A Claudio Tiberio Germánico, llamado Británico, muerto un día como hoy.
Creciste huérfano de madre
con sólo medio padre como amparo y, en heredad,
un extenso imperio cuyo gobierno deseaban los ambiciosos.
¿Quién, desde siempre, tiene más poder: la tierna oveja o el lobo?
La respuesta es sencilla, pues te clavaron sus colmillos espumeantes
la víspera de tu decimocuarto cumpleaños.
*Foto de una escultura de Mesalina y Británico, tomada de internet.
NOTA: Británico murió el 11 de febrero del año 55 d.C. Califico al emperador Claudio como "medio padre" porque, siendo su padre biológico, no lo supo apreciar ni defender. Os dejo un enlace a Wikipedia para quien tenga curiosidad por saber quien fue este joven asesinado por Nerón.
Que increíble es saberla a ROMA siempre teñida de especulación y kilómetros de ambición difícil de saciar!!!!
ResponderEliminarBESITOS AMIGA MÍA
Lo de "catorceavo" me recuerda a Javier Solana ¿No será decimocuarto...?
ResponderEliminarAy, el latín, el latín...
Pero siempre, más tarde o más temprano, se hace más fuerte al que le falta un trozo de si mismo.
ResponderEliminarPobre Británico, que infancia y adolescencia tan triste.
ResponderEliminarHola gabu, cierto es que sobre Roma, como en cualquier otro centro de poder del mundo, siempre planeaba la ambición... Besos.
ResponderEliminarGracias por tu advertencia, m.monís, ya lo he cambiado. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola veronica leonetti, el pobre Británico no tuvo tiempo de hacerse fuerte. Se lo llevaron por delante... Resulta terrible lo que le pasó. Besitos.
ResponderEliminarHola lales, es verdaderamente dramático. Tenerlo todo y no tener nada. Quizá el hubiera preferido ser un plebeyo de los que trabajaban en el mercado.
ResponderEliminarComo tú dices la respuesta es sencilla, nunca una oveja mató a ningún lobo, que se sepa.
ResponderEliminarBicos
Pobrecito niño. No vino al mundo en el lugar adecuado para llegar a viejo. Quienes le rodearon no eran buena compañía.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Qué buen recordatorio. Pasados los siglos, las injusticias y los colmillos espumeantes siguen causando indignación.
ResponderEliminarQuien conoce la historia se conoce a sí mismo y a los que nos rodean.
Besazos, querida Isabel.
El camino de la deslealtad, el crimen, la envidia, el odio...aún no lo hemos abandonado.
ResponderEliminarBesos, querida Isabel
Pues vaya, después de leer la historia de Británico, sí que hubiera preferido no ser parte de la familia real, sí.
ResponderEliminarMenudos trajines se montaban para alcanzar el poder. Todos!
Un besito
Gracias, Isabel.
ResponderEliminarSaludos.
Más de una vez he pensado sobre la facilidad con la que se mataba en las civilizaciones antiguas, particularmente en la antigua Roma, donde las intrigas palaciegas terminaban con frecuencia en asesinatos de uno u otro. Pero lo cierto es que la historia de la humanidad -en cada época con su especialidad- el matarnos unos a otros ha sido una constante. Entre 1933 y 1945, por ejemplo, superamos con mucho todas las monstruosidades que las clases dirigentes romanas puedieron hacer. Creo que también hay una explicación añadida: la filosofía estoica, que había hecho mella entre las clases superiores, hizo que muchos no temiesen a la muerte como lo hacemos nosotros ahora (con la edad se va perdiendo) y ejemplos hay sobrados de cómo uno se quita la vida porque no puede soportar el dolor de una enfermedad, el otro acepta quitárseala dando cumplimiento a una sentencia; otros se enfrentan a peligros que saben le causarán la muerte con facilidad... y sin embargo se aceptaba como algo muucho más natural que hoy. Quea por saber si en esto hemos avanzado o retrocedido. Un saludo.
ResponderEliminarHola dilaida, desde luego las ovejas están lejos de matar a los lobos... y no aprenden. Besitos.
ResponderEliminarSaludos, la dame masquée, desde luego eran una compañía pésima. En cambio, algo sí debía tener él de positivo, porque el que luego sería emperador Tito se declaba buen amigo suyo e incluso dijo que estaba a su lado en el banquete en que lo mataron. No sé. Besitos.
ResponderEliminarHola elena clásica, sí que es un espejo extraordinario la historia, aunque a veces nos repugne mirarnos en él... Besitos.
ResponderEliminarHola virgi, ese camino, como sugieres, está de lo más concurrido. Otra cosa es cómo se mate hoy: a veces maltratando brutalmente el medio ambiente, explotando sin compasión a los más débiles, usando a enfermos del tercer mundo como conejillos de indias, y, en fin, algunas cosas mas que no quiero poner aquí... Besitos.
ResponderEliminarSí, áfrica, el poder tiene tanto atractivo que hay gente que no duda en llegar a él por los medios más perversos. Claro, no podemos esperar que una vez conquistado, lo ejerzan con humanidad... Besitos.
ResponderEliminarHola dyhego, gracias por pasar. Besos.
ResponderEliminarSaludos, L. de guereñu polán, tienes toda la razón al señalar cómo se siguen cometiendo crímenes y cómo cada vez el ser humano es más perversamente eficaz al hacerlo y más hábil en eludir toda responsabilidad, como estamos presenciando.
En cuanto a nuestra actitud ante la muerte creo que, en general, estamos atrasando, o al menos esa es la impresión que tengo. Por una parte, la sociedad niega la muerte, la oculta, parece que todo termina en el tanatorio y el funeral. Punto. No parece que haya duelo, ni pesares, ni nada que se le parezca, aunque supongo que cada cual lo vive en su interior, pero no lo manifiesta (o lo manifiesta poco) hacia afuera: no gusta mucho socialmente. Por otra parte, ese "pasar" de la muerte no deja de encerrar también su parte de temor. Creo que es más sano no temerla, porque es un paso más en el proceso de la existencia, pero mucho me temo que esa "ocultación" social de la muerte contribuya, aún sin proponérselo, a hacerla, si cabe, más temida e impopular. Besos, querido amigo.
Magnifica figura la del "medio padre"... Je,je,je...
ResponderEliminarEl Derecho romano tenia recursos para todo, incluso en el Derecho de Familia...
Un abrazo
Muy interesante. Me leeré este blog poco a poco.
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