El poeta Ovidio se tiende sobre el lecho para descansar a la hora de la siesta un caluroso día de verano. Y esto es lo que ocurre cuando hasta su cuarto llega su amada:
“He aquí que llega Corina, vestida con una túnica sin ceñir, su cabellera peinada en dos mitades cubriéndole el blanco cuello (…)
Le arranqué la túnica, aunque por lo fina que era apenas suponía estorbo; ella sin embargo luchaba por taparse con la túnica; y luchando como si no quisiera vencer, fue vencida, mas sin dolerse de su rendición. Cuando quedó erguida sin vestiduras frente a mis ojos, en ninguna parte de todo su cuerpo encontré defecto alguno; ¡qué hombros!, ¡qué brazos tan hermosos vi y toqué!, ¡cuán a propósito era la forma de sus senos para apretarlos!, ¡qué liso su vientre bajo el terso pecho!, ¡qué anchas y estupendas sus caderas!, ¡qué juvenil su muslo!
¿Para qué contarlo todo minuciosamente?: nada vi que no fuera digno de elogio, y desnuda la estreché contra mi cuerpo. ¿Quién no adivina lo demás? Fatigados luego, estuvimos descansando los dos.
¡Ojalá tenga yo muchos mediodías como éste!”
“He aquí que llega Corina, vestida con una túnica sin ceñir, su cabellera peinada en dos mitades cubriéndole el blanco cuello (…)
Le arranqué la túnica, aunque por lo fina que era apenas suponía estorbo; ella sin embargo luchaba por taparse con la túnica; y luchando como si no quisiera vencer, fue vencida, mas sin dolerse de su rendición. Cuando quedó erguida sin vestiduras frente a mis ojos, en ninguna parte de todo su cuerpo encontré defecto alguno; ¡qué hombros!, ¡qué brazos tan hermosos vi y toqué!, ¡cuán a propósito era la forma de sus senos para apretarlos!, ¡qué liso su vientre bajo el terso pecho!, ¡qué anchas y estupendas sus caderas!, ¡qué juvenil su muslo!
¿Para qué contarlo todo minuciosamente?: nada vi que no fuera digno de elogio, y desnuda la estreché contra mi cuerpo. ¿Quién no adivina lo demás? Fatigados luego, estuvimos descansando los dos.
¡Ojalá tenga yo muchos mediodías como éste!”
OVIDIO.- "Amores"
Traducción de Vicente Cristóbal López
NOTA :En Kala Editorial está colgado mi relato “La decisión de la reina”. Quienes no lo hayan leído y les apetezca conocerlo, pueden leerlo aquí y, si les gusta, otorgarle su voto. El botón para votar está en la parte superior de la página, antes de que empieze el texto.
* Figura femenina, quizá retrato de Cleopatra. Museos Capitolinos. Roma.
** Detalle de un friso en el foro de Nerva. Roma.
"Amores" de Ovidio es una composición impresionante; me encanta el poema que hoy nos regalas. Un abrazo, Isabel.
ResponderEliminar"...en ninguna parte de todo su cuerpo encontré defecto".
ResponderEliminarEl amor, maravilla de sentimiento que, afortunadamente, ha acompañado al ser humano desde el inicio de los tiempos. Ojalá nos siga acompañando.
Un abrazo.
Amiga, uno no se cansa de leer y releer los textos de Ovidio. Es mi preferido en el mundo latino.
ResponderEliminarPor cierto, colgue un par de lucernas de nueva adquisicion...
Un abrazo, amiga Isabel
El refinamiento de Ovidio en "Amores" es conmovedor. Qué bella elección Isabel!
ResponderEliminarMuchísimas Gracias por este regalo para los sentidos!
Recibí mi Abrazo Enorme Querida Amiga!
Poeta galante de la Roma vividora y alegre. Ovidio era un gran entendedor de la psicologia femenina!!
ResponderEliminarEncantador texto.
Besos,Isabel!
Como disfrutaba Ovidio las siestas calurosas...
ResponderEliminarBien por él!!!
Considero mejores, para tales aprontes, las noches frescas!!!
Excelente elección estimada Isabel!!!
Saludos!!
Eso se llama elipsis ¿verdad? :)
ResponderEliminarHola Isabel.
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita.
Mira, ya he pasado por el escrito que hiciste, pero no lo leí, porque quiero estar más tranquilo y dentro de un rato debo salir...
La cuestión es que le di +10, y mañana si Dios lo permite, prometo leerlo...
Saludos!!!.
Precioso el texto y preciosa la elección de la fotografia... Cierto es que el culto al cuerpo y su belleza, se puede constatar en los moldes que las victímas de Pompeya se hicieron... Realmente perfectos en su mayoría...
ResponderEliminarUna siesta, dos o las que tercien... Un beso IsaBELLA.
Ojalá... besos.
ResponderEliminarTratándose de un poeta, viene al pelo decir que pasó de las palabras a los hechos.
ResponderEliminarIsabel, tienes una sorpresa en mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gran texto, grandiosa imagen y me quedo con la última frase:
ResponderEliminar"¡Ojalá tenga yo muchos mediodías como éste!"
Besitos.
Hermoso, muy hermoso...
ResponderEliminarSaludos, Isabel.
ISABEL... Mi querida amiga,he quedado perpleja ante la inmensa sensibilidad que OVIDIO ha plasmado en sus palabras!!!
ResponderEliminarP.D.:Me encantò dejarme llevar por la misma emociòn casi proyectàndome al instante...
Y que caballerosidad expresar: "...nada vi que no fuera digno de elogio..."
UNO Y MIL BESOTES...
Y GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS EXQUISITOS FRAGMENTOS!! ♥
Querida vengo a agradecerte la invitación que me hiciste llegar a mi correo electrónico, es un placer leerte como siempre lo hago, mil éxitos mas a tu vida!
ResponderEliminarMe encanta.
ResponderEliminarEsta descripción es la que habría que enseñarle a cierto amigo mío, un poco gañán el muchacho. Cierto día le pregunté qué le gustaba más de su mujer. Y la respuesta fue:
- Pueg que está to güenooo!
De Ovidio guardo un especial recuerdo de su maravillosa "Metamorfosis", en la que aprendí, apoyado también en la "Mitología" de Graves, todo lo que se del tema.De eso hace muchos años, lo cual hace que el recuerdo resulte más entrañable.
ResponderEliminarPero si hay algo que quedó marcado a fuego en mí, fue su epílogo aquél que dice:
Y ya una obra he concluido que ni de Júpiter la ira ni los fuegos,
ni pudiera el hierro ni devoradora abolir la vejez.
Cuando quiera aquel día que en nada sino en el cuerpo este
jurisdicción tiene, el espacio de mi incierta edad acabe.
Con la parte aun así mejor de mí sobre los altos astros,
perenne, iré, y un nombre será indeleble el nuestro,
y por donde se abre el romano poderío a sus dominadas tierras,
con la boca se me leerá del pueblo y a través de todos los siglos en la fama,
si algo tienen de verdadero de los poetas los presagios, viviré.
(La traducción no es especialmente buena, pero es la que ahora tengo a mano)
Esa esperanza de perdurar en el tiempo a través de sus palabras, de sus letras, es algo que aún hoy permanece latente en nosotros. Es algo que vemos que en su caso, fue tal y como el presagiaba.
Salud
Si es que las siestas son muy recomendables!
ResponderEliminar;)
Besos!
Hoy me escapo del relato y me quedo solo compartiendo el deseo...
ResponderEliminarOjalá tenga yo también muchos más medios días como ese...
Ja ja ja ja ja... de nuevo en casa, y a ver si me centro de nuevo :)
Mediodías, y tardes, y noches, cómo no apuntarse a la "receta", compa Isabel...
ResponderEliminarBuen día y un fuerte abrazo.
que siesta !!!!!!!!!!
ResponderEliminarpresioso texto!
pd: estoy leyendo "Anibal" es entretenidisimo!!!!!
cariños
Qué descripción tan hermosa del momento del amor...
ResponderEliminarUn besazo,
La siesta es la mejor hora del día para hacer el amor y Ovidio sabía muy bien de ello.
ResponderEliminarUn beso.
PD: Mandame un correo tuyo Isabel, que no lo tengo ;D
Precioso texto de Ovidio!
ResponderEliminarLa descripción es magnifica...
Ayer mismo vi en un escaparete de una libreria el libro de los "Amores" de Ovidio.
Mil besos!
Una perfecta siesta de amor. Abrazos.
ResponderEliminarHola Isabel,
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y tu comentario en Inuit.
Un abrazo y auroras para tu tierra de azahar.
De Ovidio he leído el Ars Amandi. Una delicia que me trae gratos recuerdos y que dicen que a él le supuso el destierro.
ResponderEliminar"Como la tímida turba de palomas huye las embestidas del águila, como la tierna cordera se espanta en presencia del lobo, así huyen, aterradas, de aquellos hombres sin ley que las acometen, y no hubo una sola que no reflejase la palidez en la cara".
El libro que citas, Amores, que creo que fue su primera obra lo tengo aquí en casa sin leer. Y por el texto que pusiste ese hecho debiera estar tipificado como delito. Todo será ponerse.
(Perdona te lo dejé donde la dedicatoria a Lizzie, es que tengo todo lleno de ventanas abiertas y soy de natural despistado).
Un abrazo, amiga.
Pues yo también te deseo muchos mediodías así!! sobre todo que alguien te escriba estas hermosas palabras, porque las haya sentido junto a ti...
ResponderEliminarMuchos besos.
Maravillosa siesta de amor y de sueoños envuelta en las palabras del poeta Ovidio.
ResponderEliminarMuchas gracias por visitar mi blog.
Un beso.
Me gustan estos últimos posts que estás haciendo, más cortitos pero llenos de sustancia...
ResponderEliminarBesos para la hora de la siesta...
Muy sensual.Qué bello cuerpo es capaz de producir el sentimiento amoroso!!
ResponderEliminarUn beso, Isabel!
Los Amores de Ovidio...
ResponderEliminarLa obra propiamente elegíaca de Ovidio está compuesta por Los Amores, escrita en su juventud...
Se trata de una colección de poemas elegíacos recogida en tres libros, en la que el poeta canta a Corina, su amada tal vez imaginaria. En sus elegías, expresa sentimientos amorosos más bien convencionales; no se basa en su experiencia personal. Pero Ovidio es un poeta de talento extraordinario, su estilo es brillante y refinado, abundante en recursos retóricos, y por ello consigue evitar la monotonía de una inspiración más superficial que en otros poetas elegíacos.
Querida Isabel, mil gracias por traer estos fragmentos fabulosos, te envío mi cariño afectuoso y respetuoso de siempre y un fuerte abrazo... tu lector silencioso.
¡Qué buena siesta disfrutó Ovidio! Después del amor, un buen relax.
ResponderEliminarBellísimo y sensual...
ResponderEliminarSugerente y discreto...
Un beso mi amiga!
No hay que abundar tanto para entender; muy sensual y lindo!
ResponderEliminarBesos ISabel
Leer tus spot es como leer pequeños retazos de un libro de historia. Me gustan.
ResponderEliminarUn saludo y que pases un buen fin de semana.
Donde la gasa deja paso a la piel...
ResponderEliminarBesos
Querida Isabel,
ResponderEliminarya he vuelto y aquí estoy para seguirte y disfrutarte nuevamente.
Gracias por seguir ahí.
Si me hago una idea, Don Ovidio de lo que siguio.
ResponderEliminarBueno, pasare otra vez por Kala, a ver que mas hay, ademas de dejar mi huella.
Buen fin de semana.
Jo Isabel, qué elección. Eso que Ovidio siempre escribió dirigiéndose a su amada onírica... Toma.
ResponderEliminar(Ya leí tu relato y voté. ¿Adivinas?) :)))
Seguirte siempre es una gozada, un fuerte abrazo
¡¡¡YO me apunto!!!
ResponderEliminarUna siesta con Ovidio, quieroooo
Ay, amiga, me encantaria leer la version de Corina...
ResponderEliminarUn abrazo
Qué cita tan bonita y bien escogida. Los Amores y los remedios de amor son fantásticos, aunque me cuesta imaginar que fuese exiliado de Roma a causa de ello. Un saludo!!!
ResponderEliminarpasaste por mi casa y devolviendo la visita me encuentro con un blog lleno de cultura, raro en la blogosfera, la verdad. Un saludillo
ResponderEliminarUna amiga me mandó la dirección de este blog y la verdad es que lo primero es felicitarte por tu trabajo.
ResponderEliminarLo segundo es que quiero dejarte la dirección de un blog que tiene que ver con el "Teatro de la Memoria", al que pertenezco, para que le des un vistazo si te parece.
http://colegiataficino.blogspot.com
También dejo la dirección de mi blog, o mejor, mi caleidoscopio cultural, pues creo que tenemos muchas cosas para compartir
http://dmiventana.blogspot.com
De todos modos yo he puesto este tuyo en mis favoritos para explorarlo con calma.
Un saludo cordial
Núria
Queridos amigos, un millón de gracias a todos por vuestros comentarios. Llevo una temporada de muchísimo trabajo y además he pasado el fin de semana fuera, así que no puedo responderos uno a uno como me hubiera gustado. En cualquier caso, prometo visitaros en breve. Un abrazo enorme, enorme.
ResponderEliminarQuerida Isabel, me ha encantado recordar a Ovidio a través de tu exposición. Todo lo sensual en él sonaba a delicadeza aunque está claro que no lo entendieron mucho y le costó más de un disgusto...¡cosas! La envidia y la hipocresía siempre existió...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sensual y turbadora descripción del deseo ..... gracias por recordarnos este bello fragmento.
ResponderEliminarAyy con Ovidio.
ResponderEliminarQué amoroso!
Debo retomarlo.
Abrazos amiguita
Hola Isabel como siempre es una maravillas leerte. ¿Qué tal por la Roma bella?.
ResponderEliminarUn beso sórico.
Cirene la troyana
Ovidio es el refinamiento, el deseo iluminado.
ResponderEliminarGracias Isabel, entrar a tu ático es conmoverse, comulgar lentamente con las palabras.
Te abrazo amiga preciosa, agradezco a los romanos el haberte conocido.
Besos van.
MaLena.
que texto tan bonito y cuanta distancia nos llevan aun los clasicos despues de tanto tiempo
ResponderEliminarFeliz mediodía, sin duda. Me recuerda a la sobremesa del poema de Catulo, cuando dice aquello de "recién comido atravieso la túnica y el manto". Es más burdo que tu preciosa siesta (¿siesta?) de Ovidio.
ResponderEliminarUn beso.
No he leído nada de Ovidio aunque en dos ocasiones he estado a punto de comprar Ars amandi y a última hora lo dejo. La próxima vez que vaya a la librería sé que volveré con algo de él.
ResponderEliminarMe gustó mucho este fragmento que compartes acá.
Besos y abrazos grandes, Isabel.
PD Me encanta que compartas aquí tus publicaciones en otros sitios.
en el arte de amar aun recuerda a Corina, en una sola cita.
ResponderEliminar¡Hombres!
OVIDIO!!!!
ResponderEliminarde acuerdo.
fue el primero.. hay que decirlo.
un beso
Genial Ovidio y Amores...
ResponderEliminarUn saludo, querida Isabel. Besos
Buenas y gloriosas noches prima Isabel.Pasado el arrechuche vamos por otro.
ResponderEliminarLeer los poemas de Ovideo es transportarte a un mundo de ensueño.Pero en su poesia nos pinta
el amor sensual y el sexual,y el amor verdadero ¿existe para el?
Yo ando buscándolo y no lo encuentro. Un abrazo Guille.
Con los ojos del amor
ResponderEliminarlos defectos desaparecen.
Hermoso ISABEL!!!
...y OJALÁ!!!
Te dejo mis saludos y
voy a leerte donde nos dices.
Besos
Adal
Me encanta la traducción, y el poema en sí. ¡Que buena elección! Por cierto, ese comentario de ¡ojala tuviera mediodías así! ¿es tuya o del poema?.
ResponderEliminarBesos
Hola Isabel:
ResponderEliminarDespués de un post como éste, una semana ya casi sin leerte de nuevo me parece una eternidad. Te echamos de menos.
Besos
Todos en algún momento, hemos vivido este relato...hermoso...sensual...ejemplar...enhorabuena por tu blog y tu esquisito buen gusto...un beso de azpeitia
ResponderEliminarInteresante, llegue a ti por una búsqueda que hice en el Internet. Me gustó tu blog y tu interés por Roma. Saludos desde New York.
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