Muchos creen, en nuestros días, que a los dioses no les interesan los asuntos humanos y nuestra suerte les es indiferente. Sin embargo, en tiempos más antiguos los seres humanos y los divinos se unían y se entremezclaban con frecuencia. Ocupaban los mismos espacios: los campos anchurosos, los pastos y los labrantíos, las selvas, el aire, los riachuelos. Allí donde se dirigiese la vista había una deidad y, bajo su protección, crecían los rebaños y las cosechas aumentaban; se conocía que un dios o una diosa andaba cerca porque se estremecían las hojas de los árboles y las cañas emitían un lamento dulce. El ser humano sabía reconocer la divinidad allí donde se hallara y le rendía tributo. A su vez, los dioses recompensaban a sus protegidos concediéndoles una descendencia gloriosa. Porque mortales e inmortales compartían, también, pasiones idénticas.
“Silana, levantando un espeso muro de niebla,/ impidió a los perseguidores de Rea Silvia el acceso a su bosque./ No salvó de sus espadas a una virgen/ sino a toda la estirpe de Marte/ que de ella desciende”. Así relataba Urbano Lacio en su crónica oral parte de lo sucedido durante las primeras horas de aquel día nefasto. Y afirmaba, porque era muy minucioso, haber tomado ese testimonio de la joven Énule, que aquella famosa mañana recogía hierbas medicinales para sus remedios cuando Rea Silvia, que siempre se mostraba tranquila, había pasado por su lado corriendo con el pánico reflejado en el rostro y había penetrado en el bosque de Silana. Vio llegar poco después a unos desconocidos que parecían perseguirla e hicieron intento de entrar en esa misma arboleda. Con sus propios ojos observó cómo, en un instante, el encinar hasta entonces despejado y franco, se había cubierto de una niebla tan espesa que era imposible ver más allá de dos pasos. Tras un par de intentos, los desconocidos desistieron de buscar allí y tomaron otra dirección.
Sabiendo a Rea Silvia resguardada en el bosque, Énule se cargó al hombro su bolsa de esparto con las hierbas y regresó a Alba Longa para hacer averiguaciones. Le había parecido todo muy extraño y tampoco le había pasado desapercibido el color cárdeno del cielo. Buscó a su hermana Amnesis y ambas se dirigieron al ensanchamiento, situado al pie nororiental de la muralla, donde campesinos y pastores intercambiaban sus productos. No había en Alba Longa un lugar mejor para enterarse de las noticias, pues en el mercado siempre corrían de boca en boca los últimos sucesos, las habladurías y los rumores.
Ese día todo el mundo tenía algo que contar: desde el pordiosero Alec que, como cada mañana, había ido a la cabaña real a por su torta de espelta y se había encontrado la cocina más vacía que su vientre, hasta Espórtula, cuya lengua temía todo el mundo. A voz en grito despotricaba contra la jefa de cocina de la reina Aurelia, porque, después de haberle encargado el día anterior un saco de coles, esa mañana había ido a llevárselo y se había hartado de esperarla en la calle sin que ni ella ni ninguna otra persona se hubieran dignado salir a recogerlo.
Sumadas las quejas y comentarios de unos y otros, resultó que quienes frecuentaban la cabaña del rey Númitor se habían encontrado ese día una situación anómala: no habían visto a ninguna de las personas que vivían allí; no se oían ruidos ni se apreciaba movimiento alguno, hecho desusado en una cabaña donde siempre había actividad y siervos entrando y saliendo; de los guardias de la puerta no había señales. Sin embargo, su lugar lo habían ocupado hombres de Amulio y no permitían la entrada. La inquietud era creciente. Quienquiera que pretendiera ocultar algún secreto, había fracasado. ¿Desde cuándo podía pasar inadvertido algo tan extraño en una ciudad de mil cabañas?
Alrededor de la vivienda de Númitor se había congregado una multitud. Énule y Amnesis acudieron allí, se mezclaron entre el público y escucharon. Había versiones muy contradictorias: algunos afirmaban que el rey Númitor había muerto en Corioles y estaban preparando un viaje para ir a recoger su cuerpo. Otros, que una enfermedad misteriosa había atacado a los moradores de la cabaña. Mucha gente opinaba que, cualquier desgracia que hubiera ocurrido, no sería ajena a las maquinaciones de Criseida, malvada entre las malvadas. También se decía que Amulio quería comprar el trono a su cuñada y ante ese rumor muchos torcían el gesto. Nadie, entre todos los reunidos, pensó que tanto misterio se debiese a algo bueno. Las noticias felices vuelan como las palomas y las desgraciadas reptan igual que las serpientes.
- Ya hemos oído bastante – dijo Énule a su hermana –. Vámonos. Nos conviene actuar aprovechando este momento.
Ajena a la multitud que aguardaba a las puertas, la reina Aurelia hacía esfuerzos sobrehumanos para mantenerse firme y no hundirse en la desesperación. En apenas unas horas, la casa de Númitor se había venido abajo: su hijo vilmente asesinado; su hija en peligro de sufrir la misma suerte; aniquilada la servidumbre, personas queridas a quienes conocía casi desde su nacimiento. ¡Qué bien habían sabido los usurpadores planearlo todo, aprovecharse de la ausencia de Númitor! La habían dejado sola, aislada, sin nadie que pudiera ayudarla. Temía por Rea Silvia, por esos catorce años de inocencia que su propio tío quería truncar. Necesitaba protegerla. Y, así, se negaba obstinadamente a la pretensión de Amulio de renunciar al trono si antes no le devolvían a su hija sana y salva.
– Se ha acabado el tiempo, Aurelia –. Criseida le lanzó una mirada encendida de odio y desprecio –. ¡Escúchame bien, porque no te lo repetiré! Si no renuncias al trono inmediatamente, te acusaremos de haber sido tú misma quien ha provocado estas muertes. Diré que tu hijo te ha sorprendido con un criado en el lecho y, ante sus amenazas de descubrir tu infidelidad y denunciarte, has ordenado a tu amante asesinarlo. ¡Serás una reina adúltera y parricida! ¿No pedías morir hace un momento? Pues sigue negándote a hacer lo que te pedimos y ya lo creo que morirás: ajusticiada, repudiada por tu marido y maldita en toda la tierra. No habrá sepultura para tus huesos.
- Quiero aquí a Rea Silvia – acertó a repetir con voz exánime Aurelia, con la mente ofuscada y sobrecogida por el mazazo de esta nueva amenaza.
- No hay tiempo para eso. Decídete ya.
- ¿Me das a elegir, entonces, entre la vida de mi hija y la mía? – preguntó al fin.
- ¡No tienes esa suerte!: has de elegir únicamente cual de las dos morirá antes.
Un silencio mortal descendió sobre la cabaña.
Terrible disyuntiva, es increíble como la maldad tiene tretas para conseguir su fin.
ResponderEliminarNos dejas con un montón de interrogantes, Isabel.
Besos
Nos metes en el ambiente. La presión es fuerte. Ya veremos que pasa. Rafa
ResponderEliminar¡Pobre Aurelia! Entre la espada y la pared sin poder salvar al menos a su hija, que es lo peor que le puede pasar a una madre. En el relato van apareciendo muchos personajes nuevos, de la calle, digámosolo así, que aderezan mucho la historia.
ResponderEliminarBesos y adelante.
Qué maldad la de Criseida! Y qué enorme fortaleza la de Aurelia, que en medio de la desgracia que dejaría a cualquiera abatida, ella aún halla fuerzas para resistir y seguir luchando por la hija que le queda.
ResponderEliminarEsto sigue muy interesante, madame.
Buenas noches
Bisous
La cosa se va poniendo tensa e interesante. Aunque la AEMET hizo un pronóstico de tiempo anticiclónico, una niebla divina, nunca mejor dicho, echó un oportuno cable a la moza perseguida. Me imagino la decisión que va a tomar Aurelia ante la presión horrible a la que la somete su amantísima cuñada, una víbora auténtica dispuesta a inocular su mortífero veneno.
ResponderEliminarSi vales, bene est.
Decididamente, esta Criseida se tiene que llevar su merecido ¡será cabritilla!
ResponderEliminaray! igualico, igualico que ahora eso de la rumorología en el mercado...
Besos+besos
Qué cabronazo.
ResponderEliminarMe atrapaste desde las primeras líneas en lucha contra el poco tiempo de batería que tenia en el Pc.
Espléndido , sigue please, los dioses están contigo , y sonríen.
Besos
Los dioses están con Rea Silvia. Espero que por mucho tiempo, a unque sabemos de sus veleidades.
ResponderEliminarUn abrazo, noble dama.
(me asombra lo adecuado de las imágenes)
Buena manera de meter en la historia el personaje de Énule. La emoción sigue subiendo. ¿Qué hará la reina Aurelia?
ResponderEliminarAumenta la tensión lectora.
ResponderEliminarMagnífica la presentación antagónica de las dos mujeres.
No tardes, Isabel, que tus entregas entretienen y comprometen a seguirte.
Abrazos
¡Cuánta crueldad genera el poder!
ResponderEliminarEspero que Númitor vuelva pronto y les de su merecido a estos asesinos cobardes! Grrr...
ResponderEliminarMe ha encantado esa niebla protectora. Es magia, como en los cuentos, y a mí me encantan los cuentos :D
Sigue, sigue contando!
Un beso
Cuanta tensiòn y presiòn en este relato tan angustiante!!!!
ResponderEliminarP.D.:No hay caso amiga,en las ansias desmedidas de poder,parece que Dioses y humanos se iguales en la infamia...
MIS BESITOS VENTUROSOS ISA :)
El ansiada de poder hace que los hombres se conviertan en monstruos.
ResponderEliminarBicos
Una terrible situación emocional la de mi madre Aurelia. Cuánta presión sobre su persona mientras yo, ajena y protegida por la ninfa Silana, permanezco a salvo en su bosque sagrado, niña aún pero con la pena y el espanto prendidos en el espíritu.
ResponderEliminarNo es una disyuntiva la que le plantea la cruel Criseída. Una madre nunca quiere ver morir a sus hijos. Mi inmunda tía desconoce la nobleza del corazón de Aurelia.
Isabel, la tensión narrativa se mantiene y pone al lector en vilo. La tragedia juega sus cartas para que Roma surja en el horizonte de la historia.
¿Sabes? Mientras leía, recordaba las tragedias griegas que tanto me gustaba leer de joven. Los personajes alcanzan el tono y los mitos están servidos con credibilidad y limpieza literaria.
¡Adelante, mi Romana!
Un beso.
Vaya...vaya, vaya. Me dejas preocupado. No tardes demasiado...
ResponderEliminarEsto se está poniendo realmente interesante. Aparecen ya dos planos muy marcados y distintos tanto económica como socialmente.
ResponderEliminarUna pregunta tonta: ¿qué dioses protegen a Amulio y señora? Porque supongo que algún padrino tendrán en el Olimpo, que siempre hay un roto para un descosido.
Perder las cabras y los chivos está empezando a convertirse en una rutina tonta. Como siga así no sé qué voy a vender en el mercado. Con lo que a mí me gusta la rumorología.
Ya en serio, Isabel. Una delicia de texto que se bebe con mucho agrado y a sorbos refrescantes.
Enganchada sigo en espera de la "prossima puntata"
Un fuerte abrazo, Romana brava
Cada vez se pone más interesante el relato.
ResponderEliminarPobre Aurelia, la tensión y la angustia se palpan en el ambiente . Suerte que de su hija nacerán los que restituyan en el trono a su abuelo e instauren de nuevo la paz en el Lacio.
Saludos Isabel.
Lo de la niebla ha sido una sutileza divina !!!
ResponderEliminarBesos desde Málaga.
Por favor, no pares, sigue,sigue, no pares......sigue, sigue. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo tengo palabras, estoy emocionado.
ResponderEliminarGracias de nuevo.
Besos y abrazos
♥
ResponderEliminarEres tan convincente que lo leo y me lo creo una realidad, como si fuese una crónica.
Felicitaciones, ¡adelante!
♥
Los Dioses por ahora favorecen el escóndite de Rea...pero la lengua es vípera esperemos que no haya traiciones...que la Reina encuentre valor ante lo que parece(solo parece) inevitable.
ResponderEliminarUn besiño, Isabel, buen fin de semana!
Querida Isabel, esto marcha!
ResponderEliminarNo te preocupes, esas "desapariciones" en blogguer son frecuentes. Por supuesto. Tengo pendiente escribir un post en mi blog hablando de tu novela (aunqeu he de decirte que boca oreja no sabes la cantidad de gente que ya lo sabe y está pendiente de ella por aquí, donde me encuentro).
Un abrazo y buen fin de semana que las musas te sigan inspirando así :)
Historia muy interesante, prosa elegantísima y autora cruel: nos dejas en ascuas!!!
ResponderEliminarD.
Querida Isabel, antes que nada, espero que estés bien del todo, cuídate amiga.
ResponderEliminarLos dioses-hombres intervienen siempre, se cruzan con nosotros y nos someten a pruebas o nos seducen o nos ayudan o cierran los ojos ante vilezas como las de Amulio y la víbora de su mujer.
La dulce Ninfa Silvana ayuda a Rea, y en Alba el pueblo cuchichea, hace elucubraciones, siempre sucede. Terrible silencio mortal en la cabaña real, enmudece la madre sin voz, con el dolor en las entrañas.
Es bello comprobar que las jovencitas, prestas, ayudan, acuden, se disponen a actuar, nada como la amistad.
Isabel, ya estamos metidos en la trama, lo mismo aspiramos bosques y nos hallamos cubiertos por la oportuna niebla, que en Alba la de las mil cabañas. La recreación de atmósferas, la intriga, el cambio de escenarios, las pausas sobre dioses y hombres, tejen tu obra de maravillas. Un besito, siempre cariñoso y a por el V.
¡¡ pero qué mala persona es esta Criseida !!
ResponderEliminarNos envuelve ese silencio mortal de la cabaña...por favor Isabel rómpelo pronto, quedamos con el ánimo en zozobra.
Sigue así querida, nos atrapas. Bsts.
Es curioso este ir juntos la tierra y sus personajes. Árboles y bosques como trasfondo de libertad y búsquedas, una cabañas como prisión, poblada de perfidia. Sigo tus caminos.
ResponderEliminarLa mano por delante y la puñalada por detrás...
ResponderEliminarSobran las palabras ¿no?
¡¡¡¡Qué sigas así de inspirada!!!!
Y hablando de personajes. En la nómina donde aparecemos todos, cuando llega el turno de Caius, pone al lado "pastor responsabe" Y yo me pregunto, ¿qué es lo que "sabe"? Jejeje. Me imagino que es una errata de las simpáticas.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy interesantes, amiga Isabel, las intrigas de Amulio para hacerse con el Reino que ahora detenta Númitor. La historia que nos explicas me remite a mis años adolescentes, cuando yo leía a Tito Livio, en traducción, claro. Creo que tu nuevo hijo, el libro sobre la Fundación de Roma, será todo un éxito. Y me pregunto yo: ¿Qué está haciendo ahora Fáustulus? ¿Estará con los rebaños, o pensará que lo que pasa en la "Casa" [que en Latín significa "Cabaña"] Real es algo intolerable?.
ResponderEliminarMi Felicitación y un abrazo, Querida Isabel.
Antonio
Qué triste cuando entra de golpe la desgracia en una casa y arrasa con todo, como un vendaval. Qué dolor y sufrimiento está viviendo la reina Aurelia!
ResponderEliminarTe leo, Isabel. Un abrazo grande.
Criseida es la leche. Menuda mujer más ambiciosa... y luego decían de lady Macbeth.
ResponderEliminarQuerida Isabel
ResponderEliminarÉnule se maravilla de lo intenso de tu retrato. Gracias, gracias por la imagen, y por esa hermana con la que vine a estas tierras.
Realmente ver la niebla fue una revelación de la magnificencia divina, una señal de su protección y signo de lo que hay que procurar. Sin duda algún dios está tras todos los acontecimientos y no fue cosa del azar que yo estuviera entonces recogiendo esparto y algo de beleño para mis pócimas... Tú lo sabes.
Que Minerva te guíe.
Magnum amplexum.
la enfermedad del poder.
ResponderEliminary sigo la fundación!
Da gusto estar casado con una mujer tan inteligente como cruel, Criseida es capaz de hacerme competencia en maldad. Y eso que soy más malooo.
ResponderEliminarEsperaré próximas entregas para ver cómo acometo otras atrocidades. ¡Cómo me gusta!
Besos, mi querida creadora.
Salud y República
Ay, ya estamos aquí los personajes reclamando por lo nuestro, y removiéndonos cada vez que leemos. Letra y vida unidas como lo era la vida de hombres y dioses, qué belleza descubrirlo por un estremecimiento tenue o un dulce lamento.
ResponderEliminarNo es por presumir, pero Silana es poderosísima, ejemplo del misterioso hálito divino que le fue insuflado a Roma en su fundación. Y, de una manera mágica, puedo decir:
"yo estuve allí, y protegí a la pequeña Rea Silvia, atemorizada y horrorizada, mi bosque cubierto de niebla...".
La multitud ya presiente la tragedia, me encantó la lírica:
"las noticias felices vuelan como palomas y las desgraciadas reptan igual que las serpientes".
Criseida, la envidiosa, la vil, mente pervertida en el odio y la bajeza, se crece en sus ideas malignas. ¿Cuántos como tú asisten al escenario de la vida, despojados de los escrúpulos que adornan un pecho humano?
¡Seas maldita mil veces, Criseida! Contra mí, no podrás, y yo protejo a la hija de Aurelia. Entiéndelo de una vez: Rea Silvia está bajo mis auspicios, si en vez de escuchar tu lengua viperina, prestarás atención a tu alrededor, habrías captado un leve movimiento en las ropas de la niña, ¡era yo, estúpida! ¡Conseguiste exasperarme!
Vuelvo a ser la Clásica: insisto, esto está que arde....
Un abrazo, maga.
wowwwwwwwwwwwwwwwwww!!!!
ResponderEliminaren esta ausencia prolongada y obligada me he perdido de esta nueva aventura de tu mano amiga queridisima!!!
prometo ponerme al tanto de la historia!
todo lo que viene de tu grandeza me antoja a bebermelo!!!
te abrazo Isabel! te quiero mucho!
Antes se encontraba la divinidad en cada susurro de la noche... y hoy, a veces, ni la vemos cuando nos chocamos con ella! :)
ResponderEliminarAdelante, adelante!
Un abrazo, Isabel
Esos dioses de entonces, por humanos, eran más entendibles porque no hacían aquello que no hubieramos hecho nosotros en su caso.
ResponderEliminarSigo paso a paso este relato que trae, en sus alforjas, el viento de los dioses. Abrazos.
ResponderEliminarCoacción, chantaje, maldad parecen
ResponderEliminarsalidos de los diarios, menos mal que es ficción y el capítulo es absorbente e intrigante.
Adelante, Isabel, en tu inventiva.
Rosa
Ya van saliendo las malas , pq CRISEIDA puede con todo, hasta prepararle el trono a su impresentable y sanguinario esposo Amudio.
ResponderEliminar¿ Y que decisión puede tomar Aurelia ante la proposición de su cuñada de declararla adultera y parricida, si no accede a sus pretensiones?.
Espero ansiosamente el siguiente capitulo.
¡ Felicidades por el pregón!.
BSS.
Pilar Ll.
Hola elysa, desde luego que el mal tiene tretas. Muchísimas más que el bien...Besos.
ResponderEliminarSaludos, rafa. Me gusta que se note esa presión. Besos.
Hola carmenBéjar, cierto que la gente común da color a cualquier ambiente. Besitos.
Hola la dame masquée, creo que el corazón de las mujeres está hecho para resistir lo insoportable. Aurelia es un ejemplo. Besos.
Hola cayetano, menos mal que en algunos asuntos no hay previsiones que valgan. Veremos qué pasa. Besos.
ResponderEliminarJa,ja, almena, es que los mercados siguen siendo lo mejor. Besetes.
Saludos, reyes, ¡uf, menos mal que te aguantó la batería! Besos.
Bueno, virgi, no creas que no me cuesta encontrar imágenes. Tengo muchísimas, pero con casi cinco años de blog... Besos.
Ay, javier pellicer, eso mismo me pregunto yo, ¿qué hará la reina Aurelia? De momento está pensando. Besos.
ResponderEliminarJa,ja laura caffaratti, no creas que yo trabajo a tanta presión como piensa la reina Aurelia...Besos, guapa.
No hemos cambiado gran cosa, mariajesusparadela. Eso salta a la vista... Besos.
Hola áfrica, la niebla siempre es muy sugerente, porque evoca la desorientación y la ausencia de visión, por tanto, el peligro ¿no crees? A mí también me gustan mucho los cuentos. Besitos.
Hola gabu, ¿somos reflejo de los dioses o los dioses son reflejo nuestro? Me inclino por la segunda opción. Un besazo, guapa.
ResponderEliminarHola dilaida, sí, muchos hombres se convierten en monstruos cuando desean el poder, y el resto nos convertimos en corderos, listos para ser engullidos... Besotes.
Saludos, isabel martínez barquero/Rea Silvia. Los lectores y yo estamos contigo y seguimos pidiendo a Silana que te proteja. Pero ¡ay! nadie puede cambiar lo que ya ha sido. Besos, querida amiga.
Hola maik pimienta, ya ves cómo están las cosas... besos.
Saludos, freia, no me viene mal que pierdas las cabras, porque realmente prefiero que Palantea cuide de cerdos. Son más simpáticos y, además, comen bellotas. En cuanto a Amulio y Criseida, seguro que tienen la protección de algún dios que esté enemistado con los que protegen a Númitor y su familia (con fallos, como se ha visto). En el cielo hay un reflejo de lo que ocurre en la tierra. Besitos, guapa.
ResponderEliminarBueno aarón, tus buenos augurios nos consuelan en estas horas difíciles. Espero que lleguen a oidos de Aurelia. Besos.
Hola annik, te parece una sutileza lo de la niebla porque en Málaga no debéis tener... Da un encanto especial a los bosques y un particular aire mítico. Besitos.
ResponderEliminarSigo, sigo, emejota.
¡Te quedaste sin entrar, spok/Pratex! Y no sabes cuánto me alegro. Besos.
Hola melba, sí es una crónica real, lo que pasa es que hasta ahora nadie se la tomaba en serio... besitos, guapa.
Hola mayte, sí, hay cosas que son inevitables y la cuestión es cómo enfrentarlas. Besos y feliz fin de semana también.
Hola mª Antonia, gracias por tu interés. Sí, espero que las musas trabajen y lo hagan deprisa, porque este asunto de Aurelia no puede esperar... Un abrazo.
ResponderEliminarJa,ja, dolors jimeno, me ha encantado lo de cruel. Feliz fin de semana.
Saludos, natalí, la vida es, como señalas, un entretejido de relaciones y un choque de intereses. Las afinidades humanas y divinas son enooooormes. Besos, querida amiga.
Bueno bagoas, imagínate cómo debe estar pasándolo Aurelia... Besos.
Hola hyperion, me gusta cómo planteas este asunto. A veces, hasta en lo más cruel, parece que pueda hallarse una suerte de armonía. Un abrazo.
ResponderEliminarHola juan, siempre hay manos dispuestas a apuñalar por la espalda. Por eso tienen tan mala fama...
Ja,ja, cayetano, ya le he añadido la ele y queda "sable". Un poco anticipado a la época como instrumento de combate, pero seguramente más adecuado por lo bronco que se pondrá el ambiente. Besos.
Buena pregunta, querido antonio martín ortíz /Faústulo. En mi opinión, debe estar vigilando a los pastores que trabajan para Amulio, pues ya sabes que era una especie de capataz. Está alejado del bullicio de Alba Longa y eso es conveniente, porque así podrá actuar sinceramente, de corazón, cuando llegue el momento de entrar en la historia/Historia. Un beso muy fuerte.
Hola virginia, una desgracia como esa es capaz de tumbar a cualquiera. Y, sin embargo, ahí está Aurelia, resistiendo... Besos.
Hola anabel botella, mucho me temo que haya habido algunas lady macbeth antes de lady macbeth. El sexo no nos hace inmunes a la maldad. Besitos.
ResponderEliminarElena gp/Énule, los dioses te pusieron ahí, estoy segura, para que fueras testigo y cómplice de este primer embate de la maldad contra Rea. Que tus sabias pócimas te ayuden a resistir... Un abrazo.
Hola rayuela, si el deseo de poder es una enfermedad, habría que declararla epidemia... Me encanta tu buena disposición para fundar. Un abrazo.
Hola rgalmazán, Criseida y tú sois tal para cual. Todo esto lo habéis maquinado juntos. Otra cosa es que ella tenga una lengua particularmente cruel para atacar a Aurelia. Pero no es peor la lengua de los hechos... Y vamos, ¡que te has empeñado en destronar a tu hermano! Beso sus pies a distancia (por si acaso).
Saludos ninfa Silana/elena clásica en tu figura mortal. Cierto que eres muy poderosa y eso se nota. Pero, sobre todo, eres una poderosa benéfica, no como esa Criseida que solo es capaz de destilar veneno. Algún día se morderá la lengua... Y espero que tú estés ahí para presenciar el fin de su vida mortal. Besitos, guapa.
ResponderEliminarMe alegra que hayas regresado, cieloazzul, se te echaba de menos. ¡Espero que te sumes a la fundación de Roma y no nos dejes hasta dejarla bien fundada! Un abrazo y bienvenida.
Estoy segura, xibeliuss, que tú te tropiezas con divinidades por el monte continuamente. Las he visto en tus fotos, aunque tratan de ocultarse. Acuérdate de dejarles pequeñas ofrendas de comida o coronas de flores. Un abrazo.
Cuánta razón tienes, mi nombre es alma. Al menos, en ellos, podíamos reconocer nuestras propias perversidades. Un abrazo.
Hola fgiucih, desde luego que vienen dioses en esas alforjas.¡Y con qué ímpetu! Besos.
ResponderEliminarHola rosa, yo casi diría que los diarios de hoy parecen copiar aquellos otros no escritos del pasado. Gracias por tus ánimos.
Pues sí, pilar llorca, la situación está muy difícil para Aurelia. Enfrentarse a la maldad nos deja casi sin defensas. Gracias por tu felicitación. Un abrazo.
Isabel me dejas anonadado con tal despliegue de imaginación ¡eres una excelente novelista! Qué manera de atraparnos frase a frase. Eres increíble. Mi abrazo y mi felicitación.
ResponderEliminarDebo decir que no creo mucho en los dioses, al menos que se interesen en los asuntos humanos. Tendran las mismas pasiones, pero solo dan un paso mas alla y meten las narices en sus asuntos si les conviene a ellos o por decirlo elegantemente, les satisface la necesidad... lo cual es en la mayoria de los casos.
ResponderEliminarDefinitivamente hay personas a las que el poder enloquece mas que cualquier filtro y les emponzoña el alma mas que cualquier veneno.
Sugeriria que Criseida tuviera cuidado, pues el poder no sera de ella sino del marido y este en cualquier momento puede prendarse de cualquier rostro mas joven, fresco y hasta amable, y en ese caso, ya tendre mi señal para que le prepare la sopa de cangrejos o algo mas potente aun.
En lo personal, no la veo digna de algo suave, que parezca natural, sino mas bien de algo dudoso que suene a escarmiento pero siempre flotando la duda.
Mercurio en todos los caminos.
Calixto/a
Tu novela va viento en Popa, Isabel querida, me ha encantado esta entrega, aunque nos dejas en ascuas con la continuación, porque Aurelia está con la espalda contra la pared, aunque imagino que Rea Silvia se salvará, no en vano de ella desciende la estirpe de Marte, ¿no?
ResponderEliminarUn beso enorme y disfruta del fin de semana, que te resulte muy inspirador.
Hola, Isabel. Lo primero, agradecerte que mi colega Urbano aparezca en tu cautivador relato. Si no intervengo más aquí no creas que es desinterés o descortesía: es que estoy hastas cejas con una memoria académica que he de acabar de escribir. No me deja todo el tiempo para los placeres.
ResponderEliminarQué le vamos a hacer...
Sigo con muchísimo interés tu narración y sigo con inquietud los relatos que urde Urbano. No os fiéis, por Dios. No os fiéis.
Un abrazo,
Justo Serna
Sean pues cerdos, mi querida Isabel. La escritora tiene la última palabra.
ResponderEliminarUn abrazo
muy fuerte!!!!
ResponderEliminarSaludos, el drac, conocido desde este momento como el pordiosero Alec...Bien que se fija en las cosas. Gracias por tus elogios, querido amigo.
ResponderEliminarJa, ja, alejandra sotelo faderland, haces bien en creer poco en los dioses mucho en la sopa de cangrejos. Ésta última es mucho más útil. Besitos.
Hola mayte dalianegra, esa es una pequeña ventaja, saber quién se salvará... Un abrazo y feliz fin de semana.
Saludos, justo serna, gracias por tu advertencia respecto a Urbano Lacio pero, no sé, tiene algo ese hombre que nos convence. Con todo, nos mantendremos alerta... Un abrazo.
Sí, si, freia, serán cerdos. Resultan mucho más adecuados. Besos.
Gonzalo, no hay nada que los malvados no puedan inventar para usarlo contra los otros. Besitos.
Haber sabido que necesiabas de fotos con una niebla donde no se ve a dos pasos! A ver si encuentro el Cd esta noche y puedo enviarte algunas que vienen como anillo al dedo, cascadas y lagos incluidas. Hasta la ninfa se sentiria como en su casa ahi.
ResponderEliminarNo me hablen de Cangrejos.
Vamos a ver, Querida Isabel,
ResponderEliminarComo dentro de poco tendrá que entrar en acción Fáustulus y su esposa Larentia, aquí dejo el texto Latino, que los introduce, con la correspondiente traducción al Castellano y al Francés. Siendo yo, como se pretende, que, en este entorno, sea Fáustulus, un fiel servidor de un maldito Rey, me gustaría aparecer así, aunque tampco pueda librarme de las habladurías de los campesinos en el sentido de que Larentia, mi digna esposa, era, en realidad, una prostituta. Ojos que no ven, corazón que no siente. Para mí, mi querida Larentia, es como esa Claudia, cuyo epitafio puede leerse en mi espacio.
La tradición sostiene que, cuando el agua, al ser de poco nivel, depositó en seco la canastilla a la deriva en que habían sido colocados los niños, una loba, que había salido de los montes circundantes para calmar la sed, volvió sus pasos hacia los vagidos infantiles; que se abajó y ofreció sus mamas a los niños, amansada hasta tal punto que la encontró lamiéndolos el mayoral del ganado del rey –dicen que se llamaba Fáústulo-, y que él mismo los llevó a los establos y los encomendó a su mujer Larentia, para que los criase. Hay quienes opinan que Larentia, al prostituir su cuerpo, fue llamada “loba” entre los pastores y que esto dio pie a la leyenda maravillosa.
Traducción de José Antonio Villar Vidal –la mejor que conozco en Castellano-, en BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 144, Editorial GREDOS, Madrid, 1990) .
Tenet fama cum fluitantem alueum, quo expositi erant pueri, tenuis in sicco aqua destituisset, lupam sitientem ex montibus qui circa sunt ad puerilem uagitum cursum flexisse; eam submissas infantibus adeo mitem praebuisse mammas ut lingua lambentem pueros magister regii pecoris inuenerit— Faustulo fuisse nomen ferunt—ab eo ad stabula Larentiae uxori educandos datos. Sunt qui Larentiam uolgato corpore lupam inter pastores uocatam putent; inde locum fabulae ac miraculo datum.
(Titus Liuius, Ab Vrbe condita Liber Primus, 4, 6-7)
Traducción francesa, algo antigua:
S'il faut en croire ce qu'on rapporte, les eaux, faibles en cet endroit, laissèrent à sec le berceau flottant qui portait les deux enfants : une louve altérée, descendue des montagnes d'alentour, accourut au bruit de leurs vagissements, et, leur présentant la mamelle, oublia tellement sa férocité, que l'intendant des troupeaux du roi la trouva caressant de la langue ses nourrissons. Faustulus (c'était, dit-on, le nom de cet homme) les emporta chez lui (7) et les confia aux soins de sa femme Larentia. Selon d'autres, cette Larentia était une prostituée à qui les bergers avaient donné le nom de Louve; c'est là l'origine de cette tradition merveilleuse.
¡Buena suerte a la estirpe de Marte y a quienes, de una forma u otra, les debemos mucho de nuestra Civilización!.
Antonio (Fáustulus por momentos)
PS.: Añado que he dedicado una ENTRADA en mi espacio a este comentario y al evento que se está gestando.
Nos gustaria mucho saber, como es que llevas a cabo una investigacion de algo acontecido tanto tiempo atras; si para hechos que ocurrieron 100 o 200 años atras, a veces nos topamos con faltas de documentos, incendios que nos dejaron sin la prueba necesaria, como es que te arreglas con 'la castracion del historiador'. Si bien muchos de estos personajes se pierden y se dan la mano con la leyenda, estas leyendas estan fundadas en personas de carne y hueso y seguramente habran hecho algo para dejar la marca en la historia de una leyenda mas alla que luego se las adorno con heroes, semidioses o dioses.
ResponderEliminarEl relato va magnifico!
Isabel querida, me he despistado totalmente y hoy en un acto para la "convergencia", en el que he estado con Rafa (Kabila), me habló de tu nueva novela. Siento porque me hubiera encantado tener un personaje. Llevo una temporada bastante liada y me despisté totalmente. Quizás pueda para la próxima. Lo siento.
ResponderEliminarEspero que esta, como la anterior, también sea todo un éxito.
Besos y te seguiré con más atención
Saludos, alejandra sotelo, sería estupendo contar con esas imágenes. No puedes imaginarte lo complicado que me resulta encontrar las que resulten adecuadas y el trabajo añadido que me supone para montar el post. En fin¡Todo sea por Roma!
ResponderEliminarHola antonio martín ortíz, muchas gracias por tu gentileza al facilitarnos el texto trilingüe referido a tu personaje, Faústulus. Puedes estar seguro de que haré lo posible por darle el tratamiento más adecuado. Gracias también por el post que has dedicado a esta iniciativa. Son detalles que ayudan mucho. Un abrazo muy fuerte.
Saludos, ana di cesare y alejandra sotelo, os asombraría ver la cantidad de historiadores que trabajan sobre este mito. Son ellos lo que hacen el trabajo y su correspondiente análisis. Por mi parte, leo sus publicaciones con pasión (comprenderéis que al respecto hay opiniones y teorías muy diversas) y me formo mi propia idea. Tened en cuenta que no estoy escribiendo un libro de historia ni un tratado de mitología, sino una novela, y eso exige, sobre todo, imaginación creadora. Trato de lograr que el resultado sea plausible y, a poder ser, apasionante. Un abrazo, guapas.
ResponderEliminarQuerida ciberculturalia, también a mí me ocurre lo mismo, es imposible llegar a todo y no tenemos más remedio que conformarnos... Espero tener el honor de contar contigo como personaje en otra ocasión. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarEspantosa disyuntiva. Ya estoy ansioso por ver qué pasara...
ResponderEliminarUn abrazo.
Isabella mi Romana..
ResponderEliminarRecopilo, guardo leo y leeré con la misma pasión y entusiasmo con que lo hice con nuestra "Dido", ya lo sabes..Tendré asi otra apasionante obra tuya para mis vacaciones.. Es fantástico que bajo tu batuta salgan tantos personajes Amig@s..
Besos muy cariñosos y admirativos de esta silente lectora, mi muy querida Isabel.
Hola querida Isabel,
ResponderEliminarMe encanta el ritmo de la historia, la elegante manera en que vas introduciendo a los distintos personajes y el halo de intriga en el que nos mantienes.
La forma en que entretejes lo humano con lo divino, hace pensar en que quizás hubo un tiempo en el que realmente nos protegían y cuidaban, antes de abandonarnos a nuestra suerte, seguramente como castigo a nuestras miserias.
No obstante, no termino de entender por que Criseida, hace participe a Aurelia de sus intenciones. Si el objetivo de los traidores es que esta renuncie al trono ¿no sería más efectivo que usaran la vida de Rea Silva como moneda de cambio? es decir mentir a Aurelia sobre sus intenciones prometiendole respetar la vida de su hija, aunque realmente su intención fuera matarla, algo que podrían hacer a posteriori una vez conseguido su objetivo.
A mi entender en este punto de la historia además de traidores y malos me parecen tontos de remate !!!
Quizás les estás proporcionando un ápice de nobleza, por algún motivo que de momento desconocemos...
Un besazo gigante, sabes que te admiro con devoción !!!
Loli
Apasionante relato. Me he puesto al día. Lo sigo. Saludos.
ResponderEliminarSaludos daalla, espero que todo vaya resolviéndose relativamente bien... Besos.
ResponderEliminarQuerida martine, me hace feliz saber que, aunque silente, estás ahí, viendo a tantos amigos desfilar por estas páginas y provocarnos emociones. No hay (casi) nada mejor. Un abrazo enorme.
Saludos loli. Me encanta que los malvadísimos tengan algo de tontos, porque de lo contrario estaríamos perdidos por completo. No obstante, en este caso creo que hay una doble razón: por una parte, doblegar psicológicamente a Aurelia (fíjate que la han dejado sola y aislada). La maldad impone mucho, impresiona profundamente. La otra, porque Rea Silvia ha escapado y ellos no saben cuándo la van a encontrar. Tienen prisa por tener entre las manos la renuncia, y cuanto más tiempo pase, más se les pueden complicar los planes. Así, conseguir la renuncia de manera inmediata es lo que más les interesa, de ahí que presionen de manera tan brutal y no quieran la demora, tan azarosa, de dejarlo hasta el momento en que se encuentre o vuelva por sí misma Rea Silvia. Y aún añadiría otra razón más: realmente Criseida es una persona que disfruta haciendo daño y procurando sufrimiento a cualquiera, pero especialmente a su cuñada a quien sin duda odia.
ResponderEliminarDe todos modos, tenemos una pequeña dificultad: y es que como no somos malas, a veces nos resulta difícil meternos en esa mentalidad perversa.
Besitos, guapa.
Hola, aro, me alegra saber que ya estás metido en harina. A ver si más adelante te decides... Besos.
ResponderEliminarExcelente relato. Ya te he puesto en favoritos para seguir tus narraciones. Muy agradecido por tu visita a mi -vuestro- blog de Diseño Gráfico con Photoshop. Saludo cordial.
ResponderEliminarRamón
Sigo, amiga, tu relato...
ResponderEliminarMe encanta este capitulo!!!!...Tengo que seguir al otro inmediatamente.
ResponderEliminar