“La domesticación de animales y el principio de la
esclavitud van de la mano, ya que una persona es potencialmente el animal más
útil de todos. Así, desde el principio de los tiempos los humanos han
intentado, y a menudo conseguido, dominar a otros para incrementar su propio
bienestar. “
ROBERT C. KNAPP.- “Los olvidados de Roma”
Aquí os dejo un enlace para quienes tengan curiosidad por ver qué obras y autores concurren a los V premios de Literatura Histórica Hislibris,
que se librarán y entregarán durante el V Encuentro de Literatura Histórica HISLIBRIS, en Alcalá de Henares y Madrid los días 25, 26 y 27 de abril de 2014.
Algo de eso habrá, si no ya tendríamos que haber saltado.
ResponderEliminarBesos, querida Isabel.
Debe ser nuestro sino: dominar o defendernos de los que intentan dominarnos.
ResponderEliminarUn saludo.
Nunca mejor dicho que unos domestican a otros...Muchas gracias Isabel por dejar este enlace.
ResponderEliminarBesos.
...o dominar.
ResponderEliminarHay que ver qué triste condición la que nos somete: el deseo de dominación. Y habiendo seres humanos que trascienden ese instinto, ¿no tendríamos todos la responsabilidad de ser verdaderamente humanos?
ResponderEliminarEs difícil contemplar el mundo ahora y tener una visión esperanzadora, es difícil.
Un abrazo enorme, queridísima Isabel.
Esclavizar, tanto física como psicológicamente, sigue en vigor. Hay quien le llama economía de mercado, ajustes presupuestarios, ética de valores, etc.
ResponderEliminarIsabel, que tengas suerte y el jurado te sea propicio. Infórmanos del resultado.
ResponderEliminarEl poder y la religión es a los humanos lo que Ángel Cristo a los leones... capaz de controlar hasta sus instintos más básicos y hacer que se muevan (nos movamos) al son marcado.
ResponderEliminarUn beso.
" Domestícame" le repetía el zorro al Principito...pero nunca le dijo "manipúlame".
ResponderEliminarSuerte Isabel.
Un besazo
Algunos animales domésticos, como el perro, han demostrado, sin embargo un poder de inteligencia superior...Con unas orejitas caídas y carita de "yo no fui", lograron dominar ellos al "gran dominador"...y viven de él sólo brindándole a cambio unas cuántas lamidas! Qué me dices?
ResponderEliminarAbrazo, Isa!
Aborregar y esclavizar parece todo uno en estos momentos.
ResponderEliminarComo dicen por ahí, ahora mismo es que se todo tannn negro...
Un besito
Muy brillante y actual como siempre tu entrada Isabel.A veces el ser humano puede ser el peor de los animales y el más estúpido.A ver si todos se dan cuenta( o al menos los suficientes) y cambia el panorama.Muchos besos bella y sabia romana.
ResponderEliminarMe temo que no tenemos remedio...
ResponderEliminarUn besazo
Deberíamos desaborregarnos...a ver si es posible...
ResponderEliminarUn abrazo enorme bella romana
Se me olvidó decírte que espero que ganes , te lo mereces, aunque supongo que la competencia será de muchísimo nivel, como el que tiene tu maravillosa novela.¡Mucha suerte para tí y tu genial novela!
ResponderEliminarDiría aún más la esclavitud es más antigua que el hecho de domesticar a los animales. Algo debe haber en quién siente el poder y en quienes lo admiten sin cortapisas...
ResponderEliminarSalud!
Con Knapp coincido poco, y su libro citado tiene bastantes pasajes cuestionables.
ResponderEliminarNo es cierto que la domesticación y la esclavitud fueran de la mano: hubo millares de años de diferencia. De hecho, la esclavitud requirió un bienestar social en el que el trabajo del prisionero fuera más valioso que la comida necesaria para mantenerlo, razón por la que la esclavitud es excepcional entre pueblos primitivos.
Aunque sí debo lamentar otra cosa: ciertamente estamos domesticados. La pereza y el bienestar nos han hecho fáciles de domeñar.
Isabel:
ResponderEliminarcreo que es el mismo principio, pero los resultados son dispares. Un animal es domesticable si es doméstico, valga la redundancia, pero si es salvaje, en cualquier momento puede "revolverse" contra el amo. A las personas se las puede esclavizar, matar, apoquinar, acobardar, desilusionar, etc, pero domeñar completamente, creo que no. A la menor oportunidad se "revolverán" también contra el tirano de turno.
Vale.
Quizá sea verdad esa cita. Pero dejará de serlo cuando todos aprendamos a "amar al prójimo como a uno mismo" (entrecomillado porque la cita -obviamente- no es mía) ... Quizá todavía pensamos que si tengo un detalle de servicio con otra persona sólo porque es una persona, estoy siendo... " ¿tonto? ..." y no es verdad, no estoy siendo tonto, estoy siendo hombre, porque - al fin y al cabo- estoy haciendo algo que dignifica a los hombres: amar. ¿Por qué nos cuesta tanto servir a los demás sin buscar nada a cambio?
ResponderEliminarJavier