No, no abráis la boca de asombro, ni os señaléis distintas
partes del cuerpo para poner en evidencia los signos de vuestra mala salud. A
vosotros os digo, ciudadanos que suplicáis al Cónsul que los esclavos públicos os
ayuden a trasladaros al templo de Esculapio donde la ciencia del dios puede
combatir vuestros males. Tratáis de convencerlo de que la enfermedad no es
culpa vuestra, que no la habéis llamado ni provocado llevando una vida de
disipación. “Mi tos viene del polvo que he aspirado esculpiendo estatuas para
la mayor gloria de tu persona”, dice uno; “Yo me he deslomado cargando piedras
para construir las vías por donde pasa tu carro”, alega otro; “¿No recuerdas
cómo se me ulceró esta herida en la pierna cuando luchaba para defender Roma?”
trata de conmoverlo un tercero.
Inútiles intentos, ciudadanos. La culpa es vuestra, no
vengáis ahora con excusas. Y os diré por qué: porque cuando se celebraron las
elecciones consulares lo elegisteis a él para regir vuestras vidas. Así que,
¡chitón! Cada cual que se arregle como pueda y quien no pueda, busque el consuelo
de la filosofía. Al fin, todos hemos de morir, y durar unos años más o menos no
tiene tanta importancia. ¿Por qué habría de hacer el erario público un gasto
inútil, si no os vais a curar? ¿Que es una cuestión de humanidad, dices tú,
pobre tullido...? Pero ¿a quién te diriges? ¿Al Cónsul? Entonces estás peor de
lo que creía y, permíteme decirte, eres, además, un ignorante: tu vida no vale
nada. Le imploras al Cónsul como si lo pudieras conmover. ¿De dónde has salido?
Y dime, ¿en qué escuela te han enseñado que las piedras tienen corazón?
*Foto tomada de internet
Brillante, simplemente brillante.
ResponderEliminarGracias, josep. Había pensado dedicárselo a antonio penadés, siempre tan sensible al sufrimiento ajeno, pero al final me ha dado corte... Sobre todo por la referencia tan directa a los políticos actuales. Besazos.
ResponderEliminarAyer decía una chica que ella no tenía la culpa de estar enferma.
ResponderEliminarAl final, es que nuestra salud está por encima de nuestras posibilidades.
Y, curiosamente, consiguen que mucha gente se lo crea. Eso y el problema de la herencia.
Excelente trabajo y sobrecogedor.
ResponderEliminarLeo que "afectará a enfermos crónicos, oncológicos y en tratamiento de hemodiálisis..." Me pregunto Isa, si las manos temblarán la próxima vez que voten…esto es una barbaridad.
Mi abrazo, con mucha,mucha tristeza Amiga.
Pues ya verás, querida Isabel como vuelven a salir dentro de cuatro años. Solos o en compañía de UPyD.
ResponderEliminarAl tiempo.
Lo que están haciendo con la sanidad, la educación, la asistencia a los más débiles, tiene un nombre muy muy clarito.
Un abrazo, querida Romana.
Que importa el sufrimiento de muchos si pueden ahorrar unos denaros para poder seguir haciendo obras faraónicas a cuenta de los más débiles y necesitados.
ResponderEliminarTríste realidad es que hay una adversión a la "decencia".Políticos ambiciosos y negocios fraudulentos.
Y entre todos tenemos que empujar esta bola defecada por unos ineptos que encima se vanaglorian y van de salvapatrias.
Besos Isabel.
Muy bueno, Isabel. Veo ese peloteo de los ciudadanos ante el poder, un poder que nos condena, cada día más, a los caprichos del cónsul de turno.
ResponderEliminarBesos.
La derecha siempre ha llevado el agua a su molino con el aplauso de la España (dejémoslo así) heredera del escudero, del clérigo, del buldero, etc., del “Lazarillo”. ¡Ah! y del propio Lázaro que lleva dentro.
ResponderEliminarBesos.
Eres genial buscando en este eterno retorno de la historia las palabras que definen nuestra situación actual.
ResponderEliminarNuestra generación numerosa ha sido la que más ha aportado para conseguir la calidad en lo público y ellos se están aprovechando de todo ese dinero que hemos generado. ¡Qué fácil construir así hospitales privados, incluso costear el mantenimiento de tanta barbaridad y derroche! Como si el dinero no hubiera salido del sudor de nuestro trabajo porque lo público ha sido y es caro ¿o es que acaso no se paga? Hasta que el pueblo, pueblo no tenga conciencia de esto y dejen de esperar el maná, como tú bien dices, seguirán creyendo que esto es el patio de su recreo.
Abrazos.
Qué barbaridad. Ya es lo último. Es sangrante esto, y parece una locura que no podamos impedirlo. El dinero no desaparece, solo cambia de manos, pero siempre está ahí, y en lugar de ir a buscarlo donde está, vienen a quitarlo a quien ya no tiene nada.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, aunque cada vez nos pongan eso más difícil.
Bisous
veo que la realidad también llama a otras puertas...me pregunto que pasará cuando en lugar de llamar, las tire abajo a patadas...¿tendremos que llegar a eso para despertar?
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, magnífico texto, como no podía ser de otro modo.
Como siempre has ofrecido un texto de plena actualidad. Gracias.
ResponderEliminarLeyendo este texto basado en la Roma antigua (y tan aplicable a nuestra España de hoy) surge ese tipo de sonrisa triste que una quisiera que nunca aflorara.
ResponderEliminarAl paso que vamos, seremos culpables hasta de enfermar, qué desatino y qué poca vergüenza la de este Gobierno.
Un abrazo para ti, querida Isabel.
Isabel:
ResponderEliminar¡Qué tiempos aquellos, en los que los políticos caían fulminados con diez mil clases de venenos, jejejeje!
Vale.
Eres capaz de llevarnos dos mil años atrás y parecer que estamos aquí. Un texto actualísimo.
ResponderEliminarUn beso.
Salud y República
Nos demuestras cada dia, Isabel, que no somos tan diferentes, que no hemos cambiado tanto...
ResponderEliminarEl dinero, el poder...son los que mueven el mundo. El sexo también pero ése ya es otro cantar...
Me duele lo que está ocurriendo. Me da miedo.
Tu blog tiene magia y moraleja, es una fuente magnifica para la invitación a la reflexión.
ResponderEliminarYa tenemos muy claro que los políticos no quieren ni saben defendernos. Seremos nosotros los que resolucionemos, eso sí, unidos como los de Fuenteovejuna. Echemos a los impresentables, estafadores y mafias que están arruinando este bendito país nuestro.
Gracias, Isabel , es un buen trabajo, aportas muchísimo y nos hace mucha falta.
Un fuerte abrazo.
Querida Isabel, ¡cuánta funesta actualidad hay en estas palabras que nos traes desde la Roma antigua! La codicia, la sed de riquezas, el acumular por acumular, la ambición desmedida acabarán con todo y con todos.
ResponderEliminarExcelente reflexión, querida amiga, con latino sabor de los tiempos que desgraciadamente nos toca vivir.
Mil bicos.
Realmente es increible lo que estan haciendo, y mas incomprensible que como antes y me permito ser malpensada, solventaba campamentos de indignados, ahora todo el mundo agacha la cabeza y no dice nada, mientras el poder y los billetes transitan de mano en mano.
ResponderEliminarLa proxima vez que les toque votar, mas vale que lo piensen friamente y a conciencia.
Mujer, ten en cuenta que la 'prima' está muy enferma y hay que gastarlo todo en ella...
ResponderEliminarPero la 'prima' es lo primero. Y no la tuya ni la mía ni la de nadie, sino esa otra que ni tiene boca pa comer, ni cuerpo que necesite cuidados médicos. Esa, la incorpórea, necesita más atenciones que nadie!
Grrr...
Pero es cierto, la culpa es de la ciudadanía que es la que decide quién debe decidir luego en nuestro beneficio, el de los ciudadanos.
A ver si aprendemos algo!
Un beso
¡Vaya una tercera edad que nos espera! Me veo en un banco durmiendo por culpa de estos impresentables-
ResponderEliminarBesos
Besos
Besos
¡Qué bien escribes, Isabel!