“—Vamos, vamos —apremió Clodia al jefe de los esclavos del comedor,
para que terminasen cuanto antes de perfumar el suelo con una infusión de
verbena—. Los invitados están a punto de llegar.
Hasta el comedor de verano, una sala de
exquisitas proporciones recién terminada, llegaba el rumor del agua del Tíber.
A las guirnaldas pintadas al fresco en las paredes, los servidores habían
añadido otras, de flores naturales, en torno a la mesa. Cuatro pomos con ramas
de ciprés, cintas y hojas de acanto adornaban las esquinas y de las paredes
colgaban más de dos decenas de lámparas de aceite. Clodia pensaba trasladar la
fiesta al jardín, a la luz de las estrellas, cuando hubieran terminado de
cenar y soplara el viento fresco. ¡Roma resultaba tan calurosa…! Había dispuesto
cerca de la orilla varios triclinios bajo un toldo ligero, cojines y teas.”
“La muchacha de Catulo”. Isabel Barceló Chico. Ediciones Evohé Pág. 29
NOTA: Queridos amigos, igual que
Clodia, me preparo para recibir a los invitados que quieran acompañarme en la
presentación de La muchacha de Catulo en Sax este próximo sábado 19 de octubre, a las 18 horas, de la mano de Joaquín Estevan Poveda. Y espero que nuestra velada no sea menos emocionante…
*Fotografía: pinturas de la
llamada “Casa de la Farnesina”, que algunos identifican con la villa de Clodia
en el Trastevere. Museo Massimo alle Terme. Foto: Isabel Barceló.
Recuerdo muy bien este pasaje tan delicioso. Conforme leía tus magníficas descripciones, imaginaba la villa de Clodia a orillas del Tíber, la veía casi, y sentía el calor.
ResponderEliminarMucho éxito en Sax para pasado mañana.
Y un abrazo enorme, querida Isabel.
Tienes razón que hay que agasajar con un buen recibimiento y en eso no nos cabe la menos duda que el tuyo va a ser de lo mejor.Te deseo y comparto esa emoción de la presentación me encanta este vértigo:mucha suerte y ya nos contaras querida Isabel.
ResponderEliminarBesos y feliz jornada en Sax.
Te deseo la más feliz de las veladas.
ResponderEliminarVale, Isabel.
Menos mal que no tienes que cargar con triclinios, toldos y teas, que si no...jaja.
ResponderEliminarSeguro que todo es tan estupendo en Sax como el lugar que describes. Al fin y al cabo, lo que importa siempre es la compañía, aunque sea sin triclinios de esos :P
Un beso
Con certeza tendrás éxito. Imagino ya tu sonrisa y te acompaño con otra.
ResponderEliminarUn abrazo, querida Isabel.
Remito al primer comentario, el Isabel Martínez Baquero. Son las palabras que querí decir yo. Muy buen fragmento, Isabel. Esperamos la crònica de Sax.
ResponderEliminarA ver, a ver...¿De qué me suena este fragmento?
ResponderEliminarMucha suerte en esa presentación en Sax.
Un saludo.
Suerte en Sax, Isabel. Me gustaría estar de todo corazón, pero aunque no me veas en Sax, estaré pensando en vosotras. Un besazo
ResponderEliminar¡Qué te diviértas mucho querida Isabel,y que tengas mucho éxito!Seguro que sí. ¡Qué tu velada en Sax sea como mínimo la mitad de maravillosa y mágica que tus relatos, entre ellos la novela que presentarás, " La muchacha de Catulo", una delicia, como todo lo que escribes! Besos bella romana.
ResponderEliminarAyyy amiga, ya me gustaría asistir al ágape en triclinio con Catulo, Clodia y tú, la que los revives con tanta maestría.
ResponderEliminar!Suerte! bon profit i petó.
Quien fuese invitado...
ResponderEliminarConozco estas cenas de verano aquí en el Mediterráneo, pero me gustaria ir a esta, que se supera en detalles.
ResponderEliminarBaci per te .
Un fragmento que nos deja en suspenso y con ganas de querer seguir el rumbo dela fiesta. ¿Saldrían al final al jardín para continuar la fiesta? ¿Serían del agrado de los comensales los platos servidos y preparados para sorprender? ¿Quién asistió a la fiesta?
ResponderEliminarUn beso
Hermosos frescos pintaban aquellos romanos.
ResponderEliminar