¡Ay, pino de Roma! Quién pudiera mantenerse erguido, como
tú, aún después de haber sido mutilado.
*Villa Doria Pamphili, en el Gianicolo. Roma.
Gracias a C. Mendoza, aquí pongo "Los pinos de Roma" del compositor Ottorino Respighi
Gracias a C. Mendoza, aquí pongo "Los pinos de Roma" del compositor Ottorino Respighi
¿Cómo le habrán cortado de tal manera ?
ResponderEliminarPenica santa, me da a mi.
Con tan pocas palabras, dices tanto, Isabel! Me ha encantado. Quién pudiera... Un abrazo enorme.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQuien pudiese "ser" en Roma...aunque fuese pino.
ResponderEliminarUn octubre conocí yo Roma.
Besos Isabel.
Testigo mudo de un tiempo que discurre entre piedras milenarias.
ResponderEliminarUn saludo.
Perdón por las duplicidades, no sé que he hecho...!!!! jajajaja....
ResponderEliminarLos pinos son bellos, pero me gustan más los cipreses.
ResponderEliminarVale, Isabel.
Para la autora y sus lectores, una invitación a disfrutar de otro homenaje a los Pinos de Roma, seres vivos ancestrales de quienes habla la música interpretada por jóvenes de hoy : https://youtu.be/sT66rcWt7Lo
ResponderEliminarHola Tecla, igual ha sido consecuencia de un vendaval o de un rayo. No creo que nadie lo podara así... Besazos.
ResponderEliminarHola Yolanda, gracias una vez más y siempre, por la atención con que lees todo lo mío. Besazos.
ResponderEliminarHola Juan Segura, comparto tus palabras. Tampoco a mí me importaría ser en Roma cualquier cosa... Ahora que la has conocido, ¿verdad que comprendes mejor mi pasión por esa ciudad? Besazos.
ResponderEliminarSaludos, Cayetano Gea. Cierto, es un testigo mudo mientras no sopla el viento. De lo contario, canta... Besazos, querido amigo.
ResponderEliminarHola Dyhego, también a mí me gustan muchísimo los cipreses y en el paisaje romano son preciosos. Lo que tienen de singular los pinos romanos es su gran altura y sus copas tan redondeadas. No los hay iguales en ningún otro sitio. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias, C. Mendoza: he añadido el enlace al concierto al pie del post. No conocía a este compositor italiano, y me ha maravillado. Mil gracias. Abrazos.
ResponderEliminarPaseé hace unos años por la Via Apia, yo sola sobre las losas bien encajadas y bajo pinos como éste...¡ah, qué emoción!
ResponderEliminarUn fortísimo abrazo, querida Isabel.