Barce se retira discretamente al fondo de la habitación cuando el soldado anuncia la llegada del príncipe del Senado. Se apresura a arreglar las ropas del lecho de Dido y a retirar del suelo su propia yacija. Con las prisas por salir, todo había quedado revuelto. Esta pequeña tarea, la preocupación por no ofrecer al visitante la impresión de desorden y descuido, tiene el efecto de ocupar su mente durante unos instantes y apartarla de la pena.
La reina Dido recibe con deferencia a su invitado y con un gesto le ofrece sentarse en una de las banquetas que hay frente a la ventana. Es un hombre de edad y sus escasos cabellos blancos aureolan un rostro enjuto que debió ser bello. A su lado, la reina parece casi una niña. No ha tenido tiempo de peinarse y su cabellera rubia le cae sobre los hombros. El manto oscuro la hacer parecer aún más menuda y, por contraste, destaca y acentúa la palidez de su piel.
- Me conoces sobradamente – dice la reina, mirándolo a los ojos – y sabes que no te habría llamado a esta horas sin motivo. Necesito tu sabiduría y tu consejo. Fuiste el mejor amigo de mi padre y espero de ti lo que habría esperado de él, si viviese.
- No te defraudaré. Y no hace falta que gastes tantas cortesías conmigo, tienes todo mi afecto y fidelidad, puedes hablar sin miedo. No negaré que me ha sorprendido tu llamada…hasta cierto punto. Últimamente tu hermano Pigmalión anda más alborotado que de costumbre.
- Sobre él quería hablarte. ¿Han aumentado sus seguidores?
- Mucho. Sobre todo entre los jóvenes de la nobleza. Tiro es una ciudad muy tranquila y ellos se aburren. Desprecian la paz y el comercio, los dos pilares sobre los que se asienta nuestro gobierno. Pigmalión les habla de la guerra. De conquistar nuevos territorios y, con ellos, riquezas sin fin. Sabe alimentar sus ambiciones y sus sueños. Les promete alcanzar fama y gloria en el campo de batalla, botines inmensos. Lo de siempre.Todo aquello que no obtendrían contigo en el trono.
- ¿Ese grupo está maduro para tratar de destronarme? Y dime, en caso afirmativo, ¿Quién me apoyaría?
El viejo senador junta sus dos manos y con ellas se golpea ligeramente los labios. Dido observa su concentración, no quiere interrumpirle pese a sentirse ansiosa. Al fondo de la estancia, entre las sombras, Barce escucha esta conversación sin apartar de su mente a Siqueo. Al cabo de unos minutos, el anciano rompe el silencio.
- Esto es lo que pienso: muchos jóvenes lo seguirían y arrastrarían a otros. Hace ya mucho tiempo que Pigmalión trabaja para ello. Pero no lo tiene todo bien calculado. Le falta una cosa muy importante: el dinero.
Esta respuesta pone en alerta a Dido, y a la vez le extraña.
- ¿Significa eso que no encuentra entre sus amigos ni entre los banqueros a nadie que se atreva a sostener económicamente un levantamiento contra mí?
- Me gustaría responderte que sí, pero te mentiría. Las guerras crean grandes fortunas, y siempre hay personas dispuestas a invertir su dinero. Más todavía si está en juego un trono. Sin embargo, Pigmalión no está buscando inversionistas. De otro modo, yo lo sabría.
- ¿Entonces? – pregunta la reina.
- O no se decide a dar el paso, o no quiere depender de nadie para evitar verse luego obligado a devolver favores. Tratará de demostrar a los suyos que es el primero y más fuerte, que tiene voluntad y capacidad para imponerse a todos los demás, incluidos sus propios aliados. Tratará de conseguir el dinero por sí mismo. No me preguntes cómo.
- Esa es la única pregunta que no necesito hacerte en este momento – responde Dido con la mayor agitación. – Respóndeme ahora a la pregunta anterior: si mi hermano, en este mismo instante, estuviera en condiciones de atacar mi trono ¿Qué ocurriría? ¿Quién estaría de mi lado?
- Mucha gente, mi reina. Bastantes senadores y caballeros. Los mercaderes y navegantes. Campesinos, pescadores y personas sencillas. Pero ninguno de ellos sabe manejar las armas. Tu hermano trataría de ganarse al pueblo ofreciéndoles dinero (para eso lo quiere, entre otras cosas) y tendría un buen equipamiento bélico. Temo que estallaría un conflicto que ni siquiera podría llamarse una guerra civil, sino una masacre. Pero no creo que debamos ir tan lejos en esta conversación, basta con que tratemos de prevenirnos. No hay un peligro inminente
- Te equivocas. Ha matado a Siqueo – Y al decir estas palabras Dido no puede reprimir las lágrimas. Se lleva un puño a la boca, intentando sofocar los sollozos. De las sombras sale Barce y, sin decir nada, le ofrece un lienzo para secarse los ojos.
-Creí que Siqueo se había marchado de cacería... – dice el senador, tratando de reponerse de la sorpresa. Dido afirma con la cabeza.
-Mi hermano insistió tanto y tanto en que se fuera con él y un grupo de los suyos, que no pudo negarse. Luego mi hermano volvió y dijo que Siqueo y sus amigos habían decidido continuar la caza. De esto hace siete días. Todo era mentira. Barce y yo lo hemos visto esta noche, en el templo de Melqart. Sí, querido amigo, el peligro es tan inminente que ha llegado ya.
-No comprendo qué quieres decir, Dido.
-Sé de dónde piensa sacar Pigmalión el dinero: ha torturado hasta la muerte a Siqueo, el único sacerdote del dios Melqart y custodio de sus bienes sagrados, para que le confesase dónde está escondido el tesoro del templo.
-¿Por qué no has empezado por decirme esto? – dice el senador, levantándose del asiento con lentitud – Estamos perdidos.
- No te lo he dicho antes para que ni tus respuestas y ni mis decisiones estuvieran influidas por semejante crimen. Nada frenará ya a Pigmalión. Pero aún no estamos perdidos – afirma Dido – Siqueo le ha mentido.
Y como Dido ve la perplejidad reflejada en el rostro del anciano, continúa:
- Yo sí sé dónde está escondido el tesoro. Siqueo me lo dijo. Siéntate otra vez, te lo ruego. He de tomar una decisión y, sobre ella, hemos de hacer planes juntos. El amanecer no ha de encontrarnos inactivos.
-No comprendo qué quieres decir, Dido.
-Sé de dónde piensa sacar Pigmalión el dinero: ha torturado hasta la muerte a Siqueo, el único sacerdote del dios Melqart y custodio de sus bienes sagrados, para que le confesase dónde está escondido el tesoro del templo.
-¿Por qué no has empezado por decirme esto? – dice el senador, levantándose del asiento con lentitud – Estamos perdidos.
- No te lo he dicho antes para que ni tus respuestas y ni mis decisiones estuvieran influidas por semejante crimen. Nada frenará ya a Pigmalión. Pero aún no estamos perdidos – afirma Dido – Siqueo le ha mentido.
Y como Dido ve la perplejidad reflejada en el rostro del anciano, continúa:
- Yo sí sé dónde está escondido el tesoro. Siqueo me lo dijo. Siéntate otra vez, te lo ruego. He de tomar una decisión y, sobre ella, hemos de hacer planes juntos. El amanecer no ha de encontrarnos inactivos.
* Detalle de escultura de un ciudadano romano. Museo Termas de Diocleciano.
**Detalle de las ruinas del Palatino, al atardecer. Roma
***Relieve en un muro del Palacio Mattei. Roma
****Losas de una vía pública en Pompeya.
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Voy a tomarme el tiempo que necesito para ponerme al dia con tu nueva historia.
ResponderEliminarDe nada me servira leer esta cuarta parte suelta.
Asi que prometo comenzar por donde se debe, asi podre apreciar la magnitud de lo que nos cuentas.
Besos leyendote :)
Si bien no comenté los capítulos anteriores,aquí debo quedarme un instante para hacerte llegar mi más absoluta admiración!
ResponderEliminarISA:qué magníficamente engarzas cada palabra,la mitología contigo tiene un sabor aún más especial que el de su propio misterio...
¡GRACIAS POR TANTO!
BESOTESSSS MILESSSSS
Sigo al tanto, ya me puse al corriente con la anterior.
ResponderEliminarMe supo sabrosa pero vuelvo a sentir la necesidad de querer mássss.
Barce por el apellido?
De acuerdo. Sigo esperando.
Abrazotes
Yo sí sé dónde está escondido el tesoro.
ResponderEliminar*^
*
*
*...YO TAMBIÉN!!!! Isabel, de dónde sacás tanta creatividad??? Alguien en los genes????
Una mamá, un papá....de dónde????????
Sos maravillosa. Me reconciliás con el género!!!jaja!
Un beso!!!
Hice un videíto de mi familia...por si lo querés ver... ;)
Vaya, qué fuerte!! como siempre estoy ansiosa por leer más!!
ResponderEliminarUn beso enorme!
:)
Dime una cosa... escribirás pronto un libro?... yo lo leeré y hablaré tanto de tus historias.
ResponderEliminarSiempre buscando el consejo, siempre detrás del poder la avaricia... esas estrategias romanas eran infalibles--- y los detalles del palatino... ahhhh, quiero buscar en mi baúl de recuerdos esa imágenes de cuando tuve la oportunidad de pasear ahi.
Besitos
Saludos, Isabel:
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita a mi blog, y por tus palabras. Ya te he comentado allí que tu apodo me sonaba de haberlo visto en otros blogs.
En fin: Gracias. Intentaré pasarme por aquí con el tiempo suficiente para leer tus entradas como mereces.
"Un besum"
Ves, ves... la avaricia es el principio de todos los males. Poder, dinero... Con lo bonita que es la paz.
ResponderEliminarUn besillo, srta. Romana, es usted una estupenda bordadora de palabras.
Holas , ¿cuándo será la próxima entrega, cuándo? Estoy impaciente. Este diálogo no tiene desperdicio, genial. Además tan actual, creo que estas mismas palabras podríamos trasladarlo a cualquier centro de poder moderno y no perdería ni un ápice. Un abrazo y enorabuena
ResponderEliminarEspléndido!!!!! Espléndido!!!!! cuánta ansiedad!!!!!!
ResponderEliminarquiero el capitulo 5!!!!!!!!!!!!!!!
Te mando besitos de hada amiguiz y ya lo sabes... aca estoy esperando ansiosa el próximo capítulo!!!!!
La ambición, madrastra cruel de la injusticia ,crimenes y guerra brilla en su maximo esplendor.
ResponderEliminarQue bella manera de contar intrigas,inmersa en la época, la tuya y de Barce.Tengo unas dudas para cuando publicas? En tus vidas pasadas no anduviste por Roma y Grecia?.
Cada vez mejor,
Cariños, si todo bien,solo perdi la tinta y no me sale ni un numero jaja.
Hola!
ResponderEliminarMe desculpa, tu texto es muy grande, pero es una gran história. Muy bueno. Nólo escribo bien espanhol, pero lo entiendo e hablo.
Gracias, muchas gracias.
Buen fin de semana.
Ya me estaba preguntando cómo actuaría Dido en estas circunstancias. Y veo que está empezando con inteligencia. A ver qué resultados se obtienen de esta charla a medianoche, promete sorpresas.
ResponderEliminarSe hacen cortísimos los capítulos, me quedo siempre con ganas. Si publicas, nos dices título, editorial, etc.
Se puede escribir mucho sobre historia pero hilar los relatos de esta forma, es digno de admirarse...
ResponderEliminarUn biko y buen fin de semana!!
Pufff amiga...
ResponderEliminareres adictivamente impresionante!!
Me encanta seguir ésta historia queme nutre las tardes... te quedas flotando en mi resto del día con éstas imagenes que tus textos me dejan...
felicidades!
sigo al pendiente de lo que viene!!!
besitos:)
Hola princesa, sabes que puedes tomarte todo el tiempo que necesites. Creo que merece la pena leerlo seguido para comprenderlo. Besos y hasta pronto, guapa.
ResponderEliminarSaludos, gabu, me alegra que le encuentres un sabor especial a estos platos de la mitología. Estan cocinados con mucho, muchísimo cariño. Besotes.
Hola clarice, aunque te parezca mentira, Barce es el nombre de la nodriza de Siqueo, al menos tal como está traducido al español por Aurelio Espinosa Pólit. (Barcen es el nombre en latín). Quizá por eso se me ocurrió meterme en el pellejo de una descendiente suya... Besos, guapísima.
Hola ferípula, mi madre siempre dice que le hubiera gustado contar cuentos. En general, mi familia es muy creativa pero en otros campos. Me ha encantado tu vídeo. Y ya sabes que Roma fue fundada por unos gemelos... Besazos.
Hola gaby del río, estamos todas en ascuas. Todas las traiciones son duras, pero sin duda las peores son las que vienen de parte de la familia. Pronto va el siguiente capítulo. Besotes.
Hola bettina perroni, la imagen del Palatino está tomada al atardecer, desde la vía dei Cerchi, justo al pie de la colina y junto al circo máximo. Seguro que si buscas en tus recuerdos aún te sentirás más vinculada a estas historias.
ResponderEliminarPor descontado que sabrás de mis libros en cuanto pueda publicar. Besos guapa.
Saludos y bienvenido le mosquito, espero que te sientas aquí como en tu propia casa. Saludos y hasta pronto.
Hola angelusa, es que hay hombres que no paran, parece que no puedan vivir sin armas. En fin, una pena. Besos y hasta pronto, guapa.
Saludos davichof, concido contigo en que este diálogo podría aplicarse a cualquier momento de la historia. Siempre hay quien hace negocio de la guerra y me atrevería a decir que muchas veces hay guerra porque existen quienes quieren hacer negocio. La siguiente entrega llegará pronto. Besotes.
Hola aurefaire, queda tranquila que los capítulos llegarán uno tras otro y luego nos dará pena terminar... Besitos para mi hada.
ResponderEliminarHola tinta del corazón, me alegro que tu silencio sólo sea falta de tinta. Si he vivido otra vida antes que esta, seguro, seguro que he sido romana o griega. O quizá he sido una romana que viajó por Grecia. Lo cierto es que me siento en casa. Besos y hasta pronto.
Hola david santos, muchas gracias por tu visita y tu esfuerzo por el idioma. Te deseo también un buen fin de semana. Besos.
Saludos ula, se te harán cortos los capítulos, pero no creas que lo son mucho. Puedes dar por seguro que si publico (o quizá debería decir: cuando publique) un libro, mis gritos de alegría se oirán por toda la blogosfera. Besos y hasta pronto.
Hola azul, gracias por tus palabras. Como he dicho con anterioridad, cuento las historias tal como las siento y como me hubiera gustado escucharlas a mí. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola cieloazzul, celebro mucho que disfrutes con las historias y las imágenes. Creo que estas últimas contribuyen a aproximarnos al ambiente. Besos y hasta pronto.
pasar por aquí es siempre ir de la mano contigo a un tiempo de ojos abiertos
ResponderEliminarpucha, me he perdido esta memorable historia!! me pondré al día inmediatamente!!! me gusta tanto esta!
ResponderEliminarpor diossssssss a leer!
¡Pues vaya con el usuario anónimo!
ResponderEliminarPobre Dido, joven, sabia y traicionada.
Un beso, Miriam G.
Hola ontokita, muchas gracias por tu visita y por dejarte llevar a esos tiempos... Besos.
ResponderEliminarSaludos,elisa de cremona, es un placer encontrarte de nuevo por la tierra. Ponte al día pronto, guapa. Besos.
Hola miriam g. Dido tiene agallas, desde luego. Ya veremos cómo acaba. Besos.
a ver si me entero donde está el tesoro el primero.
ResponderEliminar(va güeno)
joder con los spamer
Hola Isabel; he venido a visitar con más detenimiento tu blog. Muy interesante, de verdad. Vendré a leerte de vez en cuando.
ResponderEliminarSaludos.
Ella sabe algo que no he de saber yo hasta el momento -de:- No lo has develado antes para que no irrumpa u obstruya a la sigilosa ansia. Me quedo y continuo. Un abrazo Isabel!
ResponderEliminarPuff¡
ResponderEliminarDe nuevo tarde, jaja¡...nada, esta visto que me despisto un poco y...
En fin, me lo llevo en un disquete y te comento esta semana.
Besos, escritora.
Veo que la trama sigue su camino...hilos de una noche...pero la reina tiene las cartas todavía en su mano...emocionante...un beso Isabel
ResponderEliminarLa juventud de Dido no implica que sea menos astuta... seguiremos leyendo atentamente. Un saludo de tu amiga krisish.
ResponderEliminarLlego tarde, lo sé, pero ya he hecho los deberes.
ResponderEliminarUna historia tremenda y bárbara. Qué paradoja: 'qué bárbaros eran los romanos'.
Noto a Dido con una templanza y frialdad inusitadas para los acontecimientos. Dicen que en el amor y en la guerra todo vale, pero no es verdad. En la guerra todos pierden.
Es una gozada tu riqueza de vocabulario diosa, un enorme beso.
Una intriga inquietante. Ya queremos leer más...Un beso.
ResponderEliminarComo siempre, sólo puedo expresarte mi admiración y una gran gratitud por otra gran historia.
ResponderEliminarSaludos.
Excelente relato, como siempre. Ya soy tu admiradora.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola anarkasis, martes y viernes por la tarde o tarde/noche es cuando actualizo. Lo digo por lo del tesoro, claro. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola jorge;traductor, muchas gracias por tu visita. Aquí, ya sabes, puedes curiosear cuanto te plazca y al ritmo que quieras. Saludos cordiales.
Hola, una de las moiras...¿o gorgona?, creo que Dido ha sido prudente al pedir primero un análisis y luego añadir otros datos. Temía dejarse llevar sólo por su intuición. Besos y hasta pronto, guapa.
Hola rafael p.q., tenemos siempre tantas cosas por hacer, que no es extraño no alcanzar a todo. Va bien que lo tomes con calma. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola fernando, creo que Dido tratará de hacer cuanto pueda en favor de su pueblo. Algo muy digno de ser tenido en cuenta. Besos.
Saludos, krisish, también yo pienso que la juventud no está reñida ni con la inteligencia ni con la astucia. Besotes, guapa.
Hola javier, dices que en la guerra todos pierden y creo que es muy aplicable a la gente de a pie, los que combaten y mueren y sufren, los civiles que padecen toda clase de abusos, los más desprotegidos...Pero hay quien gana dinero, eso no lo olvides. No están en primera línea de fuego, eso seguro, sino en la retaguardia, bien cuidados y alimentados, contando sus moneditas.
ResponderEliminarEn cuanto a Dido, creo que la vemos en un momento de crisis, y eso es una prueba de fuego para cualquier persona. No tiene más remedio que ser fuerte, así de simple. Los muy jóvenes no, pero quienes han cumplido ya algunos años, saben de lo que hablo. Besotes, querido amigo.
Hola gabriela, no tendrás que esperar mucho. Besos.
Saludos kurtz, espero que sí sea una historia digna de ser recordada por todos nosotros. Besotes.
Hola perséfone, señora de los infiernos. Espero que en el mundo de los muertos también puedan contarse historias. Besos.
Tus cuentos como siempre me atrapan ya los extrañaba yo, amor, suspenso, trama, una historia bien contada.
ResponderEliminar¡Excelente Isa como siempre luciendote!
Emulando a un perro, guau, esto cada vez se pone más interesante. Aunque por lo que he leido sólo tendremos que esperar a que mañana martes lo actualices para seguir disfrutando de la lectura ¿no?
ResponderEliminarPor cierto, muy astuta Dido al no contarle nada para que no influyera en la opinión que le iban a dar.
Saludos ixchel, celebro que encuentres tan interesante esta historia y espero que no decaiga el interés. Besos.
ResponderEliminarHola zebedeo, también yo pienso que Dido fue precavida al pedir primero una opinión. Quizá es algo que deberíamos tratar de hacer con más frecuencia, quiero decir, intentar que las opiniones que van a influir en nuestras decisiones sean lo más objetivas posible. Besotes.
Me he conectado a la historia en el cuarto capítulo, pero me ha enganchado como siempre.
ResponderEliminarLa avaricia sólo puede romper el saco y a veces también destroza corazones.
Muchos besos.
a sra.ramona ,el texto es super grande puesto qu no se leer tan rapio pero he tenido pasiencia y claro con la cuenta que me trae leer una cosa tremendamente bonita no he tenido un dia boito sino sigui pensando a lo largo de la semana .asi que estoy acustumbrando a leer cada dia mas.(me dairan un autografo)jajaja porque no? .
ResponderEliminarsaludossss
www.oktomanota.com
Querida Isabel, estoy pendiente de cada movimiento en éste relato, intenso, que nos estás regalando, que atraviesa justo ahora por un interesantísimo momento.
ResponderEliminarSigue inspirándonos, querida amiga.
Abrazos.
Te gusta el classicismo o renascimiento? Será algo distinto?!
ResponderEliminarHola Isabel:
ResponderEliminarYa me puse al dia, chiquilla.
Andaré pendiente de tu relato, que lo sepas...¡je¡
Oye, hay una foto del Coliseo de roma en mi blog de fotos, por si la quieres coger.
Beso, buena semana¡
Despues de esto .¿Estara Dido preparada para un enfrentamiento formal con su hermano?,¿Que papel guarda Eneas?,no siempre el oro mueve el corazon de los hombres .Como siempre fantastico relato .espero que ya no estes pachucha y escribas la continuacion pronto.S.P.Q.R.
ResponderEliminarHola elena, bienvenida a esta nueva historia, que presumo resultará apasionante. El afán de poder, cuando es carente de escrúpulos, conlleva muchos vicios y provoca mucho dolor. Besos, querida amiga.
ResponderEliminar"Las guerras crean grandes fortunas y siempre ..." Cuanta razón tienes y cuantas verdades hay en tus relatos; fué, es y será así por los siglos de los siglos. Lo maravilloso es cómo lo cuentas; escrito por tí los grandes dramas los conviertes en historias cotidianas en el tiempo y que son una delicia leerlas.
ResponderEliminarCariñosos besos, Isabel.
Isabel:
ResponderEliminarHace días que te sigo en tu historia, tan interesante como todo lo tuyo. La verdad es que es un gusto pasar de vez en cuando por aquí.
Abrazos.
"Las guerras crean grandes fortunas, y siempre hay personas dispuestas a invertir su dinero..." ... esta historia de la lejana Roma es de pura actualidad...
ResponderEliminar...quedo a la espera...para seguir a la gran Dido en su aventura...
...besos Isabel...
Hola usuario anónimo, tiene vd. mucho mérito y, desde luego, le otorgaré una medalla por el esfuerzo de leer estas historias, un poco largas, hay que reconocerlo. Desde luego que tendrá Vd. su autógrafo, seguro. Saludos cordiales.
ResponderEliminarSaludos, grimalkin el bardo. Sin duda, la reina Dido está en un momento delicado y esperamos todos que lo sepa resolver... Me inspiráis más vosotros a mí que a la inversa, ¿sabes?. Besos y hasta pronto,
Bienvenido pe. vítor magalhäes, me gusta todo, clasicismo y renacimiento, tienen algunos puntos en común, como ese retorno a los tiempos clásicos y a los temas mitológicos. Cada estilo tiene una lectura diferente de esos mitos, pero ambos son muy apreciables, en mi opinión. Gracias por su visita y hasta pronto.
Hola rafael pq. qué diligente para ponerte al día tan rápido. Gracias por el ofrecimiento de tu fotografía del Coliseo. Yo tengo una como fondo de escritorio, imagínate si me gusta... Pasaré a verla, siempre es un placer visitarte y leer tus textos. Besos.
Hola aquiles, como muy bien dices no sólo el oro mueve el corazón. También lo mueven otros sentimientos más nobles pero no menos dañinos para otras personas... Aún no me he recuperado del todo, pero enseguida estará la continuación. Besos.
Hola juan, coincido contigo en la actualidad permanente de ciertas pasiones humanas. Lo peor de todo es que no aprendemos de los desastres anteriores. Gracias por tus palabras, mi interés es conseguir aproximarnos lo más posible a estos personajes, a ver si de este modo lo que les ocurre nos cala más... Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarSaludos, felipe sérvulo, gracias por asomarte a estas páginas. Espero que esta historia nos resulte, en la medida de lo posible, inolvidable. Abrazos.
Qué tal claullitriche, como muy bien sabemos todos, hay cantidad de personas en la actualidad enriqueciéndose con el dolor ajeno. Es terrible y espero que en algún momento, entre todos, podamos detenerlos. Besos y hasta muy pronto.
Isabel...de nuevo estoy enganchada con tu historia, super buena, te sigo leyendo. Cómo sigues , querida amiga?.
ResponderEliminarBesos.
hola atodos los amigos de este blog me e quedado sorprendido por tus tantos comentarios que tienes tu historia esta muy interesanet espero que algun dia visites mi blog
ResponderEliminares ba pra todos tus visitantes tambien quedan cordial mente invitados
La riqueza y el poder siguen siendo, lamentablemente, la mejor motivacion para la mayoria de los Homo sapiens.
ResponderEliminarNo hemos cambiado mucho.
Un abrazo.
El oro, siempre el oro modificando el curso de las cosas. Aunque lo tildemos de "vil metal".
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
Isabel...me asombrás...
ResponderEliminarDebés ser una de las pocas personas que captan el post...ha pasado otras veces, interpretás ampliamente, todos los elementos...qué sí, están ahí con muchos dobles sentidos.
Gracias, realmente me hacés bien.
Sos una observadora con emociones propias...y un radar inmenso!!! :)
Besos!
Que historia tan bonita y de mucho coraje femenino. En mi blog dediqué este mes a las letras de mujeres, te saludo Romana y te felicito por tu esfuerzo hermoso
ResponderEliminarEn easte blog se leen cosas preciosas. Lo de "el amanecer no ha de encontrarnos inactivos" tiene unas connotaciones apocalípticas muy esperanzadoras. Un beso, Isa, de muchísimo
ResponderEliminarAmor
Isabel Romana..., ¡¡¡Ya ha amanecido!!! ¡¡Venga, continúa!! ¿A qué esperas?, es más..., ¿te referías a este amanecer, o al amanecer de dentro de tres meses? ¡¡Jooooo!!
ResponderEliminarLas artimañas de Pigmalión por desplegar un plan tan minucioso, van a confrontar con la fe que Siqueo a depositado en Dido, gracias a su valeroso y sufrido acto al no revelar el lugar correcto del tesoro.
Eso es lealtad y un ejemplo de amistad en su más amplio esplendor.
Pero..., ¿qué podrá hacer Dido cuando tenga el tesoro entre sus manos? ¿Cómo podrá darle la vuelta a la situación en la que están?
Un abrazo, Isabel Romana, tus relatos sí que son un tesoro.
P.D: Si Dido quería tener ocupada la mente, podría venir a ordenar mi habitación...
:)Estando a la espera...
ResponderEliminarMandando un abracillo
y votando por Dido en esta guerra ;)
Saludillos che!!
Gracias por avisar del enlace, ya lo cambié.
Hola daniellha, me voy recuperando. Muchas gracias por tu visita. Espero que esta historia te guste. Besos.
ResponderEliminarHola noejacobo, bienvenido, espero que te encuentres como en tu casa. Desde luego que te visitaré. Saludos cordiales.
Saludos foton, nos llamamos homo sapiens seguramente sin merecerlo mucho. ¿No crees? Besos.
Hola almena, creo que al oro le llamamos vil metal porque tiene una gran capacidad envilecedora. Besos y hasta pronto.
Hola ferípula, ¡y a mí que me parecía tan fácil verlo...! En fin, si tu dices que pocas personas lo captan, me alegra haberlo hecho. Creo que nuestras mentes conectan muy bien. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarBienvenido verbum, iré sin pérdida de tiempo a ver lo que escribiste en tu blog sobre la letras de mujeres. Entre tanto, acomódate como en tu casa.
Hola amor, me alegra que encuentres motivos para venir aquí. Nos haces mucha, mucha falta, aunque comprendo que estás muy solicitada... Besos y hasta pronto.
Hola acus, mientras contesto a tu impaciencia, ya está el nuevo capítulo de Dido y en él encontrarás una parte de la respuesta. Creo que convendrás conmigo en que es un mujer fuera de lo común. Ahora bien, para arreglarte el cuarto vale más contar con Barce, ella también necesita distraerse y está más acostumbrada. Aunque claro, en aquellos tiempos incluso en los palacios sólo tenían cuatro cosillas... Besos, impaciente.
ResponderEliminarHola mujeres en la sombra, tomo nota que ya está arreglado el enlace. Dido necesita mucho de nuestra compañía y comprensión. Besotes.
¡Sabía que escondía un as en la manga!! qué bien, todavía me queda otro capítulo, bendito retraso.
ResponderEliminarBesos.
Querida anilibis, ¡eres más lista que los ratones coloraos...! Hemos de hacer mucha fuerza para ayudar a Dido. Besotes.
ResponderEliminarLas guerras tienen otras formas de matar y hacer sufrir que no tienen nada que ver con el estépito de las balas y las bombas. Te felicito por el post, en alguno de mis cuentos también hablo de este tema, igual te gustarñia ehcar un vistazo:
ResponderEliminarhttp://www.enunblog.com/Aguirre
http://territoriocervantes.blogspot.com
Felicidades por tu blog, es fantástico
Magnífico el recorrido que haces por las pasiones, que bien que profundizas en ellas.
ResponderEliminarPD.- Te puedes pasar a la nueva versión sin problemas, funciona muy bien (ya no es beta).
--
Saludos.
Saludos, gregorio verdugo, coincido plenamente contigo en la capacidad destructiva de las guerras, más allá del aparato bélico. Pasaré a visitar tu blog, sin duda. Gracias por tu visita y hasta pronto.
ResponderEliminarHola amigo goathemala, gracias por tus palabras. Un día de éstos daré el salto a la nueva versión. Besos.
Esto está al rojo vivo, si el hemano se entera de que ella sabe en donde está el tesoro del templo, me temo que va a durar muy poco.
ResponderEliminarMenos mal que tengo el siguiente capítulo sin leer, voy para allá corriendo.
Un abrazo y gracias por esta historia tan apasionante.
Hola leodegundia, esta historia es de infarto, y ya comprenderás más adelante por qué lo digo. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarLA HISTORIA DE AYER , DE HOY , DE ¿ MAÑANA? ..AMBICIÓN , PODER , GUERRA , DÁDIVA AL PUEBLO PARA BUSCAR APOYO ...TODO VANIDAD .
ResponderEliminarVOY AL PRÓXIMO AMIGA
BESOS
ADAL
Así somos los seres humanos, amigo hippie viejo, muy fáciles de tentar. Besitos.
ResponderEliminarBueno, ahora nos quedamos con la duda de lo que Dido planea hacer para evitar ser destronada por su cruel y ambicioso hermano. Lo sabremos en capítulos sucesivos, jeje. Un besote, Isabel.
ResponderEliminar