La luna brilla en cuarto menguante entre hilachas de nubes e ilumina pálidamente los callejones que circundan el Circo Máximo. Allá arriba, en la cumbre del Palatino, se recortan contra el cielo blanquecino la silueta de la cabaña del padre Rómulo y las columnas del templo de Apolo. Hay hachones encendidos en los muros del palacio imperial y sus llamas oscilantes arrancan a los ladrillos un color rojo y dorado. Siempre lo iluminan de noche, aunque el emperador Nerón esté ausente, como ocurre ahora.
Una nube densa cubre las finas astas de la luna y ese es el momento elegido por los hombres para abandonar la oscuridad del pórtico del Ara Máxima de Hércules. Con cautela para no hacer ruido y amparados por las sombras de las construcciones, se dirigen hacia los almacenes situados entre el Circo y el Palatino. Donde hay grano, hay paja. Y donde hay paja, y vigas y techumbre de madera, siempre hay riesgos. Más todavía en esta zona densamente poblada. Con el foro de bueyes y el puerto fluvial a un paso, abundan los cobertizos y los porches y no faltan corrales. Los animales pueden ser buenos aliados.
Caminan con rapidez, encogidos, como si temieran que alguien pudiese verlos. Son cinco o seis, quizá siete. No es fácil establecer su número, porque a veces van tan juntos que sus sombras se sobreponen y se confunden entre ellas. Les relampaguean los ojos, tal vez tienen fiebre o los consume una llama interior. Aceleran el paso y llegan a un pequeño ensanche, justo en el punto en que la vertiente del Palatino da un giro en dirección al foro y las casas se adentran en el barrio de los etruscos.
Se detienen y juntan sus cabezas formando un círculo silencioso. Uno de ellos, bajo y fornido, hace gestos con la mano señalando en distintas direcciones y los demás asienten. Luego, el mismo individuo destapa un envoltorio que ha llevado todo el tiempo junto al pecho y descubre una lucecilla roja. Sujeto entre las puntas abiertas de una caña, brilla un tizón encendido.
Los hombres arriman a la brasa sus antorchas apagadas y las llamaradas que forman al prenderse una a una los obliga a retroceder unos pasos. Ya no forman un círculo cerrado y sigiloso, sino un corro de rostros encendidos por la determinación y la rabia, los brazos alzados con las teas ardientes, como brindando a dios o a los dioses su próxima acción.
- ¡Que arda Roma! – dice con énfasis el cabecilla.
Sí, que arda Roma la impía, la pagana; que las llamaradas derrumben hasta los cimientos los templos de los falsos dioses; que el fuego devore los foros y las basílicas y reduzca a cenizas los teatros; que el calor evapore el agua de las termas y seque las fuentes; que la destrucción y la ruina se adueñen de esta ciudad cruel, rica y avariciosa, esta ciudad sin una verdadera ley divina, obstinada, incapaz de abrir su corazón y sus oídos a la única verdad. Se lo merece, sí.
Fuego, ¡aliméntate a tu gusto! Y tú, Roma, ¡arde!
NOTA: El 19 de julio del año 64 d.C., se inició junto al Circo Máximo un pavoroso incendio que duró siete días y destruyó gran parte de la ciudad, matando a numerosas personas. La conducta de Nerón, que se hallaba fuera de Roma, causó indignación a los romanos, pues tardó varios días en regresar. Acusó a los cristianos de haber provocado el incendio e inició contra ellos una persecución muy cruel. Algunos autores atribuyeron luego el incendio a Nerón. En cualquier caso, lo que parece cierto es que fue provocado y no se descarta que fueran realmente sujetos cristianos quienes lo causaran. Aquí me he decantado – literariamente hablando – por esta última opción.
*Columnas del templo de Apolo, en la cumbre de la colina del Palatino.
**Vista del Circo Máximo en dirección al Ara Máxima de Hércules, que estaba aproximadamente donde ahora está ese gran edificio rojo que cierra por un extremo el Circo. A la derecha, queda la colina del Palatino. Foto_ Rafa Lillo.
***Plano actual de la zona. El "Campitelli" es una de las cumbres del Palatino. Toda esa área es parte de la colina del Palatino. El nº 16 es el Circo Máximo, el área entre los nº 10, 12, 14, es el foro boario o de los bueyes, el nº 13 señala el lugar del Ara Máxima de Hércules, lugar donde han permanecido escondidos nuestros hombres y del que partirían para ir hasta esa plaza rectangular "incrustrada" en el Campitelli (o Palatino), donde veis que surge la calle de San Teodoro, antiguo Vicus Tuscus, barrio de los etruscos.
****Detalle de la pintura mural "El incendio del Borgo", de Rafael, en el Vaticano.
*****Flores de un árbol en Valencia.
Aunque te hayas decantado literariamente por la culpa de los cristianos, la opinión común de los historiadores es que Nerón, en sus ansias de ser divino y creador, incendió Roma para luego reconstruirla (oor otra parte, los incendios en Roma eran frecuentísimos). Los cristianos provocaban otro tipo de desordenes públicos (su gran "pecado" fue negarse a venerar a los emperadores como dioses; para ellos sólo había un Dios digno de adoración), pero su "peligrosidad" fue interesadamente manipulada. Los cristianos fueron un grano que le salió a Roma y esta, tan receptiva con las religiones orientales, vio sin poder evitarlo que aquel grano creció y creció. Según Tertuliano, en el s. II los cristianos eran tantos, que podían disputar el poder civil a los paganos. Dicho esto, tu relato, como siempre, un disfrute. Un abrazo.
ResponderEliminarMagnífico Texto!
ResponderEliminarY excelente ilustración, desde luego!
Aunque no es mi especialidad, siempre me incliné por la versión del fuego causado por facciones cristianas. Desde luego, este hecho sigue siendo discutido. Afortunadamente la literatura, permite maravillosas miradas, como la tuya.
Muchas Gracias Amiga! Un fuerte Abrazo!
Estupendo, madame, su texto de hoy.
ResponderEliminarY pensar que hay mucha gente que sigue convencida de que fue Neron, y que tocaba la lira mientras ardia Roma!
De modo que usted se decanta por la teoria de los cristianos. Es probable. Parece una de las posibilidades mas solidas.
Bisous, madame
Un post muy bello, querida Isabel, pero es la primera vez que voy a disentir.
ResponderEliminarRoma...¿la impía, la pagana? ¿la de los templos de los falsos dioses? ¿rica y avariciosa esta ciudad sin una verdadera ley divina?
Para mi Roma es la autentica, bella y nunca alabada como se debe Roma Eterna.
Uff, no estoy de acuerdo con esas expresiones, a no ser, claro, que hables asi como un recurso literario (muy bonito, por cierto), jamas perdonare a Neron lo que hizo con Roma, y menos aun perdonaré a Constantino y a su ninfomana esposa, lo que hicieron luego: el cristianismo destruyó esa gran civilización, y nos sumió en una oscuridad de siglos...!
En fin, c'est l'histoire...!
Besos...!
Bellísimo relato, Isabel. La recreación que haces es maravillosa.
ResponderEliminarUn beso.
Francamente, me importa poco quién incendió ROMA. Nos han puesto tantas películas culpando a Nerón que ya ni nos lo replanteamos...Pero, ah, aparece un relato. Y en él, Roma. O, en él, los montes de nuestras tierras. Y unos hombres dispuestos a purificar con fuego. Dioses ,ellos. Y me estremezco sintiendo el calor de las antorchas; paseo sigilosa por las calles. Tu me llevas.
ResponderEliminarQué genial forma de narrar.
Un relato maravilloso, estimada amiga!!!
ResponderEliminarEn donde podemos imaginar una situación posible, tan posible como cada una de las palabras de este texto exquisito!!!
Abrazos!
Imagino que la indignacion ante la demoera de Neron habra causado las sospechas sobre su persona,o quizas tuviera algo que ver o se sirvio para ello de algun grupo fanatico. Como fuere los cristianos pagaron el pato y caro, y los que vinieron despues lo siguieron pagando....
ResponderEliminarNunca me crei eso que por cruel que fuera, estuviera tocando la lira mirando el incendio a lo Joligud; lo bueno de la literatura es que nos da licencias de interpretar lo que sucedio.
Tal vez Nerón, puede que los cristianos; después de 1945 años lo importante es la bellisima narración que tu haces de ese hecho histórico.
ResponderEliminarTengo una curiosidad ¿qué hacía Nerón para tardar tanto en llegar? ¿estaba de caza?.
Bicos
Un relato que mantiene el suspenso hasta el final. Impecable trabajo, amiga mía. Abrazos.
ResponderEliminarPues ciertamente, siempre se atribuyó el incendio de Roma a Nerón y ahora los historiadores se decantan más por la teoría que tú has elegido para este relato sobre el trágico suceso. Tus descripciones son magníficas, Isabel, de lo mejorcito. Un beso.
ResponderEliminarCosas de la Historia y de como nos la han contado..
ResponderEliminarMe gusta esta versión tuya.. plausible..y magnificamente relatada.
Y Nerón ni estaba ni se le esperaba..;-)
Oscula multa et magna, mi Romana!
Impactante versión de ese incendio de Roma. Me encanta como relatás la historia. Quizá la verdad nunca se sepa, y en este caso ¿importa? Roma ardió y renació como tantas veces.
ResponderEliminarUn beso.
Hermosas las columnas del templo de Apolo.
ResponderEliminarYo mato por ir a Delfos, su santuario griego, donde estaba el Oráculo. ¿Lo conoces?
Un bexo grande
Fabuloso... incluso me sentí entre los incendiarios ¡Qué horror! Pero mujer, esa forma de narrar hace que uno se involucre.
ResponderEliminarIndro Montanelli señala la primera versión, porque supuestamente Nerón se quejaba de lo "mal construida y distribuida" que estaba Roma y también escribe que culpó a los cristianos. Pero entre fanáticos nos tenemos que ver. Me ha encantado tu decantación literaria. Los cristianos siempre tan poco dados a "divertirse". Ja! Lo que querían era quedarse con Roma, lo que finalmente lograron, ni modo, así es la vida, así es la historia, cualquiera hubiese querido quedarse con Roma, incluso entre cenizas.
pude imaginarlos, verlos, sentir el olor del fuego al ir quemando todo...
ResponderEliminarme encantoooooooooo
(perdon por mi ausencia, ando un poco vaga amiga])
besitos de hada con bufandaaaaa
Aurefaire :D
Gran narración, Isabel. Y si fueron los cristianos... pues si no es verdadero, está bien contado. Y por supuesto, podría serlo.
ResponderEliminarSaludos
Querida Isabel, la dosis justa de intriga y buena narración.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, te has decantado por esa opción porque supongo que era posible.
ResponderEliminarEl caso es que se disfruta leyendo lo que podría haber sido!
Un beso
Lala
Estupenda recreación de un hecho real,el texto plagado de imagenes nos transporta hasta el lugar de los hechos,no me cuesta imaginar esa luna en cuarto menguante que ayuda a crear la atmósfera necesaria,con la complicidad propia de la noche los hechos quedan ahí.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Qué narración tan bonita Isabel!!! Ya me imaginaba yo con ese grupo de personas prendiendo fuego a Roma. No sé qué teoría es la correcta, quienes fueron los verdaderos culpables, y tampoco sabía que estuvo ardiendo durante 7 dias. En las peliculas siempre han recreado este momento con Nerón tumbado, comiendo uvas y tocando la lira. Me encantan tus relatos y recreaciones, y también las ilustraciones. Besos
ResponderEliminarAyyyyyy!!!
ResponderEliminarAmiga,no sè cual era peor,si NERÒN ò PONCIO PILATOS a la hora de poner las barbas en remojo...
P.D.:Mientras te leìa casi podìa proyectar la escena patètica de semejante desgracia para tu queridìsima ROMA...
TE DEJO UN AFECTUOSO ABRAZO ISA QUERIDA
Muy buena y verosímil narración. Aunque me paso menos que antes sigo leyéndote.
ResponderEliminarBesitos
Me han encantado tu recreación del momento. Retienes el interés del lector de principio a fin, siguiendo en todo momento a los personajes envueltos en la oscuridad de la noche. Me parece ver sus sombras deslizándose por las callejuelas de Roma.
ResponderEliminarEl incendio siempre seguirá sumido en el misterio. Tanto su repercusión real como sus autores.
Un besazo fuerte
Isabel, excelente escrito de los hechos históricos, realmente aprendo mucho al leerte, felicitaciones.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Te sigo lleyendo.
Un saludo
Guillermo
Isabel, incendiaria entrada, las llamas han quemado a Nerón, los datos como mencionas dicen, no se encontraba en Roma, tal vez los cristianos, o simplemente el azar, que como menciona Antonio al inicio de los comentarios Roma era llama viva literalmente.
ResponderEliminarUn abrazo en vela.
Sergio Astorga
A diferencia de lo que afirman algunos amigos, a mí si que me gustaría saber quién incendió Roma, porqué, cómo. Me encantaría poder vivirlo, presenciarlo. Entender primero cómo sucedió, y después cómo se contó. Y esto último me parece especialmente importante, porque al final muchas veces es lo que nos queda, por encima de las pruebas. Una buena narración tiene muchas veces más fuerza que los propios hechos.
ResponderEliminarY tu relato es la mejor prueba. Sabemos muy poco de lo que realmente ocurrió. Pero a partir de ahora a mí ya me quedará para siempre la duda, pues tu relato tiene la fuerza de lo creíble.
Un beso
¡Cuántos comentarios tan inteligentes e informativos! Por lo tanto sólo te dejo un saludo cariñoso desde México.
ResponderEliminarHola Isabel, Maravilloso! Increíble tu post. Casi pude sentir las llamas y oir los lamentos.
ResponderEliminarSaludos!
El atentado terrorista siempre arroja dividendos a costa de muchos inocentes que las partes en conflicto tratarán de capitalizar. Desde las 7 plagas de Egipto pasando por Nerón y Hitler hasta G.W.Bush y otros casos menos mencionados pero no menos horrorosos, eso ya es una argusia conocida. Tal como nos han presentado a Nerón si no fue él pienso que se estaría lamentando porqué no se le ocurrió mucho antes. Cosas del poder a si se esté a favor de Dios o se esté en contra.
ResponderEliminarGran saludo Isabel Romana!!!
Me gustó tu descripción, me ha encantado tu Blog. Esta meticulosidad con la que recreas hace que vuelva a vivir Roma. Esta vez sin pensar en la gente que ahora la habita, sus motocicletas que la rodean y abandonada que se percibe.
ResponderEliminarEs una lástima que para comunicar contigo deba hacerlo por aquí, pero no he sabido encontrar otra forma de contacto.
ResponderEliminarGrácias por tu comentario en mi pintura Font Romeu....
Cesc.
Nos has tenido intrigados hasta el final.Supongo que ,como muchas otras cosas, nunca se tendra la certeza de lo que realmente ocurrió.Un relato precioso y apasionante que ayuda abrirnos los ojos a profanos en el tema como yo.
ResponderEliminarUn abrazo .
La descripción es estupenda. En cuanto al enigma de quién destruyó Roma, no es posible disiparlo, pero tu aproximación parece verosímil.
ResponderEliminarBesos.
y cuántas Romas han ardido desde entonces...
ResponderEliminarLa historia ya es pasado y la vivimos según nos la han contado, quien fuerón los verdaderos causantes... simplemente los que quisieran que fuesen en ese momento y así lo han dejado constar...
ResponderEliminarUna entrada de gran belleza e imaginación eres un portento querida Isabel.
Te deseo lo mejor durante la semana.
Un abrazo y un besito.
Notable historia llena de matices y de las intrigas inverosímiles...
ResponderEliminarBello relato.
Besos
Lo vivo, en primera persona, además las fotos me traen recuerdos y los hechos históricos me hacen reflexionar, ojalá hubieras sido mi profesora de historia...
ResponderEliminarTe he invitado a seguir una cadena de favores para ayudar animales, un beso fuerte!
Estupendo relato como todos los que nos regalas.
ResponderEliminarSalud.
Que manera de arruinar su arquitectura con los incendios los romanos, me gusto esta entrada lindas imágenes.
ResponderEliminarSaludos.
Exelente buenisimas fotos.
ResponderEliminarsaludos
De demasiado han sido culpados los cristianos, como para también colgarles esta. Sencillamente demasiado.
ResponderEliminarTanto la pervrsidad de Nerón, como la sistemática persecución a los cristianos, una pequeña secta con sólo 30 años de vida están ampliamnete probados.
Sin embargo siempre hay alguien capaz de sostener que las víctimas son los culpables y también, por lo que se ve, muchos dispuestos a creerlo.
En fin la literaura todo lo permite.
Saludos.
Hola Isabel,
ResponderEliminarPues si que hay polémica sobre quien incendió Roma, dato que creo que sí es importante. Supongo que viste por tv una relativamente reciente serie histórica sobre Nerón, creo que el protagonista es un actor alemán, y en la serie se veía un Nerón que después del incendio estuvo intensamente trabajando para ayudar a los heridos y a los que se habían quedado sin casa...
Tal vez finalmente se pueda hacer otro libro-película de la serie del "Codigo Da Vinci" y "Angeles y Demonios" basada en esos días terribles que duró el incendio, y lo que vino después.
Un abrazo querida Isabel!
Siempre se dijo que el Saber no ocupa lugar; después que sí, que ocupaba el lugar de la ignorancia.
ResponderEliminarEntre lo cierto y lo incierto, hay un océano de sospechas que mucho me temo, nunca avancen hacia la certeza. Si hay algo que si es cierto, y perdón por la reiteración de la palabra, es que yo aprendo contigo, y te venero como a una Diosa -valenciana-, que me trae el resto de los dioses a los que todos invocamos alguna vez.
Un abrazo.
Permítame que le cuente, madonna cara, que usted es una escritora de los tiempos de Roma renacida. Quiero dejarme mecer por el ritmo de su prosa y quedar embrujado por la fragancia del lejano eco que traen sus historias. Dígame dónde puedo conseguir su libro, hábleme de que su distribución le permite llegar a las librerías próximas a donde vivo, déjeme seguirla leyendo y no pare de escribir tan bien como lo hace. usted no se debía llamar Isabel sino Antonia, Octavia o Corina. Adoro su blog por encima de todos por el simple hecho de que usted lo consagra a una urbe condita en el ara de Júpiter Capitolino. Si amo a Roma, es lógico que ame a quien la ama. Es un amor de lector hacia una escritora. Es el amor de un descendiente romano por Isabel Romana, tan singular mi devoción como usted es única.
ResponderEliminar