Solo
admiras a los antiguos, Vecerro,
y no
alabas sino a los poetas muertos:
perdona,
Vecerro, pero no vale
tanto,
tu elogio, para morirme.
MARCIAL.-
Epigramas.
Versión
libre de Ernesto Cardenal
NOTA:
¡Larga vida, éxito y comprensión para los/as poetas/tisas de nuestros días!
*Detalle
de la pintura El Parnaso, de Rafael. Estancias de Rafael en el Vaticano.
Visto así, queridísima Isabel, ¡yo no! :)
ResponderEliminarMás vale seguir vivo y que no elogie nadie.
ResponderEliminarUn saludo.
Que la hora de los elogios esté muy lejos...
ResponderEliminarQuerida Isabel:
ResponderEliminarParece que el estar al otro lado para algunos es sinónimo de bondades incuestionables, en cambio para los que formamos parte del mundo que nos ocupa, la cosa cambia en opinión de "grandes cabezas", críticos que si de algo saben es de criticar.
Suscribo, querida, tus palabras, "Larga vida, éxito y comprensión para los de nuestros días".
Menudos "cráneos privilegios" algunos críticos, Júpiter no valga.
Un abrazo, queridísima amiga.
Totalmente de acuerdo contigo Isabel!
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Hay que saber elogiar al que se lo merece.
ResponderEliminarSalu2 y vale, Isabel.
Al genio sólo los semejantes le reconocen el mérito de cuerpo presente.
ResponderEliminarUn saludo
Lo que no te digan en vida, después poco te vas a enterar.
ResponderEliminarPasamos página jejeje;)
Un fuerte abrazo ya se nota que la primavera esta cercana.