Mirad, extranjeros que llegais a Roma, toda esta maravilla: la escalinata de travertino, las suntuosas columnas con capiteles corintios, ese frontón coronado de estatuas aladas. La restauración del viejo templo de la Concordia la ha costeado el piadoso Tiberio con el botín obtenido en la conquista de Germania y lo ha vuelto a dedicar a la diosa, esta mañana mismo. El Foro ha ganado en belleza y esplendor.
Y sin embargo yo, quizá porque soy vieja y he visto tantas atrocidades a lo largo de mi vida, no creo que los mármoles tintos en sangre sean del gusto de los dioses. Sólo son un pretexto de los hombres para ensalzar sus propias matanzas.
NOTA 1: El templo de la Concordia estaba en el Foro romano y apoyaba la espalda contra la colina del Capitolio. Fue votado en el 367 a.C. para celebrar la pacificación entre plebeyos y patricios, sin embargo no hay constancia de que se llegara a construir. En el 121 a.C. fue construido el templo dedicado a la Concordia por el cónsul Lucio Opimio después de haber derrotado (y asesinado) a sus compatriotas, los seguidores de los Graco. Destruido quizá por un incendio, el que luego sería emperador Tiberio rehízo y amplió el templo entre el 7 y el 10 d.C. con el botín de la guerra en Germania. Lo dedicó el 16 de enero del año 10.
NOTA 2: Os dejo el enlace a la completa entrevista que me ha realizado Javier Pellicer en su blog Tierra de Bardos: primera parte y segunda parte
*Restos del templo de la Concordia en la actualidad. Es esa masa de piedras que hay en primer plano. El edificio de atrás es el Tabularium y el Palacio Senatorio. Roma.
**Reconstrucción del templo de la Concordia en época de Tiberio. Imagen de internet.
***Detalle de un capitel procedente del templo de la Concordia. Imagen de internet.
*Restos del templo de la Concordia en la actualidad. Es esa masa de piedras que hay en primer plano. El edificio de atrás es el Tabularium y el Palacio Senatorio. Roma.
**Reconstrucción del templo de la Concordia en época de Tiberio. Imagen de internet.
***Detalle de un capitel procedente del templo de la Concordia. Imagen de internet.
Me parece que tendrás que incluír también el enlace a la segunda parte de la entrevista, Isabel, pues la he colgado hoy mismo. ;)
ResponderEliminarMagnífica entrada. Es maravilloso como aúnas los datos históricos con esa elegante prosa que te caracteriza como escritora. Fantástico.
Este templo no lo vi en mi viaje.
ResponderEliminarSabias palabras. Un monumento a la "grandeza" de los hombres, no de los dioses. Está claro. Como la columna trajana. Para que el tiempo no borre del todo las hazañas de los poderosos.
ResponderEliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos templos no tienen la culpa de la sangre vertida en sus escalinatas o capiteles, Concordia tampoco, somos los seres humanos, a veces, quienes escandalizamos en nombre de los dioses inventados.
ResponderEliminarBuena manera de iniciar el año, Isabel, invoquemos a Clementia o a Concordia, invoquemos a Piedad y Justicia, pero obremos en consecuencia.
Amiga he leído las dos partes de tu entrevista con Javier, una gozada, más conociendo como hermana a la escritora y a Dido. Lástima que no me ha sido posible dejar comentario a la segunda parte. Quedo a la espera de tus nuevos proyectos amiga, no tardes.
Besitooos muchos.
No se si congratularme de las hazañas , algo sangrientas , de ciertos poderosos que nos dejaron estos grandiosos monumentos .
ResponderEliminarPero , allí estan para recordarnos la ¨Historia ¨.
Felicidades por la entrevista .
Besos desde Málaga.
Me encantan las entrevistas que te hacen, eres un sol. Nunca supe de ese templo, una gozada aprender contigo!
ResponderEliminarMuchos besos
Las matanzas pesan en las conciencias como mármoles. Acaso los templos, con su belleza encandilaran los espíritus humanos, no así los de los dioses.
ResponderEliminarQué bonito relato Isa!
Voy por las entrevistas! Un Abrazote Amiga!(el primero del 2011!)
Da que pensar que pasen los siglos y sigamos haciendo lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo querida
Excelente,como siempre, tu pluma tan especial.
ResponderEliminarBuen año amiga!!
Con qué buenas intenciones se debió bautizar como "de la concordia" para luego sufrir una existencia cuajada de hechos sangrientos. Un saludo.
ResponderEliminarClaro los templos los levantan los hombres los mismos que inventaron a los dioses.
ResponderEliminarBicos
Concordia, quedé intrigado por esa Diosa.
ResponderEliminarMe ha encantado la enrevista y no sabía que novelabas algunas entradas, con razón son tan agradables Te felicitó y en la entrevista vi una foto manífica tuya que creo DEBES cambiarla por la del avatar que no te hace justicia. Un gran abrazo querida amiga.
ResponderEliminarSí, la crueldad también queda reflejada en las obras artísticas de los hombres, para vileza de muchas de sus hazañas.
ResponderEliminarSalud y República
Una muestra magnífica, y muy bien retratada por tu parte, compa Isabel, de lo bien que hemos sabido desde siempre los humanos disociar nuestros dichos de nuestros hechos, y de las parádojas y contradicciones entre la retórica y la práctica: poner bajo la advocación de un término como "concordia" algo edificado gracias a su antítesis (la guerra...). Tampoco le falta simbolismo a su situación actual: un mazacote de piedras y tierra. Quizá no sea mal final, no...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buena semana.
Es que los reyes y emperadores, tras matar a las gentes y arrasar pueblos, siempre han intentado conciliarse con los dioses...
ResponderEliminarPor si acaso, mas que nada -supongo.
Un abrazo, amiga
La crítica al sistema es tan antigua como el propio sistema.
ResponderEliminarUn beso, Isabel.
Ese templo se me hace que poco tenìa (si es que llego a tener) de 'concordia'... ¬¬?
ResponderEliminarP.D.:Aùn hoy en dìa se alzan monstruosas obras arquitectònicas en honor a las batallas muchas veces personales logradas!!
MIS BESITOS DE CARIÑITO AMIGA QUERIDA ;-)
"Paz" y "Concordia", cuántas veces los poderosos usaron - y usan - esa palabras en vano. Las suficientes para encolerizar a los dioses, que parecen haberse vengado en ese montón de piedras, antaño templo orgulloso.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
Cuánto razón: será por eso que huyo siempre de ciertos lugares bonitos pero con mucha historia (no siempre blanca) detrás.
ResponderEliminarHe leído la entrevista y me he emocionado, recordando la magia de aquellos días cuando engendrabas "Dido", y nosotros embobados veníamos cada día a ver como lograba esa brava mujer hacer sobrevivir a los suyos con el honor de la hija de un rey y con el deber de serlo, pero el amor de Eneas...
ResponderEliminarExquisito tu blog, como siempre.
Un abrazo.
Se puede encandilar al hombre, pero no a los dioses, la sangre, es sangre y bien lo saben los eternos, que gustan en ver como se derrama en su honor.
ResponderEliminarBesos y salu2.
Si los dioses hablaran probablemente tampoco les gustaría sus escalinatas manchadas de sangre.
ResponderEliminarUn abrazo, querida Isabel
"El piadoso Tiberio", madame, menuda joyita, tal como me comentaba. Es un personaje que se hace tan antipatico a la posteridad como al parecer llegó a hacerse en vida, con ese caracter extraño suyo y sus rasgos de desmedida crueldad.
ResponderEliminarbuenas noches, madame
Bisous
Querida Isabel, por favor, mírate mi relato de este JUEVES, lo subo el mismo jueves, me atrevo a decir que te interesará especialmente.
ResponderEliminarBesitooo romana mujer.
"Sólo son un pretexto de los hombres para ensalzar sus matanzas". ¡Qué texto tan breve, hermoso y desgarrador!
ResponderEliminarPor desgracia, así era y es, las obras que en teoría eran para honrar a los dioses, sólo pretendían honrar a sus constructores, ávidos de gloria y de perpetuar sus nombres.
ResponderEliminarEstupendo post, Isabel, contigo siempre aprendiendo. Otro besote, amiga mía.
Yo tampoco he podido creer nunca que los Dioses gustasen de la sangre....
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