miércoles, julio 27, 2011

TODO ESTÁ PERDIDO


(XXV)En el salón principal de la cabaña real el nerviosismo había desaparecido y los consejeros, de pie, charlaban en pequeños grupos durante el descanso que había propuesto el rey. La conmoción causada por el anuncio de Amulio de que se había cometido un sacrilegio había sido enorme y, por ello, al diluirse esa impresión, se había calmado el miedo a la ira divina y los consejeros respiraban aliviados.
Los argumentos de Númitor habían sido convincentes, pues era cierto que la conducta de Rea Silvia había sido siempre intachable, no salía jamás de la casa de las vestales sin compañía, ni se adornaba o enjoyaba como otras. Además, ¿a qué joven se le hubiera ocurrido acusar a un dios de haberla preñado, de no haber sido cierto? Camilia, por su parte, los había tranquilizado mucho al recordar la promiscuidad de los dioses y – aunque esto no lo había dicho – su predilección por las jóvenes vírgenes. Quizá a partir de entonces ese dios, ya fuera el propio Marte u otra divinidad que habitara el bosque donde se había cometido el estupro, protegería de manera especial a los albanos.

Ese era el estado general de ánimo entre los consejeros y lo que había inducido a Amulio a interrumpir la reunión. Lo ahogaba la cólera. Desde que había destronado a Númitor había procurado no pensar en él, olvidarse de su existencia. Pero el empeño de Criseida y de Anto en hacerle venir a la boda había avivado en su corazón viejos rencores y el encontrarse con él cara a cara esa mañana lo había alterado mucho.
Ya desde que estaba en el vientre de su madre, Amulio había envidiado a su hermano Númitor. Envidiaba su bondad, aunque la despreciara; su buen sentido y equilibrio, aunque los tachara de debilidades; el aprecio que había gozado entre los albanos, aunque lo juzgara innecesario, porque él prefería gobernar por la fuerza. Le envidiaba a su esposa Aurelia por su tranquila serenidad, le envidiaba a su hijo por haber sido varón, y le envidiaba a Rea Silvia sin motivo alguno, sólo por ser hija suya.

Pese al sufrimiento y al dolor que Númitor padecía, pese a su aislamiento, su pérdida de poder, su vida retirada, su hijo muerto, Amulio lo envidiaba. Quería carecer de lo que carecía Númitor, tener exactamente lo que Númitor tenía, incluido un hermano menor y corroído por la envidia como él. Amulio quería ser Númitor. Y la imposibilidad de alcanzar ese deseo ilusorio, insaciable, inalcanzable, destructivo, lo revolvía contra su hermano y sólo se aplacaba temporalmente infligiéndole un daño cada vez mayor. Y ¿qué herida más grande podría causarle que hacer ejecutar ante sus ojos a Rea Silvia?


Se sentó en el trono con el rostro sombrío, ordenó a los demás ocupar sus lugares y se reanudó la sesión. Ya había caído la noche, así que ninguna luz entraba del exterior por los respiraderos junto al techo y las puntas de las vigas que, apoyadas en la viga cumbrera, sustentaban la paja de la techumbre se perdían en la oscuridad. Sólo ardían seis antorchas, pero su humo negro y el calor que desprendían cargaban el ambiente dentro del salón.

- Hay un asunto que me preocupa, Númitor, y que, por su importancia, deberíamos estudiar entre todos – dijo en tono muy moderado el rey –. Como sabes, este asunto aún no ha trascendido, pues hemos guardado reserva sobre él. Sin embargo, en algún momento habremos de hacerlo público y no será fácil explicar a los albanos que una vestal va a ser madre y que yo, como rey, y vosotros como consejeros, no la hemos castigado como ordena la ley. Podemos decirles que algunos dioses, como nos ha recordado oportunamente la Vestal Máxima, tienen tendencia a violar a las vírgenes, y ese parece ser el caso de Rea Silvia. ¿No es así?

Númitor asintió con un gesto de la cabeza, conteniendo el aliento. Había mucha tensión refrenada en la actitud del rey que se adivinaba en el brillo excitado en sus ojos, en la contracción de la boca.
- Ella misma ha explicado que se le apareció un joven esplendoroso con apariencia divina y la poseyó. Siendo así, los albanos se preguntarán por qué lo ocultó tu hija. ¿No hubiera sido mejor anunciarlo en ese mismo momento? Hubiéramos podido tomar alguna medida inmediata para honrar al dios: quizá marcar como un lugar sacro el sitio concreto de su aparición, hacerle una ofrenda para ganarnos su favor o, incluso, registrar los alrededores de la fuente sagrada por si quedaba algún rastro de su semen divino que, sin duda, tendría propiedades curativas y mágicas. ¿Por qué no lo dijo entonces?

- No he hablado directamente con ella, sino con su madre – respondió Númitor –, pero es fácil suponer que debió sentirse muy confundida y asustada.

- Lo creo. ¡Si ya debió ser una experiencia espeluznante que se le apareciera un dios, tanto más lo sería que la poseyera allí mismo, donde cualquiera podía sorprenderlos! Sobre todo porque ese día los bosques en torno al santuario de Júpiter estaban repletos de jóvenes latinos buscando leña para encender la hoguera ritual en la cima del monte.
Los rostros de los consejeros se habían puesto rígidos. A ninguno se le escapaban las implicaciones de las palabras del rey ni su tono burlón pero cargado de amenazas. La Vesta Máxima estaba inquieta y la expresión de Númitor parecía tallada en un bloque de mármol.

- Cualquier muchacha de su edad se habría comportado de una manera semejante – intervino Camilia.

- A condición de que la hubiera violado un dios, claro – dijo Amulio –, porque si lo hubiera hecho un mortal lo habría denunciado enseguida y exigido la reparación del matrimonio. Rea no lo denunció en su momento porque era vestal y, tal como ha explicado su padre, estaba confundida. Lo que no entiendo es por qué, cuando supo que estaba encinta, tampoco lo dijo. ¿Seguía teniendo miedo?
- ¿Y quién no lo tendría? – dijo Númitor –. Hasta vosotros, que sois hombres curtidos en el campo de batalla, temblaríais ante la amenaza de un castigo tan cruel como el que aguarda a las vestales si faltan a su castidad.

- Tú lo has dicho: si faltan a su castidad, algo que evidente ha hecho Rea Silvia. Así que ella no tenía confianza en ese dios, ni en su capacidad para protegerla – intervino de nuevo Amulio –. ¡Debió ser un dios de escasísimo o nulo poder! Por eso, porque no cree en el dios que la preñado, ha fingido estar enferma durante tanto tiempo. Por eso se ha presentado hoy en la boda de mi hija ocultando su vientre y con el cuerpo pintarrajeado para engañarnos; por eso ocultó su estado a la Vestal Máxima.

- A los seres humanos nos es imposible entender hechos prodigiosos como éste – replicó Númitor –. Precisamente los llamamos así porque se salen de lo conocido y experimentado antes, están fuera de nuestra comprensión.
No sabemos por qué un ternero puede tener dos cabezas, o una cerda amamantar a un cachorro de perro, o por qué una luz brilla en la noche en lo alto de un poste sin que haya antorchas. Pero esos prodigios existen, los vemos o hemos oído hablar de ellos a personas en cuya veracidad confiamos. Así, aunque no comprendamos con exactitud lo ocurrido, ¿por qué no habríamos de creer a Rea Silvia?

- Te diré lo que creo yo – dijo Amulio poniéndose en pie con brusquedad y señalando con el dedo a su hermano – : creo que tu hija es una mentirosa; creo que ha faltado a su castidad a propósito y no en brazos de un dios; creo que lo ha hecho en connivencia con tu mujer y contigo, que sois sus cómplices si no sus instigadores; creo que lo habías planeado para perjudicar a Alba Longa ahora que la gobierno yo; creo que eres un traidor de la peor especie y un mal padre…

- ¡Ya basta, Amulio! – le interrumpió Númitor –. Ese trono no te da potestad para hablarme así ni para verter acusaciones tan innobles. Aunque seas el rey, sigo siendo tu hermano mayor y tengo la autoridad de la edad.
Se sentó de nuevo el rey y siguieron unos instantes de silencio abrumador, en los que sólo se oía el crepitar de las antorchas y, lejana, una música de siringa. Los miembros del consejo permanecían mudos, sin pestañear ni mirar a ninguno de los hermanos, sobrecogidos por ese enfrentamiento tan brutal. Una idea se estaba instalando en sus mentes: el rey Amulio no renunciaría a su pretensión de castigar a Rea Silvia y no por razones de justicia, sino por odio.

- Rey Amulio, nobles consejeros – dijo Númitor tras hacer una pausa para recuperar la serenidad –, dentro de poco mi hija dará a luz. Le faltan apenas unas lunas para llegar al término de su embarazo. El dios Marte le reveló que pariría dos hijos varones, según ha declarado ella. Esperemos, pues. No la condenéis de antemano. Si resulta que de su vientre nacen dos gemelos, sabremos que ha dicho la verdad.

- Es una petición justa – dijo Camilia.

- Es una nueva trampa para ganar tiempo – replicó con gran frialdad Amulio –. No dudo que sabrías arreglártelas para engañarnos también en eso, buscando a otro recién nacido para presentarlo falsamente como gemelo, o
inventando nuevos embustes. Tu hija es maestra en artimañas. Esta es mi decisión: en cuanto haya parido tu hija ahogaremos en el río al fruto de su sacrilegio y a ella se la azotará con varas hasta la muerte. Entre tanto, Rea Silvia quedará bajo mi custodia en un lugar secreto. Y aún debes agradecerme que, por ser de mi propia sangre, la ejecución de esa impía se lleve a cabo privadamente, en lugar de en la plaza pública.

De nada sirvió que Númitor se arrojara a los pies de su hermano implorando clemencia, ni que la Vestal Máxima Camilia le instara a reconsiderar su decisión, ni que los consejeros guardaran un reprobador silencio. Sólo Criseida, bajo una capa de fingida indignación por el embarazo de Rea Silvia, exultaba de cruel gozo como su marido.



39 comentarios:

  1. El odio es una pasión que obnubila a quien lo padece. Quien lo siente, no descansa, como no descansará Amulio hasta ver muerta a Rea Silvia y hasta humillar a su hermano hasta extremos brutales.
    Ojalá el Consejo sea consciente del móvil único de Amulio: el odio, y se alcen frente al rey.

    De nuevo, la oratoria está sabiamente medida, querida narradora, llena de tensiones.

    Mal me veo si he de quedar al cuidado de mis tíos. Mi destino es cruel y sólo me conforta la música salida de la siringa de mi amiga Palantea.

    Miles de besos, Isabel.

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  2. Es tremenda la situación, lo único que consuela un poco es que Rea va a seguir viva por lo menos hasta el parto,pero entonces ¿qué sucederá? y mientras...

    Besitos, Isabel

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  3. Despues de crear tantas emociones fuertes, toca descansar al genio. Un abrazo

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  4. Con que asi queda la historia en suspenso. Era de suponer que no se podia esperar otra cosa de ese par de pajaros, pero no me caben dudas que en el tiempo que falta, muchas personas van a ponerse a pergueñar algo para salvar a Rea Silvia. Como que Faustulus se entere de lo hecho por Pratex nomas....
    Con lo creido que son, desprecian a la gente humilde y no saben cuanta ayuda pueden prestar.

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  5. Que cantidad de tintes van apareciendo en el relato y que apasionante se torna todo a pesar de las determinaciones!!

    P.D.:De aquí en adelante REA SILVIA estará librada a la suerte que le deparen los Dioses... ¬¬?

    BESITOS INTENSÍSIMOS AMIGA
    Y te felicito por sostener ta afiladamente tu puño! =)

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  6. Algo bueno ha de pasar, no sólo que te vayas de vacaciones. Ese embarazo tiene una fuerza especial, una marca que hará que Rea Silvia esté más protegida de lo que creemos.
    Nos dejas en ascuas, sí, pero la crueldad de Amulio y Criseida no es obstáculo para la gloria que se avecina.
    Sigamos esperando, que tu mano descanse y te llenes de energía, querida Isabel.
    Un abrazo.

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  7. ¡Pobre Amulio! la envidia crónica que le tiene a su hermano, no dejará que sea nunca feliz y si eso fuese poco, la que tiene a su lado, menuda hiena es la tal Criseida.
    Bicos

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  8. Dilecta Isabel, que tengas felices vacaciones, que disfrutes y reposes, que te acompañen las Musas y las Ninfas, pero...nos dejas sin consuelo en el centro de la intriga. ¿Podremos esperar? Si, no pases cuidado, aquí estaremos.

    El odio visceral que siente Amulio hacia Numitor avanza un fratricidio semejante al que vendrá, como si los Hados hubieran tramado una suerte de maleficios para esa estirpe. Ahora parece que Rea está el peligro inminente, sin esperanza ninguna, pero...no avancemos acontecimientos, te toca a ti deleitarnos con esos capítulos, añoro ya tus letras.
    Un besito cariñoso desde la mar galega y a bordo de una nave rumbo a Mesina, la vela con el león de Richard.

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  9. No sé como te atreves a irte de vacaciones y dejarnos así...
    Por mi parte, te perdonaré y me pasaré las noches mirando hacia Géminis, mi signo, admirando a Castor y Polux...

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  10. disfruta de ese merecido descanso...intentaré que mis uñas lleguen intactas al momento de tu regreso...

    besos Isabel linda

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  11. Protesto!
    Exijo un 15M en Alba Longa y que hable el pueblo! No ven que ese Amulio es malérrimo?
    Lo verán los consejeros, o estarán cegatos perdidos?
    Rea Silvia no puede quedarse ahí con ese par de víboras! Grrr...


    Un beso
    :D

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  12. Intrigas y más intrigas. Indignación de indignos. Sufrimiento en lugar de satisfacción por un acontecimiento querido.

    Estupendo, Isabel.

    Un fuerte abrazo.

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  13. Esto me gusta. Está perdida esta familia. Mi sentencia sólo les ha permitido esperar sufriendo hasta que llegue el momento y se haga justicia. Permitir una vestal en cinta, y qué será lo próximo. Y sobre todo, desaprovechar una oportunidad como ésta para hundir contundentemente a estos mequetrefes. Criseida y yo estamos muy satisfechos. Qué le vamos a hacer, somos así de perversos.
    Rey Amulio

    Y ahora a esperar nuevos acontecimientos. Besos.

    Salud y República

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  14. ¡Qué malos son los celos y la envidia! Ambos corroen lentamente la voluntad y el pensamiento de los que lo sufren. Les nubla el juicio y hace que van con malos ojos a sus semejantes, sobre todo al objeto de sus celos. Eso es lo que le pasa a Amulio con Numítor y me parece que va a ser imposible hacer que entre en razón. O llega el mismísimo dios a darle un pescozón o me veo a Rea Silvia en el patíbulo.

    Besos

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  15. Hola isabel martínez barquero, el odio y la envidia, que con frecuencia se confunden, son sentimientos autodestructivos, en mi opinión. De esos que hay que mantener muy alejados de nosotros, porque resultan letales: nos amargan la vida irremediablemente de una manera absurda. Así que Amulio pagará, ya lo creo que pagará... Un abrazo y mucho ánimo, niña Rea: llevas en el vientre el fruto del dios Marte y eso tiene que llenarte de fuerza y valor. Besitos.

    Hola elysa, desde luego Rea Silvia se enfrenta todavía a muchas dificultades, sin embargo tiene también muchos apoyos. ¿No tenía que hacerle Aiara unos amuletos? Y menos mal que le dio tiempo a encargarlos antes de caer en las garras del tío Amulio. Besos, querida amiga.

    Hola galería, ya lo creo que nos toca descansar. Y a los lectores, seguir leyendo y disfrutando para poder compartir sus impresiones a la vuelta. Besotes.

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  16. Hola alejandra sotelo faderland, cierto que los poderosos confían su suerte a su fuerza, a su capacidad para aplastar al contrario. Pero mira, David venció a Goliat, aunque este no es exactamente ese caso, pues quienes se oponen a los deseos de Amulio son los hados, muchímo más poderosos que cualquier mortal. Lo importante, ahora, es que Rea Silvia pueda resistir... Un abrazo muy fuerte.

    Hola gabu, me alegra saber que encuentras el relato interesante y con nuevos matices. A veces no sé si logro dar esa impresión de que la historia avanza, que ocurren cosas y el horizonte es cambiante. Un abrazo muy fuerte.

    Hola virgi, estoy contigo: en definitiva la historia de Rea Silvia es la de tantas otras muchachas (y muchachos también) que han de pasar por muchas pruebas para ir creciendo internamente y hacerse fuertes para afrontar su destino. Rea Silvia fue injustamente tratada en el pasado, pues pese a ser la madre de los fundadores de Roma no se la situaba en el nivel que le correspondía a la hora de repartir loas y parabienes. Hagámosle justicia nosotras... Procuraré descansar (ay, ya me pesa dejar de escribir)y volver con energías renovadas. Un abrazo muy fuerte.

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  17. Hola dilaida, como suele decirse, Amulio y Criseida son tal para cual. La ambición y el odio los unen por encima de cualquier otro deseo y sentimiento. Pero en el pecado llevan la penitencia porque, como muy bien dices, con el corazón cargado de odio es imposible tener una mínima felicidad. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

    Hola natalí tarraco, te aseguro que me hubiera gustado dejar más avanzada esta parte de la historia, sobre todo para no dejaros en este momento crítico, pero he visto que resulta imposible, pues necesitaría varios capítulos más y no tengo ya tiempo. En cuanto al odio, como bien señalas, ya en la actitud de Amulio se prefigura el drama que habrá de venir después. Que Eolo mande a sus vientos a hinchar la vela con el león de Richard. Un abrazo enorme.

    Hola mariajesusparadela, mirando a Cástor y Pólux apoyas abiertamente a Rea Silvia y a Camilia, pues también ellos fueron hijos de la lascivia de un dios... y de un marido. Un abrazo muy fuerte y hasta pronto.

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  18. Saludos, iralow, estoy segura de que tus uñas resistirán... O al menos, tienes que intentarlo: piensa que tenemos todavía mucho camino hasta que se funde Roma y tienen que durarte muuuuucho rato. Un abrazo, guapa.

    Ja, ja, áfrica, seguro que Amulio sería más sordo que una tapia ante el 15M o ante quien se le pusiera por delante: la envidia lo tiene ciego y sordo aunque, como ves, en absoluto mudo. Pero, ¡ay! ¿cómo aprenderíamos a crecernos si no tuviéramos dificultades? Un beso enorme.

    Hola antonio campillo, tienes toda la razón al señalar que ese odio de Amulio transforma un acontecimiento hermoso como es un nacimiento en un peligro añadido. Confiemos en Rea... Un abrazo.

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  19. Ah, que magnifico eso de que los dioses sintieran tanta veneracion por las jovenes virgenes...

    Magnifico.

    Como magnificas son las ilustraciones que adornan las palabras

    Un abrazo, amiga

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  20. Hola rey Amulio, ya puedes estar contento, porque te sales con la tuya, te quitas de encima a Rea Silvia y fastidias a fondo a tu hermano. Pues mira, que sepas que algunos pensaban que habías sido tú, disfrazado para no ser reconocido, quien había violado a Rea. "Y no por placer, sino por odio". O sea, que ándate con cuidado, no vaya a ser que tengan que darte varas hasta la muerte en el foro. Besitos, guapo.

    Hola carmenBéjar, desde luego que hace falta alguna intervención divina - o muy humana - para que este individuo no lleve a término sus planes malvados. ¡Menos mal que sabemos que Roma se fundó! Eso nos permitirá pasar mejor el verano. Un beso enorme.

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  21. La venganza parace estar cercana y tenemos la impresión que nada impedirá el castigo, pero creo que en las vueltas de esta hermosa historia, encontrarás el camino de la salvación. Abrazos.

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  22. Pues mucho me temo que esta vez todo está perdido. No puedo hacer otra cosa que seguir tocando mi siringa para servir de consuelo a Palantea.
    La crueldad de Amulio de cometer tres asesinatos, esperando a que Rea Silvia para, se volverá em su contra. La maldición se llevará a cabo.

    Un beso bien fuerte, escritora. Y felices vacaciones, también.

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  23. Esperaremos con ansia la continuidad del relato. Disfruta y descansa.
    Un abrazo.

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  24. Qué bien llevas todas estas pasiones tan humanas a término, aunque éste no sea el que nos gustaría. Ya nos habíamos encariñado con Rea y tememos lo que le pueda pasar.

    Abrazos

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  25. De nuevo por estos lugares y lejos de regocijarme me horrorizo al ver que el plan marcado no ha surtido el efecto esperado. Sólo cabe esperar un prodigio divino para que Fortuna devuelva el río a su cauce.
    ¡Y justo en este momento Isabel se va de vacaciones! Espero que descanses y lo pases bien, repone fuerzas y vuelve pronto por aquí. Te esperamos ansiosos. Un abrazo, Isabel.
    PD. Me encantaron las fotografías que me mandaste el otro día.

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  26. Y una predicción para el rey Amulio y su esposa (que viene como anillo al dedo jeje). No os apresuréis en terminar con la vida de Rea Silvia, pues será inútil vuestro empeño:

    "En los arcanos libros del cielo, esto leo:
    en las páginas de la muerte
    escrito está el nombre de la soberbia Roma.
    Algún día perecerá
    mas no por vuestra mano.
    Perecerá por sus vicios,
    consumida por ellos perecerá.
    Aguardad esa hora, la hora fatal
    en que sea cumplido el gran decreto.
    A la paz os conmino
    y siego el muérdago sagrado."

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  27. Bueno, no me extraña la indignación de Amulio al escuchar que era todo obra de un dios. Supongo que algo así resulta difícil de asimilar, incluso en aquellos tiempos. Aunque, desde luego, qué muchacha iba a acusar a un dios sin ser cierto? Aunque fuera un diosecillo con poco poder, sería de temer su ira.
    Criseida está viviendo un gran momento, pero ya se le terminará la fiesta.

    Descanse, madame, descanse ahora. Nosotros estaremos aquí a su regreso, para seguir la continuación de esta gran historia.

    Bisous

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  28. El problema de la sexualidad y la Religión es muy antiguo. Excelente extracto lleno de tensión y suspenso. Saludos.

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  29. Desde Bélgica leí, pero mi precaria conexión no me permitía comentar…
    Ahora me voy a Santander, espero tener allí un wiphy decente que me permita ver como sigue la cosa porque esto de que Rea Silvia quede bajo la custodia del tío no me gusta nada, nada…

    Un beso

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  30. Bueno, esperamos que no sea muy larga la espera, ya sabemos que Roma se fundo, si, pero la cosa es COMO!!!

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  31. Llego tarde porque no puedo aguantar la espera, soy tan impaciente. Beso.

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  32. Venir aquí es como llegar a la casa de la infancia, donde uno vuelve a sentir aromas y revivir recuerdos que devuelven sonrisas... añoranzas...
    Un placer pasearme por tus rincones amiga querida...
    te dejo un abrazo inmenso, con la admiración que me inspiras.
    Te quiero.
    Cristina.

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  33. Anónimo12:29 p. m.

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  34. Anónimo8:42 p. m.

    Hola Isabel, llego a tu casa de la mano de María Jesús Paradela. Le he comentado mi intención de ambientar mi próxima novela en la época de la conquista romana en España y que me estaba documentando, y ella me ha dado la dirección de tu blog. Realmente me parece muy interesante y sustancioso, tendré que ponerme al día poco a poco.
    Creo que estás de vacaciones, así que verás mi comentario a tu vuelta, mientras tanto, seguiré curioseando.
    Un afectuoso saludo.

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  35. LO primero, un fuerte abrazo tras el paréntesis vacacional. Poco a poco voy llegando a la normalidad tras unas cuantas semanas dedicadas a no dar un palo al agua.
    Lo segundo, ir poniéndome poco a poco al día con los amigos blogueros.
    Y al hilo de los últimos episodios del relato comentar que la cosa se pone tensa, encontrándonos, tras descubrirse "el pastel", con un gran duelo dialéctico entre dos personajes que simbolizan polos apuestos
    LA BONDAD, el amor paterno, el padre de Rea argumentando, proponiendo sensatez. Esperar a ver si son gemelos…
    Diametralmente opuesta se sitúa la malvada tía de Rea, simbolizando aquí
    LA MALDAD. Una mujer manipuladora, intentando ganarse el apoyo de las masas temerosas e incautas, su tía "querida"…

    Mal desenlace a no ser que ocurra un “milagro”.
    Un saludo.

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  36. Anónimo1:09 p. m.

    Buenas tardes, hemos encontrado su Web en Google y nos gustaría proponerles un intercambio de enlace (texto). Nos beneficiaría a ambos, mejorando nuestra posición en todos los motores de búsqueda.

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  37. Queridos amigos, retorno pronto a la actividad del blog, (he tenido el pc en revisión durante unos días), trataré de visitaros cuanto antes. Un abrazo.

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  38. Querida y venerable dama,el suspenso no puede ser mayor,que terrible es la envidia y el odio ,no reconoce ni los lazos de sangre,corrosiva al final acaba también con quien la siente...
    Esperando su regreso...
    Abrazos.

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  39. Que buena historia, queda claro como el odio logra crear aversión hay otros un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, enemistad y repulsión con un deseo infinito de evitar, limitar o destruir a su objetivo. Que buena historia ala que nos compartes y por mi parte es mucho de lo que aprendo con cada lectura por más corta que sea y me queda claro que no deseo guardar odio en mi por que deseo ser consiente de mis actos.

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