Hoy es el día, madre Venus, que tanto había esperado. Hoy los brazos de mi amado me han estrechado contra su pecho y, mientras la calidez de su aliento y la miel de sus palabras acariciaban mi oído, se ha desvanecido en mí todo pudor. Mi deseo ha estallado con júbilo; me he entregado sin reservas a sus alegres arrebatos. Ah, qué experiencia embriagadora. ¡Así que esto era el amor, éste el elixir con el que unta sus flechas tu hijo Cupido! ¡Dulce veneno…! Vencidos por un tormento tan delicioso, hemos yacido juntos hasta el amanecer. Tuya es, madre Venus, mi victoria. A ti la consagro en silencio.
* Giovanni da Udine. Amantes. Logias de Rafael en el Vaticano. Roma.
**Campo de iris.
amor amores enamoramiento amantes
* Giovanni da Udine. Amantes. Logias de Rafael en el Vaticano. Roma.
**Campo de iris.
amor amores enamoramiento amantes
Ya veis, queridos amigos, qué discreta es Corina. Ella no pregona su victoria - porque es suya - a los cuatro vientos, como hace su amante. Y es que a ningún hombre le aprovecha conquistar a una mujer si no puede contarlo al mundo entero. ¡Y luego dicen que las charlatanas e imprudentes somos nosotras...! Empiezo a recobrar la normalidad. Besitos.
ResponderEliminarBella oración la que Corina hace a la diosa madre, Venus. Sencilla pero profunda, y muy discreta.
ResponderEliminarBien por Corina. Y bravo por este post.
Un abrazo!
Saludos Isabel. Así es la fama.
ResponderEliminarBesos
Es que, las mujeres somos diferentes a los hombres. Mientras su amante se las estaba dando de conquistador con sus amigos, ella, dejaba suspiros en la piel de Venus.
ResponderEliminarHermoso, Isabel.
Un beso grande.
Doble victoria para Corina, y doble será también mi aplauso, uno para ella y otro para ti, por deleitarnos con tan bellos relatos.
ResponderEliminarUn beso.
...consagrar la victoria del amor a los dioses...
ResponderEliminarQué bello!!!!
¿Y para qué gritárselo al mundo si se ha enviado al amor a brillar en los cielos? Los dioses deben sentirse complacidos cuando nos ven a los mortales sentirnos tan dichosos en nuestro pequeño mundo, disfrutando de los dones que nos vienen del cielo ;)
qué bello relato.. me ha inspirado a consagrar mi amor también ;)
un beso, amiga..
Muy bueno y muy tierno.
ResponderEliminarUn relato muy bello.
Bravo por Corina y por su liberación.
ResponderEliminarTe superas en cada fragmento, Isabel.
Un abrazo.
Maravillosa esa Corina ofreciendo su conquista en silencio, y guardando en su corazón la excelencias del amor.Un abrazo Isabel
ResponderEliminarDulzura la del primer amor, qué bonito, Isabel, que no caiga en el olvido.
ResponderEliminarUN beso amoroso de contagio
Preciosas letras!
ResponderEliminarSin dudas, la mujer en general, vivió y vive en forma instrospectiva el acto amoroso.
Es exquisita la entrega a Venus de su momento glorioso.
Gracias Isa Querida, ha sido un placer!
Mi siempre Abrazo para Vos!
esperabamos la versión de Corina, y no nos ha dfraudado!! Maravilloso relato.. lleno se sobreentendidos.... hasta el amanecer....
ResponderEliminarLas mujeres somos muy, pero que muy discretas...
Besos, muchos IsaBELLA..
Pues si, en la discreción en el amor nos diferenciamos. Es casi sublime esta entrega de Corina.
ResponderEliminarGracias Isabel.
Que sublime... que exquisita ella...
ResponderEliminarquien como corina.. insisto...
besos querida amiga:)
Vaya calidad la de tus textos! Enhorabuena y gracias por compartirlos. Un beso!!!
ResponderEliminarNi todos los hombres proclaman sus conquistas a los cuatro vientos, ni todas las mujeres consagran sus victorias a las diosas.
ResponderEliminarPero aquí veo una mujer saboreando consigo misma el triunfo de conseguir la felicidad en el desenlace final, en la entrega que implica alcanzar la cima del amor.
Paseis buen día.
Un bello fragmento, que pone de manifiesto la discreción de Corina, en contraposición a Ovidio (ver tu anterior post).
ResponderEliminarComparto con Mizo el que -afortunadamente- no todos los hombres pregonan su conquistas... y que también no todas las mujeres las guardan en su corazón.
Siempre un placer leerte, Isabel.
Un beso.
Soledad.
"¡Dulce veneno…!" Gran oxímoron. Bellísimo texto de agradecimiento por lo que resulta tan difícil de definir, el amor. Quevedo, intentando definirlo, haciendo gala del uso de esa figura, escribió:
ResponderEliminar"Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado. "
Abrazos.
Qué delicia de post : )
ResponderEliminarAbrazos amiga
Señora, háme gustado harto la invocac`´on a Venus de Corina, asì como el comentario sobre vos que figuraen vuestro perfil. A mi me sucede lo mismo. Es el momento mas feliz del dia el que dedico a escribir.
ResponderEliminarOs felicito por tan encantador blog. Se huele el amor y losconocimientos con que està amasado.
En cuanto a vuetra pregunta sobre el Monasterio del Encinar, es ficticio señora, que no es real " only exist in my mind", parafraseando a la anciana Rose de Witt Bukater en Titanic, cuando habla de Jack Dawson.
Os dejo mi afecto y miadmiraciòn
Doña Guiomar de Ulloa
Me encanta esta serie de posts en referencia a los amores de Corina y Ovidio... lo cierto es que me decanto por aquellos narrados desde la boca de la primera. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesitos.
Un texto que alegra el corazòn. Realmente, muy bello. Abrazos.
ResponderEliminarMujeres, dioses, Amor... Bellisima conjuncion...
ResponderEliminarAh, que tiempos aquellos
Un abrazo, amiga
El amor como tormento,el acto sexual como batalla ("rixae amoris") y la victoria ofrendada en discreto silencio. No podría ser más ovidiano este rincón. Un abrazo.
ResponderEliminar(Aunque no siempre deje un comentario, te visito a menudo).
Muy inteligente era Corina, un relato muy bello, Isabel, eres un pozo de sabiduria.
ResponderEliminarQué precioso ese querer formular con palabras la rendición amorosa de Corina... Me parece un texto bellísimo.
ResponderEliminarUn beso
Como siempre, me ha gustado.
ResponderEliminarGracias por estos relatos.
Besitos.
Perfecta la postura silenciosa de CORINA,en su vìctoria tambièn radica su fuerza...
ResponderEliminarP.D.:Y que sensaciòn tan embriagadora leer anque escuchar la palabra CUPIDO,uno se estremece al saberse bajo su influencia!! :)
BESITOS DE ROCÌO AMIGA QUERIDA ♣
Si tengo que elegir, me quedo con la "victoria" de Corina.
ResponderEliminar¡Que hermoso es el texto!.
Bellísimo texto. Me ha recordado, en u registro más juvenil y triunfal, la memoria del viejo Ovidio en "Dios ha nacido en el exilio" (Vintila Horia) que leí el año pasado. En tu texto el fuego escondido; en el de Horia, las cenizas llvadas por el viento de la Dacia.
ResponderEliminar¡Cuanta belleza entre las letras!
Un contraste genial. Corina y Ovidio se complementan perfectamente.
ResponderEliminarUn abrazo
Una vez más un placer leerte y saborear las mieles que los demás proclamada, cuando debian estar callados y a la larga se sacaria más..
ResponderEliminarUn abrazo de mi para ti.
Y que disfrutes de una feliz semana.
El amor es una experiencia embriagadora...¡¡Oh si...!!
ResponderEliminarSaludos desde México.
Isabel, con respecto a tu primer comentario, me ha recordado una diferencia de pareceres.
ResponderEliminarLa pregunta que nos hicimos era:
Acostarse con la mujer mas bella del mundo pero sin poder decir nada, o decir que te habías acostado con ella (con su permiso) aunque no la hubieras tocado.
Los jóvenes optaron por la primera contestación, los mayores de 50 años por la segunda.
Un abrazo
Querida Isabel, creo que los seres humanos somos tan previsibles... es aquello del torero y la actriz (no sé si leyenda o realidad). Él corrió a contarlo, porque ese era uno de los placeres de la conquista...
ResponderEliminarUn beso y bienvenida a la normalidad.
Un texto precioso, francamente conmovedor Isabel, de verdad...
ResponderEliminarBesos,
X
HOla! Llegue a tu espacio y me quede largo rato porque me encantó!
ResponderEliminarSeguire pasando!
Un beso
A los hombres siempre les ha gustado más eso de presumir de conquistas... nosotras somos más discretas.
ResponderEliminarMil saludos,
Aqui hemos estado leyéndote de nuevo...
ResponderEliminarSaludos
No me extraña que esté tan contenta, pues no hay nada mejor que compartir el amor con tu amor.
ResponderEliminar:D
Y tienes razón, parece que a los hombres les pone eso de contar sus triunfos amorosos....cachis, si es que...
jajaja!
Un beso
P
En Roma sí sabían lo que era disfrutar de los grandes placeres. De hecho, es por eso que tenían los baños y los saunas, porque habían visto la reacción que tenía la piel, las circulación, la mente al estar bajo mucho calor y flotando en el agua. Hoy en día, se descubrieron muchas más cosas y propiedades del tipo de agua termal, pero demuestra que ellos tenían ya gran sabiduría con lo escasos que eran los conocimientos en su tiempo. Si vas a las termas de Victoria, hay toda una explicación, primero de lo bueno que tienen, y segundo de la historia de las mismas, y cómo la humanidad empezó a aprovechar esta ofrenda natural. Es muy interesante, si pueden, leanlo!
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