Tras la derrota que le habían infligido las tropas de Octavio y Marco Antonio en la batalla de Filipos, Bruto decidió quitarse la vida arrojándose sobre su espada. Unas noches antes, se le había aparecido el espíritu de César, a quién él había asesinado junto con otros conspiradores. Así narra Shakespeare la muerte de Bruto:
“BRUTO: ¡Adiós, querido Estratón! (se arroja sobre su espada) ¡César, aplácate ahora! ¡No tuve para tu muerte la mitad de deseo que para la mía!”
W. SHAKESPEARE.- “Julio César”
NOTA 1: Esta frase es para reflexionar... Podéis ver algunos posts relativos al asesinato de César: Incidente en la fiesta de los lupercos; Víspera de un asesinato; Calpurnia recibe el cadáver de César; Discurso fúnebre de Marco Antonio según Shakespeare; Fragmento de la película de mankiewicz, discurso de Marco Antonio
NOTA 2: -Queridos amigos, este blog ha superado las 400 entradas y las 300.000 visitas. Gracias por vuestra compañía.
Que apasionante hubiera sido poder vivir aquellos momentos.
ResponderEliminarSaludos.
Todo acto tiene su consecuencia en todos los tiempos.La conciencia es incontenible aun en los más duros.
ResponderEliminarUn abrazo venerable dama.
Estimada Isabel,
ResponderEliminarNo sé la razón, pero al leer el texto me ha entrado cierta añoranza de esos idealizados tiempos, en los que, incluso, los más rufianes tenían cierto código de honor y conducta ¿No deberían nuestros políticos interiorizar ciertos comportamientos honorables?
¿De qué le sirvió a Bruto participar en una conspiración de la que no obtendrá nada bueno a medio plazo?
ResponderEliminarQuien a hierro mata...
Un saludo.
Su conciencia tenía filo.
ResponderEliminarLas trescientas mil visitas son las que te mereces, como mínimo.
Enhorabuena por el éxito obtenido, tu blog es realmente magnífico y además nos culturiza.
ResponderEliminarReferente al discurso de Marco Antonio, segun Shakespeare, es una de mis piezas favoritas. Eso sí en versión original, pues tuve la fortuna de aprender a leer en inglés antes que en español. Un fuerte abrazo.
300.000 visitas, toda una hazaña.
ResponderEliminarEn defensa de Bruto, puedo decir que durante los años de la Revoluciòn Francesa, Bruto fue considerado como un santón laico y Bruto due el nombre más usado para inscribir recién nacidos en el Registro Civil.
Besos.
La concienca es como el acto más puro, no miente, solo nos habita.
ResponderEliminarBesiño grande Isabel.
Perdona, Isabel, creo que hay un pequeño lapsus (a todos nos pasa) en tu interesante -como siempre- texto. Creo que habría que cambiar infringido por infligido.
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel, felicidades por tus centenarias entradas.
ResponderEliminarUn acto y sus consecuencias, privilegio de la literatura.
Abrazo de compañía.
Sergio Astorga
Esa frase nos crispa, sólo un genio como Shakespeare (o quien escribiera en su nombre) pudo resumir en forma tan absolutamente magistral, dos muertes, la traición y esa derrota.
ResponderEliminarQuerida Amiga:, 400 entradas y 300.000 visitas, me dicen lo que vi hace años, cuando llegué (por el título) a tu blog por primera vez, y te leí: Isabel Romana, chica talentosa y trabajadora, tenés toda mi admiración!
Un Enorme y Cariñoso Abrazo!!!
Madame, qué genial Shakespeare!
ResponderEliminarNunca se pasará de moda. No importa cuantas veces se lea o se vea representar, siempre esta vivo.
La frase que hoy nos deja es de las inmortales!
Enhorabuena por ese record de entradas y visitas, madame. Hoy alcanza una hermosa cifra que espero siga multiplicandose.
Buenas noches
Bisous
Gran texto.
ResponderEliminarFelicidades por el récord de entradas y de visitas. Son bien merecidas, y gracias a ti por este blog.
Besos.
Qué enorme siempre Shakespeare, unas palabras y la belleza, el dolor de ser hombre unidos y en estado puro.
ResponderEliminarY tanto que estas palabras son para reflexionar: la conciencia sacudida por el espíritu cuya vida fue segada... el filo de la punzante espada como única medicina.
Queria Isabel, qué maravilla de cifras las que nos ofreces, tu blog se las merece, es una auténtica joya.
Me alegro mucho de la vida intensa de "Mujeres de Roma" y por supuesto de la silueta de Dido en el Mediterráneo, ¡y sigue invicta!
Te envío un gran abrazo, querida amiga.
Siempre me ha gustado el Bruto de Shakespeare. En su pluma, se entienden las pasiones y se revive la historia con auténtica emoción.
ResponderEliminarEnhorabuena por esas cifras. Las mereces.
Un beso enorme, querida Isabel.
Si con eso hubiera podido devolverle la vida...
ResponderEliminarEnhorabuena por tu duradera y agradable compañía, Isabel.
Besos.
Enhorabuena por los textos, por las fotos, por las entradas, por las visitas.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Isabel, muchas felicidades por el gran número de visitas y de entradas. Es un verdadero placer poder leerte.
ResponderEliminarUn beso
¡¿Cómo no iba a ser así, querida Isabel?! Pocas veces se da gratis la vida y la visión de la vida.
ResponderEliminarShakespeare fue un mago. Si hablaba por Bruto, Bruto se engradecía.
Buena manera de morir para Bruto, al menos no fue asesinado a manos de los suyos, sino que lo hizo él solito, como debía ser después de lo que hizo, acabar con el gran César.
ResponderEliminarUn besito.
Felicidades Isabel por el muy merecido éxito de tu blog... y que culpas muchos más.
ResponderEliminarBicos
Isabel, bellísimos y amargos instantes los de Bruto ante la muerte dada por mano própia.
ResponderEliminarGestos aquellos que impríam caracter romano, honor, dignidad...
Me ha parecido, siempre, que Bruto obró desde la más profunda convicción al matar a César, no mató a Julio a quien amaba, eliminó a César el posible tirano. Cualquier acto humano comporta consecuencias, Bruto asumió las suyas !ave! No es frecuente hoy en día, cuando lo que prima es escabullir el bulto, negar, ir tirando ausentes de cualquier ética.
!Salve! Isabel por traerme ese gesto triste y lejano.
Te invito, si te apetece, a leer en mi blog algo de ese perfume antíguo, Troya en relato del jueves.
Deseo que tus proyectos fructifiquen aunque no lo dudo, cosa hecha por merecida. Besos.
Un final propio de samurai, como estarán pensando muchos lectores. Derrota y muerte, fracaso y olvido deseaba Bruto a la hora de lanzarse sobre su espada, pero aún con todo su último pensamiento voló hacia César. Paradojas del destino.
ResponderEliminarBesos
¿ Una muerte y un final merecido ?
ResponderEliminarBesos desde Málaga.
( los numeros no mienten :toda una victoria romana )
Una hermosa perla para festejar las 400 entradas y los miles de visitantes. Abrazos.
ResponderEliminarEn un par de días espero conocer a Dido (ya lo leí). Y sobre todo, a ti.
ResponderEliminarUn abrazo
Si es que era muy Bruto.....
ResponderEliminarjajajaja
Saludos y un abrazo.
La de Bruto es una figura que nunca me canso de revisitar. Estoy convencido que el personaje que ha transcendido no es muy parecido al real.
ResponderEliminarUn abrazo
Para un romano lo más honroso era poder disponer de su propia vida...
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades.
Tengo mucho sueño pero tenía que leer sobre Bruto. Me gusta saber de Roma a través de tus palabras
ResponderEliminarUn beso muy grande
Felicidades por tus 400 entradas!
ResponderEliminarQue sigan muchas más.
Un saludo.
¡Pobre Brutus! Saludos.
ResponderEliminarQue acertadas palabras las del maestro SHAKESPEARE!!!!
ResponderEliminarY asì,con su lìrica todo lo envuelve...
BESITOS AMIGA QUERIDA :)
Huy, este Shakespeare siempre teatralizando las cosas, jajaja, me imagino que las últimas palabras de Bruto quizás no habrán sido tan rimbombantes, pero quedaba tan hermoso expresado de esa manera...Y no critico al dramaturgo anglosajón por excelencia, que es uno de mis favoritos y pocas de sus obras me quedan por leer, sino, justamente porque le conozco y porque sé de su tiempo y de su obra y de cómo el público escuchaba, ávido, sus parlamentos, provistos de la pompa y circunstancia que esa concurrencia demandaba, me atrevo a bromear con el tema. Otro beso, mi querida Isabel y muy feliz domingo.
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