Oh, diosa Vesta, casta virgen: he aquí tus altares arruinados, eliminado tu nombre y el fuego sagrado que ardía perenne a tus pies, extinguido. Por decreto imperial, han sido expulsadas las vírgenes vestales que te servían y yo, la primera de ellas en autoridad y la última en salir, con lágrimas en los ojos clausuro tu templo para que no sea profanado y abandono para siempre nuestra casa. Ya nadie podrá reclamar tu protección para Roma. ¿A quién implorarán los romanos cuando los muros de su ciudad estén amenazados por sus enemigos o sean violentados? ¿Quién garantizará la supervivencia de la ciudad y sus hogares?
Hoy es el día más funesto de toda nuestra historia. Desde que el hijo de Rea Silvia, tras haber fundado Roma, te dedicara el primer templo en este mismo lugar, han pasado mil años. Un soplo para ti, pues no otra cosa son los milenios para las inmortales. Tampoco necesitas a los humanos pues la divinidad es perfecta y acabada en sí misma. Pero ¡ay! ¿qué será de Roma y de los romanos?
*Dos de las estatuas de vestales que adornaban – y adornan aún – el patio porticado de la casa de las vestales. Esta casa formaba conjunto con el templo de Vesta y era denominada atrium Vestae. El edificio que se ve al fondo es el Templo de Rómulo, hoy iglesia de Santos Cosme e Damiano. La foto es mía.
NOTA: El 24 de febrero del año 391, el emperador Teodosio decretó el fin definitivo de los cultos tradicionales romanos, calificados de “paganos”. En este enlace podéis encontrar información sobre el tema
Hoy es el día más funesto de toda nuestra historia. Desde que el hijo de Rea Silvia, tras haber fundado Roma, te dedicara el primer templo en este mismo lugar, han pasado mil años. Un soplo para ti, pues no otra cosa son los milenios para las inmortales. Tampoco necesitas a los humanos pues la divinidad es perfecta y acabada en sí misma. Pero ¡ay! ¿qué será de Roma y de los romanos?
*Dos de las estatuas de vestales que adornaban – y adornan aún – el patio porticado de la casa de las vestales. Esta casa formaba conjunto con el templo de Vesta y era denominada atrium Vestae. El edificio que se ve al fondo es el Templo de Rómulo, hoy iglesia de Santos Cosme e Damiano. La foto es mía.
NOTA: El 24 de febrero del año 391, el emperador Teodosio decretó el fin definitivo de los cultos tradicionales romanos, calificados de “paganos”. En este enlace podéis encontrar información sobre el tema
Seguramente el domingo colgaré el siguiente capítulo de la fundación de Roma. Disculpad el retraso... cosa de los virus. Besos.
ResponderEliminar¡Y todavía no toleran los católicos a los paganos! ¡Qué vergüenza! Un beso, Isabel.
ResponderEliminarVaya por dios, entiendo que no son virus estacionales, sino de los que afectan a su PC? Espero que pueda solucionarlo pronto.
ResponderEliminarBuenas noches, madame
Bisous
Bicos Isabel y no te preocupes, así lo saboreamos mejor.
ResponderEliminarEn el año 391, cuando Teodosio decretó el fin de unas tradiciones que poseían las virtudes y defectos de todas las que han existido, decretó un insano defecto que nos acompaña desde entonces: la intolerancia y la negación de la verdad.
ResponderEliminarDesafortunadamente estas dos virtudes para muchos, han ahuyentado el saber y han proclamado la ignorancia; han anatemizado la inteligencia y han elevado la mediocridad; han usurpado la verdad y negado la razón.
Vestales, ¡Salve!
Un fuerte abrazo, Isabel.
¡Qué placer leerte! ¡Qué evocación más conmovedora!
ResponderEliminarLa iglesia primitiva era una cosa, como siempre, cuando algo o alguien agarra el poder se transforma en algo totalmente distinto.
ResponderEliminarNo fue la excepcion este caso, que una vez que agarron la manija y dieron catedra de intolerancia y persecucion como nadie hasta la fecha lo ha hecho, junto con una misoginia que hasta hoy no saben como esconder bajo la alfombra.
Esperemos que los virus no sean un resfriado de aquellos.
Paso a dejarte mi saludo y mi abrazo... luego de tanto tiempo.
ResponderEliminarCon cariño
MentesSueltas
Hija mía, pero qué mal la cosa de la iglesia, desde siempre, desde que existe! Y anda que todavía está igual. Y porque afortunadamente ya no les dejamos meter mano en todo, si no, esto sería la repera.
ResponderEliminarCuidadín con los viruses!
Un besito
Nuestro género es necio y las historias se repiten.Bs.
ResponderEliminarYo llevo hoy una camiseta pagana, para "celebrar" que siguen reprimiéndonos. Y la que nos espera, quirites, la que nos espera...
ResponderEliminarRima no tendrá que preocuparse por nada porque es eterna, Isabel.
ResponderEliminarSaludos eternos.
Nos entretienes con tantos atractivos, que...¿qué más da que los gemelos sean diezmesinos u oncemesinos...?
ResponderEliminar:) :) :)
¿Qué será de Roma y de los romanos? Aun nos lo preguntamos.
ResponderEliminarUn besazo
¿Por qué esta tristeza y nostalgia de los tiempos pasados en vez del placer de contemplarlos en su grandeza y miseria? No creo que sea por un espíritu devoto hacia unos dioses que nos habíamos inventado con lo mejor y lo peor nuestro, en una perenne juventud y necesidad de llenar una siempreverde posibilidad de hacer y deshacer. A esos dioses toca no sólo acomodarse en sus altares efímeros sino sobre todo en las historias de nuestra historia. Decretar el fin de algo que acabó es tomar conciencia de que existe algo nuevo o ser tan loco como querer acabar con algo imposible.
ResponderEliminarIgual que admiramos pero no añoramos las maravillas de las cuevas, yo gozaría de esta Roma sin unirla a un único período de su eterno devenir en el que estamos. Desde siempre Roma y los romanos dependen de ellos y los demás. Ahí estamos.
Saludos a tod@s, el virus ha cedido ya y respiro... Enseguida cuelgo otro post, pero no el de la fundación, que ese le tengo que dejar para mañana. Gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarHyperion, el lamento de este post es de la Vestal Máxima de ese momento: es lógico que se duela y que se pregunte qué sucederá con Roma, cual será su futuro, porque lo que para ella ha sido su mundo se está viniendo abajo.
Por lo que a mí respecta, sabes de primera mano cuánto amo a la Roma que hoy tenemos, esa que suma y multiplica siglos, escenario y lugar de nacimiento y muerte de cientos de generaciones y a todas ellas fascina, de un modo u otro, a todas ellas debe lo que es hoy. Roma no sería "nuestra Roma" ni se diría de ella que es la ciudad eterna si hubiera quedado sepultada bajo la tierra en lugar de haber seguido viva hasta hoy para ser,como dice mi amigo el poeta Antonio Manilla, "una vieja dama/ cubierta por afeites/ llena de cicatrices". Adoro la Roma que hoy pisamos, pensamos, sentimos y amamos y de la que jamás dejamos de aprender. Besazos.
A pesar del tiempo y las desaveniencias culturales,la historia siempre sabrá cómo abrirse paso y permanecer,dejando su marca en la tierra y en nuestra memoria!!!!
ResponderEliminarP.D.:Ojalá hayas podido contra esos malditos virus que siempre andan dando vueltas amiga...
MIS BESITOS DE SIEMPRE ISA QUERIDA
Isabel, cada vez que entro en tu blog aprendo algo más de la historia...esas vírgenes vestales...
ResponderEliminarSeguiré leyéndote.
Gracias por compartir.
Lo que está claro es con el cierre de una etapa siempre se comienza otra distinta. Cada una de ellas tiene cosas buenas y cosas malas. Unas más y otras menos. Lo que es evidente es que debemos tratar de aprender de nuestros errores y reconocer las virtudes de las cosas. Tengo el convencimiento de que, de esa manera, será como avanzaremos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida amiga.
Cuánta historia tirada por tierra, al más puro estilo castrador de algunas religiones totalitarias e intransigentes.
ResponderEliminar¡La historia!
Estas palabras cobran para nosotros una especial relevancia llena de emoción. En un soplo se han pasado estos años para Vesta mientras nosotros pobres descendientes de los romanos recordamos cuánto sufrió Rea Silvia y el sentido de la dedicación de este templo por parte de Rómulo.
En cambio cuánto me alegro de que el virus haya sido ya aniquilado, ¡ese sí! Un abrazo, querida Iabel.