- ¡Eres una estúpida, Acilia! Has dejado las tenacillas calientes al lado de mi manto nuevo y se ha quemado por tu culpa. ¡Mira qué rodal oscuro ha quedado! ¿Cómo puedo presentarme en el banquete que dará mañana el noble Sila con uno de los mantos viejos? Sería el hazmerreir de Roma.
- Ama, yo no he sido …
- ¡Esclava inútil! ¿Aún me replicas? No sé cómo me contengo para no azotarte. Y tú, Esvástulo, no te quedes ahí mirándome como un pasmarote. Ve ahora mismo a buscar a Polión, el traficante de esclavos, y dile que le alquilo a esta necia para que trabaje en uno de sus burdeles hasta que me haya resarcido del valor del manto.
- Ama, ¡ten compasión de mí! – grita Acilia arrojándose a sus pies.
- ¿Acaso te parece que te impongo un castigo demasiado severo o desproporcionado? ¡Pero qué ignorante eres…! El manto que me has estropeado vale mil veces más que tú.
- Ama, yo no he sido …
- ¡Esclava inútil! ¿Aún me replicas? No sé cómo me contengo para no azotarte. Y tú, Esvástulo, no te quedes ahí mirándome como un pasmarote. Ve ahora mismo a buscar a Polión, el traficante de esclavos, y dile que le alquilo a esta necia para que trabaje en uno de sus burdeles hasta que me haya resarcido del valor del manto.
- Ama, ¡ten compasión de mí! – grita Acilia arrojándose a sus pies.
- ¿Acaso te parece que te impongo un castigo demasiado severo o desproporcionado? ¡Pero qué ignorante eres…! El manto que me has estropeado vale mil veces más que tú.
NOTA: Los esclavos carecían de derechos y sus amos podían disponer de ellos como quisieran, incluso torturarlos o quitarles la vida sin juicio y sin dar explicaciones a nadie. También algunas mujeres fueron crueles con las de su mismo sexo.
*Detalle de un relieve con mujer llorando. Museos Capitolinos. Roma.
**Detalle de pies femeninos de una escultura. Museo Termas de Diocleciano. Roma.
esclava, esclavitud, castigo, crueldad
Un triste y fideligno escrito que muestra una cruel realidad de la antigua Roma. Felicidades por la excelente manera en la que nos transmites costumbres de épocas antiguas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Asì como nos legaron su riqueza històrica, una lengua madre y la base del derecho, nunca pudieron entender el valor de la dignidad ni de la vida humana. Me has hecho acordar de Espartaco. Abrazos.
ResponderEliminarEsvástulo... con ese nombre no puede ser de fiar :)
ResponderEliminarNo es ya triste que el ama valorará mas su manto que su esclava, ya de palabra o por dinero, si no que ese menosprecio del valor humano estaba tan arraigado en ella que lo traspasaría incluso a los demás.
ResponderEliminarSaludos
Pues sí y sorprende que una persona tan inexpugnable intelectualmente como Aristóteles la defendiera. Ya sabes que lo hacía como pacto conveniente y no como algo con lo que se nacía.
ResponderEliminarAbrazos y gran texto, amiga-
Roma no hubiera sido Roma si los esclavos y pobres de a pie se hubieran revelado. Sin embargo, bien cambiaría la historia si ese hecho hubiera evitado sufrimientos a los que no tenían ningún poder.
ResponderEliminarTe imaginas?
Qué hubiera sido entonces de nosotros? Quienes seríamos?
Me encanta leerte.
:D
Un besito
P
Voy a soltar una tontería anacrónica, pero estas cosas me pueden;
ResponderEliminarOjalá hubiera existido entonces un SINDICATVM que le hubiera exigido al "ama" una nómina para Acilia, con sus pagas prorrateadas, atrasos y cotizaciones a la seguridad social. Porque así, a la vez que Acilia descubría lo que vale un manto, su "ama" se enteraría de lo que vale un peine.
Uff, a gusto me quedé.
Así eran la cosas...no hay que dejar que las genialidades de Roma nos hagan olvidar qué clase de sociedad era aquella. Saludos.
ResponderEliminarY este derecho de vida o muerte continuó al menos hasta la Edad Media...y en los USA en los estados del sur...y... y...
ResponderEliminarTexto precioso, real y triste...
Un beso IsaBELLA..
Tremenda realidad de una época histórica que convivió con grandiosas creaciones y cultura brillante.
ResponderEliminarPero la esclavitud ahora en el siglo XXI aún subsiste...
Besos, mi amiga
En el 70 por ciento del planeta la vida humana sigue teniendo el mismo valor que la de Acilia. Y nosotros mismos consideramos, al fin y al cabo, que valen más nuestro móvil o el Ipod que la vida de un niño del Congo. ¿Quién prescinde del valor de esos objetos para apadrinar o ayudar a esas personas?
ResponderEliminar¿Somos mejores que esa ama?
No se andaban con tonterias los patricios, no.
ResponderEliminarHola, Isabel!
ResponderEliminarAdoré tu trabajo! Los esclavos no tenian derechos ni nadie. Pero hoy la vída es muy teríble para muy buenas personas. Por eso. en nuestros días no hay una justícia verdadera. San siempre los mismo que sufren.
Adoré tu belo trabajo.
Hasta siempre.
David Santos
Terrible la realidad de la esclavitud y su crueldad!!!
ResponderEliminarExcelente relato!!
Saludos!!
AMIGA DE MI ALMA... Que terrible debe ser sentirse acusado de lo que uno no ha cometido!!!
ResponderEliminarP.D.:Y encima tener que padecer el castigo humillante de que cualquiera asuma el derecho de saber cuànto vale nuestra vida...
Realmente tristìsimo :(
MI CARIÑO JUNTO A UN BESAZO ♣
Triste es la pequeña narración que nos regalas, pero era una realidad.
ResponderEliminarPara no hacerla más triste ¿porqué no podemos pensar que se les ha hecho un pequeño homenaje dándole el nombre de" Gran lago de los Esclavos" al lago de Canadá, el distrito de Mackencie En America del Norte. O la "Costa de los Esclavos" en Guinea septentrional, más cercanos al relato que nos narras, pero aunque se quiera adornar, es un hecho sangrante. Un abrazo. Guille.
Qué horror! no soportaría esos mal tratos. Y saber que todavía existen. La gente es cruel. Ya bastante tenemos a veces con cargar la esclavitud interior.
ResponderEliminarUn grito fuerte has escrito.
Siempre me haces reflexionar.
Abrazos preciosa amiguita.
Ésa era la realidad, dura, pero real.
ResponderEliminarContundente diálogo que expresa a la perfección la crueldad de la esclavitud.
Un beso
Realmente dura y triste. ¿Cuantas veces habrá ocurrido algo así?. Desgraciadamente, y como ya dice alguien aquí arriba, seguramente todavía sucede.
ResponderEliminarEs lo que menos humanos nos hace, menos racionales y más desdeñables: la impiedad, el desprecio por la vida de los demás.
Salud
Una entrada muy buena, Isabel, aunque muy dura. Y por desgracia, aún ocurren este tipo de cosas... Acilia aprendió el valor de un manto, y muchas niñas de Tailandia ya saben cuánto cuesta alimentar a su familia trabajando en un burdel.
ResponderEliminarUn beso.
Soledad.
Lo de que las mujeres fueron crueles con las de su mismo sexo..
ResponderEliminarFueron y son, o somos. El más débil y desprotegido siempre, en cuestiones de poder, recibe los golpes. Este trato vejatorio de la jefa a su subordinada es una constante todavía. Ahora no se matan; eso es lo que ha cambiado.
Y vale la pena dejar fuera de este comentario a las muchas mujeres que sí comprenden que sus sirvientes y subordinadas son sus iguales, aún con menos cultura y trabajos peor considerados.
Estupenda entrada, Isabel.
Un abrazo bien fuerte.
El ser mujer no exime de crueldad. Estaría bien que así fuera, pero no lo es. Pobre esclava.
ResponderEliminarPodrías escribir una novela de la vida cotidiana de Roma, y no sobraría ni una página. ¿Cómo te las apañas para hacerlo todo tan atractivo?
Besos
Cuesta comprender la mentalidad y la cultura de la época para poder -sin problema alguno- valorar en más a un manto que a un ser humano. Cuesta mucho.
ResponderEliminarBesos, Isabel
Qué injusta ha sido y sigue siendo la vida!!
ResponderEliminarBesos Isabel!
Muy triste y terrible el destino de los esclavos; ayer y hoy.
ResponderEliminarBesos.
Realmente, ¡Qué buenos maquilladores somos!
ResponderEliminarEsto sigue casi igualico, y a poquito que mires hacia otro lado o medio disimules, es que no se nota ná de ná, vamos que ni te enteras.
Gracias por recordar (actualizar) nuestro pasado reciente, tan reciente que es presente.
Paseis buen día.
Lo malo es que en algunos países, no ha cambiado un ápice.
ResponderEliminarIncluso algunos inmigrantes sufren de una cierta exclavitud en nuestro país.
Un abrazo.
Buenas a tod@s. Hola Isabel. Genial el relato . Al estar leyéndolo me lo estaba imaginando.
ResponderEliminarMuy real. Los que conseguían ser "libertos" vivían un poco más felices.
Saludos
Y además tan actual y tan terrible por desgracia.
ResponderEliminarBesitos
Isabel... a pesar de mi ausencia tan prolongada a los blogs... ha sido por diversas causas... una de esas fue mi viaje a Cuba hace 2 semanas, todo lo que escribo de fase post viaje se debe a eso, que ahora estoy escribiendolo de un modo distinto como quien dice un modo de recuperarme después del dolor de terminar y ver como me he ido recuperando con el tiempo, por eso me aleje un poco de los blogs y por eso no he podido leerte con la tranquilidad de antes, no me duele terminar, al contrario, me siento bien lo que escribo, lo que pienso, me hace bien, es mi escape, por eso abandone un poco las personas que disfrutaba leer... pero vuelvo a pasos cortos, espero con esto comprendas mi postura...
ResponderEliminarHola safo, la vida en la antigüedad era muy dura. Otra cosa es que recordemos los aspectos más amables... Besos.
ResponderEliminarHola fgiucich, los romanos tenían un sentido de la dignidad muy profundo e intenso. Pero no era aplicable a los esclavos: para ellos, carecían de cualquier cualidad digna. Así era de horrible entre ellos, y así sigue siendo hoy para tantas personas. Besos.
Hola brujodoncarlos, la verdad es que tengo que recurrir a toda clase de nombres, porque como estaban tan repetidos, no quiero confundir a los lectores. Besitos.
Hola alma, así es. Para los antiguos (no sólo los romanos) el esclavo era equiparable a una cosa. Así era la mentalidad de entonces y todas las sociedades eran esclavistas. Piensa cuánto tiempo hemos tardado en erradicar la esclavitud de las leyes, porque en la práctica siguen existiendo hoy. Besos.
Hola goathemala, creo que hemos evolucionado en conceptos jurídicos y humanos. En aquellos tiempos se consideraba justo que el pueblo derrotado quedara sojuzgado al vencedor. Y los propios romanos (y otros pueblos) sufrían idéntico castigo cuando caían en manos de sus enemigos. No se conocía otro sistema. Más grave es lo que ocurre hoy... Besitos.
ResponderEliminarHola penélope, te has hecho una buena pregunta. Imposible saber quiénes seríamos hoy si la historia hubiera sido radicalmente distinta. ¡Un buen tema para una novela! Besitos.
Hola andaya, tu propuesta me ha hecho sonreir. Los esclavos también tenían colegios profesionales y asociaciones. Algunos esclavos vivían mejor, más ricos y con más comodidades que romanos libres. Con todo, ni a unos ni a otros se les ocurría rebelarse... Hubieras sido una buena sindicalista entonces. Besos.
Hola morgana leFay, tienes muchas razón. Lo bueno y bello de las sociedades antiguas no pueden hacernos olvidar leyes o conductas que hoy nos parecen intolerables. Besotes.
Hola selma, como muchos de los contertulios señalan, hay una moderna esclavitud a la que todos parecemos cerrar los ojos. Esto es lo más doloroso. Besos.
ResponderEliminarHola rodolfo n, cierto que subsiste. Y así como en aquella época las leyes lo permitían y era aceptada socialmente, hoy existe la enorme hipocresía de estar la esclavitud prohibida por las leyes, pero se practica de modo encubierto y más cruel aún. Besos, querido amigo.
Hola santos g monroy, has puesto el dedo sobre la llaga. No somos capaces de renunciar a ninguna de nuestras comodidades aun a sabiendas de su coste en vidas humanas. Sobre este tema mantenemos una hipocresía tremenda. Besos.
Hola raúl, hacía falta que un romano fuera muy, muy pobre para que no tuviera ni siquiera un esclavo. Toda la sociedad participaba de esto. Ahora bien, no todos los amos eran tan crueles. Pero, con todo, los esclavos no tenían ningún derecho. Besos.
Hola Isabel.
ResponderEliminarMe hierbe la sangre con esta terrible historia. Todo lo que tenían que pasar algunas personas, por solo pertenecer a otra clase social, me duele mucho!.
Pero siempre hay un Dios que todo lo vió y aún lo ve!. Saludos, excelente historia, ahora le he tomado el hilo y seguire leyendo con entusiasmos tus escritos!.
Madre mía, equiparar un manto a una vida humana. Imagino que en numerosas ocasiones ocurrirían cosas semejantes pero yo todavía confío en la humanidad de la gente y prefiero pensar que los esclavos no tenían un trato tan inhumano (aunque los pobres que durmiesen encadenados a la ergástula es bien seguro que serían tratados como el ganado).
ResponderEliminarSi; asi era. Esta escena que tan bien has recreado pudo muy bien haber sucedido realmente.
ResponderEliminarUn beso...!
Lamentablemente como dice Margarite Yourcenar, a la esclavitud no se la abolio, se le ha cambiado el nombre.
ResponderEliminarLa humanidad ha tolerado esta lacra por siglos, y aun la tolera. Y los que participaron en ella miran para otro lado y blanquean la historia; por aqui nadie quiere recordar que esta ciudad fue el mayor centro de trata de seres humanos y que los principales protagonistas de la historia eran dueños de 'tumbeiros' (derivado portugues de tumba) o barcos dedicados al cruce interoceanico de esclavos.
"la madre que la parió" a la tipeja esa...
ResponderEliminarCon perdon..., pero no pude evitar la expresion.
(Un abrazo, asustadizo, amiga)
Muy buena tu historia!, un excelente reflejo de la sociedad de esa época.
ResponderEliminarUn beso, gracias por tu visita a mi blog. Pasá cuando quieras.
Besosss.
Se me pone la carne de gallina leyendo este relato.
ResponderEliminarTienes el don de hacernos partícipes del contenido de tus escritos. Maga, que eres una maga:-))))))
Un besito, Romana:-)*
...y lo más triste es que está de plena actualidad...
ResponderEliminarbesotes a montones
Apena ver cómo se trataba a las personas. Y más apena que, en la actualidad, aún haya quien trate a sus semejantes así. Besos, Isa.
ResponderEliminarLo triste es que, si ahora no se hacen esas cosas, es sólo porque la ley no lo permite... y aún así, seguro que la realidad cotidiana supera esta ficción en muchos casos.
ResponderEliminarSaludos, Isabel, muy buen fin de semana.
Qué terrible.
ResponderEliminarHa sido tan poco humana la humanidad...
Un manto igual a una persona...
Se me ocurrió que quizá en el burdel Acilia, pudiera conocer el amor.
Cosas que nos inventamos para soportar estas crueldades.
Leiste "Pompeya"de Harris?
recuerdo como me conmovió al comienzo del libro, que un amo mate de forma horrible al esclavo que le cuidaba las anguilas, porque estas se habían muerto. Se habían muerto porque las aguas estaban atiborrándose del mercurio que precedió la erupción.
Como siempre tus textos están cargados de belleza y de sentido (F)
Un beso
Hola david santos, me consta tu implicación en la lucha contra los abusos que abundan en la actualidad. Nada de todo esto es nuevo, pero es cada vez más doloroso. Besos.
ResponderEliminarHola la candorosa, desde luego que es terrible... y actual. Besotes.
Hola gabu, es muy duro que te acusen sin motivo, pero más aún que te castiguen de tal modo, hayas o no tenido la culpa de lo que ocurriese. Aquí al maltrato físico indudable que seguirá, se añade el psicológico, porque el desprecio es máximo. Besos, querida amiga.
Hola anónimo guille, son de agradecer los homenajes en recuerdo de la vergüenza de la esclavitud y del sufrimiento de quienes la padecieron. Con todo, hay aún tanto por hacer... Saludos cordiales.
Hola clarice baricco, muy acertado el recordarnos la esclavitud interior. Aquella a la que nos someten otros es, en mi opinión, más humillante y desvalorizadora. Creo que insoportable. Besitos, guapa.
ResponderEliminarHola mª antonia moreno, gracias por tu visita y tus palabras.
Hola charles de batz, hoy el desprecio a la vida (propia y ajena) es más abundante de lo que pensamos. Cuando uno lo ha perdido todo, la vida no vale nada, así que es fácil imaginarse cómo se sentiran tantos millones de personas que padecen toda clase de guerras y abusos en todos los continentes. Besos, querido amigo.
Hola soledad sánchez m, hoy encontramos muchos modos de seguir teniendo esclavos, bajo otra denominación: turismo sexual, explotación infantil, explotación de sin papeles... la lista sería interminable. Besos, querida amiga.
Hola trenzas, estoy muy de acuerdo con lo que apuntas acerca del ejercicio del poder, y creo que refleja muy bien la mentalidad romana. A quienes se maltrataba no era a las mujeres o a los hombres, sino a las esclavas y esclavos. El maltrato vernía por su situación jurídica, no por su sexo. De ahí que los maltratadores fueran hombres y mujeres y el maltrato recayera por igual en varones y hembras. Quien tiene más poder, lo ejerce sobre otros para evidenciarlo. Por otra parte, es de justicia también señalar que el maltrato que se refleja en esta entrada pretende ser una muestra. No todos los dueños de esclavos se comportaban igual, ni mucho menos. Pero sí había crueldad. Los que peor trato recibían eran los esclavos del campo. Como en EEUU... Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola anabel, cierto que el ser mujeres no nos libra de los instintos más bajos ni de los más sublimes. Pero parece que nos duele más. Besitos, guapa.
Hola almena, pues a esos niveles se llegaba, creo yo, y a esos niveles seguimos llegando. Ahora ese maltrato tiene otros aspectos, pero existe. ¿Cómo puede entenderse que haya más de 30 millones de norteamericanos sin techo, sin sanidad, etc? No me parece que sus vidas sean muy apreciadas. Besos, querida amiga.
Hola virginia, qué suerte tenemos todos nosotros. Porque no deja de ser un azar el que hayamos nacido en una época, en un país, en una familia concretos. Muchos besos.
Hola kurtz, justamente ayer y hoy. Los de hoy están más ocultos. Besos.
ResponderEliminarHola mizo, somos buenos maquilladores y también buenos ciegos. Quiero decir que resulta tan cómodo no ver nada... Un abrazo enorme.
Hola ludwig, estoy convencida de que la esclavitud existe en nuestra sociedad y no sólo con los inmigrantes sin papeles. Las mafias, las redes de prostitución, la explotación infantil, etc son una pequeña muestra. Besos.
Hola augustaEmerita, a veces cuando pienso en la vida que llevarían los romanos, me hago idea de que sería durísima, sobre todo comparándola con los avances y las comodidades de que gozamos hoy. Pero, con todas sus miserias,también sabían disfrutar de la alegría. Besos.
ResponderEliminarHola krisish, cierto. Besotes.
Hola azul, celebro que poco a poco vayas retomando tus hábitos bloggeros y recuperando tu alegría. Besos.
Hola birdelo, me alegra que los jóvenes os sintáis indignados por hechos como el que se relata en este post. Hace falta esa indignación para luchar contra la esclavitud y los abusos que todavía tenemos en abundancia. Besitos.
ResponderEliminarHola el llano Galvín, la privación de derechos ya es un maltrato muy importante, si a ello añadimos el maltrato cotidiano... La esclavitud en Roma no era homogénea. Quiero decir que el esclavo de una casa rica y en la ciudad, no vivía, ni de lejos, como el esclavo de una familia pobre o el que estaba dedicado a las tareas del campo, tratados como bestias como muy bien dices. Había esclavos muy ricos. Hubo hombres libres que se vendieron a sí mismos como esclavos para tener una vida mejor. Entre los esclavos se daba tanta diversidad en situación social y riqueza como entre los ciudadanos romanos. Es un tema complejo y apasionante. Besitos.
Hola cornelivs, también yo creo que una escena como la relatada pudo haber pasado. Besos, querido amigo.
Hola alyxandri faderland, muy oportuna tu observación. Le hemos cambiado el nombre, y, además, queremos ignorar o que se ignore lo que hicimos anteriormente. Hoy sigue habiendo mucha esclavitud, disfrazada de muchos modos. Somos unos genios a la hora de maquillar la realidad y ocultarla bajo palabras. Besos, querida amiga.
Hola antiqva, no deja de ser un reto intentar comprender cómo era posible que en la mentalidad de los romanos coexistieran tantas bondades y tantas crueldades. Quizá como nos pasa ahora... Besos.
ResponderEliminarHola julia, muchas gracias por tu visita. Te veo muy ocupada trabajando... Saludos cordiales.
Hola angelusa, ya me gustaría a mí ser una maga de verdad. Me alegra que encuentres tiempo para pasarte por aquí. Besotes.
Hola iralow, a veces ocurre que nos es más fácil ver la realidad/actualidad, cuando el espejo lo ponemos a mucha distancia. Besitos.
Hola isabel, más allá de la persistencia de la esclavitud disfrazada, hay un cierto maltrato que sufrimos cotidianamente en el ámbito laboral. Jefes desconsiderados hay en todas partes... Besos.
ResponderEliminarHola olga B, incluso las leyes son a veces insuficientes para evitar esas situaciones de esclavitud encubierta, porque muchas redes actúan en la ilegalidad. Coincido contigo en que habrá muchos casos semejantes a este de Acilia. Besitos.
Hola umma1, me encanta tu idea de que Acilia conozca el amor en un burdel: denota cómo la esperanza flota sobre el agua igual que el aceite. ¿Por qué no escribes un pequeño relato sobre ese amor? Sería fantástico. Encuanto al libro de Harrys, "Pompeya", me encantó. Y también esa escena a la que te refieres demuestra la crueldad que tenían algunos personajes (afortunadamente no eran todos). Besos, querida amiga.
El valor de un ser humano o un manto... Me recuerda a la balanza donde se comparaba el peso del corazón de un farón con el de una pluma...
ResponderEliminarSiento la mezcla de civilización, pero tus palabras lo han evocado.
Besos
Ufa! Cada vez estoy más contento de estar viviendo a caballo entre estos dos extraños siglos. La crueldad es insoportable y, aunque en la actualidad aún no hemos sido capaces de desterrarla, al menos no está tan generalizada.
ResponderEliminarTus relatos, como siempre, magníficos.
Un beso, Isabel. Apunto la palabra "rodal", que desconocía.
Que fuerte!!!!
ResponderEliminarDesde luego que la crueldad con los desfavorecidos no fue (ni es) patrimonio exclusivo de los hombres. Que sigas bien, Isabel, Am
ResponderEliminarHola, Isabel. Ese diálogo evoca a una realidad extraña. Pero como bien apuntas, era cosa corriente en tiempos pasados. Eran cosas, literalmente. La única diferencia era que los esclavos hablaban.
ResponderEliminarSaludos,
Puede que fuera corriente, pero estoy segura que en su interior todos sabían que lo que hacían no estaba bien.
ResponderEliminarNo hay cosa peor que una persona que se cree dueña y señora de otra porque eso la hace volverse cruel.
Un abrazo
Hola Isabel.
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita. Es que ya si me inscribí en el concurso que te dije.
Ya debo ir haciendo los cambios navideños, hehehe, aunque nunca paresco terminar!.
No creo que las cosas hayan cambiado demasiado, por desgracia. Tal vez sí en nuestro mundo. Tal vez sea un delito, pero todos sabemos que los esclavos, y toda la crueldad y dolor que trae consigo, siguen más que vivos en nuestro planeta.
ResponderEliminarUn post impresionante, isabel. Yo qué pasaba sólo para saludarte y, como siempre, me dejaste impactada.
Bueno... hoy un poco más
Un beso grande,
Que desgracia e injusticia, me estrujaste el corazón querida amiga con éste relato...
ResponderEliminarains...
Besos y abrazos...
"También algunas mujeres fueron crueles con las de su mismo sexo."
ResponderEliminarLa sin razón no entiende de sexos, yo diría que al alrevés, se ensaña...
Saludos!
Buenísimo Isabel, y ya desde el mismo título!
ResponderEliminarEs indudable que el ser humano por aquellos tiempos y por muchos siglos, tuvo un precio, fue comprado, vendido y abusado, por otros humanos afortunados.
Se ganaron batallas, pero indudablemente no la guerra contra la esclavitud, que hoy tiene otras formas.
Tus posts son un péndulo que se mueve sin cesar en los temas del antes y el ahora. Maravilloso relato Amiga!
Mi enormísimo abrazo con todo cariño!
Hoy, Isabel, existen otro tipo de esclavos sin derechos en un sociedad llamada del bienestar, que dispuso de ellos para que vinieran con todo tipo de armas mediáticas y promesas de un mundo mejor, y que en plena noche, se permiten apartarlos de un lugar donde dormir en la sierra de Jaén sabiendo que no cuentan con nada, excepto con la promesa que telefónciamente se les había hecho de recoger olivas. Hoy hay muchos más esclavos que antes, son de color negro casi siempre, y suelen venir en pateras. Se les trata como escoria, la justicia los amenaza, los ciudadanos los tratan como intocables. Ellos, a veces, sonríen. Me da tristeza este mundo, el romano reconocía otras prebendas. De puta, pues casi que mejor que aguantar a tamaña caprichosa.
ResponderEliminarBesico
Lo cuentas muy bien,Isabel. Es triste pensar en la crueldad que han tenido unas personas para con otras y lo peor es que eso no ha acabado.No diré que tengan derecho a quitar la vida, pero casi porque quitan la dignidad que es matar también de alguna forma y está ahí, a la vuelta de la esquina. está claro que la crueldad no acabará nunca.
ResponderEliminarUn beso.
Hola without, no sientas la mezcla de civilizaciones, al contrario, eso enriquece, y mucho. Además, romanos y egipcios estuvieron en un momento bien conectados... Besitos.
ResponderEliminarHola dédalus, creo que hoy la crueldad está más escondida. Quién sabe qué dirán de nosotros en los siglos venideros... Besotes.
Hola gonzalo, para tí hay un contraste enorme entre leer una historia como esta y mirar a tu pequeña Isidora. Que crezca hermosa... Besotes.
Hola andrés, tienes toda la razón: la crueldad es patrimonio del género humano, amargo patrimonio... Besos.
ResponderEliminarHola edy, también hoy muchos seres humanos son "cosas" para otros. Y hasta les tapan la boca para que no puedan hablar. Besitos.
Hola leodegundia, pues no sé qué decirte sobre su conciencia de estar actuando bien o mal. La esclavitud y la idea acerca de la esclavitud fue modificándose a lo largo de los siglos. Un hombre tan "modélico" (y lo pongo entre comillas porque para mí no lo fue) como Catón el viejo aconsejaba abandonar a los esclavos cuando eran viejos y ya no podían trabajar. Para él la primera obligación era mantener y acrecentar el patrimonio familiar, y mantener a un animal o a un esclavo que no fueran ya capaces de trabajar, le parecía un despilfarro. Y ya ves, se le sigue poniendo a veces como modelo de virtud... Se que estos temas nos escuecen y mucho, pero así era y, desafortunadamente, así sigue siendo. Besos, querida amiga.
Hola birdelo, espero que tengas éxito en el concurso naviedeño. Besotes.
ResponderEliminarHola los pasos que no doy, una de las cosas que me gustan de hablar del mundo antiguo es, precisamente, que nos permite darnos cuenta de dónde estamos aún... En la medida en que entradas como ésta nos hagan reflexionar sobre lo mucho que sufren tantas personas hoy en día, creo que bien merece la pena escribirlas. Besos, querida amiga.
Hola cieloazzul, estas realidades son más dolorosas que la más dolorosa de las pérdidas amorosas. Besitos, guapa.
Hola la sonrisa de hiperion, quizá sí, puede darse cierto ensañamiento con las personas del mismo sexo. Dramático... Besitos.
ResponderEliminarHola susana, coincido contigo en que la guerra contra la esclavitud no sólo no se ha ganado, sino que está adormecida. Tanto valor otorgamos a la ley que, por el hecho de que la esclavitud sea ilegal, nos creemos que la hemos erradicado. O sea, que las cosas están aún peor, porque la esclavitud está oculta y soterrada. Besos, querida amiga.
Hola pilar m clares, son esclavos los inmigrantes de los que hablas en tu comentario, pero también lo son las mujeres engañadas para venir a Europa y luego son dedicadas a la prostitución, las niñas y niños vendidos a los burdeles orientales, los niños que trabajan de sol a sol para extraer el coltán en el Congo, o para hacer alfombras en oriente. Hay mucha, mucha esclavitud en nuestros días. Y no menos cruel que la de los pueblos de la antigüedad. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola perlita, temo que tengas razón al creer que la crueldad no acabará nunca. Pero si al menos somos capaces de combatirla, quizá podamos lograr reducirla. Un beso muy fuerte, querida amiga.
Esclavos en Roma, hace muchos años.
ResponderEliminarEsclavos en muchos paises en la actualidad. Niños a los que les obligan a extraer materiales del interior de minas con un sueldo infrahumano, niños que tienen que coger un fusil por obligación...
El mundo sigue siendo cruel.
Un abrazo
Siempre es execrable que un humano tenga la posesión de otro, pero peor es aún si lo tratas peor que un animal.
ResponderEliminarCuando leí esto no tuve la oportunidad de comentarlo porque mi computador se dañó y estaba leyéndote desde el computador de mi hermana.
ResponderEliminarQué terrible que todavía a estas alturas, en esta época moderna, todavía muchos piensen así y todavía hayan personas que son tratadas como esclavos, personas que para aquellos que tienen dinero y poder valen menos que sus trapos y sus monedas.
Aquí en República Dominicana cosas así todavía se ven, aunque sorprenda. Dominicanos abusadores de haitianos que los tienen como esclavos en sus bateyes o de sirvientes en sus casas.