No me apuntes, Niño. Si estás impaciente por disparar tu arco, si ansías encender pasiones, búscate otra víctima. Aún recuerdo cómo me hiciste enloquecer de amor por Lucio y te lo digo: más me hubiera valido enamorarme de una estatua de mármol de Paros.
NOTA: Queridos amigos, os dejo en enlace con la crítica que ha sacado El placer de la lectura sobre "Dido reina de Cartago".
*Detalle de escultura de Cupido. Exposición “La belleza del cuerpo” en el MARQ (Museo Arqueológico de Alicante) Foto: Rafa Lillo
**Naranjos protegidos del frío invernal en Villa Borghese. Roma.
**Naranjos protegidos del frío invernal en Villa Borghese. Roma.
Me ha hecho sonreír. !Que enfadada¡
ResponderEliminarBesos
Disparara igualmente. Es muy travieso. En cuanto estamos desprevenidos, alla lanza la flecha. Ni las armaduras nos protegeran contra ellas.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
Bisous
Es que el niño muchas veces falla o nos gasta bromas de mal gusto con eso de las flechitas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues yo quiero que el niño me dispare y acierte de lleno. ¡Qué le vamos a hacer!
ResponderEliminarUn besito
Con ese arco, estamos a salvo...lo malo es, efectivamente, el frío.
ResponderEliminarVi al delicioso Eros en Alacant, y por suerte no me hirió con sus dardos, ayyy, que herisa estoy desde hace 35 años...uyyy, dolor dulce. Bsito sin flechas ni dardos.
ResponderEliminarAyy menos mal que yo estoy cubierta.
ResponderEliminarSiempre olvido decirte que las fotos son hermosas. Un abrazo para Rafa Lillo.
La frialdad, tienes toda la razón, es mucho peor.
ResponderEliminarBicos
¡Muy cierto! Lo peor es la frialdad. Comparado, hasta el odio puede tener su aquel...
ResponderEliminarsaludos.
...Una vez lanzada la flecha con mortífero efecto, el alegre niño se va gozoso a buscar una nueva víctima...
ResponderEliminarSin pensar que a veces se olvida de flechar a quien cuya correspondencia desearíamos ;)
travesurillas del niño.... Que a nosotros no nos 'divierten' tanto jaja
Besos miles...
El frio también hace daño. Además el niño es caprichoso.
ResponderEliminarBasos Guillermina
Haz hecho perfecto el poema de la despechada, gracias a Dios éste cupido que te apunta por ser de mármol es SORDO así que estáte preparada.
ResponderEliminarEl amor es caprichoso, pero es extraordinario vivirlo.
ResponderEliminarextraordinario e imperdible.
ResponderEliminarbuenisimo! me encantó...
ResponderEliminar.
ResponderEliminar...más de una vez he sido impactado por sus traviesos y certeros dardos... y buena me la han hecho... jajaja (no me puedo quejar)
bonita entrada
Saludos mi querida Isabel
.
Eiskalt!
ResponderEliminarEs cierto, y la comparación con la estatua de mármol de Paros, es bellísima.
Besos
Esas flechas de Cupido que, a veces, nos dejan helado el corazón...
ResponderEliminarBesicos.
Lo cierto es que es muy bello... ¿quién se podría resistir a sus flechas?
ResponderEliminarun beso
Hola Isabel!! Que gusto verte de nuevo, tienes razón el tiempo es muy escaso y a mi me pasa lo mismo también.
ResponderEliminarPero aún no encontrandonos te llevo en mi corazón y no te olvido.
Ya he visto el enlace que me has dejado, y sabes que me alegro muchisimo que el libro siga creciendo, es extraordinario y sobre todo para ti su autora.
Al mirar el cielo azul a Cupido descubrí,
disparaba con sus flechas pero el blanco ni le ví.
Tal vez yo o tal vez tú, tal vez a ti te alcanzarán,
pero ya te darás cuenta pues se clavan de verdad.
Ya lo creo que se clavan, no abandonando nunca más...
Y si abandonase repitiriamos...
Feliz semana para ti.
Te dejo como regalo un abrazo de sonrisas para compartirlas con aquellos que no las encuentran.
Marí
Buenos días Isabel. Hace tiempo que no puedo ni pararme a saludar pero te aseguro que visito regularmente tu "casa" y sigo disfrutando de tus escritos.
ResponderEliminarEn esta ocasión no estoy de acuerdo: siempre he pensado que prefiero sentir, aunque sepa seguro que más tarde habré de sufrir, que no sentir. Mientras siento, aunque sea dolor, estoy viva. Ya tendré tiempo de no sentir cuando me muera.
Saludos
Al final el niño hará lo que quiera.
ResponderEliminarUn saludo
Qué impertinente que es cupido, por dios.
ResponderEliminarPd.- Por cierto; ¿Cómo le va la vida a Dido a estas alturas? Sonrío.
¡Cuánta razón tienes!
ResponderEliminarYa lo decía Góngora, en versión de Paco Ibáñez:
"Ciego que apuntas y atinas,
Caduco dios, y rapaz,
Vendado que me has vendido,
Y niño mayor de edad,
Por el alma de tu madre
Que murió, siendo inmortal,
De envidia de mi señora,
Que no me persigas más.
Déjame en paz, Amor tirano,
Déjame en paz."
Un saludo.
ohhh me temo que dispara a ciegas, al azar...
ResponderEliminary que no atiende peticiones en ninguno de los sentidos...
besos!
Tantas son las veces que hubiese preferido amar un pedazo de frìo màrmol amiga mìa!!!!
ResponderEliminarP.D.:Pero ya ves,CUPIDO con sus flechazos algùn dìa tal vez acierte...
BESITOS ESCEPTICOS
Aun heridos de muerte, no renunciamos a amar...
ResponderEliminarSaludos afectuosos querida Isabel
Frialdad de mármol, corazón de piedra, amor que petrifica las almas,granito en las manos que acarician y duelen. Frio de los tiempos y del pasado que rezuma agua, solitaria.
ResponderEliminarMagnífico.
ResponderEliminarQué buenas entradas haces, querida Isabel, aunque estoy insoportable vengo a visitarte y me sereno.
Un abrazo,
Es que a veces los niños son todo un caso, más armados con arco, flecha y amor! ;)
ResponderEliminarBikiño Isabel...bonitos días.
Hay estatuas de mármol que dan más calor que algunos amores. Y al menos son bellas. Para siempre.
ResponderEliminar...pues a mí me acertó de lleno...
ResponderEliminarruega por que deje de llover, tú que tratas de tú a tú a los dioses del Olimpo...
besotes
Parece que cupido me tomó para sus prácticas del tiro al blanco y nunca falla, siempre directo al corazón, ya ni caso le hago...condenado estoy.
ResponderEliminarMi abrazo escritora, me alegra el crecimiento de tu obra dentro de la crítica literaria, que lo logrado hasta ahora se multiplique!!!
Querida amiga,
ResponderEliminarqué preciosa historia: cuánto en tan poco...
Feliz tarde.
Esos flechazos que encienden la sangre. Las críticas son cada día mejores. Abrazos.
ResponderEliminarCupido como todo niño, es voluble y caprichoso. Prefiero el amor de Anteros y su influencia sobre Cupido.
ResponderEliminar¡Que agradable es disfrutar de tu prosa y de las fotos del blog!
PD: ya he visto que Ventura ha dado señales de vida. Ya le dije que la echabas de menos. Buen fin de semana.
Malo cuando un amor ha de calentarse.
ResponderEliminarUn abrazo y me voy a leer la crítica
Quizá sea peor la frialdad, pero el hecho de que dispare a ciegas sus flechas ocasiona no pocos sinsabores.
ResponderEliminarBesos
Si haria bien en guardarse un ratito el arco en mala parte, o lamar nuevamente a mi hermana (desaparecida en accion parece ultimamente) asi deja en paz a la gente y que cada cual le eche el ojo al que mas le guste.
ResponderEliminar.
Con respecto a tus dichos, estoy viendo de que me puedo disfrazar para meterme en el "Elcano" cosa que me descubran recien cuando va de vuelta a España. Con un poco de pintura podria pasar por un mastil...
Isabel, es verdad, me hubiera valido no salir del tezontle.
ResponderEliminarAbrazos arqueados.
Sergio Astorga
jajaja, qué bueno!!! enhorabuena por el éxito de tu novela!! abrazos
ResponderEliminarTampoco a mí me apuntes...tengo estatuas y mármoles para cien vidas de amor no correspondido. Jajajajaá!
ResponderEliminarImperdible la crítica de "El placer de la lectura"!!!
Un fuerte Abrazo Querida Isabel!!!
Lo que has escrito hoy me recuerda mucho a un poema que escribí hace tiempo "no quiero más estatuas en mi jardín pequeño"...Me ha emocionado comprobar ese lugar común entre amabas...bueno guapa, que tu novela se vaya abriendo paso, lo mereces.besazos
ResponderEliminarQuerida Isabel:
ResponderEliminarAquí vuelve asomarse el temible Niño, directo al corazón y certero como sólo él sabe, ay, viertamente puede ser más rentable a veces enamorarse de una estatua de mármol. Cupido, Cupido, mira bien a ver qué haces...
Te felicito una vez más por la repercusión que está alcanzando tu extraordinaria novela histórica llena de sentimientos y pasión, sea dedichado Eneas y no Dido porque ella supo amar.
¿Cuándo te vamos a poder ver por Madrid? Ojalá fuera posible.
Besazos.
Cuando Cupido tira sus flechas debería de tirarlas a las dos personas al mismo tiempo pues no hay amor más doloroso que el que no es correspondido.
ResponderEliminarBuen fin de semana
Amiga Isabel,
ResponderEliminarEs éste, el tuyo, un escrito enigmático. No sabemos quién es quien manifiesta el deseo de no ser herido por Cupido. En todo caso, hay que tener cuidado con que a uno no le pase lo que a Pigmalión: que la estatua y Pigmalión tienen un comienzo muy bonito, pero también un final desgarrador. Y si no, repasemos un poco la leyenda de Mirra, tan bien explicada en el Libro Décimo de Las Metamorfosis de Ovidio (243-502).
Buen fin de semana, querida Isabel.
Antonio
Excelente post y la crítica de el Placer de la lectura me llevará a buscar tu libro y lanzarme a a la eventura de saber todo ese viaje de Dido y la narración de la anciana a su escriba.
ResponderEliminarBesos y gracias siempre por crear!
Veo que te hacen muy buena crítica de "Dido..." Enhorabuena.
ResponderEliminarSiempre me cayó bien Cupido...
Un abrazo.
Desde luego que algunas estatuas de mármol transmiten más sentimientos y hacen sentir mejor que algunos Lucios. Qué magnífico texto Isabel!!
ResponderEliminarUn beso!!
Cupido es un niño al que le place jugar, y así nos deja.
ResponderEliminarExcelente la crítica de "Dido..." es un placer leerte siempre, tu casa tiene un fuego sagrado, donde dan ganas de sentarse alrededor.
Un beso querida Romana.
M.
La frialdad, el hielo, la falta de pasión...
ResponderEliminarSí, es preferible amar a un objeto.
Un beso
Lala
Ay el amor, que cuando cálido resulta reconfortante, pero cuando el ser amado no corresponde como debiera y se muestra frío e indolente...Mejor que Cupido se ahorre la flecha en ese último caso.
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