Dedicado a Mª Engracia Muñoz, que sabe mucho de coliseos, animales y gladiadores.
"No es literatura, sino la verdad más clara, sobria y honesta, decir que a dia de hoy [el Coliseo] sigue siendo tan sugerente y distinto a todo que, por un momento, cuando se traspasa su umbral, quienes penetran en su interior pueden sentir aquella gran masa ante ellos tal y como fue, con miles de caras ansiosas contemplando la arena, donde acontecía un torbellino de lucha, sangre y polvo que ningún lenguaje puede describir. Su soledad, su espeluznante belleza y su profunda desolación golpean al visitante en cuanto entra, como una suave melancolía, y quizá nunca en su vida vuelva a conmoverse y emocionarse tanto por nada de cuanto experimente que no esté directamente relacionado con sus propios afectos y pesares. “
CHARLES DICKENS.- "Imágenes de Italia."
Tomado del libro “Guía literaria de Roma”. Edición de Iria Rebolo.
CHARLES DICKENS.- "Imágenes de Italia."
Tomado del libro “Guía literaria de Roma”. Edición de Iria Rebolo.
*Foto de Rafa Lillo.
NOTA: Entrada programada antes de mi viaje.
La descripción de Dikens hecha hace más de un siglo es absolutamente cierta hoy día y yo añadiría algo más: los gatos, paradigma y metáfora de otros, son los leones y tigres, las fieras, que pululan por las ruinas recordándonos a otros antepasados suyos más fieros.
ResponderEliminarSaludos
Totalmente cierto amiga.
ResponderEliminarAcabo de llegar de Roma y esa cita es ineludible,sobrecoge siempre.
Un abrazo venerable dama mientras me pongo al día con los capítulos y el resto de entradas.Me acorde de ti.
En efecto, la primera vez que estuve en su interior me quedé sin habla. Besos.
ResponderEliminarY, por desgracia, se muere. El ruido, la contaminación , el siglo XX en definitiva, están a punto de culminar la obra de bárbaros y papas: el fin del Anfiteatro Flavio.
ResponderEliminarComparto todas todas y cada una de las palabras de Dickens. Fue espeluznante ver el Coliseo como le vi este verano. te abstraes de todos los turistas, del calor de julio y casi oyes el rugido de las masas enfervorecidas pidiendo sangre, esa masa que se conforma con "panem et circenses", como decía Juvenal. No puede ser más verídica la descripción de Dickens, todo un genio de la palabra. Saludos, Isabel.
ResponderEliminarUno de mis sueños de pequeña lo cumplí ya de grande: visitarlo.
ResponderEliminarHace un par de años estuve en el de Pozzuoli en un día caluroso. Entraba la luz a la parte baja y se desprendía un polvillo mágico...me remonté dos mil años antes...¡ah, qué dicha!
Muchos besos, Isabel
Pues es verdad, a pesar de que él no se encontraría con tantos turistas como hay hoy día, la magia del lugar sigue ahí.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Parece mentira que después de más de siglo y medio estas palabras de Dickens sigan estando tan vivas. Hay momentos en la historia del hombre que quedan para siempre.
ResponderEliminarMe encantó recordar la sensible mirada de este gran escritor.
Siempre, siempre se aprende en tu casa.
Por cierto, he visto la obra de mi compañero de agencia Javier Pellicer en el lateral derecho, creo que la presentaste hace poco. Javier ha tenido suerte de tenerte en ese momento, estoy segura de que fue un acto magnífico.
Un abrazo y hasta pronto.
Pertinente entrada, amiga. Espero que tu viaje esté resultando estupendo! Un fuerte abrazo.
ResponderEliminardebe ser querida Isabel, no he estado allí pero gracias a Dios, tengo la gran facultad de poderlo imaginar todo; a veces con pelos y señales.
ResponderEliminarUn abrazo
Divino...me encanta leer lo que siempre nos compartes!
ResponderEliminarBesos, muchos.
Me gusta la rflexión que traes, sin embargo cuando lo vi no sólo recordé la lucha en sentido estricto, sino esas competiciones que se desarrollaban en la arena, que si, son luchas en sentido amplio.
ResponderEliminarConmoción, seguro que se siente.
Un beso.
Qué acertada reflexión la de Dickens. Cada vez que visito un anfiteatro romano tengo esa misma sensación y pienso en lo mismo que él ha descrito que me lleva a pensar en algo que siempre me ha parecido muy curioso: la locura que se da en todos los emperadores, sobre todo en los Julio Claudios, tras unos breves años de ascenso al poder ¿¿Será posible manterse cabal con todas esas caras que describe Dickens aclamándote, alabándote?? Y es encontes cuando se entienden muchas cosas y el por qué de un poder derivado en locura... Muy acertadas, sin duda, las palabras del inglés.
ResponderEliminarUn saludo!
Tuvo que ser impresionante.
ResponderEliminarSaludos, Isabel.
Y si el maestro DICKENS lo decía,palabra santa!!!!
ResponderEliminarP.D.:Pensar que para aquellos tan vinculados a las letras,en sus palabras logran graficarlo todo casi volviendo el tiempo atrás...
MILES DE MUACKS AMIGA QUERIDA!!
Totalmente vigente ese comentario del ilustre Dickens.
ResponderEliminarA mí me impresionó muchísimo cuando visité el anfiteatro romano.
Un saludo.
Creo que esta reflexión de Dickens sigue estando vigente.
ResponderEliminarBesitos
Debe ser un cimbronazo para los sentidos estar alli, sin duda alguna. Disfrutalo cada vez que puedas ir!
ResponderEliminarDisfrutalo otro rato mas por mi.
Me has recordado el anfiteatro de Verona, sentí hasta congoja.
ResponderEliminarHicimos un viaje por los lagos de Suiza y el norte de Italia, todo bellísimo, pero esa sensación de vértigo, fue tan tremenda que marcó todo el viaje.También me impresionó mucho Padua
Besos
Roma entera es una ciudad de otro mundo, de otra época, nos arrastra y nos hipnotiza. Inolvidable. Un beso.
ResponderEliminarDaría algo por poder viajar al pasado y verlo en todo su esplendor. Tiene que ser algo indescriptible.
ResponderEliminarEspero que todo te esté yendo genial, que lo estés disfrutando y verte de nuevo por aquí muy pronto.
Gracias, Isabel querida. Tu blog, como siempre, lo mejor de lo mejor: un lujazo para la red.
ResponderEliminarBesos.
Impresionante, su visita no deja a nadie indiferente.
ResponderEliminarBesos.
Una descripción perfecta del Coliseo romano. Y de Dickens, nada menos. Desde luego que impresiona. Allí estuve y me hizo transportar en el tiempo al esplendor de Roma y recordar los grandes espectáculos de sangre y arena que vieron los grandes césares del Imperio.
ResponderEliminarA pesar de la cantidad de gente que compartimos la misma visión en el mismo momento, allí, dentro, es como si uno se quedara solo contemplando e imaginando el pasado.
ResponderEliminarEspectacular, sin duda.
Lástima que se esté cayendo a trozos...o eso leí hace poco tiempo.
Un besito
Los golpes del arte unidos a la historia dejan una huella indeleble, tan fuerte, tan profunda que ciertamente marcan un antes y un después en la percepción de los sentimientos.
ResponderEliminarUna maravilla Dickens. Un abrazo, querida Isabel.
Un monumentos imperdible!!! Abrazos.
ResponderEliminarRespondo a tu cita con otra cita:"Es la más bella de las ruinas; tiene toda la majestad de Roma antigua. Los recuerdos de Tito Livio llenaban mi alma; veía aparecer a Fabio Máximo, a Publícola, a Menenio Agripa. San Pedro no es la única iglesia: yo he visto San Pablo de Londres, la catedral de Estrasburgo, el Duomo de Milán, Santa Giustina de Padua; pero jamás he encontrado nada comparable al Coliseo". Stendhal, agosto de 1827.
ResponderEliminarGracias amiga :).
Preciosa cita, Mª Engracia Muñoz. Nuestro Stendhales único.
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