De Terencia, esposa de Cicerón, a su amiga Pilia.
No sabes, querida amiga, cuánto me he acordado de ti esta
mañana, justo mientras me preparaba para asistir a la fiesta de la Bona Dea.
¡Ay, querida! no me cansaré nunca de reprocharte tu debilidad: debes aprender a
imponerte al querido Pomponio, pues no es justo que estéis tanto tiempo fuera
de Roma y menos todavía en una fecha tan importante para las matronas. ¡Pensar
que este año también faltarás tú y, en cambio, asistirán algunas damas que lo
merecen muchísimo menos…! Lo lamento de veras, créeme, y advierte de mi parte a
tu marido que esta ausencia tuya afecta, y mucho, a vuestra reputación. Además,
¿cómo espera que Roma continúe prosperando si las mujeres más virtuosas – como es
tu caso – no celebran debidamente a Bona y la resarcen de las ofensas pasadas?
Aún me estremezco cada vez que recuerdo el año pasado y a
ese horrible Clodio cometiendo el sacrilegio de colarse entre nosotras disfrazado
de mujer. La diosa no debe estar nada contenta viendo que ese infame sujeto no
ha sido condenado a muerte, como se merecía. ¿A dónde irá a parar esta ciudad,
si los sacrílegos quedan impunes? Y en cuanto a su cómplice, Pompeya, ¿qué
puedo decirte? Creo que César se equivocó en su famosa frasecita al divorciarse
de ella, diciendo que, además de ser honrada, debía parecerlo. Pues yo digo que
es preciso ser honrado y no sólo parecerlo. ¡Cuántas personas, bajo una
apariencia de honradez, se permiten incluso sermonear y dar consejos a los
demás y luego resultan ser harto deshonestas, como ha ocurrido hoy mismo con un personaje
muy prominente. Mas de ese escándalo ya te hablaré otro día, pues he de empezar
a vestirme ya para acudir a la fiesta.
Ruego para que esta noche todo salga bien. Sería horrible
que, justo cuando se cumple un año de aquel sacrilegio, la Bona Dea decidiera
castigarnos severamente y nos fulminara a todas con un rayo en plena
celebración. Si así fuera, no te preocupes, Pilia querida, pues te escribiría
enseguida para contártelo todo con el mayor detalle. Ya sabes cuán grande es mi
aprecio por ti y cuánto me gusta tenerte al tanto de lo que ocurre en nuestra
Roma. Cuídate.
NOTA: La fiesta de la Bona Dea era exclusiva para las
mujeres y en ella se desarrollaban durante toda la noche ritos secretos. Los
varones no podían asistir ni permanecer en la casa donde se celebraba,
normalmente en la mansión de uno de los cónsules o en la del pontífice máximo. El
3 de diciembre del año 64 a.C., mientras se celebraban los ritos en casa de
Julio César (entonces pontífice máximo), descubrieron a un hombre que se había
metido disfrazado de música y muchas personas reconocieron o creyeron reconocer
a Clodio y sospecharon que lo había hecho para pasar la noche con la mujer de
César, Pompeya. César defendió a su esposa Pompeya ante el Senado con mucho
ardor, manteniendo que era inocente y que ella desconocía por completo que se
hubiera metido un hombre en la casa, pero al cabo de unos días se divorció de
ella. Al ser preguntado al respecto, fue cuando dijo su célebre frase “Mi
mujer, además de ser honrada, debe parecerlo.”
* Escultura femenina en los Museos Capitolinos. Roma. Foto: Isabel Barceló
**Escultura masculina en la plaza del Popolo, Roma. Foto: Isabel Barceló
Hay muchos que creen a ciegas en la frasecita y la aplican igual que César. Con ellos no va la cosa. Machismo puro.
ResponderEliminarEstoy de las fachadas...
Besos.
La honradez en el fondo y en el exterior. En una sociedad de políticos y banqueros corruptos como la que nos ha caído en desgracia, siempre la honradez, la limpieza moral, esos valores que nuestros dirigentes desconocen, que dicen una cosa y, después, la contraria, según corran los vientos, escasos de memoria y de vergüenza. Es deplorable.
ResponderEliminarUn beso para ti, mi querida romana.
César, con toda probabilidad, dio la mejor explicación y definición de la imagen pública, la importancia del ser y el parecer. El tema, desde luego, abre y expone el tema de la honradez, virtud de la que hablan mucho las figuras centrales de los gobiernos y que forma parte indispensable de la imagen política. Sin dudas, mucho se ha trabajado –a lo largo de los siglos- para “parecer” honrado, olvidando que “ser honrado” está primero y esta virtud es la única que le da legitimidad incuestionable.
ResponderEliminarQue Bona Dea nos acompañe. Un abrazo grandote querida Isa!
La Bona Dea, se apiade de esta sociedad llena de corruptos sin visión de futuro, sin solución, inmersa en un presente permanente, sin salida,sin el debe y sin padecerlo.
ResponderEliminarSaludos.
Siempre me ha resultado la mar de morboso qué harían las romanas en esas fiestas sólo para mujeres. ¡No me extraña que, movidos por la curiosidad, algunos hombres se disfrazaran para satisfacerla!
ResponderEliminarVale, Isabel.
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ResponderEliminarY lo peor es que no solo no lo son sino que ya ni siquiera se molestan en aparentarlo.
ResponderEliminarA ver si cala el mensaje entre nuestros amados políticos.
ResponderEliminarVeo que ya en Roma había celebraciones sólo para mujeres como hoy con las "tapersex" y las despedidas de soltera. Es pura broma.
Un saludo.
Aquí ya ni siquiera lo parecen! La casta política, digo. Pero les da lo mismo. Por mucho que aparenten, ya no cuela.
ResponderEliminarEs que parece que honradez y política ya no caben en la misma frase!
Un beso
Buen pájaro fue César. Masacró a pueblos indígenas de las Galias, ambicionó más de lo que debía, no tuvo escrúpulos en muchos asuntos, morales y no morales... y luego se le atribuye la famosa frase machista. En fn, aún considerando que la mentalidad de entonces no era la nuestra, lo cierto es que muchos seguidores de la filosofía estoica, que estaba entonces en vigor, ya vieron en los comportamientos de César mucho de vicio y poco de virtud. Lo único que le agradezco es que haya escrito (solo escrito) "La guerra de las Galias".
ResponderEliminar"¡Cuántas personas, bajo una apariencia de honradez, se permiten incluso sermonear y dar consejos a los demás y luego resultan ser harto deshonestas, como ha ocurrido hoy mismo con un personaje muy prominente" Sí, ése que decía que hay que trabajar más y ganar menos :)
ResponderEliminarAbrazos, Isabel
Ja, ja, Maria luisa arnaiz, hoy casi todo es fachada... Besazos.
ResponderEliminarPues sí, isabel martínez barquero, es precisa una honrades que se ha perdido hace ya mucho tiempo. Y tendremos que reflexionar seriamente todos los ciudadanos, porque los políticos están ahí porque ahí los hemos puesto, y muchas personas esperaban y esperan beneficiarse de sus corruptelas y tolerancias. Así que también es preciso hacer examen de conciencia social... Besazos.
Hola susana peiró, coincido con tu análisis. El dinero lo corrompe todo, y hoy, es el dueño del mundo. Mientras los ciudadanos no luchemos denodadamente contra eso, poco habrá que hacer. Besazos, guapa.
ResponderEliminarHola dapazzi, la Bona Dea, como tantas otras diosas, no tenían competencia en esa materia. Si las hubieran dejado, otro gallo cantaría. Besazos.
Bueno, dyhego, en la fiesta de la Bona Dea parece que bebían vino en abundancia y danzaban, hacían sacrificios, etc. y desde luego estaba absolutamente prohibido a los varones el permanecer en la casa donde se celebraba. A mí también me hubiera encantado estar allí... Besos.
ResponderEliminarCierto, mariajesusparadela, se ha perdido por completo la vergüenza. Y eso tiene al menos dos lecturas: que creen contar con la complicidad social y que piensan que no podemos hacer nada para evitarlo. Contra esas dos cosas habremos de luchar. Besazos.
Ja, ja, cayetano, lo que hubieran hecho las romanas con esas sesiones de tappersex! Besazos.
ResponderEliminarCierto, África. Pero ¿qué me dices de los empresarios? ¿No tenemos a uno recién "pilladito"? ¿No son los primeros corruptores de los políticos? Ay, el dinero... Besos.
Hola l. de guereñu polán, ahí no estamos muy de acuerdo. César tuvo muchas sombras en su conducta, desde luego, pero también muchas luces. No comparto una visión tan negativa acerca de él y sí, en cambio, tengo una pésima opinión de los optimates. ¡Ay, a pesar de los siglos transcurridos, aún estos asuntos suscitan pasiones y polémicas! Besos, querido amigo.
ResponderEliminarJa, ja, xibeliuss jar, lo has pillado enseguida... Pues sí, pensaba en ese sujeto mientras Terencia escribía a su amiga. Besos.
Nada es lo que parece y, menos cuando se pregona sin el ej.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel feliz puente!
Isabel, borra el comentario anónimo en ruso. Es un spam y además de juego.
ResponderEliminarBueno, a lo importante: me encanta el texto!.
Hola berta, gran verdad: nada es lo que parece. E incluso cosas y personas de mucha apariencia, no son. Besazos.
ResponderEliminarGracias por la advertencia, Dolors. Ya lo he borrado. Besos.
Pues aparte de su faceta como escritor me gustaría saber que méritos tiene César. Un saludo.
ResponderEliminarEl "nuevo" sentido de la famosa frase se ha constatado a lo largo d ela historia.
ResponderEliminarSer honrado es tan difícil para algunas personas que parece mentira la existencia de estos en lugares de poder.
Casi dos mil años d.n.e. nos encontramos los mismos problemas cuando se les llena la boca de su propia desfachatez a "honrados de pacotilla".
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
¡Ah! la encantadora mentalidad romana. ¡Cómo me ha recordado los textos que traducía en la carrera! (con más amor que pericia, aunque tampoco se me daba mal del todo) Me ha encantado descubrir el blog y, sobre todo, leer los viejos exabruptos mucho más cómodamente. Volveré.
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