"Me gusta bajar a la playa al atardecer, cuando los pájaros regresan al nido y sus alas se recortan oscuras contra el cielo rosáceo. Hundo los pies descalzos en el agua y dejo a las ondas acariciarme los tobillos. Me hace bien sentir su mansedumbre, oír el griterío de las aves y ver difuminarse en el horizonte la línea que separa mar y cielo. Pocas cosas desasosiegan tanto a una anciana como contemplar el mundo suspendido entre dos luces. A mí, sin embargo, no me atemoriza. Quizá porque es el momento del día más propicio a los recuerdos y, apenas se los convoca, acuden con rapidez.
- Vinieron por allí – le digo a Karo extendiendo el brazo hacia la derecha, en un gesto carente de precisión.
- Me lo has dicho mil veces, señora Imilce – me responde con cierto descaro –. Sal ya del agua, se te van a arrugar los pies.
- ¿Más aún? Anda, tráeme el lienzo para secarme. Y recuerda lo que te he dicho. ¿Lo has anotado en la tablilla?
No es mal chico y, según afirma su mentor, tiene buena letra. No pido mucho más: eso, y que sea diligente a la hora de pasar los apuntes a un rollo de papiro para después corregirlos. Algunas personas opinan que pierdo el tiempo. Por ejemplo, mi nuera. Yo le respondo: ¿para qué querría ahorrar tiempo una vieja como yo? ¿Se detendría acaso si me sentase ociosa junto al fuego o pasara las horas quejándome de los mil dolores que me afligen? Ella no me contesta, claro, aunque me dirige comentarios sarcásticos cuando regreso a casa después de mi paseo vespertino. No lo entiende.
Si los dioses me hubieran concedido una hija o una nieta, no me tomaría tanto trabajo: desde niñas les habría repetido una y otra vez la historia de nuestra reina Dido y su fatal encuentro con el príncipe troyano Eneas, como hizo conmigo mi abuela. Con mis hijos ha sido imposible. Son capaces de reproducir, uno por uno, todos los movimientos que han visto en un combate de lucha griega; no se les olvida la lista de los enemigos de Cartago, pero ¡ay! no les interesa conocer a fondo el origen de esas enemistades. Un error que pagaremos en el futuro, porque cuando la bruma del tiempo borre el recuerdo de aquella primera ofensa, no se podrá medir su importancia ni ponderarse si es razonable o no mantener la discordia. El olvido, en estos asuntos, sólo consigue hacer interminable el reguero de agravios."
De la novela "Dido reina de Cartago".
NOTA: Estimados amigos: sigo promocionando mi novela "Dido reina de Cartago".
Hoy miércoles 22 de febrero de 2012, a las 19,15 horas, se presentará en:
Intersindical Valenciana
c/ Juan de Mena, nº 18,
Valencia
Junto con la autora, intervendrán: Dª Carmen Aranegui, professora d’Arqueologia de la Universitat de València y Dª Isabel Morant, professora d’Història de la Universitat de València.
¡OS ESPERAMOS!
Mi mujer está leyendo ahora tu novela y le está encantando.
ResponderEliminarMe alegro por ella y por ti.
Un saludo.
Realmente, cada vez que leo este primer capítulo me gusta mas. Suerte.
ResponderEliminarRafa
Me has hecho recordar tu novela. Una maravilla. Te deseo lo mejor hoy, mañana y siempre. Un beso
ResponderEliminarSalud y República
Qué bien me lo pasé leyendo tu novela!
ResponderEliminar:D
Un beso
No está mal volver a recordar tu novela. Mucha suerte en la presentación de hoy.
ResponderEliminarBicos
Qué parrafo tan precioso.
ResponderEliminarNo me cabe duda de lo mucho que vais a disfrutar.
Besos
Espero que conozcas amigos tan interesantes como en otras ocasiones.
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel, es un hermosa novela. La seguimos promoviendo.
ResponderEliminarAbrazos lectores.
Sergio Astorga
Hola Isabel, acabo de descubrir tu blog y sòlo el nombre ya me ha cautivado. Soy de valencia y vivo en Italia, cerca de Bolonia. He estado varias veces en Roma y, entiendo perfectamente lo que sientes cuando afirmas que estàs enamorada de ella. No se puede comparar, Roma es Roma.
ResponderEliminarsara prestiti
¡¡Cuantos recuerdos acuden a mi mente al leer los párrafos!!!!
ResponderEliminarYa sabes que irías gustosísima pero no llego a tiempo ni subiéndome a un cohete!!
jajajajajaajajaj
P.D.:¿Para cuándo contnúas la gira por Argentina,eh? :)
BESITOS GIGANTES ISA QUERIDA =)
Como me gusta volver a Dido, siempre que se puede..es maravillosa!
ResponderEliminarBesotes Isabel, no pares de promoverla nunca :D
Como me gusta volver a Dido, siempre que se puede..es maravillosa!
ResponderEliminarBesotes Isabel, no pares de promoverla nunca :D
Gracias a tod@s por vuestro apoyo. Deciros que el acto estuvo muy concurrido, con buen ambiente y buen rollo. La presentación de Carmen Aranegui e Isabel Morant fue, como cabía esperar, magnífica y muy intructiva, así que no pudo estar mejor.
ResponderEliminarDisculpad que no os conteste individualmente, estoy malita... ¡ay! Espero colgar pronto el siguiente capítulo de la fundación de Roma.
¡Qué triste es ver a las gentes olvidar su historia! Como decía Jorge Santayana, "Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo."
ResponderEliminarSobre las supuestas pérdidas de tiempo de los viejos, vuelvo a citar al filósofo y digo como él "La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla."
Un fuerte abrazo, amiga. Te deseo de corazón mucha suerte, no ya con tu "Dido...", si no con cualquier aventura que afrontas en ese día a día.
Qué gusto releer Dido y recordar estos momentos llenos de emoción. Me encanta que venga Imilce a visitarnos de vez en cuando y a recordarnos cuánta sabiduría había en ella y cómo se hacía realidad la historia en su sentir.
ResponderEliminarEspero que no sea nada tu indisposición. Con toda seguridad Dido sigue y seguirá triunfando.
Un gran abrazo, espero que estés recuperada, querida Isabel.