Así se queja el poeta Ovidio de los celos de su amada:
“¿De manera que voy a servir yo siempre de reo para nuevas acusaciones? Me fastidia tanta lucha para alcanzar la victoria.
Si me vuelvo a mirar las alturas del marmóreo teatro, eliges de entre la muchedumbre alguna de quien quejarte; si una mujer de radiante hermosura me ve y me mira sin decir nada, en esa mirada sospechas que hay señales secretas; si he elogiado a alguna, arrancas con tus uñas mis pobres cabellos; si la recrimino, piensas que disimulo mi falta; si tengo buen aspecto, dices incluso que soy insensible para contigo y si lo tengo malo, que muero por amor a otra.
(…) Hete aquí la última acusación: se le echa en cara a su experta en maquillaje, Cipasis, de haber mancillado conmigo el lecho de su señora. ¡Concédanme los dioses algo mejor, cuando tenga deseos de ser infiel, que sentir placer con una amiga innoble, de condición humilde! ¿Qué hombre libre querría entablar relaciones amorosas con una sirvienta y abrazar una espalda señalada por los latigazos? Añade que es muy mañosa en peinar tus cabellos y camarera grata a ti por sus hábiles manos. ¿Iba yo a hacer proposiciones a una criada, sabiendo que te era fiel? ¿Qué ganaría ella sino ser despedida al menor indicio? Juro por Venus y por el arco del niño volador [Cupido] que no soy reo de la acusación que me haces.”
PUBLIO OVIDIO NASON.- “Amores”
Traducción de Vicente Cristóbal López.
NOTA: Como ya sabéis, queridos amigos, a estas palabras de Ovidio ha respondido Corina aquí. ¡No íbamos a dejar que él se quedase con todas las quejas y la última palabra! Y, quién sabe, quizá le conteste también Cipasis. En cuanto a los libros sibilinos, prometo hacer una entrada en breve.
*Detalle de una escultura de Cupido, actualmente expuesta en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ). Colección del British Museum. Fotografía de Isabel Zarzuela.
**Detalle de pintura de Alma Tadema.
***Detalle de un relieve decorativo en el monumento dedicado a la reina Dª María Cristina de Borbón. Madrid. Fotografía de Rafa Lillo.
Celos, amor, traición, poeta
Los celos son lo que primero debilita el amor. Pueden llegar a ser enfermizos y no demuestran nada. Y eso que han existido siempre... besitos.
ResponderEliminarAy madame, que gracia tiene la queja del pobre Ovidio, que a saber si era tan inocente como asegura. Pero el juramento final ya es lo maximo. Me encanta eso del arco del niño volador.
ResponderEliminarMe ha hecho disfrutar enormemente, madame Isabel.
Bisous
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMal asunto este de los celos, en tanto que nacen del sufrimiento y mueren con él. Siguiendo tu referencia a Shakespeare en una anotación anterior, !que otro ejemplo de ello nos dio aquél autor en Otelo!
ResponderEliminarSalud
Hola Isabel,
ResponderEliminarque gusto llegar a casa de viaje y encontrarme en tu blog con mi querido Ovidio!!!!....buen conocedor de las pasiones humanas!. Esperaré con ganas la respuesta de Corina. Bueno, y también la entrada sobre los libros Sibelinos....
Besos
Como dice la dame masquée habría que conocer si el comportamiento de Ovidio era correcto... porque a mí esto me suena a palabras de mal pagador...
ResponderEliminarsaludos!
tal vez mi post de hoy te resulte interesante...
ResponderEliminarhasta luego!
Habrá que leer lo que responde ella pero aún así, los celos no son buenos consejeros ni buenos compañeros de viaje.
ResponderEliminarUn saludo
¡Ay, temo que Ovidio no fuese un corderito! En cualquier caso, si es cierto lo que dice su amada podía ser muy agobiante. Espero su respuesta con ansiedad.
ResponderEliminarSaludos.
Un placer leer post como estos, mi querida amiga y patricia de Roma.
ResponderEliminarRepito: un placer.
Ah, mis adorados romanos y romanas...! Que poco hemos cambiado.
Corrijo: que poco ha cambiado el corazon humano. Afortunadamente.
Un enorme y cariñoso abrazo amiga Isabel.
si es que los celos son cosa mala pero a veces son inevitables... Un abrazo!!
ResponderEliminarOvidio...si Poeta, Vos!
ResponderEliminarVen conmigo mi Niño, vamos a las confidencias. Te quejas de los "celos de tu amada" ¿Verdad? ...¿Acaso has olvidado tus propios escritos, y tus recomendaciones en “El Arte de Amar”? Nada de jurar por Venus, te castigará para toda la eternidad! Esta vez, te creemos, no fue con la criada...pero hombre, con tus antecedentes!
¡Gracias Isa Querida! Verás que no abandono la costumbre de reñir con algunos autores!
Ahora la palabra la tiene Corina y ojalá Cipasis, mirá que tupé el de nuestro hombre!
Besazos Amiga!
Pobrecito Ovidio y todos los hombres que siguen su escuela de esgrimir las mismas quejas, hay que ver que injusticias con ellos. Es terrible, cómo va a estar él pensando en tales cuestiones...
ResponderEliminarAsí que le responde Corina, qué bueno. Ya me voy orientando sobre sus palabras. Maravillosa, como siempre en tu luz admirativa y poética.
Un besazo, artista.
hola,
ResponderEliminarno se si me equivoco, pero no veo ningun post sobre Sulpicia.
Probablemente ya la conoces pero igualmente te dejo el link a una pagina web donde hay una breve biografia ( Sulpicia esta entre las pocas poetisa latinas ), y unos testos escritos por ella.
Los poemas de Sulpicia forman parte del "corpus tibullianum". Espero que te guste....
p.s. si necesitas fotos (o lo que quieras) sobre Roma no hay que pedir.
ah, perdona... el link:
ResponderEliminarhttp://www.letteraturaalfemminile.it/sulpicia.htm
Ejemplo perfecto de la atemporalidad del miedo por excelencia: quedar solo.
ResponderEliminarUn besito.
¿Celos? Es igual que la desconfianza. Una de las peores cosas que existen pegadas como garrapatas a los amores.
ResponderEliminarY esto viene de lejos: los celos, nunca han sido buenos!! ajjaa!!
ResponderEliminarSaludos!!
Pese a los reproches femeninos, yo -por ahora- le creo a él.
ResponderEliminarlos celos son verdes?
ResponderEliminarno, creo que la envidia es verde.
bueno, los celos serían verde oscuro.
reptiles que devoran el alma...
Frank, http://elbodegon.blogspot.com/
Ayyyyyyyyy!!!
ResponderEliminarAmiga mìa,hombres tienen que ser para quejarse tanto de lo que terminan disfrutando,eh?!
P.D.:Justamente esta noche,los celos fueron tema de debate,enojo y roturas màs que oportunas... ;)
MI CARIÑO EN MIL BESITOS
Por el momento tiene buen argumento Ovidio, veremos que contesta Corina.
ResponderEliminarAbrazos mil.
Tal vez los celos no sean sino un síntoma de una enfermedad en cadena que pasa por el mismo matrimonio y la solución no estaría en no tenerlos o negarse a tenerlos, pues aquello que los produce estando en el fondo volvería a dejarlos nuevos. Hay quienes les fascina celar y hay quienes se fascinan siendo objeto de celos, poniendo en un juego mórbido estimas y reconocimientos.
ResponderEliminarComo ya lo he citado en otros sitios, también viene al caso esta vez "Los amores contrariados son los que mueven el mundo" GABO.
Mi abrazo de siempre Isabel Romana!!!
Los celos son el veneno del amor ¿o del desamor?
ResponderEliminarAbrazos, Isa.
Magnífico texto éste de Ovidio en el que pueden identificarse argumentos repetidos nuestros hombres hasta la saciedad. Espectacular la referencia a la espalda flagelada, y al arco de Cupido, y... Estoy deseando leer la respuesta. Inagotable fuente de conocimientos textuales y visuales esta casa. ¿Puedo enlazarla?
ResponderEliminarUn abrazo
Huys, pues se pone esto interesante. Que conteste, que conteste. Ea.
ResponderEliminarUn besazo
Hola Isabel. Aunque no diga nada sigo siendo fiel a tu "casa". ¡Disfruto demasiado en ella para abandonarla!
ResponderEliminarDifícil tema el de los celos. Si son celos, son temores infundados. Porque si están fundados son cuernos.
Contra los celos ajenos es difícil luchar:aunque puedas demostrar la falsedad de un acto atribuido, la celosa o el celoso encontrarán inmediatamente otro de que acusarte. Y qué decir de las intenciones y los deseos. ¿Cómo demostrar su inocencia?
Por otro lado la batalla con los celos propios debe de ser un auténtico infierno: vivir sospechando de aquellos a quienes más quieres ..... que voy a decir. ¡Un infierno!
Celos, cosa muy mala.
ResponderEliminarDe todas formas la defensa de Ovidio es muy típica del hombre culpable "No te iba a engañar con esa..., tu vales mucho más...estás loca...te juro..." Así son los hombres.
Bicos
Tanto discurso sólo para decir: yo no fui. Hombres...
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
Ay los celos...estoy deseando leer la réplica de Corina.me voy unas semanas.Intentaré leerte, sé feliz querida isabel.Un besazo
ResponderEliminarSi es que...desde que el hombre es hombre y la mujer mujer...cuando aparecen esos celos enfermizos no hay quien viva!
ResponderEliminarDa igual en la cueva que en la roma imperial que hoy.
Un beso
Lala
Una queja tan bien hecha que vale la pena leerla varias veces. Como siempre, has elegido una joya de regalo. Abrazos.
ResponderEliminarIsabel, precioso el texto de Ovidio y absolutamente intemporal, como todas las cosas realmente hermosas. Por cierto, me han encantado las fotografias. Un besito!
ResponderEliminarDa igual los años, o los siglos que pasen a la hora de hablar sobre sentimientos porque perviven para siempre y se vuelven a repetir los mismos patrones.
ResponderEliminarNo sé yo si Ovidio sería tan buenecito. ¿Sería un lobo con piel de cordero? ¿Sería su mujer una posesiva y lo tendría totalmente sometido? Bss
Ay si!
ResponderEliminaresos celos que son tragedia y dolor...
pobre ovidio. jajaja
besos amiga hermosa!
Lo de los celos ni en pintura. Hasta poquitos son malos, al menos así lo veo.
ResponderEliminarMe interesa mucho tu entrada sobre libros sibilinos, hace poco di con un texto que los menciona.
Un abrazo.
Cruel enfermedad para quien la padece, y tanto o más para quien la sufre...
ResponderEliminarLacra y pesada losa para quienes conviven con ellos... no, no quiero cerca de mi nada de eso la verdad.
Qué grato es venir a visitarte. Tenía mucho tiempo de no pasar, me encanta todo lo que escribes. He disfrutado la defensa de Ovidio, aunque no le he creído nada..
ResponderEliminar¡Uy cuando Corina hable de los celos de Ovidio...!Lo espero ansiosa...
ResponderEliminarBesitos, mi Romana...
Me he acordado de tí porque el otro día recibí un pps de Alma Tadema. No sé si lo tendrás pero es precioso. Te lo envío al correo que me enviastes al hablarme sobre el fresco italiano que se parecía a nuestra Dolorosa. Si no te llega, dímelo y te lo envío donde me digas.
ResponderEliminarUn besazo
Muy interesante este fragmento del relato sobre los celos de Corina, probablemente infundados, aunque ya veremos, como nos prometes, jaja. Y si Cipasis aporta algún que otro dato, mejor que mejor. Un besote, querida Isabel y a esperar la continuación.
ResponderEliminarLos celos son malos compañeros. Cuando no los sentimos nosotros ni nuestros amados, los encontramos tan humanos, hasta entrañables; cuando los sufrimos son terribles. El celoso lleva en el pecado la penitencia, la pareja del celoso lleva tal penitencia que merecería pecar;-)
ResponderEliminarNo sé yo si estos celos son sospechas... habrá que oír la versión de ella.
Un abrazo, querida Isabel, estoy desconectada pero aparezco de vez en cuando, que se echan de menos tus historias.
Besos.
Hola apreciada amiga...
ResponderEliminarA mi parecen muy vigentes los reclamos de Ovidio, no sé a qué se debe tanta sospecha, será falta de seguridad?
Un abrazo
Isabel, espero ardiente la respuesta para tener el cuerpo entero de los celos.
ResponderEliminarPor fin me puse en orden y Las Mujeres de Roma engalanan mis enlaces.Disculpa la tardanza, pero como todos los caminos llegan a tu blog creo que no te enojarás.
Un abrazo sin celo.
Sergio Astorga
¿Tan ligón era el poeta?.
ResponderEliminarsiempre me ha gustado el nombre de Corina, pero no sabía que venía de desde entonces...
ResponderEliminarsaludos!!!