SE PUEDEN PRONUNCIAR " , POR DEMÁS SENTIDA .
SIGO ENGANCHADO .
AMIGA
QUE TENGAS UN BUEN DÍA
ADAL
"Hay dolores tan hondos que no se pueden pronunciar" ni escribir de ellos...
ResponderEliminarBesos
No hay olfato más fino que el de los sueños.
ResponderEliminarBesos
Hola cieloazzul, creo que es estupendo poder leer algunos posts seguidos, así no se pierde el hilo... Besotes.
ResponderEliminarSaludos, marcaliope, tienes razón: el ruido siempre molesta. Besitos
Saludos, hippie viejo, tú nunca llegas tarde. Sobre todo porque enseguida recuperas la marcha y el hilo. Buen día también para ti.
Hola trini, qué cierto es lo que dices. Besitos.
Hola anilibis, creo que en el sueño de Dido influye la intuición y también algunos signos que, quizá, despierta no podría aceptar. Besitos.
Narración dentro de la narración: me gusta cómo manejas las técnicas.
ResponderEliminarAy, nos dejas con la miel en los labios!!! Esta Imilce sabe cortar el relato justo cuando llega a la parte más interesante, para así llevar al lector a continuar leyendo, jeje. Justo Siqueo y Pigmalión están juntos y a buen seguro que nada bueno va a suceder. Estupenda la forma en que nos relatas la historia, con esa narradora, Imilce, que le va detallando lo sucedido a Karo y que nada tiene que envidiar al relato original de Virgilio. Una versión muy particular y cercana. Mi enhorabuena por tu buen hacer. Un besote.
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