Aquí yacen un niño y un delfín. Vosotros, dulces criaturas, que no habéis conocido la crueldad ni la malicia, dormid en paz. Del amor más limpio habéis gozado en vida. Gozad, ahora, de una larga muerte unidos.
Esta lápida se la dedica M.C.Pisón, pescador de Dicearquia.
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Este epitafio está inspirado en la siguiente historia, narrada por Aulo Gelio:
“Citaré un pasaje del sabio Apión, tomado de su Egipciacos, en el que refiere cómo se enamoró un delfín de un niño (…). He aquí el relato: “Yo mismo he visto, dice, cerca de Dicearquia, un delfín que amaba a un joven llamado Jacinto. En cuanto oía su voz, acudía transportado de amor: llegado cerca de la orilla, le recibía sobre su dorso, replegando las puntas de sus aletas, por temor de herir aquel cuerpo delicado, objeto de sus deseos; y el niño, a caballo sobre él, prolongaba sus carreras hasta doscientos estadios dentro del mar. De Roma y de toda Italia acudían para ver al delfín, trocado por Venus en dócil corcel.” No es menos maravilloso lo que añade enseguida Apión: “El niño, dice, cayó enfermo y murió, y el delfín, después de haber venido muchas veces a la playa acostumbrada sin encontrarlo, cuando ordinariamente lo esperaba en la orilla del agua, fue acometido de tan vivo dolor, que perdió la vida. Habiéndole encontrado muerto sobre la arena personas que conocían la historia de su amor, le llevaron junto al niño que le había inspirado pasión tan tierna, y le sepultaron en la misma tumba”.”
AULO GELIO (siglo II d.C.): “Noches áticas”.
No conocía la historia.
ResponderEliminarSigo aprendiendo.
Cariños. No te olvido.
tampoco conocía la historia...
ResponderEliminarTriste, pero cuanta lealtad, no?
deseo tengas un hermoso día Isabel!!!
besos
Adal
Bonita historia de amor, compa Isabel, sencilla, limpia y profunda. Gracias por hacérnosla llegar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buen fin de semana.
Una historia muy bonita que demuestra que el amor tiene muchas más caras que las que conocemos y que ciertos animales pueden tener sentimientos al menos tan fuertes como las personas.
ResponderEliminarBesos
Qué historia más triste y dulce a la vez. Si será que Flippy (la peli) está inspirada en esta historia real?
ResponderEliminarUn beso
Y, claro, tampoco conocía la historia que refieres. Es hermosa, Isabel.
ResponderEliminarLos animales son así, aman y son fieles hasta la muerte.
ResponderEliminarTenemos tantísimo que aprender de ellos, claro que después nosotros vamos presumiendo de inteligencia.
Bicos
Bella historia de lealtad, bese del amor.
ResponderEliminarSaludos, Isabel
me enamoré de este relato.
ResponderEliminarDelicioso relato. El delfín es un animal prodigiosos, de gran inteligencia y sensibilidad. Ya quisiñeramos los seres humanos tener esa capcidad de amor y de amistad. Un abrazo cordial.
ResponderEliminarNos enseñas la historia de una manera maravillosa, Isabel, muchas gracias.
ResponderEliminarEn canarias, y me consta que en otros lugares, se realizan terapias para niños con autismo y otros problemas en un acuario con delfines, estos animales tienen algún don especial que les hace comprender y activa algo en estos pequeños, es impresionante y maravilloso, con resultado positivo para ellos. Así que ya ves, los delfines siguen unidos a los niños.
Un abrazo.
Volvi, amiga Isabel. Gracias por honrarme con tu amistad y con tu afecto, amiga. Gracias por todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oye Isabel, tu que sabes tanto sobre Roma ¿cómo era la vida cotidiana de los romanos? Porque la imagen de las películas, de las túnicas blancas y la armaduras relucientes, es falsa. La ropa debía ser fea y maloliente, la higiene brillaba por su ausencia, todo debía estar lleno de polvo, los tintes no existían, la ropa sería de un tono pardo-negruzco
ResponderEliminarasqueroso...... ¿estoy equivocado?
Me creo la historia como si la hubiese visto. Las muestras de amor que dan los animales a los hombres deberían ser aprendidas.
ResponderEliminarQue hermosa historia de amistad, madame! Ademas el delfin es sin duda uno de mis animales favoritos. Despierta ternura, simpatía, y siempre parece rodeado de un cierto misterio.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Cara Isabel:
ResponderEliminarBien poco es el regalo que un dios menor ha dejado colgado para ti en su guarida. Quieran los dioses que el gesto sea benéfico para tu corazón, como lo son los tuyos para quienes te seguimos por estos vastos caminos de la eternidad: como una lluvia fina que nos limpia por dentro...
Una hermosa historia que no conocía y, gracias a ti, la he disfrutado.
ResponderEliminarEstá llena de ternura.
Me ha gustado la poesía que encierra.
Un fuerte abrazo.
Una historia muy bonita Isabel. Aunque no aparezca mucho por aquí te sigo leyendo. Un saludo.
ResponderEliminarUna narración bonita pero agridulce. Por un lado una historia de amor; por otra, el dolor final y la muerte, doble para ser exactos.
ResponderEliminarUn saludo. Feliz fin de semana.
Qué ternura!
ResponderEliminarCómo son capaces de sorprendernos a veces las actitudes de los animales.
Me ha encantado conocer esta historia :D
Un beso
Lala
Los delfines son muy especiales para mí...
ResponderEliminarme ha conmovido la historia, Isabel.Cuanto tenemos que aprender de muchos animales!
un abrazo y un placer leerte!
si tienes prevista otra entrevista con alguna emisora de las islas, avísame!(veo que has hecho entrevista en la Cadena Ser).
Amiga Isabel,
ResponderEliminarHoy nos presentas un precioso texto de Aulo Gelio que, como es habitual en él, nos suele contar anécdotas de la Antigüedad. Te felicito por tu elección. Tiene el mismo aire y el mismo tono que algunas Metamorfosis de Ovidio, al poner la narración no en boca propia, sino en la de alguien que lo cuenta.
Conocida es por todos mi dedicación a la Lengua Latina: éste es el motivo por el que no me puedo abstener de dejar aquí el texto Latino correspondiente, por si a alguien le interesa.
Te envío un beso y un abrazo, querida Isabel.
Antonio
IV. Verba subscripsi Apionos, eruditi uiri, ex Aegyptiacorum libro quinto, quibus delphini amantis et pueri non abhorrentis consuetudines, lusus, gestationes, aurigationes refert eaque omnia sese ipsum multosque alios uidisse dicit:
V. Autos d'au eidon peri Dikaiarchias paidos A - Hyakinthos ekaleito - pothois eptoemenon delphina. Prossainei ten phonen autou ten psychen pteroumenos entos tas te akanthas hypostellon, me ti tou pothoumenou chrotos amyxei pheidomenos, hippedon te peribebekota mechri diakosion anege stadion. Execheito he Rhome kai pasa Italia tes Aphrodites xynorontes heniochoumenon ichthyn.
VI. Ad hoc adicit rem non minus mirandam. "Postea" inquit "idem ille puer delphineromenos morbo adfectus obit suum diem.
VII. At ille amans, ubi saepe ad litus solitum adnauit et puer, qui in primo uado aduentum eius opperiri consueuerat, nusquam fuit, desiderio tabuit exanimatusque est et in litore iacens inuentus ab his, qui rem cognouerant, in sui pueri sepulcro humatus est."
(Aulus Gellius, Noctes Atticae, VI, VIII, IV-VII)
Qué historia más bonita, Isabel, tanto o más que la foto con que ilustras la entrada.
ResponderEliminarFíjate que en un primer momento pensé que aquí en Béjar había una fuente dedicada a este niño y este delfín, hasta que me he dado cuenta de que en realidad representa a un niño abrazado a una oca o un ganso. A lo mejor se refiere a otra historia mitológica diferente a esta que nos presentas.
Un besito
Preciosa y conmovedora relato que no conocía. Besos ISABEL y muy buen fin de semana.
ResponderEliminarHermosa historia y hermoso epitafio...
ResponderEliminarsaludos Isabel y gracias por publicar cosas tan interesantes...
Es un epitafio bellísimo.
ResponderEliminarBesos.
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ResponderEliminar...una hermosa y tierna historia le querencia de un niño con un delfín
saludos
.
Emotivo relato, que pudo ser realidad. Los animales aman a su manera, incluso pueden dar la vida por su amo. Feliz fin de semana y un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarBellísima historia, Isabel. Cada día viendo cosas tan bonitas en este rincón.
ResponderEliminarjó! (ay, perdona) me ha encantado la historia.
ResponderEliminarAmor, ternura, lealtad, disfrute común y... sí, también como cada bella historia, un final que hace sufrir.
Feliz finde, Isabel.
Un beso
Una historia que enternece!!
ResponderEliminarAbrazos!
Qué preciosa historia. Qué vivo dolor el del delfín que no supo el porqué del abandono o que intuyó la muerte del pequeño. Qué maravillosa historia en la que se fijó Aulo Gelio. Tú terminas de relatarnos la historia completa que se cierra en la lápida de Pisón.
ResponderEliminarQué maravillosa historia, cuánto me hará soñar.
Besazos, maga.
Un niño y un delfín, criaturas inocentes, bellas, juguetonas.
ResponderEliminarBellísimo epitafio de Pisón, cuento delicado y triste de Aulo Gelio. ¿Cuantas veces no he visto esa bella imagen en fuentes de muchos lugares? Una del niño y el delfín, había en la Villa de Fortunato en Fraga...que se expone en el Museo Arqueológico de Zaragoza, creo.
Amiga Isabel, he estado diez días fuera, en Galícia, y ME HE LEÍDO TU EXTRAORDINARIA "DIDO..." Desde luego hice muuuy bien en recomendar su lectura en mi blog. Me gustaría comentártela con más detalle si eres tan amable de darme tu email, si quieres claro.
Un abrazo y muchos besos, del Quinto también.
que historia más tierna y llena de lección.. No la conocía. Un abrazo fuerte amiga mía. Besos!
ResponderEliminarHola, amiga : )
ResponderEliminarAinsss, ADORO los delfines, en serio ^.^ son una de mis debilidades.
Besazos
Te he robado la última foto...
ResponderEliminarQue historia tan tremendamente bella como sugerente...
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel
Una triste historia pero muy bella.
ResponderEliminarLa relación entre las personas y los animales llega a veces a ser muy intensa y esta historia bien prodría haber sido cierta.
Un abrazo
El amor siempre tan distinto y próximo, tan dulcemente mortal o tan amargamente eterno...
ResponderEliminarGracias, Isabel, por un aliento más.
Besos.
Los animales y la lealtad que tienen es maravillosa. No conocia esta historia; lo mas que conozco en materia de amores animales en la antigua Roma, es:
ResponderEliminara) la lapida familiar en Galia,con la niña y un gatito .
b) El pescador o marinero muerto por salvar a su perro caido al agua.
O sea que nos seguis desasnando.
Pocos amores inocentes nos van quedando.
ResponderEliminarUn abrazo
snif...
ResponderEliminarme hiciste llorar....
no quiero q se mueran... me escribis un final feliz???
:´(
Con tu blog no paro de aprender!
ResponderEliminarNo conocía la historia...pero me conmovio...la lealtad de ese delfín fue impresionante...cierro los ojos y me lo imagino buscando a su amigo...no hay duda que los animales mueren de amor como los humanos....y más aún un delfín que es uno de los seres más inteligentes del planeta.
ResponderEliminarAprendí mucho con este post.
Gracias 1000 por compartirlo.
Maya
comovente
ResponderEliminaruna estoria de amor...
los humanos...
la naturaleza
un delfin, en portugés: golfinho...
amei...
abrazo serrano
Te estoy echando de menos, pero... volveré cuando pueda disfrutar de verdad, --o eso espero-- de todo lo que escribes y nos muestras en imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
hola que tal! permítame felicitarlo por su excelente blog, me encantaría tenerlo en mi blog de animes y peliculas .Estoy seguro que su blog sería de mucho interés para mis visitantes !.Si puede sírvase a contactarme ariadna143@gmail.com
ResponderEliminarsaludos
Qué entrañable historia, Isabel. No la conocía, pero nos la has contado tan bien, y con imágenes preciosas, que cala profundamente. Sigue así!
ResponderEliminarUn abrazo.
Que bella y triste historia a la vez amiga mìa...
ResponderEliminarP.D.:Tanto el niño como el delfìn dan sìmbolismo a la inocencia absoluta!!
TE DEJO MIS BESITOS
Qué preciosa historia, querida Isabel. De entre los amores posibles probablemente sea este entre seres inocentes de los más duraderos. Bellísimo.
ResponderEliminarUn beso,
Qué conmovedora historia de Amor, con mayúsculas. Besos, amiga.
ResponderEliminarHermosa aunque triste historia, del amor entre dos criaturas inocentes que al final yacieron juntas para siempre. Mi padre, que siempre amó a los animales, decía que éstos son como los niños, que carecen de malicia y de maldad, pues si algo malo hacen, los inpira el instinto y no el discernimiento entre el bien y el mal. Y de entre los animales, los delfines son seres absolutamente nobles cuya naturaleza les acerca mucho a los tiernos infantes: alegres y juguetones. otro beso, mi querida Isabel.
ResponderEliminar¡qué bonita historia! qué tierna... no la conocía. Gracias Isabel
ResponderEliminarVery amusing piece
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