¿Interpretas una danza al modo de los humanos o tu
gesto revela un deseo de apartarte de nosotros, noble Quirón? ¿O te das cuenta
de pronto, con horror, que tu mitad equina sigue estando ahí, pese a tus dotes
como pensador y como extraordinario maestro, famoso por tu dominio de la música,
las artes, la medicina y la moral? Más
bien creo que es esto último. Tu gesto nos recuerda, con preclaro magisterio, que
debemos vigilar nuestra animalidad.
*
Centauro. Loggia de Rafael en el Vaticano. Roma.
NOTA
1: El centauro Quirón fue tutor de grandes héroes, entre ellos de Aquiles, Hércules
y Jasón. Vivía en una cueva en el monte Pelión.
NOTA
2: Os dejo el enlace al artículo sobre el libro “Young Americans. La cultura del rock” del que es coautor Alejandro Lillo.
Está en el lugar más profundo de nuestro cerebro. Por eso mismo, hay que estar siempre alerta.
ResponderEliminarGracias por la información, Isabel.
ResponderEliminarVale.
¡Qué sabias palabras Isabel, como siempre! Ya lo creo que hay que vigilar nuestra animalidad.Es un placer inmenso volver a encontrarte en este maravilloso blog, y más sabiendo lo atareada que estás.Muchísimas gracias.Un abrazo inmenso.
ResponderEliminar¡Quién sabe si lo que le horroriza es su parte "humana" y no la animal!
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel
Triste cuando esa parte animal se desencadena y no puede razonar.Pero la otra es muy cruel porque todo lo mide para destruir...y destruirse.
ResponderEliminarY en cuanto al libro un logro seguro porque son dos generaciones con un punto de vista común.
Besos Isabel.
Me ha encantado esta entrada dado que naci con Quirón en ascendencia angular y aunque no lo pretenda siempre surge y asoma las orejas. Ahhh cuantas personas ignoran que están interpretando de forma inconsciente algún mito.....y se creen tan originales, los pobres.
ResponderEliminarCon tu permiso y debido al entusiasmo que este mito me impone, te enlazaré esta entrada en un futuro, cuando me resulte posible, más adelante.
La parte humana y la animal cada vez están más próximas, tanto que a veces se confunden.
ResponderEliminarMuchas gracias, Isabel. Buenas noches.
Bisous
Querida Isabel:
ResponderEliminarMaravillosa lección la de Quirón y magistral símbolo de la actualidad, que es la misma desde hace milenios.
A ver si sabemos agarrarnos al monolito del conocimiento y del respeto, porque ignorancia y violencia, parece que van de la mano.
Sugerente danza la lección del centauro Quirón, muchas gracias, querida amiga, un abrazo enorme.
Como sociedad, la parte animal no solo no es vigilada, sino cuidada al máximo.
ResponderEliminarcomo individuos, deberíamos confiar más en ella.
En realidad cuando se humaniza al hombre, sólo se trata de "pulir" sus rasgos de animalidad...pero estos nunca se van, siguen ahí, al acecho, tal como ocurre con las fieras salvajes o, aún peor, con la adicional astucia del raciocinio...Tienes razón, mejor estar bien alerta. Abrazo, Isa.
ResponderEliminarMuy bueno el final, Isabel.
ResponderEliminarContinuamente hemos de controlar nuestra animalidad.
Aunque visto lo visto, los humanos cometen maldades que un animal nunca las haría.
Las plantas tampoco.
Cuan prepotentes y estúpidos podemos llegar a ser los humanos.
Esa es la conclusión que saco dado todo lo que hemos vivido.
Humildemente.
Temo que fuera un poco críptico en mi comentario.
ResponderEliminarCreo que confundimos siempre a los animales con las fieras, pero no deberíamos hacerlo. Hay en nosotros una parte animal que deberíamos conservar. Mientras que hay una parte humana que deberíamos rechazar.
Por ejemplo, ¿sabéis que la cifra de muertos violentamente en el Congo ha alcanzado los seis millones?
Necesitamos coltán para los móviles, diamantes, muchos otros minerales que abundan en ese país... y la mejor manera de conseguirlo es pagar con armas y dinero a los grupos militares y paramilitares que se enfrentan allí. Pero olvidamos ese rasgo tan "humano", esa necesidad de gadgets que es el origen de esclavitud y muerte.
Los humanos, como animales que somos, no podemos obviar esos impulsos que nos desbordan cuando el instinto se desata, pero tenemos la inteligencia para poder dominarlos.
ResponderEliminarUn beso
Sí, por supuesto, esa animalidad que en algunos lleva hasta la eliminación de tantos niños, mujeres y hombres de múltiples maneras.
ResponderEliminarFelicidades tocaya y abrazos.
Querida Isabel la diferencia entre el centauro Quirón y nosotros es que su parte animal está presente físicamente en su cuerpo mientras que la nuestra, está implantada en lo más profundo de nuestro cerebro. Prueba de lo que digo son los sucesos que estamos viviendo diariamente y que día tras día me hacen plantearme la pregunta de ¿hasta qué punto no son los animales más humanos que el propio género humano? Es triste que seamos capaces de los más grandes sacrificios en pro de los demás y sin embargo, seamos capaces de las mayores barbaridades.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial y gracias por esta entrada que nos hace pensar un poco en nuestra conducta.