Sírveme, Calixto, dos dobles de Palermo,
y tú, Alcimo, ponle nieve a mi copa.
Que empape mi pelo el húmedo amomo
y doblegue mi cabeza el peso de las rosas.
Ese Mausoleo de enfrente nos incita a la vida,
recordándonos que se mueren los Césares.
Epigramas. MARCIAL (siglo I d.C.)
* Restos del Mausoleo de Augusto. Roma.
Tags: vida, muertes, consejos
Hace una semana visité los tesoros ocultos que en Cesaraugusta existen, me acordé mucho de ti y disfruté de las visitas con mi mujer y dos amigas, a todos nos encantó la historia de la vida romana en Zaragoza, con sus reliquias, los audiovisuales que fuimos viendo, el Ebro navegable, las termas romanas, el teatro que no conocía, el foro, todo ello al natural con los restos que se conservan y con recreaciones en maquetas para ver lo que hubo hace tiempo en nuestra ciudad.
ResponderEliminarSaludos
Por eso mismo y más que nunca Isabel: "Carpe diem"!
ResponderEliminarOscula multa!
Isabel me imagino esas semillas amomo sobre el pelo; y debemos aprovechar las oportunidades, vivir cada instante
ResponderEliminarUn beso feliz fin
Los tesoros fabulosos que guarda la Roma inmortal. Abrazos.
ResponderEliminarque increible sería vivir cerca de esas ruinas... ser parte de esa historia
ResponderEliminargenial
dale un tiempo a tus historias para qie me pueda poner al tanto
besos
breve y preciso!
ResponderEliminarun beso querida
Maravilloso¡ esa incitación a la vida ante la imagen del símbolo de la muerte es sublime
ResponderEliminarUn besito, guapísima
Isabel, no se trata de ninguna película; ésta vez no. Fíjate en las etiquetas de las entradas.
ResponderEliminarEn cuanto a tu testo, un canto epicúreo, obviamente.
Mueren los Césares, los Papas, los próceres, los mártires,
ResponderEliminarJusticia absoluta.
Hoy, te traigo un mimo...
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.
Poemas de Mario Benedetti
Feliz día del Amigo, amiga!
Un abrazo!
Hola, la verdad es que Roma, es una ciudad impresionante, la verdd es que este poema, está muy bonito, excelent recopilación.
ResponderEliminarGracias por pasar por el blog, aunque no lo pongas, se que ya por lo menos lo agradeciste.
Salve Isabel,
ResponderEliminarCarpe diem quam
minimun credula postero
(Horatius)
Hola unjubilado, gracias por recordarme viendo los restos de Caesaraugusta. ¿Sabes que este escritor, Marcial, del que he puesto el poema, era nacido en Calatayud? Pasó gran parte de su vida en Roma y al final volvió a su tierra, aunque parece ser que terminó por echar de menos la gran urbe. Ya ves, hay restos de vida por todas partes. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarHola selma, desde luego es preciso vivir el instante. ¿Quién sabe si mañana volverá a hablar, a mirar, a sentir, a estar? Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola alida, esa consciencia de la brevedad de la existencia introduce, también, una nota melancólica. Besotes.
Hola fgiucich, en cierto modo Roma está en nosotros. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarSaludos, sol, daría cualquier cosa por vivir en Roma. En cuanto a tu petición de tiempo, lo tienes. Ahora estoy colgando estos textos breves de distintos autores hasta que me marche de vacaciones en agosto. Estoy cansada y necesito un buen descanso. Así que no te apures y lee con calma. Besos.
Saludos, Elisa de Cremona. La especialidad de Marcial eran los epigramas, así que incluso cuando escribía versos un poco más largos solía ser breve. Una virtud de la que tú participas. Besos enormes.
ResponderEliminarHola los pasos que no doy, muchos poetas se han conmovido ante los monumentos que recuerdan la muerte. La gracia está en sabernos transmitir esa emoción. Besitos.
Saludos, raul, en el futuro me fijaré en las etiquetas al pie de tus textos, para estar más orientada. En cuanto a este poema, transmite muy bien un sentimiento que todos conocemos. Besos.
ResponderEliminarHola ferípula, me encanta ese mimo que me has dejado. La idea de la alegría tirando piedrecitas a mi ventana me ha remitido a mi infancia y primera juventud. Mil gracias, querida amiga.
Hola birdelo, muchísimas gracias por pensar en mí para pasarme el meme y más gracias aún por comprender que no lo siga. Eres un encanto. Besos enormes.
ResponderEliminarHola without, estoy buscando una traducción que me guste mucho de esa Oda que tan gentilmente has recordado en ese verso. Espero encontrarla. Besitos.
Amiga, visitando hace unos dias el yacimiento arqueologico de Conimbriga, en Portugal, cuando veia las bellas galerias porticadas de las villas, con flores y estanques, me acorde de ti. Pensaba, vaya en sitios asi se desarrollan las historias de nuestra amiga.
ResponderEliminarTe reiras, pero es verdad.
Y resulta que me por por comprar una lucerna en el museo, que es replica de un original que alli se expone, y resulta que al momento me dices que hubieras querido una.
Vaya, si lo llego a saber antes.
En todo caso, ya me gustaria que esa imagen ilustrara alguna de tus historias. A fin de cuentas es una copia de un original que se expone en ese museo.
Yo siempre pienso que colecciono lucernas (replicas), pero que realmente siento que son originales, ya que salvo la edad pienso que todo lo demas es igual.
Un abrazo, amiga
¡Carpe diem!
ResponderEliminarHe recordado qué díficil era traducir a Marcial en mis clases de latín y cuánto disfrutaba intentándolo diccionario en mano.
Besos
Cuan verdad es, que la vida sería insufrible sin la muerte.
ResponderEliminarY, por cierto, ¿qué es el amomo?
Nuevamente gracias, por estos regalos que día a día nos vas haciendo.
En ocasiones me gustaría poder corresponder y dado que no tengo la capacidad, la gracia ni la habilidad para estar a la altura me tengo que conformar con seguir admirándote y agradeciéndote.
Qué ilusión Isabel, estuvimos visitando Bilbilis hace unos meses y ahora me encuentro un poema del más ilustre de sus habitantes.
ResponderEliminarEn pocos días me llegan las vacaciones. Haré como el pasado años, imprimir tus últimas entradas y deleitarme con ellas.
Saludos.
...yo hoy tengo el alma mora...Granada me llamó a gritos y respondí...y ahora, igual que tu poema, me recuerda que Césares, Califas y Reyes mueren al fin y al cabo, pero el alma de esas ciudades vive para siempre...y se contagia, y no veas como...besotes preciosa
ResponderEliminarMarcial me gusta. Y no solo porque naciera en esta Hispania Tarraconense, en la que habito. Claro que ya su Bílbilis no pertenece a esta provincia. ¡Buenos iban a ponerse los aragoneses, caso de reivindicar tal cosa! :)
ResponderEliminarY no importa que el Carpe diem sea de Horacio, porque parece que caló y seguimos apuntándonos al carro de la juventud, las rosas y el vino.
Estupenda elección de textos, mujer romana.
Un abrazo así de grande.
C
ResponderEliminarQué breve es la vida ¡¡¡ pero que hermosa.
ResponderEliminarUn beso amiga.
Hola querida amiga. ¿Te has enterado de esto: "Ursula K. Le Guin escribe una adaptación de "La Eneida"
ResponderEliminarSe publicó la nueva novela de Ursula K. Le Guin: Lavinia, en la que cambia de temática y género. Se trata de una historia basada en "La Eneida", de Virgilio.
En esta adaptación de la clásica obra, se centra en Lavinia, segunda esposa de Eneas, personaje secundario en La Eneida."?
Besos mostros.
Sorprendente y profundo Marcial en sus Epigramas.
ResponderEliminarComparaba a Borges y su tristeza por morir "como murieron las rosas y Aristóteles" con esta alegría del vivir al recordar que se mueren los Césares.
Besos.
Hola antiqva, sí que es una casualidad. Yo visité Conímbriga hace muchos años y me fascinó completamente, y eso que aún no había pisado Roma ni remotamente pensaba que lo haría alguna vez. Me causa alegría y satisfacción que cuando visites un lugar así me recuerdes, porque de algún modo me hace sentir que todo este tiempo que compartimos(escribiendo, leyéndonos) se prolonga más allá de la pantalla del ordenador o de nuestras actividades cotidianas.
ResponderEliminarEn cuanto a la lucerna, es deliciosa. Y acepto tu ofrecimiento, así que pasaré por tu blog para copiar la foto y la colgaré en cuanto vea que ilustra adecuadamente algún post. Te avisaré, desde luego. Besos y hasta pronto.
Hola krisish, estos textos tienen la virtud de retrotraernos a los tiempos juveniles, tanto por la experiencia de aprender, como tú señalas, como por los sentimientos que nos actualiza. Besitos, guapa.
ResponderEliminarHola ventura, el amomo es una planta aromática. Los romanos tenían costumbre de coronarse con flores y hojas en los banquetes, así que en este poema se nos deja entrever que el protagonista está celebrando uno, lo que equivale a decir que es un momento de alegría, relax, buena conversación y buenos manjares y vinos.
En cuanto a la correspondencia, te diré que el hecho de saber que aún estás ahí y me sigues, es suficiente compensación para mí. Cada uno de nosotros tiene sus propias habilidades y las hace servir en su vida cotidiana. Tu aplicas las tuyas en el trabajo diario, y quién sabe si también me alcanzarán a mí en algún momento. Así que alegrémonos de compartir lo que tenemos: escritura, lectura, una afición común. Abrazos.
Hola goathemala, últimamente nos ocurre bastante que nos recordamos unos a otros al encontrarnos ante restos romanos, allí donde estén. Y sin duda, los epigramas de Marcial son huellas importantísimas que nos hacen sentir la vida de Roma. Espero que disfrutes de la lectura y pases unas buenas vacaciones. Besitos.
ResponderEliminarHola iralow, coincido contigo en que las ciudades tienen alma y seguramente estará hecha de los fragmentos de los millares de almas que la han vivido antes. A mí me gusta mucho recordar el pasado, pagar siquiera con memoria lo muchísimo que hicieron por nosotros nuestros ignotos antepasados. Besitos.
Hola trenzas, sí, sí, más vale dejar a cada cual en su sitio y reivindicar poco de estos asuntos, que la gente se vuelve muy picajosa. En cuanto a esa llamada a vivir con intensidad del presente, ¿quién podría olvidarla? Una vez descubierta (y creo que la descubrieron otros antes que Horacio), se ha convertido en una fuente inagotable de inspiración y también de reflexión para cada uno de nosotros. Besitos, niña, y salúdame a la cabra.
ResponderEliminarHola rewritoff, bienvenido al blog. Saludos cordiales.
Hola medraina, casi podríamos decir que la vida es más breve que hermosa, pero vaya, hay a quien le parece al revés. Besotes, guapa.
Hola el mostro, no me había enterado de esa noticia. Lavinia fue, como bien señalas, la segunda esposa de Eneas. Era hija del rey Latino, con el cual disputó Eneas antes de terminar por firmar una paz con él. Esa paz quedó sellada con el matrimonio entre Eneas y Lavinia, y con la fusión de ambos pueblos, las gentes del reino de Latino y los troyanos que habían llegado con Eneas, y decidieron llamarse a sí mismos "pueblo latino". Al menos, eso es lo que dice Tito Livio y otros historiadores. No sé ese libro qué enfoque tendrá. Besitos y gracias por tu visita.
ResponderEliminarHola ybris, la muerte es el final inevitable de la vida, así que está llena de sentido y, en mi opinión, más nos debería incitar a la vida como hace Marcial que a la melancolía. No podemos perder tiempo lamentándonos o sintiéndonos desdichados. Besitos.
Tesoros que acarician el alma.
ResponderEliminarBesitos.
¡Cuánto trabajo despliegas en tu blog! ¡Cuánta sabiduría desperdigas! No sé ni cómo me atrevo a poner un comentario cuando mi reacción inicial suele ser quedarme admirado y enmudecido.
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