Carta de Terencia a su amiga Pilia.
Estoy consternada, querida Pilia. Hoy mismo mi querido Cicerón me ha retado a relatar mi vida utilizando tan sólo cien palabras. ¿Cien palabras? – le he contestado – ¿En tan poca estima tienes a tu esposa como para pensar que su vida merece menos de la mitad de un cuarto de medio discurso tuyo? Me he sentido terriblemente ofendida. ¡Espero que esta extravagancia no se haga pública! Sería el hazmerreír de toda Roma si alguien pensara que mis virtudes como matrona ejemplar, madre de dos hijos y firme sostén de mi marido, pueden despacharse en un par de tablillas. Una absoluta injusticia.
NOTA: Este post está inspirado en el que ha colgado en su página El ojo del tuerto
*Cabeza femenina. Museo Arqueológico Nacional de España. Exposición en Alicante.
**Detalle de sarcófago con cabeza femenina. Museo Arqueológico Nacional de España. Exposición en Alicante. Foto: Rafa Lillo.microbiografía, Terencia, Cicerón, Roma
¡Me ha encantado Isabel!
ResponderEliminarUn abrazo
Dificilisimo, madame, y todo un reto. A mi siempre me ha resultado mas facil desarrollar una idea que sintetizarla. Es de esas cuentas pendientes que algun dia habre de resolver.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Sería llamativo, una vida en cien palabras. pero cien palabras distintas.
ResponderEliminarTalvez Cicerón lo hubiera hecho.
Si esas cien palabras han de ser adjetivos, me parecen demasiados para una persona, bastaría con poner "perfecta" y eso no existe.
ResponderEliminarPero, en tu carta demuestras , como siempre, tu maestría, Isabel.
Me siento más que halagado, Isabel.
ResponderEliminarCien palabras son muchas palabras si se saben utilizar bien y Terencia debería de saberlo vivía con un maestro de la palabra.
ResponderEliminarBicos
Mi querida Terencia,
ResponderEliminarA mí no me importa relatar mi vida en cien palabras, porque cien palabras pueden ser densas y yo tengo la misma habilidad que Cornelia, la madre de los Gracos, y puedo condensar en muy pocas palabras todas mis vivencias, las pasadas y las futuras. Yo quiero que en mi sepulcro se inscriban aquellas palabras de la famosa Claudia y que diga así:
Mis padres me llamaron Pilia. Amé a mi marido con todo mi corazón. Tuve dos hijos: uno está bajo tierra y el otro me sobrevivió. Fui casta, hilé lana y cuidé de mi casa.
Uf, yo espero que mi vida no pueda limitarse a cien palabras!
ResponderEliminarSaludos
Magnifica esa carta de Terencia.
ResponderEliminarEn cien palabras formula magistralmente la queja de plasmar su vida en cien palabras.
Aunque a mi me parecen demasiadas para lo que es más que palabras.
Si yo tuviera que reducirla a una, diría:
"Con".
Besos.
Me gustó y lo disfruté, ¿qué más puedo añadir? ¡Ah si! Breve y bueno, dos veces buenos ;) ¡Felicidades!
ResponderEliminarMira que los retos los superas y muy bien Isabel! 100 palabras...pueden decir tanto y tanto ;)
ResponderEliminarBikiños.
Eres una maestra.
ResponderEliminarPara algunas biografías cien palabras son muchas. No es el caso de Terencia.
No crees, querida amiga que en cierta forma los epitafios son biografías condensadas o greguerías fúnebres. Te traigo la de J. Keats: "aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito con agua".
Un abrazo.
Tú lograste en cien palabras una carta perfecta y creo que para resumir algunas vidas no son necesarias tantas.
ResponderEliminarUn abrazo
ayer leí en culturaclasica.com que el museo de arte romano de mérida está haciendo (o ha hecho) un ciclo de conferencias por el 8 de marzo llamado "ser mujer en roma". me he acordado mucho de ti al leerlo.
ResponderEliminarun saludo
Quizas es que esta mujer no comprendia bien a Cicerón. Con menos palabras se puede resumir toda una vida.
ResponderEliminarEstupendo post.
Besos.
Isabel Romana, Cicerón le pide un micro-relato y no sé si entonces estaban de moda.
ResponderEliminarEscribir la vida de una en 100 palabras puede hacerse !ánimos Terencia! fíjate en lo que dice el amigo Antonio sobre Cornelia.
Hermoso epitafio de Claudia, amorosa materfamilias, donde, en la última frase, constan todas sus romanas y castas virtudes, ayyy, como dijo el esposo de Terencia: O TEMPORA O MORES.
Me gusta especialmente esta simple frase de Horacio, Odas, XXIX:
" Vive dueño de sí y feliz
aquel a quien cada día le es posible decir: he vivido"
Bsitoooos cariñosos, bella entrada, como siempre nos haces meditar, y frecuentemente a través de mujeres romanas, en definitiva, mujeres.
Y sin embargo de tu mano lo consigue, Isabel Romana. Muy bella carta.
ResponderEliminarUn abrazo,
Estupendo microrelato. Reto superado el de las cien palabras sólo posible para grandes escritores como tú.
ResponderEliminarBesos.
Puf, con lo mal que se me da a mí lo de la brevedad, :S :S aprecio más si cabe a los concisos. Ojalá algún día pueda escribir mi vida entera en sólo una tablilla.
ResponderEliminarMuy chula la entrada :-)
Besos, Isabel.
Pues parece ser que sin quererlo, Terencia ha logrado concentrar la esencia de su vida en esas cien maravillosas palabras. Preciosa entrada, como todas. Un abrazo!
ResponderEliminarEse Cicerón, maestro discursivo, con fama de ser uno de los grandes oradores de la historia, se luce con su chica.
ResponderEliminarHace bien Terencia en dedicarle irónicamente las cien palabras.
Me encantó, Isabel. Todo lo que dice y lo escogido de esas palabras.
Un grandísimo abrazo.
Y cómo se atreve un hombre a decirle a su mujer que hable menos que él. Jejeje.
ResponderEliminarEs broma. No hay intención machista alguna.
Un saludo.
Son pocas y sin embargo, suficientes. Qué interesante la propuesta y qué manera de llevarla a Roma, querida Isabel.
ResponderEliminarUn beso y buen finde
De acuerdo totalmente con CORNELIVS. Cien palabras bien utilizadas pueden rendir mucho y en menos, puede resumirse toda una vida.
ResponderEliminarBesos
Es un reto desde la ocurrencia de la poesía medir cuánta vida cabe en cien palabras, ejercicio que afina pasiones y no deja indiferente a quien se encuentre con esta esfinge.
ResponderEliminarSaludos ISABEL ROMANA!!!
Él le pidió 100 palabras, pero supongo que pensó que con 25 bastaría para contar las cosas de mujeres, que no tenían ninguna importancia para ellos.
ResponderEliminarA veces dos palabras dicen muchas cosas, y muchas palabras sobran. La cosa está en saber elegir las esenciales, las imprescindibles, y eso a mi me resulta muy difícil, me enrollo demasiado siempre, jajajaja!
Seguro que Cicerón, sólo en adornos, gastaba una cantidad tremenda!
:P
Un besito
Lala
En verdad no veo la dificultad...
ResponderEliminarP.D.:Cualquier mujer desafiada de ese modo podrìa dar càtedra en menos palabras tambièn!! ;)
BESITOS AMIGA MÌA ♣
Una muy buena idea. Te salió redondita como naranja madura. Abrazos.
ResponderEliminarMuy bueno el texto.
ResponderEliminarYa lo creo que se puede resumir una vida en cien palabras: si hay academias de inglés que resumen el idioma en mil palabras...
Yo no me conformo con cien, ni con 10, ni con una. Me conformaría con ver a Cicerón y oirle declamar algunos de sus discursos salidos de su propia boca (aunque nunca conociera mi existencia)
ResponderEliminarUn beso
Pues pienso que quien no sea capaz de resumirse en poco más de una frase, no ha entendido su esencia.
ResponderEliminarY ahí va la mia; "Nací sin respuestas, vivo preguntando, y moriré con dudas; una vida no es suficiente para aprender"
¿100??
ResponderEliminarmmm....
Me encantará intentarlo ;) solo por jugar con mis amadas palabras y ver cuéles son las que aparecen una vez que las conjure... El conjuro sería algo así como...
"venid a mí las 100 palabras en las que se resume todo cuanto soy"
Me encantará ver cuáles llegan al encuentro conmigo ;)
Un abrazo enooooorme amiga..
Una de esas cien palabras no bien dicha, puede arruinar a las otras 99, quizás una sola frase, tenga más resonancia y no distraiga con multitud de valores a demostrar.
ResponderEliminarImporta la calidad, no la cantidad, como la propia Isabel demuestra en ese texto.
ResponderEliminarEn Twitter hay gente que escribe verdaderas joyas literarias en 140 caracteres.
Saludos
Cien palabras son pocas para decir cuánto quiero a mi nonna.
ResponderEliminarBesitos
Creo que no superaria la prueba yo. De escribir algo en tan poco espacio, o palabras. Borrando matices y narrando solo algunos hechos. No definitivamente no es para mi.
ResponderEliminarPero si alguien le interesa, la 'nouvelle' mas corta del mundo hasta el dia de hoy sigue siendo esta: "Se vende su cuna y su ropita sin usar", de autora anonima, publicado en forma de cartel en la vidriera de un comercio.
ante la poca capacidad de síntesis que poseo
ResponderEliminarpara mí sería imposible hacerlo querida Isabel!
A vos te salió muy bien!
deseo tengas un hermoso fin de semana!!!
besos
Adal....el otrora Sacerdote de Hércules
Incluso podría escribirla con menos de diez. Como en todo, lo importante no es la cantidad.
ResponderEliminarUn abrazo, un lujo leer tus cien palabras.
Isabel gusto en saludarte eso es así!...Tratando de retomar la normalidad después de unas largas vacaciones.
ResponderEliminarMientras tanto degusto este post que dice muchas cosas,cien palabras pueden ser muchas o pocas para hablar de una existencia,no es la cantidad es la calidad y lo que cada una de ellas pueda trasmitir,excelente entrada muestra de tu maestría en este tema.
Un cordial saludo unido a un fuerte abrazo de cariño y admiración.
Una pocas palabras bastan para decirte que es un placer siempre leerte...
ResponderEliminarBesos.
me encantoooooo
ResponderEliminaryo le habria dado un toque de astucia de su parte...
haria q ella le conteste - con una me basta: MAGNIFICA
:)
besitos de hada amigaaaaaaaa
Aurefaire (desde mi otro blog)
mmm ¡más difícil todavía, Isabel!
ResponderEliminarestá genial
Amiga Natàlia Senmartí,
ResponderEliminarMuchas gracias por la mención que haces a mi comentario. Ahí va el texto Latino que tú atinadamente citas:
Ille potens sui
laetusque deget, cui licet in diem
dixisse «uixi»
(Horatius, Carminum Liber III, XXIX, 41-43)
Un abrazo,
Antonio
Curioso reto el que has establecido con tu amigo bloguero, pero veo que has podido cumplirlo satisfactoriamente, querida Isabel. Y además has puesto una nota de buen humor en tu relato microbiografico, pues la pobre Terencia se mostraba muy ofendida por la brevedad de la autobiografía que su esposo le pedía, jeje. Un beso y muy feliz domingo, querida amiga.
ResponderEliminarNo sabía Terencia las maravillas que se pueden contar en tal solo cien palabras.
ResponderEliminarUn beso querida Isabel
Eres única lo que te propones lo consigues. Yo con unas cuantas palabras con sentido tengo suficiente, las demás me sobran.Es un reto para mi.
ResponderEliminarSiento no visitarte con más frecuencia,tu ya lo sabes.
Un abrazo muy fuerte.
¡Qué genial! Las clavaste, amiga, siendo Isabel romana, ya se puede escribir microbiografías, con 100 palabras exactaso cartas tan bellas y confidenciales como ésta...ya podrás.
ResponderEliminarUna belleza de carta y todo un reto.
Besazos.
Buenìsimo, me encantó. Deveras que yo quisiera escribir 100 palabras diariamente.
ResponderEliminar(Al menos, el Twitter me obliga con 140 caracteres).
Besotes.