¡Ea, querida Filis, se acabó estar en
casa triste, contemplándote no sé si el ombligo o las uñas de los pies! ¡Levanta
la cabeza! Ahora mismo nos vamos a celebrar la fiesta de Fors Fortuna. Nuestro
amigo Prisco tiene ya aparejada una barca para surcar el Tíber. Mira, en esta
cesta llevo las guirnaldas para adornar la proa y la borda. Y en esta otra,
traigo comida y vino dulce en abundancia. Iremos hasta el Hortus Caesaris para
hacer una ofrenda a la diosa y comeremos allí. ¿Qué no tienes ganas, dices? ¡Olvídate
de Gelio de una vez! Es un tonto presumido y orgulloso, ya te lo dije la
primera vez que se dignó mirarte y tú, como una boba, pusiste los ojos en
blanco. No te ha dado otra cosa que disgustos… ¡Se acabó! No quiero oír tus lamentos ni aceptaré una
sola excusa más. ¿No te enseñaron en la escuela que nuestro rey Servio Tulio
tuvo, durante años, amores secretos con la diosa Fortuna? Y si él pudo superar
la pena de verse abandonado por la diosa en su vejez, y no por haberle sido
infiel, todo hay que decirlo, sino porque ella se sintió repentinamente
avergonzada de sus amores con un mortal ¿tú, una muchacha en lo mejor de la
edad, vas a ser menos? ¿Ves? Ya me has hecho decir cosas que no quería. Pero bueno, ya que, a causa de mi indignación,
he cometido la imprudencia de comparar los amores de una diosa con los del estúpido
Gelio, urge que corramos ahora mismo a desagraviarla. Ponte la túnica de color
azafrán, su frescura y alegría son las más adecuadas para esta fiesta.
NOTA 1: Os pongo el enlace a otra entrada mía en la que se habla de El solsticio de verano y la diosa Fortuna
NOTA: El 24 de junio se celebraba en Roma la fiesta
de Fors Fortuna, una de las muchas advocaciones de la diosa Fortuna. Esta diosa
fue particularmente favorable al rey Servio Tulio, pues lo elevó al trono pese
a ser el hijo de una esclava de guerra. Él le dedicó varios templos a lo largo
de su vida. Hay constancia de que a Fors Fortuna se la veneraba en la ribera
derecha del Tíber. Había un templo dedicado a esta diosa en los jardines de César
(Hortus Caesaris) que daban, precisamente a esa orilla del río y que su dueño
había donado al pueblo romano para su disfrute.Como sabéis, uno de los atributos de la diosa era la cornucopia, símbolo de prosperidad.
Vaya, me ha sorprendido. Pensaba que la fiesta del sosticio era el 21 y que la iglesia católica pasó la fiesta al 24. Pero veo que los romanos lo celebraban el 24 mismo.
ResponderEliminarGracias
¡Feliz verano, Isabel!
ResponderEliminarVale.
Todas las religiones inteligentes han sabido adaptarse al poso sin fondo de las creencias populares porque deben de responder a un esquema básico humano, al igual que la pequeña historia que nos cuentas de los amores melancólicos de una jovencita a la que se le quedaron los ojos en blanco cuando vio a un galan que no la merece según la madre.
ResponderEliminarEn iconografía sucede algo parecido, esa imagen que nos presentas de la barca es casi igual a otra etrusca que aparece en las Tumbas de Tarquinia, el mismo esquema, cuatro tripulantes con dos abocados en los extremos.
Saludos
Luego llegaron los cristianos y en un ejercicio de aclimatación fueron sustituyendo los ritos paganos por otros más adecuados a su credo. Eso sí, sin olvidar nunca que los pueblos romanizados, no solo Roma, eran politeístas y que por tanto había que llenar todo ese espacio dejado por los dioses con santos, ángeles, vírgenes (una en realidad, pero en cada localidad la suya) y demás. En el fondo, una especie de monoteísmo politeísta.
ResponderEliminarUn saludo y que la Fortuna vaya siempre contigo.
Que Fortuna nos acompañe que falta nos hace. !Salve amiga mía! Nos vemos.
ResponderEliminarHermoso y sabio relato, como siempre! Feliz verano, Isabel! Muchas gracias por todo!Y qué la diosa Fortuna siempre te sea propicia! Besos.
ResponderEliminarSiempre es un placer volver leer estas historietas que tanto me engancharon cuando descubrí este bendito blog. Nos muestras tanto, y presentado con tan extrema delicadeza, que uno siempre piensa que es el 'voayer' que presencia las conversaciones y se mete en los pensamientos de los protagonistas.
ResponderEliminar¡Feliz verano querida Isabel!
El cuerno de la abundancia-Aunque uno no sea rico por lo menos que la alegría no falte; que eso no cuesta dinero y en cambio es lo que más se disfruta y sobre todo, para recibir con los brazos abierto el solsticio de verano.
ResponderEliminarQue pases un tranquilo verano Isabel.
Un fuerte abrazo.
Me gusta la fruición golosa con la que te adentras en la historia y estás más allí que aquí, Isabel.
ResponderEliminarEs una gozada, y nos haces gozar a los demás también.
Hola, Nán, no estás equivocado. En esta fecha los romanos no celebraban el solsticio, sino esta fiesta de Fors Fortuna cuyo objetivo no se conoce muy bien, quizá honrar las aguas del Tíber para que no falten en verano y se puedan regar los campos, pero en cualquier caso, ni Ovidio lo explica ni los estudiosos lo han podido aclarar. Parece que el 21 se encendían hogueras por la noche, para darle fuerza y potencia al sol que, desde el día siguiente, empieza a acortar su tiempo de luz. Luego ese rito se cristianizó y se trasladó al 24 para hacerlo coincidir con la fiesta de San Juan.
ResponderEliminarBesazos, querido amigo.
Muchas gracias, Dhyego, lo mismo digo. Feliz descanso y verano.
ResponderEliminarHola, El Peletero, tu reflexión es muy acertada. Estamos acostumbrados a mirar al pasado, a estudiarlo, haciendo compartimentos por territorios, por culturas, por cambios dentro de una misma cultura (renacimiento, barroco...)y casi todo el tiempo se nos olvida que el ser humano no ha dejado nunca de producir/transmitir cultura, que tenemos antecedentes remotísimos, que procedemos de unas cuantas parejas y que, cualquiera que haya sido la evolución de todos sus descendientes, siguen teniendo un origen común, más o menos antiguo o reciente. A eso cabe añadir que también en la antigüedad la gente viajaba mucho, se comunicaban las culturas, se comerciaba, se creaban nuevos asentiamientos, la gente admiraba y adquiría bienes de otras ciudades y asumía sus mensajes, tal como sigue ocurriendo con nosotros en la actualidad.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.