Roma, 1 de noviembre de 1786
Por fin puedo abrir la boca y saludar a mis amigos con el corazón alegre. Espero que se me perdone el misterio (*) así como el viaje en cierto modo furtivo hasta llegar aquí. Apenas me atrevía a decirme a mí mismo adónde me dirigía, incluso de camino hacia Roma todavía me encontraba temeroso, y sólo bajo la Porta del Popolo tuve la certeza de que por fin Roma era mía.
(...) esta necesidad se tornó durante estos últimos años en una especie de enfermedad de la que sólo me sería posible salir contemplando y visitando el lugar deseado. Ahora me hallo en condiciones de confesarlo, en los últimos tiempos me sentía incapaz de posar mi mirada en ningún libro latino, en ninguna estampa de un lugar italiano. El deseo de ver este país estaba más que maduro;ahora que éste ya está satisfecho, el afecto que siento hacia mis amigos y mi patria habrá ganado en profundidad, y el regreso será para mí mas deseable todavía por cuanto siento que los tesoros que me llevo conmigo no son sólo para mi uso y disfrute privados sino que servirán también a los demás de guía y acicate en el transcurso de nuestra existencia.
GOETHE . Cartas desde Italia.
(*) Goethe se había marchado en secreto de Weimar, sin decírselo siquiera a sus amigos.
* Porta del Popolo y piazza del Popolo. Roma.
Tags: poetas, viajes, roma
A mí me ha pasado lo que a Goethe: que sentí que Roma era mía y, además, creo que todo lo que allí aprendí lo llevaré siempre conmigo. Besitos a todos.
ResponderEliminarLo queramos o no, y sí, queremos, forma parte de nuestro patrimonio...En todas sus vertientes... Me pasó lo mismo y no sólo en Roma...
ResponderEliminarOscula, Isabel!
Hola, gracias por pasar por el blog y por el premio.
ResponderEliminarEn esta ocsión no te lo dí, porque me dices que no sabes o no te gusta ponerlos. Aunque es super fácil, pero sino sabes no hagas un lío en el blog que está muy bonito así.
Saludos desde Montecristi.
No es extraña la sensación que sintió Goethe, Roma se abre a uno. Es cierto.
ResponderEliminarGoethe sigue allí, en Roma. Vivos y eternos ambos.
ResponderEliminarLa última vez lo ví tomando vino en el Trastévere.
Un beso.
Pete Vicetown
Un lugar de fuerte inspiración. Roma, seduce. Abrazos.
ResponderEliminarMe encanta tu blog porque siempre posteas perlas como esta... :)
ResponderEliminarTodos los caminos conducen a
ResponderEliminarRoma, recuerdo que cuando era niña mi abuelita decía que nosotros eramos católicos, apostólicos y romanos...y yo me la creía...
Saludos desde México.
A Goethe y a muchos les ha pasado con Roma.
ResponderEliminarA mí también.
Y no sólo por la ciudad sino por la companía de que disfruté.
Besos.
Ohh! y yo que creìa que eras tu a hablar!! cuando vienes??! no vienes??!!
ResponderEliminarMereces una medalla del gobierno italiano por promover tan bien la civiltà romana!! te la doy yo!! :-)! una enorme!! grande come la bocca della verità!!
baci romani!
para ti
ResponderEliminarhttp://quimicamenteimpuro.blogspot.com/
aqui puedes escribir minicuentos.
auguri e baci
Roma es para mí, querida Isabel (dichosa tú que la vives a diario), como la confluencia de varios ríos imprescindibles, como la encrucijada en la que todas las almas deben detenerse, contemplar y sentirse dichosas por formar parte, siquiera minúscula, de su hermoso decorado.
ResponderEliminarSaludos.
Roma... porto nel mio cuore
ResponderEliminarSi mal no recuerdo mi querida amiga,el maestro GOETHE diò profundidad a FAUSTO justamente en ITALIA,verdad?
ResponderEliminar(obra que adoro realmente!)
P.D.:Y no me extraña su sentir que tan bien ha sabido expresar en algunas frases como: "Puedo prometer ser sincero pero no imparcial"
TE DEJO UNO Y MIL BESOTES MI AMIGA QUERIDA ♥
Goethe?
ResponderEliminarme interesó desde que leí una muy inteligente frase de él en la introducción un libro también inteligente.
creo que iré a Roma... pronto...
hay que posponer y terminar trabajos y decidirse.
abrazos y saludos!
Yo espero un dia emular a Goethe (en lo que respecta al viaje nomás, jejeje), yo creo que cada viaje por más corto o largo que sea deja una huella especial en cada uno de nosotros ... por mi fuera me la pasaria de viaje en viaje, jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel!!
Viajar a una ciudad que previamente "le ha poseido a uno".
ResponderEliminarCasi nada.
Un abrazo, amiga
Un texto muy hermoso, ciertamente. Y con respecto a Roma, estoy completamente de acuerdo con el poeta y con muchos de los que comentáis. Es una ciudad increíble. Un abrazo, Isabel y gracias por tu comentario.
ResponderEliminarRoma, una hermosa ciudad, donde me gustaría vivir, tal vez algún día.
ResponderEliminarBesitos, mi querida Isabel
Segun dioe por aqui, un escritor, A. Dolina: todo lo que hace un tipo es para levantarse una mina (del lunfardo, pseudo idioma nacido a la sombra de muros de carceles) y los romanos ya la tenian muy clara: adula y triunfaras.
ResponderEliminarEl alma romana como toda alma que se precie de tal, tambien tenia sus abismos e infiernos personales a los que no nos gustaria ni en broma acercarnos.
Y goethe llego a Roma, supongo que en esa epoca podria preguntar, pues no es como hoy que ve a encontar uno al que preguntarle: el que no esta encufado a su emepetres, esta con el empecuatro, o hablando por su celular, con el riesgo de terminar en Nepal por informacion mal dada.
me están dando ganas de Goethear un poco y escaparme sin decirle nada nadie,
ResponderEliminarperderme rendidamente, si.
que la vela la pongo mas tarde o no me llega, pal dia ese, eso,..., y que, qué odio le he cogido a la condenada Clodia, es que se mete en tó, si escribo yo, el final le hago el arrebato de Cicerón pero contra ella,
bueno que me he empapao...para un rato.
un saludón
hola amiga pasaba a saludar... me gusto mucho "el arte de amar" aunque a veces el amor apesta (pura autobiografia este ultimo agregado)...
ResponderEliminarjiji
besitos de hada con bufandaaaaaaaa
Hola selma, creo que es bueno tener el alma alerta para captar todo aquello que interesa, en cualquier sitio. Besitos.
ResponderEliminarHola birdelo, gracias por tu comprensión. Disfruta de tu premio y trabaja para que todos tus visitantes sigan satisfechos contigo. Besitos.
Hola raúl, creo que una condición necesaria es que uno mismo se abra a los lugares. De lo contrario, no ha posibilidad de resultar fascinado. Besitos.
ResponderEliminarHola petevicetown, debe haber algunos Goethes en el Trastévere, el barrio más mágico y subyugante de Roma. En cualquier caso, el frecuentaba el café Greco, por ejemplo. Saludos cordiales.
Hola fgiucich, Roma seduce, sí, a quienes están dispuestos a dejarse seducir. Besitos.
Hola dark eurídice, es un placer recibirte por aquí. Un besazo.
ResponderEliminarPues ya ves, armidia leticia, si llevamos hondo eso de la romanidad, aunque tu abuela lo dijera en un sentido estrictamente religioso. Besotes.
Hola ybris, si a una ciudad como Roma le añades una compañía especial, no se puede pedir más en la vida. Besos.
Hola liliana, agradezco mucho tu premio o medalla grande como la bocca della verità y, con todo, ¡no pierdo la esperanza de que me otorgue alguna el gobierno italiano! En cuanto a Roma... iré unos días a finales de septiembre. ¡Me muero de ganas!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu entusiasmo y por el enlace que me envías, resulta muy interesante. Baci.
Hola, antonio serrano cueto, esa imagen de encrucijada me ha gustado mucho, quizá porque en cierto modo Roma es como una encrucijada en mi vida y, al mismo tiempo, un lugar en el que desearía permanecer siempre. Aunque sea, como apuntas, formando parte minúscula del decorado. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola manuel, anch'io porto Roma nel cuore. Besos.
Hola gabu, desde luego Goethe llevó una actividad literaria muy intensa en Italia. Y también tuvo en Roma un amor... Pero eso lo dejo para otro momento. Besitos, guapa.
Hola frank h. te animo a que concluyas esos trabajos y vayas a Roma. Para tu sensibilidad de poeta es un lugar magnífico, pleno de sentido. Si te decides, dímelo, y te sugeriré algunos sitios para visitar. Besos.
Holas minerva, a mí me ocurre igual, que me pasaría la vida viajando de un lugar a otro. Pero claro, necesitaría parar de vez en cuando para contar todo lo visto. Besitos.
ResponderEliminarHola antiqva, creo que cuando se prepara un viaje, se disfruta el doble, sobre todo porque nos permite imaginar ya qué emociones sentiremos y, sobre todo, qué cosas no nos debemos perder.
Hola m@riel, las cartas de Goethe desde Roma están llenas de frases maravillosas que revelan hasta qué punto quedó conmocionado por esta ciudad. A ver si pongo alguna más. Besitos.
ResponderEliminarHola morgana, quién sabe dónde nos llevará el destino. Quizá acabes viviendo en Roma. Besitos.
Hola lady zurikat, desde luego que alma romana tenía abismos muy oscuros. Y también tenía luz. A mí me gusta mirar su luz, porque nos ha iluminado durante mucho tiempo y es singular en Roma, en tanto que las simas oscuras pertenecen a todos los hombres, no hay en ellas ninguna singularidad romana, creo yo. Roma, y en general, Italia, fue un revulsivo en la vida de Goethe, un lugar en el que descubrió algunas cosas acerca de sí mismo. Sabes, yo aún lo veo como lo dibujó el pintor Tischben, su amigo y colega de piso, asomado a la ventana de la vía del Corso, de espaldas a nosotros, alto y delgado, en mangas de camisa, con el cabello sujeto en la nuca con una goma. Justo un hombre, sin otros atributos. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarBueno anarkasis, no me cojas manía a Clodia ni mucho menos tientes a Cicerón, que el día que se suelte contra ella, será sonado. Y, además, ¿qué no hubieras hecho tú por un hermano? Besitos y más besitos para que te aplaques.
Hola aurefaire, desde luego que esa nota autobiográfica espero que quede pronto sustituida por otra más alegre y mejor perfumada. Besotes, guapa, y tápate bien.
Isabel... antes de abrir los comentarios, tenía claro qué escribirte. Pero leí tu observación y... ya lo revelas tú también, ya lo has estado haciendo y lo haces desde Mujeres de Roma. Igual que Goethe.
ResponderEliminarUn beso
Isabel, hay lugares que cautivan e inspiran y que mejor ciudad “Roma”
ResponderEliminarBeso amiga, con ganas de volver algún día a Roma