- ¡Vamos, vamos, niñas! No nos conviene demorarnos más –
Antonia, con el manto ya puesto, subrayaba sus palabras dando algunas palmaditas
–. ¡Vipsania, tráele a Marcela un manto de lana fina, todavía hace fresco! Y
tú, Marcela Tertia, ¿aún estás sin calzar? ¡Pido a los dioses que me den
paciencia…! Si seguimos así, no llegaremos al templo de Mente hasta pasado el
mediodía.
-¡Yo no voy, madre! – Marcela Tertia, con el ceño fruncido y
la espalda apoyada en la pared, se escurrió hasta quedar sentada sobre las
losas, con los brazos cruzados - ¿Por qué hemos de hacerlo?
- ¡Levántate ahora mismo del suelo! Bien sabe la diosa que
la invoqué cuando tú naciste, pero a veces… Mira, eres un buen ejemplo. ¿Sabes por qué
motivo honramos a la diosa Mente el día de su fiesta? ¡Justo para evitar que
nuestros gobernantes, o los que aspiran a serlo, hagan como tú: que se enfurruñen, pongan
malas caras o digan “de aquí no me pienso mover”! Si algo se necesita en la política es
inteligencia. Así que, déjate de tonterías, y ¡vamos! Hoy, más que nunca,
precisamos del favor y la luz que otorga esa diosa. ¡Mentes que irradien la luz
de la inteligencia, eso necesitamos!
NOTA: El día 8 de junio se
celebraba en Roma la fiesta de la diosa Mens (Mente en castellano). Tras la
derrota sufrida a manos de los cartagineses en el lago Trasimeno, en el año 217
a.C., se ofrecieron templos a Venus y a Mente en la colina del Capitolio. Estos
templos fueron dedicados el año 215 a.C. Los romanos consideraban que la
inteligencia – proporcionada por Mente – era absolutamente necesaria tanto para
el gobierno de los asuntos públicos como para la guerra, de ahí que demandaran
su auxilio. No menos lo necesitamos
ahora, cuando se están negociando en España los gobiernos municipales y
autonómicos.
*Cabeza de mujer. Museo de Anzio.
Italia. Foto: Isabel Barceló.
Así es, la inteligencia para todos un poco o un mucho, bien repartida, para los políticos, para los votantes y para los padres que no vacunan a sus hijos. Desgraciadamente la inteligencia no está muy bien vista porque no nos iguala, al contrario, nos diferencia.
ResponderEliminarEn fin, que la diosa Mens nos proteja y nos ayude que buena falta nos hace.
Un abrazo.
Se necesita mucha "mens", Isabel.
ResponderEliminarVale.
A ver si esta diosa propicia unas buenas decisiones.
ResponderEliminarBesos :*
Interesante y curiosa entrada. Estoy muy de acuerdo con el primer comentarista. Es una gozada visitar tu blog. Gracias, Isabel.
ResponderEliminarUnos besos.
Mari Carmen.
Isabel, espero tener un poco de cacumen este día.
ResponderEliminarSaludos.
No solo en política y a los ciudadanos para afrontar esta vida llena de trampas y saber salir de cada contratiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola El peletero, en esta vida todo está desigualmente repartido y la inteligencia no iba a ser menos. Los romanos daban mucho valor al equilibrio, y así pedían a Mens que les diera inteligencia con un poco de bondad y otro poco de maldad, a partes iguales, para evitar ser crueles y ser blandos.
ResponderEliminar¡Cuánta falta nos sigue haciendo...!
Un abrazo, querido amigo.
Hola dyego, se necesita mucha "mens", desde luego. Ojalá la diosa se haya puesto a la tarea y la reparta por todas partes. Besazos.
ResponderEliminarOjalá, Anabel Botella, que nos hace ya mucha falta. El tiempo vuela... Besazos.
ResponderEliminarSaludos, mari Carmen García Franconetti, gracias por tus palabras, ya sabes que me animan. Y es que la cultura romana es un tesoro inagotable. Besazos.
ResponderEliminarJa, ja, Sergio Astorga,tú lo tienes habitualmente. A lo mejor es que hemos de ceder un poco del cacumen nuestro para que llegue a los demás... ¡Besazos!
ResponderEliminarClaro que sí, Bertha, la necesitamos en todo momento y en todas las etapas de nuestra vida, por eso se la invocaba en ayuda de los recién nacidos. Lo extraordinario, para mí, es que los romanos reconocieran su importancia en los asuntos públicos y bélicos y le pidieran ayuda. Aquí, hasta donde yo sé, quienes están en la "cosa pública" creen que les sobra...
ResponderEliminarBesos, querida amiga.
Isabel...¿y habrá una diosa de la compasión? Porque no solo hace falta mente...algo de corazón también vendría muy bien :) ¡Un abrazo!
ResponderEliminarQuerida Isabel:
ResponderEliminarInvoquemos, pues, a Mente, ofrezcámosle nuestros mejores dones, luzcamos nuestra prendas más queridas, busquemos en nuestro corazón su templo para honrarla, pues tan, tan necesaria nos va a ser.
Confíemos en su benevolencia y hagámosla nuestra aliada.
Que así sea. Y que la diosa Mente, nos sonría.
Un abrazo, queridísima Isabel.
Con placer vuelvo a mis lecturas de blog! y con más placer, a encontrarme con tus Mujeres de Roma.
ResponderEliminarBien haces honor a la inteligencia, Isabel!
Un abrazo
Para mí que habita otras tierras muy lejanas a la nuestra. Siento cierto pudor al decirlo, pero desconocía absolutamente la existencia de tal deidad. Da gusto encontrarse donde sorprenderse de manera tan agradable.
ResponderEliminarNo estaría de más que hoy día ensalzásemos a la diosa Mens con un templo dedicado a su divinidad y nos aplicásemos su patrocinio para nuestros asuntos cotidianos, incluidos los políticos claro está.
ResponderEliminarUn beso
Hola, Amparo. Estoy completamente de acuerdo contigo en que hace falta compasión, corazón, sentimientos positivos hacia los demás. Sin embargo, me parece más urgente, en este momento, la intervención saludable de Mens. Besazos.
ResponderEliminarHola Elena Clásica, me sumo a tus preparativos para honrar a Mens. Nunca había hecho tanta falta la intelencia para aplicarla a la política. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarQué alegría que hayas regresado al blog, Dilaca. Gracias por tus palabras siempre generosas. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola Charles de Batz. Pensemos que Mens, como todas las deidades, está y acude allí donde se la invoca. Mucho me temo que nosotros la invoquemos pocas veces: todo el mundo cree que le sobra inteligencia. El panteón romano es muy amplio, así que no es raro que no lo conozcamos por completo. Da gusto, de vez en cuando, encontrar nuevos dioses o diosas. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarHola, Carmen Gascó, según tengo entendido, esas funciones atribuidas a Mens pudieron pasar, durante el cristianismo, a la Virgen del Buen Consejo. Ahora bien, hemos de reconocer que tampoco esa Virgen tiene levantados muchos altares... Se ve que no acabamos de creer que nos hacen falta. También opino como tú: necesitamos su protección tooooodos los días y para todas nuestras acciones. Un abrazo, querida amiga.
ResponderEliminarMuy necesaria la inteligencia en política, y más ahora que se deberán pactar la mayoría de las medidas. Yo lo veo con optimismo, sólo saldrán adelante las mejores propuestas.
ResponderEliminarUn saludo!!
Yo tengo la esperanza de que todos los cambios nos llevaran a buen puerto. Abrazos
ResponderEliminarLa inteligencia es necesaria siempre, Isabel. Y mucho más la tuya, tan informada, tan amena en tus escritos. Vives lo que cuentas y me lo haces vivir.
ResponderEliminarLástima que a veces me falte tiempo para comentarte y decirte.
Un abrazo.
Acepté la invitación y me alegro de haberlo hecho, pues tu blog es muy interesante, esta entrada me pareció amena e instructiva, eso no abunda.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD