- ¡Si sigues portándote así de mal, te cambiaré por un perro! – me amenaza mi dueña agitando su dedo índice delante de mis bigotes. Me apetece atusármelos con la lengua, pero me reprimo. Es mucho mejor poner ojitos tristes y mirarla fijamente, sin mover un solo músculo.
- ¡No debes volver a hacerlo nunca más! – A esta orden respondo con un parpadeo y un débil maullido. Saco la lengua y me limpio la sangre de la pata. Si hubiera sitio entre tanta gente, me haría un ovillo a sus pies para darle entender que, por mi parte, está olvidado todo y no le guardo rencor.
- Y a mí, ¿quién me paga? – exclama una voz desagradable. Y, como si me hubieran encerrado dentro de una olla y alguien levantara de improviso la tapadera, vuelve de repente el ruido del mercado. Esclavos pregonando a gritos la mercancía: ¡tengo los mejores corderos, los más blancos, cerdas preñadas para los sacrificios…! Mugen los bueyes y hacen temblar el suelo al recular y apartarse obedeciendo a los golpes de la vara. Las ovejas, miedosas, corren de un lado a otro levantando nubes de polvo. Hay cacareos, batir de alas cuando una mano penetra en una jaula y saca un gallo o una gallina y le ata las patas antes de entregarla cabeza abajo al comprador. Pequeñas cajas de junco se amontonan en equilibrio y se balancean con el revoloteo de plumas y el piar de jilgueros, canarios, codornices, gorriones. Se me hace la boca agua.
- ¡Quieta! – grita otra vez mi ama mientras termina de pagar y se guarda apresuradamente la bolsa de las monedas. Sin la menor consideración me agarra por el pescuezo y me levanta hasta que nuestros ojos quedan a la misma altura. – Por tu culpa, he malgastado el dinero. Hoy debería dejarte sin comer, por traviesa.
Me aplasta contra sus diminutos senos y, sin hacer caso a mis maullidos, echa a andar alejándome del mercado de mis delicias. ¡Y yo que acababa de perdonarle que me hubiera arrancado la comida de la boca!
Me duele mucho esta injusticia. ¡Tanto jaleo por haberle hincado el diente a una paloma!
NOTA 1: Los gatos eran animales muy apreciados en la antigua Roma por sus dotes de cazadores de ratones, pero no se les consideraba un animal de compañía. Como en toda regla, hubo excepciones. Espero que esta gata y su joven ama constituyan una de ellas y nos acompañen de vez en cuando por Roma.
NOTA 2 :Queridos amigos, os comunico que en Kala Editorial han colgado mi relato “La decisión de la reina”. Podéis leerla aquí y, si os gusta, otorgarle vuestro voto. El botón para votar está en la parte superior de la página, antes de que empieze el texto.
* Gata en el escaparate de una tienda de objetos usados en el Trastévere. Roma.
**Rebaño de ovejas en la vía Appia. Roma.
***Nubes sobre el foro. Roma.
Prefiero a los perros, pero no me disgusta, de vez en cuando, mirar las poses de Federico el gato de mi hija, que cada vez que llega una vista, le encanta refregarse y dejar una cantidad inmensa de pelos.Obviamente hay varios cepillos que vienen en ayuda de los danmificados. Abrazos.
ResponderEliminarMe encantan los gatos, ya sabes Isabel, tengo una pequeña fiera en casa. Espero que Crónicas felinas siga por mucho tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Isabel:
ResponderEliminar¡A mí también me gustan los gatos! Un delicioso relato, cómico e interesante desde el punto de vista histórico. Y el gato de la foro, ¡fantástico! Un abrazo.
Me gustaban, pero ya no me gustan, les tomas cariño y cuando se te mueren lo pasas fatal.
ResponderEliminarUn abrazo.
AMIGA MÌA... Quedè fascinada ante la postura casi reflexiva de esa preciosìsima minina!!!
ResponderEliminarP.D.:No saben lo que se perdieron el ROMA al no considerar a los felinos como la excelente compañìa que son,verdad???
(digo esto tal vez influenciada por mi pasiòn por los mininos) =)
BESITOS CON MUCHO DE CARIÑO ♥
Y ahora cabría gritar: ¡qué vida más gata!
ResponderEliminarMiaaaau, casi he podido oler las especias del puesto de al lado, el aroma agrio de los quesos de cabra o el dulzón y picante del aceite de oliva.
ResponderEliminarRelatas con un contexto tan visual que literalmente nos llevas a mercado.
Bszss
Como dice andaya ... vivimos allí, con la gata, el olor del mercado los gritos de los vendedores; tu descripción nos traslada de inmediato...
ResponderEliminarBesos.
Ya ves tú, que pena de gato, con el derecho que tiene a comer... besitos.
ResponderEliminarMi debilidad, pero rayando lo nunca visto, los gatos... Me gusta todo de ellos, su elegancia, su independencia, su FIDELIDAD, si lo son... digan lo que digan sus detractores... fueron dioses en Egipto y mi gata Cléopâtre que vivió unos felices 17 años conmigo está asintiendo desde el Olimpo de los gatos...
ResponderEliminarTu relato IsaBELLA, me ha traído esos recuerdos y como siempre me deja extasiada tu facilidad para crear textos tan hermosos y tan vivos...
Como cada día voy a clickar... ;-)
Te mereces eso y más, muchos muchos besitos Amiga mía, muchos...
Desde luego, qué injusticia. Me encantan los gatos, por cierto. ¿Por qué será que en casi todas las antiguas civilizaciones les tenían tanto aprecio?
ResponderEliminarBesos.
Lizzie esta encantada, sus patas danzan enloquecidas! Eso que mama viene con olor a otros gatos, de andar fotografiandolos para subirlos a la web de adopciones, y una asustada ante los bomberos se metio debajo de mi falda (mi umbral de ridiculo es muy alto, puedo hacer mucho mas y por animal ni cuento). La joven ama es gritona, pero pago por una paloma que la pequeña felina no pudo comer, y reconoce que es traviesa. Una muy felina vision del mercado, como era, que habia y se vendia a traves de los ojos de una gatita, y una mujer comun y corriente que puede mostar mucho mas de Roma que la mejor guia turistica!
ResponderEliminarLizzie encantada.
Bonito escrito y una gran dedicatoria al gatito de Alyxandria.
ResponderEliminarA mi los gatos me encantan, en realidad, todos los animales.
Saludos.
Estaría muy bien que esta joven y su gato fueran nuestros cicerones por Roma durante un tiempo, sí... hummmm ¿qué tienes en mente, querida Isabel???
ResponderEliminarUn beso
Hola, es un verdadero placer llegar a este hermoso espacio. Te felicito, me gusto mucho su blog muy buen gusto.
ResponderEliminarImpresionate!!!
ResponderEliminarMe ha encantado el relato y por lo que he visto por encima y le pienso dedicar más de una tarde a tu blog. genial!
Si no te importa te enlazo a mi blog.
Mil gracias por tu comentario y por pasarte pro mi espacio!
Hasta pronto
En tu blog de mujeres romanas no podían faltar las gatas romanas. Me gusta tu descripción de las actividades del mercado, en especial la preñez de los animales como reclamo para los sacrificios y la imagen de los corderos asustados, en sintonía con el epíteto tan habitual para estos mamíferos: "timidi" (temblorosos, asustadizos).
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno es éste, pero aún mejor el relato "La decisión de la reina", que realmente me ha sorprendido. ¡Que sepas que te he votado, Isabel! ¡Besos!
ResponderEliminarHola fgiucich, seguro que el pobre Federico ignora que lo andas criticando por internet.¡Pobrecillo! Un besote enorme.
ResponderEliminarHola krisish, espero que tu fierecilla esté ya casi adulta y empiece a portarse bien. Aunque oye, un animalito travieso da muchas alegrías. Besos.
Hola m@riel, hasta ahora más o menos a todos los contertulios les gustan los gatos. Algo que resulta muy agradable, porque los animales son una maravillosa compañía. Me alegra haber acertado. Besotes.
Hola cornelivs, es cierto que se les toma mucho cariño y que duele perderlos. Igual que perderemos a tantas personas queridas. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarBueno gabu, seguramente les parecían animales bastante exóticos y no eran tan abundantes como ahora. Supongo que llevó tiempo el descubrir su valor como compañeros de fatigas. Besotes, guapa.
Raul, desde luego que a la pobre gatita la han fastidiado a base de bien. Con todo, ella parece que lleva una vida bastante privilegiada... Besos.
Hola andaya, ¿estabas en el mercado? Ya me había parecido que andabas por allá, comprando especias... Un beso enorme.
ResponderEliminarHola elsacelsius, según dicen los estudiosos, Roma se parecía mucho a un zoco oriental. Y ya sabes, los romanos vivían en la calle, así que siempre, siempre, había mucho ambiente. Besos.
Cierto, isabel, a veces nos empeñamos en cambiar la naturaleza de los animales y de las personas... Besitos.
Hola selma, sólo conocer el nombre de tu gatita ya me hace sentir simpatía y respeto por ella. Creo que nuestra capacidad para amar a los animales y hacernos amar por ellos es una de las mejores cualidades de las que disponemos. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola kurtz, pienso que el hecho de que cazaran ratones, que tantos estragos podían hacer en las despensas, debe tener algo que ver en ese aprecio. Aparte de su elegancia y belleza. Un besote enorme.
Hola alyxandria fatherland, celebro que miss Lizzie Crabb esté contenta con esta dedicatoria. Creo que hubiera sido muy amiga de esta gata, de haber vivido en su tiempo. Y desde luego creo que es una gata feliz, aunque tú huelas a otros gatos, por tenerte a su lado y siempre luchando por los derechos de los animales, por su bienestar e incluso por sus vidas. Un abrazo enorme.
Hola goathemala, parece que todos compartimos ese afecto por los animales. Lo que es motivo de congratulación. Besotes.
ResponderEliminarHola mª antonia moreno, desde luego que adivinas que tengo en mente algo con esta gatita y su dueña. Saldrán de vez en cuando, eso seguro. Y espero acertar... Besos, querida amiga.
Gracias por su visita y su comentario, naturline. Saludos cordiales.
Hola el arte del arte, bienvenida a tu casa. Te puedo asegurar que yo también pasaré a visitarte con frecuencia, me gusta el tema del arte. Besos.
ResponderEliminarHola antonio serrano cueto, creo recordar que en la serie "El sacrilegio de la Bona Dea" ya había salido el tema de los gatos, sobre todo referido a uno a quien la esposa de Cicerón atribuía el robo de una peluca. Creo que los animales dan siempre alegría. Besos.
Hola santos g. monroy, gracias por tu voto. El relato "la decisión de la reina" está basado en un hecho real. Y, claro, tiene una dimensión dramática intensa y muy diferente de estos otros relatos cortos en los que busco, más bien, algo de alegría. Un abrazo.
Como siempre una magnífica entrada (gatuna), pero creo que debo quitarme el sombrero con el relato "la decisión de la reina", fabuloso, dramático.
ResponderEliminarAbrazos
Ays!
ResponderEliminarjajaja asi la vida... cuantas veces en el mejor disfrute nos dan un cogotazo que nos atraganta la dicha...
joooo!!!
me sentí gato.. jajaja
besos amiga!
Por un extraño azar paso por tus dominios, y, oh sorpresa... quedo asombrado con lo que leo.
ResponderEliminarFelicitaciones, estaré nuevamente por aqui disfrutando de tus post que son excelentes.
A NAvero
Hola Isabel.
ResponderEliminarPasando a saludar, los sábados son los días que leo blogs amigos, porque ando más de espacio, así que este lo guardo en mis marcadores!.
Pasando a dar las gracias por tu visita y dejar tu comentario en mis post, y para que mires el premio que te he dado, ya sé que no te gustan mucho, pero de todos modos te lo doy!!!.
Saludos!!!.
Hola Isabel Romana, encuentro exquisitas tus crónicas gatunas...voy a quedarme aquí un ratito disfrutando de tan exquisita lectura. Miauuuu!!!. Añadiré tus crónicas a mi bliblioteca gatuna. Ronronitos para ti
ResponderEliminarHe venido a buscar a Henriketo que anda leyendo tus marabillosas crónicas felinas y...no hay quien lo saque de aquí...se lo está pasando en grande y...lo comprendo porque a mi me sucede lo mismo. Un cordial saludo.
ResponderEliminar¡Votado también este! Un abrazo, Am
ResponderEliminarGatos,perros,hmm...esos adorables embaucadores,perciben con toda la nitidez el tono de tu voz y la brusquedad o suavidad de tus gestos y elaboran una respuesta consistente en todo un repertorio de miradas,movimientos,gestos y sonidos de tal sutileza que "desarman" tu raciocinio con una facilidad pasmosa.Que bien dominan los animales esa comunicación corporal...llevan millones de años practicándola.
ResponderEliminarMe has parecido una gata encantadora Isabel,me gusta la gente que tiene esa capacidad de empatía con los animales.Un beso amiga.
Hola Isabel!
ResponderEliminarDá la casualidad que me gustan tambien mucho los gatos. Los he tenido desde siempre, y siempre gatos callejeros. Una vez que sacas uno de la calle ya se torna una aficion. Ahora mismo tengo 5, una gata,Nina, sus 2 hijos, su novio Oni e el vecino, Nilo (que vino un dia de visita y se quedó...)
Pero si encontre hoy tu blog no fue por los gatos.
Fue por las lucernas.
Te vi por casualidad en el blog LVCERNA, de Antiqva y te procuré para decirte que te regalalo , si ahun lo deseas, la lucerna de la deusa Vitória (la dama alada) que tanto te gustó. Esa misma la hice yo para el museo de Conimbriga-Portugal.
Blog interesante el tuyo.Pasaré más amenudo.
Un saludo!
(vaya , que poeta estoy... :-)
Hola Isabel!!
ResponderEliminarYo tengo un gato y creo que por su cabeza se pasan las mismas impresiones. Sólo hacerte una apreciación, espero que no te moleste, la presencia de gatos en Roma no era precisamente común, comenzó siendo un animal de compañía de la élite y muy posteriormente, debido a su capacidad reproductora, empezó a ser más normal, aunque ya a finales del Imperio. El cazador de ratones por excelencia era la comadreja; Plinio el Viejo o Petronio hablan de este aspecto.
De todos modos enhorabuena por tus textos, seguiré comentándote. Un saludo!!!
Soy yo otra vez, acabo de leer tu texto sobre Sofonisba y me he quedado maravillado, me ha gustado muchísimo. Me ha recordado a Salambó de Flaubert, mi más sincera enhorabuena por tu escritura y por la publicación de uno de tus relatos!!
ResponderEliminarY qué Preciosa Entrada!
ResponderEliminarComo te he contado en algunas ocasiones (cuando acompañabas con fotos de gatos los capítulos)adoré ese detalle (entre otros muchos)precisamente porque su presencia era muy apreciada en la antigua Roma, son tiernoooos y me causaban muchísima gracia!
¿Y cuando se acusó a un gato de robarse la peluca? Jajajajajajá!
Adoro tu sentido del humor, tan fino como Vos!
Besotes mi Amiga Querida!
Eres tremenda, jaja...me encantó.
ResponderEliminarYo muero por los perros, y a los gatos les tengo respeto.
Abrazos linda.
Graciela
Encantador el relato con el misterio gatuno de todas las etapas de la historia.
ResponderEliminarUn beso grande, amiga
Hola Isabel.
ResponderEliminarNo hay problema, sabes que ahora quisiera publicar diario, pero parece que no se puede.
Eso se lo dejo a blogs de noticias o algo así, además a mis visitas ya tienen la costumbre de no visitar a diario, sino cada tres días o algo así.
Abrazos amiga...
A mi los gatos no me gustan... me gustan mas los conejos jeje!
ResponderEliminarMe encanto visitar Roma y tengo pendiente otra visita... algun dia y espero que pronto!!
ResponderEliminarGracias por contarnos estas historias tan entretenidas y gracias por pasarte por mi blog.
Un besooo
Hola Isabel:
ResponderEliminarA nuestras dos gatas les ha encantado tu historia. Creo que opinan lo mismo. Total, por una paloma.
Creo que los romanos tenían razón. No son un animal de compañía. Somos nosotros los que los acompañamos.
De todas las frases sobre gatos que conozco (hay una buena colección), una de mis favoritas es la de Baudelaire: "Dios creó al gato para dar al hombre el placer de acariciar al tigre". Siguen siendo tigres pequeños e incontrolables.
Besos
PD: Mientras escribo esto, Chispa se acaba de dormir encima de mi jersey nuevo. Total, por unos pelos.
Y es que los gatos, por muy de compañía que sean, siempre mostrarán reacciones del tipo que describes, quizás por eso me gustan tanto.
ResponderEliminarHa sido todo un placer leer “La decisión de la reina”, claro que para votarlo como "el mejor" he debido leerme el resto, cosa que no me ha molestado en absoluto, todo lo contrario.
Hola Isabel,
ResponderEliminarNo se puede cartigar a un ser por seguir sus instintos naturales: la caza.
Besos
Hola anabel, gracias por pasar a leer ese relato. En su día lo publiqué aquí y está agrupado con otros bajo la etiqueta "narraciones breves". Ahora estoy colgando historias un poco más livianas, para descansar... Besitos.
ResponderEliminarHola cieloazzul, tienes toda la razón: hay que ver la cantidad de golosinas que nos arrebata la vida sin la menor contemplación. Besitos, querida amiga.
Hola alberto navero, es una suerte encontrarnos aquí, la blogosfera tiene estos azares dichosos. Te visitaré enseguida. Saludos cordiales.
Hola querido birdelo, muchísimas gracias por tu premio, que acepto gustosa y agradecida. No es que no me gusten, es que soy torpíiiisima para ponerlos. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola enriketo, es un placer que te hayas encontrado con algún colega tuyo por estos parajes. Incluso cuando no hay ninguno pululando por aquí, seguro que encontrarás rincones apropiados para quedarte y observar un rato. Besitos, guapo.
Bienvenida cabalayka, puedes acomodarte aquí tranquilamente y curiosear cuanto te apetezca. Estás en tu casa. Gracias por tu visita y hasta pronto. Saludos cordiales.
Hola andrés, muchísimas gracias por tu voto. Ya sabes mejor que nadie que todo ladrillo hace pared... Un abrazo enorme.
ResponderEliminarHola mart, creo que tu definición de "adorables embaucadores" es perfecta. Quien vive o tiene cerca animales de compañía sabe muy bien cómo saben engatusarnos y hacernos amarlos con intensidad, como si fueran un miembro más de la familia. Ojala nosotros tuviéramos esa capacidad de amar y de hacernos amar. Besitos, querido amigo.
Hola carlos, se ve que eres un auténtico amante de los animales, lo que suele decir muchas cosas buenas acerca de las personas. Me da mucha alegría que me hayas encontrado y que tengamos aficiones y gustos en común. En cuanto a las ruinas de Conimbriga, las visité hace ya varios años y me dejaron completamente enamorada. Hay que ver cómo nuestro imaginario se activa y casi se vuelve loco ante lugares como ése. Muchísimas gracias por tu ofrecimiento, desde luego que me gustaría muchísimo tener esa lucerna. Un abrazo.
Hola el llano galvín, muchísimas gracias por tu puntualización, muy oportuna. Como habrás visto, en la nota aclaratoria al pie del post hablo de lo excepcional de los gatos como animales de compañía. Quizá me ha faltado añadir su rareza. Con todo, mi intención es aprovechar la mirada de este gato para contar algunas cosas de la antigua Roma y, en todo caso, trataré de subrayar su rareza en los textos sucesivos.
ResponderEliminarMuchas gracias también por volver a decirme que te ha gustado el relato de la reina Sofonisba. Para mí es un personaje lleno de dignidad y que bien merecía ser recordada en este blog y, ahora, en esa editorial mexicana. Un abrazo.
Hola susana, gracias por pasar aún estando de vacaciones (o casi). Nunca he tenido un gato, pero son animales que atraen mucho mi atención y por los que siento una extraña ternura. La primera vez que salió un gato en este blog fué el querido e inolvidable Sirio, de nuestra amiga alyxandria fatherlan, haciendo el papel de Sirio, gato de Anna, hermana de la reina Dido, cuando relaté esa historia. Y desde entonces, no dejan de salir gatitos... Un abrazo, querida amiga.
ResponderEliminarHola clarice barricco, ¿te imaginas un "duelo" entre este gato y tu querido Movie? ¡Menuda revolución en el mercado! Un besazo enorme.
Hola rodolfo n, creo que el ver el mundo a través de ojos distintos de los del ser humano reporta algunos aspectos interesantes de la vida. Besos, querido amigo.
Hola birdelo, como te tengo en mi blogroll, no se me pasa para nada cuando publicas. Hacerlo a diario es una tarea que a mí se me antoja casi imposible. Mejor tomar las cosas con calma y con un poco de tiempo. También existe vida más allá de la pantalla del ordenador. Besotes.
ResponderEliminarHola azul, quién sabe si alguna vez saldrá un conejo en una historia. En la antigua Roma puede ocurrir de todo... Besitos.
Hola acoolgirl, no sabes cómo te envidio por esa visita pendiente a Roma, y eso que acabo de regresar de allí. En esta materia soy muy envidiosa... Gracias por tu visita y saludos cordiales.
Hola fab, me ha gustado muchísimo la frase, no la había leído ni escuchado nunca, pero intuyo que tiene en sí mucha verdad. Siempre me ha parecido que hay algo inaprehensible en los gatos, algo que no llegamos nunca a conocer ni a controlar. Y está muy bien que nos recuerden que no somos - como tantas veces creemos - los amos de la naturaleza ni mucho menos sus reyes. También nos recuerda, como acaba de hacer Chispa, que los bienes materiales no tienen ningún valor. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola herri, gracias por acudir a la invitación de leer "la decisión de la reina". He puesto el enlace directo porque ya ocurrió en otra ocasión, con otro relato en Kala, que muchos lectores me decían que no sabían cómo entrar, etc. Ya has visto que estoy muy bien acompañada. Gracias de nuevo y saludos cordiales.
Hola without, te doy toda la razón, por eso la gata está molesta y no consigue entender lo ocurrido. Con frecuencia nos ocurre que queremos reprimir en los animales lo que no admite represión. Besitos.
Hola Susana:
ResponderEliminarSolo una pequeña aclaración sobre un punto sin demasiada importancia. Soy amigo, no amiga. También los hombres tenemos debilidad por las mujeres romanas, y los gatos.
Un beso
Hola otra vez Isabel:
ResponderEliminarDías de confusiones. De sexo, de nombre. Mis disculpas. Te confundí al nombrarte con otra de mis escritoras favoritas, Susana, que en su cueva nos enseña historias hermosas y poco conocidas de mujeres.
Otro beso
Gracias por tu bonito relato, con esa preciosa gata romana como protagonista. Adoro a los gatos y tambien a la ciudad eterna. Espero ansiosa tu siguiente entrega.
ResponderEliminarHola fab, la verdad es que a veces nos hacemos un lío. Procuraré por mi parte no confundirme. Besitos.
ResponderEliminarBienvenida neko7, gracias por tu visita. Espero que me hagas el honor de seguir viniendo por aquí. Saludos cordiales.
De Ovidio he leído el Ars Amandi. Una delicia que me trae gratos recuerdos y que dicen que a él le supuso el destierro.
ResponderEliminar"Como la tímida turba de palomas huye las embestidas del águila, como la tierna cordera se espanta en presencia del lobo, así huyen, aterradas, de aquellos hombres sin ley que las acometen, y no hubo una sola que no reflejase la palidez en la cara".
El libro que citas, Amores, que creo que fue su primera obra lo tengo aquí en casa sin leer. Y por el texto que pusiste ese hecho debiera estar tipificado como delito. Todo será ponerse.
Un abrazo, amiga.
http://radiogatuna.blogspot.com/
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