- ¿Por qué has decidido esculpir a la diosa sentada? – pregunta Anna, la hermana de la reina Dido, a Demetrius Peder. Desde hace rato está en el taller del escultor observándolo manejar el escoplo y el martillo, y no cesa de hacerle preguntas ni de dar vueltas a su alrededor. Anna tiene el espíritu tan inquieto como las piernas y una risa cristalina que resuena por Cartago a cada momento. Para ella, la decoración del templo de la diosa Juno es una novedad emocionante.
- ¡Alguien debe estar sentado en esta ciudad! – responde con ironía el escultor, lanzándole una mirada de reojo. Sin embargo, la hermana de la reina no se da por aludida y sigue mirándolo a la espera de una contestación. Hay alegría y curiosidad en sus ojos, de color marrón claro, y una sonrisa que nunca se le borra de los labios. Demetrius la ha observado a veces sacudir la cabeza, como si acabara de convencerse a sí misma de algo y se diera la aprobación. Y con ese gesto sus cabellos castaños, sueltos y ondulados, saltan por encima de los hombros con la gracia de una oleada. Si en lugar de la diosa Juno hubiera de esculpir a una Diana, Anna sería la modelo perfecta.
- Si ha de proteger esta ciudad durante siglos – responde por fin el escultor – más vale que la madre Juno esté cómoda y descansada. ¿No crees?
- ¡Alguien debe estar sentado en esta ciudad! – responde con ironía el escultor, lanzándole una mirada de reojo. Sin embargo, la hermana de la reina no se da por aludida y sigue mirándolo a la espera de una contestación. Hay alegría y curiosidad en sus ojos, de color marrón claro, y una sonrisa que nunca se le borra de los labios. Demetrius la ha observado a veces sacudir la cabeza, como si acabara de convencerse a sí misma de algo y se diera la aprobación. Y con ese gesto sus cabellos castaños, sueltos y ondulados, saltan por encima de los hombros con la gracia de una oleada. Si en lugar de la diosa Juno hubiera de esculpir a una Diana, Anna sería la modelo perfecta.
- Si ha de proteger esta ciudad durante siglos – responde por fin el escultor – más vale que la madre Juno esté cómoda y descansada. ¿No crees?
Lejos de ofenderse por esta respuesta apropiada para una niña pequeña, Anna se ríe. Le cae bien el escultor y le hace gracia verle los ojillos azules en medio de la cara cubierta de polvo blanco, como si moliera trigo o, visto de lejos, como si acabara de llevarse un susto. Se despide de él y sale a la puerta, donde la espera Nismacil, su acompañante y protectora.
- Hoy estoy decidida a conseguir que Cárminis me muestre sus pinturas – le dice a Nismacil mientras se dirigen al templo –. Mi hermana las ha visto ya y yo me muero de ganas. ¡Has de ayudarme a convencerla!
- No pienso entrar, te lo he dicho muchas veces – responde Nismacil – De modo que no insistas. Aquí afuera te espero.
- No pienso entrar, te lo he dicho muchas veces – responde Nismacil – De modo que no insistas. Aquí afuera te espero.
- No conozco a nadie con tanta resistencia como tú a acercarse a la diosa Juno. ¡Cualquiera diría que la temes!
- En mi lugar, tú también la temerías – responde Nismacil y, de pronto, instintivamente, sin pensarlo, señala a Anna con el dedo y añade – No estés segura de hallarte a salvo de sus maquinaciones.
Por un instante, Anna se siente sobrecogida por su gesto y la rotundidad de sus palabras. Sin embargo, recobra pronto la compostura y entra en el templo. Nada más traspasar el umbral, la inunda el olor de las pinturas fluyendo a través de la oscuridad. Se detiene durante unos instantes esperando a que sus ojos se acostumbren a la penumbra. Allá, al fondo, brilla una antorcha sujeta al muro. Se acerca en silencio hacia la luz. Cárminis está trabajando en la pared de la izquierda, y en este preciso momento se halla de espaldas a la puerta, inclinada sobre la mesa donde prepara y mezcla las pinturas. Anna se detiene a contemplar un tramo de pared pintado.
Por un instante, Anna se siente sobrecogida por su gesto y la rotundidad de sus palabras. Sin embargo, recobra pronto la compostura y entra en el templo. Nada más traspasar el umbral, la inunda el olor de las pinturas fluyendo a través de la oscuridad. Se detiene durante unos instantes esperando a que sus ojos se acostumbren a la penumbra. Allá, al fondo, brilla una antorcha sujeta al muro. Se acerca en silencio hacia la luz. Cárminis está trabajando en la pared de la izquierda, y en este preciso momento se halla de espaldas a la puerta, inclinada sobre la mesa donde prepara y mezcla las pinturas. Anna se detiene a contemplar un tramo de pared pintado.
Ante sus ojos se extiende un campo de batalla. En un extremo se ven las murallas y torreones de una ciudad y, en la punta contraria, una playa con muchas naves varadas en la arena. Cerca de ellas, casi a su sombra, se levantan tiendas de cuero oscuro. No se ve a nadie en el campamento. Todo el mundo ha acudido a la zona central, donde se está librando una batalla. Varios carros se dirigen hacia la muralla y algunos hombres al pie de los muros los apuntan con sus lanzas y esperan a que sus propios carros frenen al enemigo . Dos caballos se alzan de manos espantados, uno de ellos con el pecho atravesado por una lanza y los ojos exorbitados. El guerrero que ha arrojado la lanza está tan cerca, que los caballos van a aplastarlo. El auriga del carro ha perdido las riendas, está a punto de caer y será arrollado por los caballos que galopan detrás. El conductor de este segundo carro trata de esquivarlo y hace virar el suyo de tal modo que inevitablemente atropellará por la espalda a unos arqueros mientras lanzan sus flechas con una rodilla en tierra.
Ajenos a las maniobras de los carros, un grupo de guerreros combate cuerpo a cuerpo. Los rostros contraídos por el esfuerzo, los músculos tensos. Algunos yacen en el suelo y son rematados por sus enemigos. Se oye el fragor de la batalla, el ruido afilado de las espadas al chocar contra los escudos y los cascos, los gritos de ánimo y de agonía, los insultos con que se provoca a los enemigos buscando que la ira los ciegue y pierdan el control.
Anna está fascinada. Cuando Cárminis, con un sobresalto, se percata de su presencia, se brinda a explicarle ese y otros paneles terminados. Muy cerca de la hornacina donde se alojará la estatua de Juno, hay una escena dramática. La ciudad de Troya arde en llamas, avivadas aún más por los reflejos rojizos que arroja la tea encendida. Un hombre ha logrado escapar y lleva sobre sus espaldas a un anciano. A Anna le encoge el corazón ese pobre viejo.
- ¿Quiénes son los que escapan? ¿Y a dónde van?
- Son Eneas y su padre Anquises. El niño a su lado es Ascanio. Donde vayan, Juno los perseguirá. Desdichado quien se lo encuentre por el camino, porque la ira de la diosa es como la lanza que atraviesa a aquel caballo: no contenta con herir al animal, daña a cuantos lo rodean.
* Detalle de escultura femenina. Museos Capitolinos. Roma.
**Detalle de relieve con figura femenina. Museos Capitolinos. Roma.
***Columnas del templo de Venus y Roma. Roma.
****Detalle de pintura mural con una batalla. Museos Capitolinos. Roma.
*****Detalle de pintura mural con el incendio de Troya y la huida de Eneas. Estancias de Rafael. Museos Vaticanos. Roma.
******Detalle de cornisa en la iglesia San Luis de los Franceses. Roma.
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Queridos amigos, os pido disculpas pero estoy teniendo problemas con el ordenador y tengo serias dificultades para dejar comentarios. En cuanto lo resuelva os visitaré a todos. Besos
ResponderEliminarQue paso a decir hola y a asegurarte que, como siempre, me voy satisfecho y bien templado.
ResponderEliminarY cuan cerca se encuentra esta Juno de poder hacer realidad sus deseos...
ResponderEliminarAquí seguiré esperando encantada...
Y cuida esos problemas con el ordenador isabel, no sea que terminen siendo algo más serio, y te perdamos de vista una temporada
Ya se va entrando en clima de nubes de tormenta y no solamente por culpa del Dios de los mares o vientos: la cosa viene pesada y con las Parcas hilando para el lado de la tragedia.
ResponderEliminarPufff, hacía muchísimo que no me pasaba por estos lares. Me gustaron mucho los últimos post, te dejo mis saludos!
ResponderEliminar...siempre atrapante...un placer leerte
ResponderEliminarsalud y mas que suerte
Sin lugar a duda, es difícil imaginar la fuerza evocadora y el impacto que aquellas pinturas debían ejercer sobre quién las observa en aquella época. Hay que tener en cuenta el modo diferente al nuestro -acostumbrados a este constante bombardeo de imágenes en sus cientos de formas-, con el que se enfrentaban a las representaciones, y lo cargadas que estaban éstas de símbolos y contenidos que ellos interpretaban con una veneración mística.
ResponderEliminarEn cierta manera, nos ha pasado como con el conocimiento: de casi no poder acceder a él pasamos a una profusión tal, que apenas somos capaces de valorarlo.
Esto es lo que me ha venido a la cabeza mientras leía la magnífica visión de la obra de Cárminis.
Salud
Muy buena elección la pintura de Rafael. Gran descripcíón como siempre.
ResponderEliminarPara arreglar tu ordenador que mejor que una invocación a Nautica.
Besitos Isabel.
Bien, Isabel, ya he completado la lectura de todos los capítulos hasta agosto de 2006. Y voy concluyendo, en base a mis primeras impresiones: que tienes una prosa clara, sencilla y muy, muy fluida, que hace de la lectura una experiencia tranquila, placentera y agradabilísima; que tu capacidad para fabular es muy alta, porque tienes imaginación, talento y mucha habilidad para la disposición de los elementos narrativos (personajes, situaciones, ambientes) en un orden que, por su apariencia de inexistente, se hace muy llevadero (y facilitador de la lectura); que tu amor por el mundo que retratas se aprecia en cada palabra, pero de manera natural, no forzada, sin la más mínima estridencia; que, evidentemente, tu conocimiento de ese mundo es profundo, y te hace dominar con soltura todas las claves del entorno de los relatos; que el “sistema de entregas” (capítulos de publicación periódica) es muy eficaz para mantener el interés –enganchar a la audiencia, que se diría en jerga televisiva-, y se ve que lo manejas también con mucha eficacia (aunque, sobre ese particular, he de reconocer que “he hecho trampa”, al leer todas las entregas de un tirón). En suma, que escribes muy bien; que lo que he leído, me ha encantado, me ha parecido un material literario de un nivel excelente; y que, por supuesto, pienso seguir en la tarea hasta completar todo el material pendiente, y más allá –hasta ponerme al día-.
ResponderEliminarDisculpas si el comentario resulta demasiado extenso, y muchas gracias por compartir con tus lectores este espacio que creas, y recreas, para el solaz y el disfrute de un mundo que, al menos para algunos –como es mi caso-, no por menos desconocido, es menos atractivo: no se puede hacer homenaje más feraz y hermoso.
Un abrazo.
Huuu, esto es escribir, vengo leyendo de atras y me ha atrapado, tengo debilidad por la mitología.
ResponderEliminarLas premoniciones empiezan a aflorar en cada rincón de esta ciudad que crece a pasos agigantados. Abrazos.
ResponderEliminarIsabel, estoy como Anna fascinada viendo las pinturas y el simbolismo de ellas
ResponderEliminarUn abrazo amiga
Querida Isabel, más parece que me hubiera perdido por el Egeo, en Zeus sabe qué Odisea, pero la verdad es que hace siglos que no me pasaba por aquí con tiempo, con el tiempo que se merecen tus mujeres. Me alegra mucho ver que sigues activa, creativa, trabajadora y, sobre todo, que no te has dormido en los laureles (de momento por la concurrencia, en un futuro por el papel impreso, ya lo verás) y sigues entregándote en cada texto y a la vez, o eso creo percibir, desapareciendo de él y dejando que fluya solo.
ResponderEliminarLa sencillez y la claridad son siempre virtud en las letras (aunque algunos exploremos otros territorios más, digamos, tortuosos, pero ya me conoces un poco), y nunca dejo de verlas en tu manera de construir ficciones. La mejor prueba de todo esto es que tus lectores no se aburren y regresan con avidez a por tus jirones de Historia-Ficción y mito.
Un abrazo fuerte. Se te extraña.
Mi adorada ISABEL,me apasionan estos capítulos donde mi presencia,poder y autoridad se hacen valer ante quien me esquive y desafie!
ResponderEliminarRealmente JUNO es de temer,como todo DIOS al que se enfrenta su supremacía...
P.D.:Por demás tu modo de relatar,describir y desglosar la mitología sigue siendo para mí un embrujo!
MIS BESAZOS INMENSOS AMIGA DEL ALMA...
Hola gregorio luri, creo que debes ser el único personaje con motivos para estar contento ¿no?, aunque haya una disconformidad radical en tu alma. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarHola mía, estoy convencida de que cada vez los equipos y los problemas ganan en complejidad y fragilidad. Cambié el mío hace 8 o 9 meses, y no he dejado de tener problemillas continuamente... Parece un nuevo truco para hacernos gastar más. En cuanto a la historia, seguro que no tardaremos mucho en saber la continuación. Besos.
Hola lady zurikat, las parcas tejen y tejen y sus corazones son insensibles a los resultados de su labor. No como nosotras, que sentimos incluso cuando leemos o vemos películas que son pura ficción. ¿Será por eso que somos humanas? Besos, querida amiga.
Hola angel y demonio, gracias por tu visita. Si continúas con esta historia creo que te gustará. Besos.
Hola fuego negro, gracias por pasarte, pronto te visitaré. Saludos cordiales.
Ay, Dios mío, la que se nos avecina si June está por medio y se cruzan los troyanos.
ResponderEliminarA través de tus descripciones, he podido revivir la Iliada, con esa pintura de la batalla. Mi corazón siempre estará con los troyanos, por eso Juno no es de mi agrado.
Pero como es una diosa y tiene mucho poder, mejor temerla que insultarla.
Seguimos contigo.
Besos
Hola charles de batz, has hecho una reflexión muy interesante. Vivimos la era de la imagen, bombardeados por todas partes, y seguramente nos resulta difícil imaginar el valor y el impacto que tendrían en la antiguedad las imágenes. Un valor simbólico y recordatorio, algunos de cuyos significados se han perdido. Relatar la historia de Troya en pinturas debía ser tan fascinante, como hacerlo en la cerámica o, como Amneris, en un tapiz. La fuerza evocadora de la imagen es tremenda. Besos y hasta pronto.
ResponderEliminarHola krisish, escribí una invocación a Naútica. A ver si la encuentro y te la remitiré. Besos, guapa.
Saludos, manuel márquez, me has dejado impresionada por el esfuerzo de lectura que has hecho. Te estoy muy agradecida, porque más allá de las palabras elogiosas, lo que más me importa es saber que a los lectores les interesan estas historias y desean conocer algo más de ellas y de ese universo en el que se inscriben: una cultura que es la nuestra aunque a veces parece que lo hayamos olvidado. La valoración tan positiva que haces resulta estimulante y desde luego me invita a continuar. Puedo asegurarte que sin vosotros, los lectores, gran parte de mi esfuerzo resultaría baldío y frustrante. Ánimo con lo que te queda pendiente, y hasta pronto. Besos.
Saludos el analista, si te gusta la mitología, quizá te interese leer la versión que he hecho de Cupido y Psique siguiendo a Apuleyo. Creo recordar que empezó por el mes de octubre o noviembre. Hurga por el archivo. Bienvenido y hasta pronto.
Hola fgiucich, a veces algo en nuestro interior enciende una luz de alarma. Y, lo que es peor, pocas veces le hacemos caso. Besos.
ResponderEliminarSaludos, alida, creo que la historia de Troya tiene una fuerza tan tremenda, que inevitablemente nos atrapa y hace brotar en nosotros en torrente de emociones e ideas. Besos, querida amiga.
Hola sergi bellver, me alegra que hayas encontrado un ratito para pasarte por aquí, sé que vas muy ocupado y supone para tí un esfuerzo. A veces también a mí me gustaría transitar por los vericuetos que tu y otros escritores recorréis, arrancando nuevos significados y sonidos a las palabras, haciendo magia con ellas. Sabes cuánto admiro tu prosa. Sin embargo, casi sin darme cuenta, vuelvo a la sencillez y claridad de la que hablas, tal vez porque yo soy así y es como mejor puedo expresarme. Gracias por tus buenos ánimos. Un abrazo muy fuerte y hasta pronto.
Hola gabu, como suele decirse vulgarmente, a Juno no hay quien le tosa... Una personalidad potente y nada sometida a su marido, el poderoso Júpiter. Algo debe significar ¿no? Besitos, querida amiga.
Querida ula, sería imposible no tener el corazón con los troyanos, por mucha admiración que sintamos por los griegos. Troya pertenece a nuestro imaginario con una gran potencia, no en vano los romanos se consideraban descendientes suyos. ¿Cómo no íbamos a sentir nosotros lo mismo? Besos, querida amiga y hasta pronto.
ResponderEliminar¡Los dioses ( y las diosas) que tantas veces deshacen el trabajo y la vida de los mortales..!
ResponderEliminarY lo que resulta de sus rivalidades entre ellos, conforma la vida en la tierra.
Y aún así, algunos mortales logran esquivar sus designios.
Me sigue fascinando, más allá de lo bien que llevas la historia, lo acertado de las imágenes que ilustran los capítulos.
Ayudan a meterse en situación :)
Un abrazo, mujer romana
Ay Dios, que feas son esas matazones. Y luego con tantos muertos, Y DESVESTIDOS.
ResponderEliminarCreo que la curiosidad de Anna no tiene límites.
Saludotes, abrazotes y besotes.
Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur
Y de toda la historia, Anna es la que más quiere que pronto esté listo el templo.
ResponderEliminarSe nota que es alegre, que nada la espanta y que puede ser muy fuerte.
Saludos, abrazos y besos
Nice Day, con toda mi Alma:
Gusthav
Bueno, de momento Cárminis no parece tener tanto peligro como parece sugerir Nimascil ¿no?
ResponderEliminar:)
Besos, Isabel.
Cómo siempre a saltos, vengo y leo una tirada larga y hasta la próxima. Y como siempre sumamente entretenido.
ResponderEliminarMaravillado me he quedado con las pinturas y la descripción.
ResponderEliminarMuchos besos y a seguir así.
Paso con el rumor del viento...a traerte un fuerte abrazo....
ResponderEliminarIsabel...regreso con calma a leer de nuevo tu historias que me dejan atrapada. Ya sabes lo que paso la semana anterior. Mil gracias por tu apoyo y comprensión.
ResponderEliminarBesos.
Muy ilustrativa
ResponderEliminarSaludos
Hola Isabel:
ResponderEliminarNo se, pero te imagino con la colera de alguna diosa al ver los problemas que estás teniendo con el ordenador.Que se arreglen.
En cuanto a la historia, vaya como se complica. Entonces...¿que pasa con Eneas y Dido? que ocurrirá? o la historia tomará otros derroteros?¿Y esa destrucción de la que habla el relato, que nos depara?
Me ha gustado el golpe de efecto de la descripcion de la batalla, aludiendo al cierre del capitulo.
Un beso, escritora.
Isabel, ¿pensaste alguna vez en una ucronía tipo Cartago vence a Roma? Hay un cuento de Bioy Casares, basado en esa idea.
ResponderEliminarBesos mostros.
se estan armando las nubes... se avecina una tormeta verdad?????
ResponderEliminardonde hallara cobijo en corazon de mi reina...
te dejo besitos de hada mi queridisima Isa
Salven al niño!!!!!! Por favor!!!
ResponderEliminarNecesitamos un futuro.....
Isa: Venite que estoy haciendo una encuesta muuuuuuuy seria esta semana y necesito voces femeninas... de las que no callan!!! Muá! ;)
Hola Isabel.
ResponderEliminarBuenas fotos las que ilustran.
Hay una tormenta aquí,
y el martes (Marte) que pasó hsta hoy (espero que perdure), han habido aquí en la zona central de Chile, unas primeras gotas de agua.
¡qué contenta me puse!
¡el cielo está hermoso!
Tu historia, calza perfecto...
...pero aquí está tronando...jaja
en el cielo de aca, no.
Un gran abrazo.
Sabes, aunque no sé quien eres,
siento que podría confiarte muchas cosas.
Muchos cariños para ti.
La belleza de Anna en tus letras. La belleza de tu historia se impregna que a lo lejos contemplo el horizonte.
ResponderEliminarAbrazos
Que belleza, asi es, querida Isabel, que tengas un hermoso finde muchos besos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el capítulo visto desde el protagonismo de Anna, le da una vivacidad que equilibra muy bien las bellas descripciones pictóricas...
ResponderEliminarSuerte con el ordenador !
besos cincelados...
Pinta pintada a la diosa porque lo que necesita es que esté descansada para proteger la ciudad o porque se protege la ciudad con la inteligencia y no con la fuerza?
ResponderEliminarSigo con retraso :-( pero sigo :-)
Besos
Isabel:
ResponderEliminarMe estoy poniendo al día. Gracias por tenernos tan entretenidos.
Abrazos.
Siguiéndote , como siempre...
ResponderEliminarBesos
Querida Isabel: Gracias por tu relato y por ese tremendo glosario con los nombres de los dioses!!!!
ResponderEliminarSi tuviera una niña le pondria Morgana y ahora sè su significado!!!!!!
Un baño de cultura !!!!!!
Querida mia estoy en una nueva casa y este comentario es para que pinchando puedas llegar hasta ella .
Miles de cariños
Qué terror la ira de esa diosa
ResponderEliminarGab
Siempre vuelo de tu mano por playas del Egeo.
ResponderEliminarEs nutricio venir a leerte, ya sabes lo que pienso de tu intenso trabajo.
Besos romanescos, querida Isabel.
Dido, conflictuosa, incomprendida y carismatica, arcilla explosiva en las manos de una diosa de Roma
ResponderEliminarComo siempre precioso el relato.
ResponderEliminarEllo me ha traido un pensamiento, ¿como se podían apañar los pintores antiguos alumbrándose con antorchas, para conseguir esos magníficos cuadros?
Besitos.
He quedado maravillado con las pinturas, son extraordinarias, también tus relatos Isabel.
ResponderEliminarEs una bella Historia.
Hay relámpagos y truenos, ¿se viene la tormenta?.
Buena semana, Amiga
Oso
Impresionante. La historia ha crecido con una fuerte coherencia.
ResponderEliminarEn este capítulo, admiro la descripción puntillosa y el acompañamiento de imágenes que has hecho.
Ah, querida amiga! Qué placer volver por aquí!
Querida Isabel, cuanto más leo más me está gustando todo. No suelo firmar porque prefiero el modo "visitante silencioso" pero, en serio, es todo un placer pasarse por esta Roma tan bien habitada. Un abrazo!
ResponderEliminarHola trenzas, lo bueno de estos dioses antiguos es que permiten que les echemos todas las culpas, mientras que otros, por el contrario, nos las echan a nosotros. Me quedo con los viejos... Besitos, guapa.
ResponderEliminarHola arthur, la gente en las guerras es que no tiene ningún cuidado ni decoro. Besitos.
Saludos, gusthav, Anna es simpática y curiosa, creo yo. Casi como tú. Besos.
Hola almena, a quien teme Nismacil es a la diosa Juno. Aunque es un temor lleno de reverencia. Besos y hasta pronto.
Saludos, luis rivera, gracias por estas visitas tuyas tan cumplidoras. Besos y hasta pronto.
Hola kurtz, las pinturas de las estancias de Rafael son impresionantes. Besotes.
ResponderEliminarSaludos, fernando, se agradece tu abrazo.
Hola danielha, creo que ya todo ha quedado atrás y debe ser olvidado. No la historia de Dido, desde luego, a quien me gustaría que recordásemos siempre. Besos.
Gracias por tu visita y bienvenido, sonny.
Hola rafael pq, espero que esta historia nos depare aún muchas emociones y nos permitan recordarla siempre. Besotes.
Hola el mostro, no lo había pensado nunca, aunque seguro que resultaría muy interesante. Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola aurefaire, precisamente la reina hallará un refugio a la tormenta... pero no te adelanto nada más. Besos, hadita.
Hola ferípula, el niño está salvado, no te apures. Por lo que respecta a tu encuesta, ya te he contestado... Besitos.
Hola carolina trinidad, es un alivio saber que han comenzado las lluvias y la sequía se aleja. También en Cartago va a estallar una tormenta... Gracias por tu confianza. Besotes.
Hola clarice baricco, ya ves que Anna es una persona alegre y vital. Besos y hasta pronto.
Hola morgana, gracias por tus buenos deseos. Que empieces bien la semana. Besitos.
ResponderEliminarHola pru, seguramente estás haciendo un buen trabajo. Y demuestras tener sentido del humor. Besos.
Hola aynara, creo que las ciudades se protegen con inteligencia, pero en la antigüedad nadie pensaba así. El favor de los dioses era indispensable... Besos.
Hola felipe sérvulo, gracias a tí por el esfuerzo de ponerte al día. Feliz semana.
Hola rodolfo n. gracias por tu visita.
Hola paz traverso, espero visitarte enseguida en tu nueva casa. En cuanto al nombre de Morgana, es el de una hechicera de la saga del Rey Arturo y la tabla redonda. Lo que ocurre es que nuestra amiga bloguera morgana quiso tener ese nombre en esta historia. Besos y hasta pronto.
Hola gabriela monroy calva, los dioses irritados o con deseos de venganza nos inspiran pavor. No hay lugar en el universo en el que ocultarse de ellos. Besitos.
ResponderEliminarHola malena, estoy feliz de que recales por estas costas de vez en cuando. Besos en el invierno porteño.
Hola heriberto, ya veremos qué nos depara esta historia con una reina tal como la has definido.
Besitos.
Saludos unjubilado, creo que los artistas han sufrido siempre mucho para hacer sus trabajos. Y no siempre han gozado, en su tiempo, de consideración. Besos.
Hola oso conocido, se viene la tormenta, seguro. Otra cosa es si podremos evitarla... Besos enormes, querido amigo.
Hola diana l. caffaratti, un placer encontrarte de nuevo. Espero saber mantener esa coherencia hasta el final.
Saludos alba, me causa alegría que de vez en cuando dejes una señal de tu paso por aquí. Besos.
Tienes arte de escribirlo y de plasmarlo. tu página es algo más que un diario, es historia de la buena de verdad...
ResponderEliminarUn gran abrazo amiga...marvision
Bueno veremos que podemos hacer para enderezar un poco el destino de Eneas ¿No Isabel? ¿O arrastrará a Dido con él?
ResponderEliminarUn beso, Miriam G.
he vuelto a la madre patria.. qué tal un año de veranos y primaveras... llámame dido.. jeje
ResponderEliminarun besazo enorme
Sin duda, aquí se habla del destino. Qué profundamente arraigado en los corazones estaba ya en aquella época, y qué profundamente también está arraigado en los corazones de las protagonistas.
ResponderEliminarHola Isabel, me encantaron esas pinturas. Estuve en los museos Vaticanos y había todo tipo de arte allí dentro. No recordaba ese cuadro con la huída de Eneas pero es sólo un detalle, un pedacito de un cuadro. Muchas veces miramos cuadros como si viéramos un bosque, cuando lo bonito está perdernos entre los árboles.
ResponderEliminarMe gustan tus selecciones artísticas.
Besos y feliz semana.
Estar disfrutando cada una de tus historias, parece a uno estar en el tiempo preciso en que transcurren.
ResponderEliminarTu rigor histórico y narrativo, cada vez se ha transformado más en un arte dentro del arte.
La descripción que haces e la pintura del incneido de Troya, me resultó excelente, con ese detalle , que me imagino que es como si lo estuvieras viendo al inspirarte, del reflejo rojo teñido aún más por la tea, es etremecedor, me encantó.
Una vez más te felicito, mi querida Amiga.
Y te agradezco profundamente, la permanenete compañía que me has hecho durante mi ausencia, y el estar a bordo nuevamtne a mi regreso, h asido un placer nmenso y todo un honor.
Un besazo.
Esto de "alternar" con los dioses, simpre nos va a dar más de un disgusto: si le haces caso a uno, porque no le haces caso al otro y así sucesivamente.
ResponderEliminarVarón, mujer..., da igual, son dioses y, los dioses siempre pretende manejarnos a su antojo...
Dolor, mucho dolor en ese fresco...
Besillos, querida.
Hola marvisión, gracias por tu visita y tus palabras. Mi mayor interés es que disfrutéis al máximo. Besitos.
ResponderEliminarHola miriam g. creo que esta es una historia respecto de la cual no nos arrepentiremos de haber participado. Besos, querida amiga.
Saludos, elisa de cremona, me alegro que hayas regresado a tu patria. Que no es Cartago... Besitos.
Hola david, creo que todos se sentían bastante influidos por los dioses. En cuanto al destino, éstos ni siquiera podían cambiarlo. Besos y hasta pronto.
Hola irene, tienes razón, en los museos Vaticanos (como en tantos otros lugares de Roma) hay tantas obras de arte que es difícil llegar a apreciarlas todas. Besos, querida amiga.
ResponderEliminarSaludos, querido navegante, es un placer tenerte de nuevo en la blogosfera, te he echado de menos. Besos y hasta pronto.
Hola kostas kamaki, no hay forma de estar completamente a bien con las divinidades. Suelen ser variables y caprichosas... Besitos.
Tus obras y tu van camino del Olimpo a más velocidad que los rayos de Zeus. Utike Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarGracias por el guiño, Roma es apasionante, hace bastante tiempo tuve la oportunidad de visitarla y da la sensación de viajar en el tiempo a traves de sus obras. Me encantó!
ResponderEliminarHola, querida Isabel.
ResponderEliminarEstuve rodando por el mundo durante varios días pero ya estoy de vuelta.
Este capítulo me ha gustado mucho por un detalle en especial: por el arrobamiento con que Anna contempla las pinturas. Puedo imaginar su rostro frente a las obras de Cárminis y también pude sentir ese encogimiento en su corazón, esa sensación sobrecogedora que describes. Así se siente uno cuando está ante una obra de arte y creo que tú lo has descrito muy bien, de manera sutil, no torpe y evidente.
¡Seguiré poniéndome al día con la historia!
Abrazos, amiga.