Ayer mismo, Ficinia, mientras veíamos atravesar la calle a un borrico con una carga de leña tan enorme que parecía a punto de quebrarle las patas, te admirabas de la fortaleza del animal. Y yo me admiro de la fortaleza tuya, porque sufrir cada día a un animal como tu amo es más de lo que cualquier borrico podría soportar.
* Detalle de pintura mural representando la Batalla del lago Regilio. Museos Capitolinos. Roma.
** Fragmento de un sarcófago. Museos Capitolinos. Roma.
vida, esclava, esclavitud, admiración
Por desgracia, aún hay muchos amos, demasiados. Y muchas formas de esclavitud. Algunas, harto más crueles de las de los romanos... Un beso,Isabel.
ResponderEliminarjajajaja es genial.
ResponderEliminarSí, pobre Finicia...
Besos!
Pobre Finicia, esclava en todos los sentidos de la palabra y en Roma sabemos como se las gastaban los amos con las esclavas...
ResponderEliminarMuy bueno IsaBELLA, te superas cada día, este microrrelato es genial...
Besitos muchos!
sí.. genial...
ResponderEliminarHe pasado leyendo algunas otras de tus historias.. me ha encantado descubrir este espacio.. es muy enriquecedor y nos sumerge de una forma fantástica en ese mágico mundo de la Roma.. Maravillosa forma de viajar por el tiempo..
Agradezco a Antiqva por haberme guiado hasta aquí.. si asoma por allí.. ya lo sabe ;)
Un abrazo amiga ;) y dejaré una estrella para ti en mi noche..
Muy bueno el post. Le tengo lástima a Ficinia. Describes una realidad de la antigua Roma: la esclavitud. Asi era. El esclavo (segun el derecho romano) no era persona, era "cosa" (Gayo y Ulpiano así lo describian, eran una "res" -cosa-), y el amo tenia derecho a hacer con el/ella lo que quisiere, incluido el derecho de vida y muerte sobre los mismos.
ResponderEliminarBuena entrada.
Un abrazo.
Quiero agradecer tus visitas a “Amanece púrpura”, lectura del primer capítulo de esta novela “en proceso” y comentario… en suma, tus palabras. Vuestra respuesta ha sido realmente espectacular, desmedida, superando en mucho mis expectativas. En apenas nueve días “Amanece púrpura”, su primer capítulo, ha tenido 750 lecturas, 70 comentarios como el tuyo entre los que dejaron sus palabras en la página o en mi e-mail… Recientemente he editado la segunda entrega, que te invito a visitar y leer… Mantengo el acuerdo de “palabras” que planteaba: un nuevo capítulo cada 52 comentarios, por lo menos… Gracias Gracias Gracias… Y ahora me voy a leer tu último texto… El que escribe debe leer, y viceversa… Saludos cómplices… Liberto Brau
ResponderEliminarPues así estamos más de uno, soportando cuales borricos a otros que están por encima. Pero siempre con fortaleza. Besos.
ResponderEliminarSólo puedo decir una cosa:
ResponderEliminarPobre Finicia.
Besos.
Alucinante.
ResponderEliminarMe has hecho recordar a mi jefe, recién jubilado.
Un beso.
Es posible incluso que la misma Ficinia hiciera la misma comparación después del episodio del borrico...Y es posible que lo callara.
ResponderEliminarPero la otra tuvo que decirlo...
Dicen que el burro está en peligro de extinción. Yo no lo creo...
:D
Un besito
P
Cuantos amos hay en este mundo, demasiados, que sólo se fijan en SUS penas y pesambres y no en la de aquellos, que pese a que les fustiguen, siguen acatando las órdenes del que les manda.
ResponderEliminarUn beso!
Isabel...mil gracias por tus visitas y darme ánimo para regresar.
ResponderEliminarMe encanta tu post, sobre todo porque existen tantos "amos" que quieren vejar a quienes los rodean.
Para muestra lo que está pasando en mi país, los romanos se quedarían horrorizados con nuestro personaje, además de que es borrico, se las quiere dar de amo.
Besos cariño.
Excelente post!!!
ResponderEliminarLa esclavitud marcada de una forma tan especial... como solo usté puede hacerlo, Isabel!!
Saludos!!!
Sensible pensar en que aún se viven situaciones que recuerdan las épocas de la esclavitud.
ResponderEliminarUn abrazo con aires de libertad aprecida Isabel!
Así estamos todos con la crisis mundial ahora, con una carga que no podremos soportar. Ahora que cae el imperio y no el romano
ResponderEliminarUn beso Isabel y felicidades (Todavía estamos en el novenario de tu santo)
Es que hay borricos que aguantan lo indecible, lástima pero es así.
ResponderEliminarPor cierto, ahora que lo nombras, es un animal que parece que ya no existiera, con lo precioso que es!!!!
Besos.
mmm sin duda para soportar lo que soporta, es una mujer heroíca que sabe sacar fuerzas de flaqueza...
ResponderEliminares muy grato leerte Isabel
Mi abrazo con admiración, eres divina
Precioso relato Isabel.
ResponderEliminarTe traigo un enlace para que veas tu querida roma en 3D.
http://www.youtube.com/watch?v=MqMXIRwQniA
Es un placer retomar la lectura de las entradas de este blog, después de tanto tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas Ficinias hay todavía hoy con graves -y hasta letales- animales sobre sus vidas.
ResponderEliminarAdmirable su fortaleza.
Besos.
En cuatro palabras, te despachas divinamente. Estoy con Ybris,¡a saber cuantas Ficinas hay todavía! ¡y cuantas quedarán por venir!.
ResponderEliminarBesos
Me gustò ese efecto casi metafòrico que le has dado amiga...
ResponderEliminarMuchas veces sucede que no tenemos fuerza para soportar el padecimiento ajeno...
P.D.:Y esto es lo que demuestra la entereza de una persona!!
TE DEJO UN GRAN BESOTE EN ÈSTE VERANO (insoportable) QUE RECIÈN COMIENZA ♣
De amos y esclavos. De la Roma Antigua y del mundo actual.
ResponderEliminarDe Finicia y de millones antes y ahora, para que una pequeña porción de humanos disfrute la ventaja de su posición.
Qué poco hemos aprendido Amiga!
Excelente trabajo!
Recibí mi abrazo Isa, con todo cariño!
Yo he tenido uno que valìa por cinco cargas, màs o menos. Por suerte lo perdì allà lejos y hace tiempo. Muy lindo relato. Abrazos.
ResponderEliminarBreve y magnífica... qué triste la situación de Ficina; si hay algo que lamento de la antigua Roma es la esclavitud.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
Genial, en pocas palabras lo que se puede llegar a expresar.
ResponderEliminarAbrazos.
Pobre Finicia. Qué dura la vida del esclav@. Pero ella era consciente de su condición. Sabía dónde estaba, y sabía que bajo determinadas condiciones podía ser manumitida. Desgraciadamente despues de 2000 años, muchas mujeres creyendo ser libres, continúan siendo esclavas de muchos borricos, y algunas de ellas cuando buscan la libertad no hacen más que recibir coces.
ResponderEliminarPrecioso relato, Isabel.
Un beso.
Lapsus, Isabel. Donde quise decir Ficinia puse Finicia :-)
ResponderEliminarIsabelita:
ResponderEliminarUn fuerte abrazo. Ahora me quedo un rato por aquí.
Por desgracia algunas personas tienen que soportar cargas más pesadas que la de los burros. Deplorable es que tanto personas como animales tengan que llevarlas sin poder protestar.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Parece mentira como con tan pocas palabras has podido mostrar cómo en muchas ocasiones sólo vemos la brizna de paja en el cabello ajeno. Cuantas Finicias debieron sufrir una suerte cruel sólo por el hecho de no haber nacido libre.
ResponderEliminarUn saludo!!!
Esta es genial. Contundente y filosa. Me encantó y me sacó una sonrisa.
ResponderEliminarTanto tiempo sin pasar. Espero estés bien. Te recuerdo siempre aunque nos perdamos.
Un abrazo.
Y sigue, sigue, sigue...
ResponderEliminarQuizás ya no se compren esclavas en los mercados, pero haberlas, hailas :(
Esto es más que un cuento, Isabel;
es un aldabonazo.
Un Abrazo grande, mujer romana.
Es verdad hay amos que no hay quien los soporte..
ResponderEliminarQueridos amigos, pido una vez más disculpas. Asuntos familiares y de trabajo me hacen imposible estar a diario ante la pantalla como me gustaría (y solía hacer...) Espero que pronto pase esta etapa y estar de nuevo a todo gas entre vosotros. Besotes.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel.
ResponderEliminarY ¿de dónde extrae la fortaleza Ficinia?, a diferencia del borrico o quizás como él, ella no tiene ninguna recompensa ni aún la del cariño.
ResponderEliminarUn saludo
Las cargas pesadas hay que dejarlas caer para que otro con más energía se las lleve, pobre Ficinia, que lindo lugarcito el tuyo.
ResponderEliminarCariños
Ese tipo de fortalezas si que son de admirarse.
ResponderEliminarBesotes.
Todavía quedan unas cuantas Ficinias y otros tantos que se consideran amos.
ResponderEliminarUn saludo