¡Oh diosa Fortuna! Ya que, con un
giro de timón, has cambiado el rumbo de los asuntos públicos, mantén el nuevo
derrotero de la nave con mano firme. Que no se tuerza por la ambición personal
de sus marineros ni a causa de las dificultades del inmediato porvenir. Por procelosa
que esté la mar, por encrespada o turbia, aquieta poco a poco sus ondas, serena
los ánimos de la tripulación y condúcenos a puertos seguros. Que no naufraguemos por el camino, que nadie
caiga por la borda, que ninguno reme en dirección contraria. Prometo regalar a
tu templo un timón de bronce si atiendes mi súplica.
NOTA: El 25 de mayo se celebraba
la fiesta de la diosa Fortuna, quien no sólo se ocupaba de los asuntos
personales, sino también de los asuntos públicos, según sus diferentes
advocaciones. En esa fecha, el año 194 a.C., se le consagró un templo en el
Quirinal, aun cuando había ya algunos otros en Roma – Fortuna Viril, Fortuna
del día presente… –. En Praeneste (la actual ciudad de Palestrina) se le dedicó, a mitad del s. II a.C., un gran santuario a Fortuna Primigenia, lugar concurridísimo del que aún quedan importantes restos, a los cuales pertenecen
las fotografías.
Esperemos que esta diosa guíe con acierto los pasos de quienes han sido elegidos, el 24 de mayo, para regir los asuntos de todos los ciudadanos.
* Detalle del gran mosaico de tema nilótico en el santuario de Fortuna Primigenia. Foto: Isabel Barceló.
** Maqueta del Santuario de Fortuna Primigenia de Palestrina. Foto: Isabel Barceló
Porque, como tiburones, muchos estarán al acecho vigilando por si alguien cae por la borda.
ResponderEliminarUn saludo.
Esperemos que estos nuevos tiempos traigan de vuelta a la diosa Fortuna, que ya se la echa en falta.
ResponderEliminarQuerida Isabel, no me paso demasiado, pero siempre leo aunque no comente. ¡Un fuerte abrazo!
Más que nada porque, a veces, para uno salirse con la suya no duda en arrojar a los demás a los tiburones. Yo espero, querido Cayetano Gea, que impere el sentido común. ¿Común? No, mejor el sentido social. Besazos.
ResponderEliminarEso espero yo también, Aarón, pero hace falta que todos los llamados a llevar adelante ese cambio actúen de acuerdo y sin trampas. Besazos.
ResponderEliminarQue la diosa Fortuna vele por estos rumbos nuevos y se mejoren las vidas de los ciudadanos, eso hace falta.
ResponderEliminarUn grandísimo abrazo, querida Isabel.
En tu súplica prometes regalar un timón de bronce si la diosa Fortuna atiende tu demanda y logra serenar los ánimos de la tripulación por más encrespadas que estén las aguas de Neptuno. ¿No había en la antigua Roma republicana conflictos de intereses entre los dioses? ¿Sería adecuado regalar un timón a una diosa que rige los asuntos del azar?, un timón pretende marcar un rumbo propio para impedir que el barco vaya a la deriva y tal vez la diosa podría sentirse ofendida si interpreta que el timón restringe sus poderes. El tema es apasionante y te haría mil preguntas, pero por hoy ya es suficiente.
ResponderEliminarSaludos y disculpa mis interrogantes.
Pués que seamos tocados por la mano de la diosa Fortuna.A ver si ya comenzamos a divisar el horizonte.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel y vamos a apostar por el cambio.
A Dios rogando y con el mazo dando -espero no como arma sino herramienta- :) Ante los días fas y nefas, por los tiburones y tormentas, por las tentaciones del poder, por el misterioso connubio de fortuna y voluntad, intervención divina y responsabilidad! Ruego y me empeño. Un abrazo, querida Isabel.
ResponderEliminarHola Isabel Martínez Barquero, espero que Fortuna escuche nuestro coro de voces... Besos, querida amiga.
ResponderEliminarHola, peletero. Que sepamos, entre los dioses no hubo conflictos en la Roma republicana. La religión romana se fundaba sobre los pactos entre hombres y dioses: yo te ofrezco un sacrificio, o te hago una ofrenda, o te consagro un templo, si tú me ayudas en ésto. Por otra parte, si los hombres ofenden a los dioses vulnerando promesas o cometiendo algún tipo de crimen (por ejemplo, patricidio, o falta de castidad de una vestal, o crímenes semejantes)queda involucrada la comunidad entera y los dioses enviarán un castigo que sólo cesará cuando se haya condenado al o a la culpable. La relación está todo el tiempo condicionada. También en la religión cristiana (y muchas otras) existen los ex-votos que no son otra cosa que una muestra de agradecimiento por un favor recibido.
ResponderEliminarRespecto a la diosa Fortuna, el timón es uno de sus atributos precisamente porque ella dirige el destino de nuestras vidas, decide en qué dirección van, y las lleva allí donde quiere. Ella maneja el timón, no nosotros. Al dedicarle uno, me someto a su autoridad aunque, lógicamente, le pido que nos sea favorable.
Es un placer charlar contigo.
Saludos, Hyperion, suscribo punto por punto tus reflexiones, pues no puede el ser humano dejar en manos de los dioses los asuntos que le atañen y echarse a dormir, sino, por el contrario, actuar, como tú muy bien nos recuerdas. En la apelación a Fortuna hay un ruego para que ella esclarezca un poco a quienes, con sus acciones, influirán de manera decisiva en nuestro provenir inmediato. Besos y agradecimientos siempre, querido amigo, por tus sabias palabras.
ResponderEliminarQué así sea, Isabel! Esperemos que Fortuna nos sea propicia a todos.Muchos besos.
ResponderEliminarEspero que la diosa Fortuna, que parece nos mira con buenos ojos desde el domingo, ayude a mantener el timón en los tiempos que se avecinan.
ResponderEliminarMi abrazo, querida romana.
Espero con la esperanza de otro gobierno más solidario.
ResponderEliminarAbrazos
Me encanta. Un texto muy adecuado y por ello haré mi ofrenda de deseos a la diosa pero...¿bastara?
ResponderEliminarUna luz en el camino!! Abrazos
ResponderEliminarEs un gustazo leerte, Isabel.
ResponderEliminarOjalá que la suerte nos acompañe y la inteligencia de nuestros nuevos líderes esté a la altura de nuestros deseos y necesidades.
Gracias, Yolanda. Confiemos en fortuna, porque veo difícil influir en quienes ahora están negociando. Besazos.
ResponderEliminarEsa confianza me mueve a mí también, Virgi. Que no nos defrauden... Besazos.
Hola Isabel, en esa ilusión estamos todos. Solidaridad, qué gran palabra. Besos.
ResponderEliminarHola Carlos Baiget Zarco, ya dice el refrán: a Dios rogando y con el mazo dando, pero como no tenemos, de momento, mazo... Besazos.
Saludos Luis Fernando Fgiucich, eso necesitamos, luz en el camino. Besos, querido amigo.
Hola Tecla, eso mismo espero yo también. Besazos.
ResponderEliminarMe uno a tu súplica. Tengo miedo. Pero tengo esperanza.
ResponderEliminarMucha suerte a todos los políticos elegidos, pero no debemos olvidar que nadie mejor que uno mismo es dueño del timón de nuestras vidas.
ResponderEliminarUn saludo!!