En memoria de Luis Barceló Verdú
Quede esto grabado en la piedra:Que has vivido, padre. Que amaste y fuiste amado, que bebiste las copas de felicidad y desdicha que decidió Fortuna, que nos regalaste el don de nuestra vida y el de tu propia vida. Que fuiste humano incluso cuando el Destino te hizo beber a destiempo las aguas del Leteo y ellas borraron tu memoria mientras aún caminabas por la tierra. Que fuiste digno, padre. Y que tu dignidad y nuestro amor fueron mucho más poderosos que el olvido.
Nota: Sirvan estas palabras de recuerdo a mi padre como homenaje a las personas que han sufrido o sufren Alzheimer, para que no olvidemos el respeto y los cuidados que merecen, para que luchemos por su bienestar. El Leteo era uno de los ríos del Hades, la morada de los muertos. Al beber de sus aguas, los muertos olvidaban por completo su vida pasada.
El epitafio de un corazón dolorido.
ResponderEliminarQue el recuerdo te acompañe siempre.
Emotivo, lleno de sabiduría y ternura. Me emocionas, Isabel, porque ahora mismo estamos atendiendo a mi madre que, aunque por fortuna no tiene está enfermedad, no se encuentra nada bien.
ResponderEliminarUn abrazo grande y sentido.
Los recuerdos son nuestra personalidad, son lo que da continuidad a nuestro "yo", son la base de nuestra autoconciencia.
ResponderEliminarLo siento por tu padre, por mi tía y por todos quienes han padecido o padecen este terrible mal.
Entrañable, Isabel. Yo he sufrido con mi madre algo parecido y la verdad es que es terrible. Perder los recuerdos es perder la vida en vida y asistir a ello es penoso y triste. Me sumo a tu grabado en la piedra.
ResponderEliminarUn abrazo,
Preciosa entrada y homenaje, Isabel.
ResponderEliminarBesos!
Un escrito muy emotivo. Realmente conmovedor.
ResponderEliminarUn abrazo,
JS
Precioso, Isabel. Una enfermedad odiosa, porque ataca lo más precioso que tenemos: los recuerdos, la memoria. Pero que pone de manifiesto también el verdadero cariño. Ni el olvido acaba con el amor.
ResponderEliminarPalabras que conmueven, que muestran el gran amor y respeto que te inspiraba tu padre.
ResponderEliminarGracias, mª luisa. Quienes conocen esta enfermedad saben lo dura que es. Un abrazo.
ResponderEliminarHola virgi, cuando los padres se hacen mayores todas las enfermedades, todo lo que sufren ellos es como si los sufriéramos en carne propia. Lo mejor que podemos hacer por ellos es acompañarlos. Un abrazo y muchos besos a tu madre.
Hola josep asensi, es verdad lo que dices. Pese a todo, estos enfermos comprenden el lenguaje del afecto/desafecto, aunque no puedan decir quienes son o quienes los rodean. Un abrazo.
ResponderEliminarHola ariodante, bienvenida a este grabado en piedra para que no lo olviden los nuestros, aunque nosotros mismos lleguemos a olvidar. Sabemos qué duro es y cuánto afecto necesitan. Besos.
Precioso homenaje, Isabel.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, verónica. Es importante que recordemos el sufrimiento innombrable de estos enfermos. Besos.
ResponderEliminarGracias, justo. Tu artículo en El País sobre este tema es muy acertado. Tenemos aún mucho que aprender. Un abrazo.
Preciosa dedicatoria a tu padre. La demencia es cruel hasta el punto de que duele no al que la padece sino a los que lo aman. Besos querida amiga, guarda en tu memoria su recuerdo de los día felices.
ResponderEliminarHola javier pellicer, tienes toda la razón: esa enfermedad nos arrebata la vida pero también pone a prueba los afectos. Se necesitan, y mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos, mercedespinto, sí, quería muchísimo a mi padre y aún lo hecho de menos. Un abrazo.
Muchas gracias, isabel zarzuela, luna esplendorosa para alumbrar los caminos oscuros. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola lales, tienes razón al señalar el dolor de los familiares de los enfermos. Pero también ellos sufren, sobre todo cuando reciben de nosotros incompresión. Un abrazo.
ResponderEliminarEmotiva entrada , Isabel.
ResponderEliminarEstoy contigo y te abrazo.
Sufrí algo parecido con mi madre y se pasa muy mal, pero fue cuidada y querida.
ResponderEliminarDesde el conocimiento de los hechos, un gran abrazo
Elena Casero
Queda grabado en la piedra y también, con seguridad, en cada persona que lee tus palabras Querida Isabel. Sí, el Amor es más fuerte que el Alzheimer y la dignidad, qué maravillosa palabra, un alto ejemplo para todo hijo, un altar donde todos debiéramos arrodillarnos.
ResponderEliminarGracias, por agregar a la Mujer, a la Escritora y a la Amiga, esta Hija que hoy nos conmueve hasta lo más profundo de nuestro ser. Te abrazo Isa Querida.
Precioso , Isabel.
ResponderEliminarHas escrito tanto desde que no vengo que tendré que quedarme un par de noches para ponerme al día, mientras tanto déjame que te deje estas palabras admiradas .
Un bello recuerdo para tu padre que vive en ti.
Besos.
Bellas palabras,Isabel. Ojalá la ciencia encuentre pronto el remedio para tan triste enfermedad. Ya que ellos pierden la memoria, los vivos debemos recordarlos con la mayor intensidad que nos permita nuestro corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me sumo a tu grabado en piedra, Isabel.
ResponderEliminarRecibe un enorme abrazo.
Besitos
Que emotivas palabras para engalanar el recuerdo de tu querido padre... :)
ResponderEliminarP.D.:En cuanto a ese mal que tanto derrumba a quienes lo padecen,ojalá algún día den con la fórmula para paliarlo!!
MIS BESITOS RESPETUOSOS A TU SENTIDO HOMENAJE QUERIDA AMIGA
No puede ser más digno y hermoso.
ResponderEliminarSirva el amor para disipar el olvido.
Esta enfermedad merece que la investigación nunca decaiga, que siga hacia adelante y avance así como merece la memoria de los que amamos.
Un abrazo muy grande.
Ojalá pronto se encuentre una cura. Una entrada preciosa Isabel.
ResponderEliminarMe has conmovido con tus palabras, qué bello homenaje. Estoy de acuerdo contigo, el amor es más fuerte que el Alzheimer.
ResponderEliminarEl dolor, la rabia, la incomprensión, el miedo, la tristeza, la impotencia, son inevitables si alguno de tus seres queridos sufre esta terrible enfermedad. La compensación también es enorme, su mirada de bebé, su dulzura, su paciencia, su involuntaria entrega, su desorientación inmerecida, te conducen a conocer el amor sin límites y el verdadero sentido de la vida.
Mi madre compartió conmigo todo lo que tenía y yo con ella, no he hecho nada más importante en mi vida que acompañarla mientras se hacía niña.
Un abrazo muy cariñoso, eres adorable.
Triste, pero bello homenaje a tu padre, para que quede grabado a todos los que lo leyeron que ha sido un hombre de merito, digno, un padre para honrar grabando tus palabras en piedra o en un pixel.
ResponderEliminarY por mas que las aguas del Leteo hayan borrado ya en vida su memoria, no ha borrado la de quienes le conocieron y amaron; si pudiera decirte, quizas esta viviendo su segunda vida en esta Tierra.
Querida Isabel has esculpido a vivo sentimiento, cada palabra que por sí misma se subleva al tiempo y al infortunio. Un fuerte abrazo para reconfortarte queridísima amiga.
ResponderEliminarPrecioso y emotivo homenaje. La memoria es la vida. Sin ella, sólo quedan los instintos, desaparece la experiencia.
ResponderEliminarUn deseo para todos: Que no permitan que bebamos del Leteo.
Un beso
Salud y República
Estoy seguro de que vivió esa etapa rodeado de amor y cuidados; uno y otros merecidos.
ResponderEliminarAsí, y con escritos como este tuyo, queda constanciza de la que la vida contiene muchas personas de excelentes sentimientos e ideas: de que la vida debería seguir muchos miles de años para nuestra especie.
Un gran abrazo
Isabel, muchas gracias por este hermoso texto. Nosotros estamos viviendo estos sentimientos en estos momentos. Todo lo que podemos dar es amor y comprensión. Una mirada de mi suegro nos compensa.
ResponderEliminarBesos
Y que no se nos olvide también un fuerte abrazo y la solidaridad debida con los cuidadores.
ResponderEliminarBesos.
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ResponderEliminarNos queda siempre el recuerdo de la persona en toda su calidad humana.
ResponderEliminarBeber las aguas de la desmemoria y a través de la enfermedad, sentir los destellos del cariño de aquellos que acompañan dolientes y atentos.
Isabel querida, te envié mail sobre el tema.
Besitos
Preciosa prueba de amor. Un abrazo amiga
ResponderEliminarPrecioso y emocionante. A mi me gustaría que mi recuerdo fuera sólo un poco similar. Rafa
ResponderEliminar¿ Qué puede producir más vértigo que la terrible y constante duda de quien soy, quien es, qué es, para qué es, qué hago...?
ResponderEliminarYo que trabajo de cerca con éste tipo de dudas y las personas que las padecen,
puedo asegurar que nada es peor que amanecer cada día como una página en blanco que espera que alguien la escriba, o al menos, dibuje un garabatillo sobre ella.
Precioso recuerdo y homenaje a tu padre, y a tantas personas.
Un cálido abrazo Isabel.
Hola, mi querida Isabel, siento mucho lo que le ocurrió a tu padre, que al igual que mi madre, también bebió de las aguas del Leteo, pues hace ya 3 años que mi madre falleció víctima también de esta letal enfermedad. Pues mucha gente desconoce que la Demencia de Alzheimer mata, los enfermos acaban olvidando hasta deglutir. Es uno de los peores males de nuestro tiempo, pues qué hay peor que perder la propia identidad y el recuerdo de lo vivido. Es una muerte en vida.
ResponderEliminarOjalá pronto se encuentre alguan solución eficaz contra este mal de males.
Un gran beso, querida amiga, mi dolor se suma al tuyo.
Tus palabras me han hecho llorar, Isabel. Esa estela que tu corazón ha plantado a la orilla de mi propio corazón...
ResponderEliminarCuando las palabras parecen huecas, cuando están vacías, sin esos recuerdos, sin esa memoria que les da la fuerza y el sentido, todo parece vano, pero no es cierto.
ResponderEliminarQueda el amor y la paciencia. Queda esa sensación intangible, pero muy real y viva, llamada cariño. En ese sentirse amados, en ese saberse queridos y en compañia, están condensadas todas aquellas palabras que quisimos decirles y no pudimos.
El texto es tremendamente hermoso y emocionante, madre.
En piedra quedará grabado.
Emocionante, muy emocionante, Isabel. Humano, llega hondo. Hermoso sentimiento el que compartes.
ResponderEliminarBesos.
Emocionada te comento que es cierto lo que dices, mi madre también murio de esta devastadora enfermedad, pero fue su amor, su ternura y su sonrisa lo que superaba su desmemoria, día a día y hasta el final.
ResponderEliminarEl capítulo IV me ha dejado nuevamente en ascuas.
Sabes muy bien mantener esa tensión emocional que caracteriza a las buenas historias.
Un fuerte abrazo.
Verdú es uno de mis lejanos apellidos familiares. El alzheimer también lo podría ser, ojala lo fuera el amor, eso querría. Beso.
ResponderEliminarMuy emotivo Isabel. Las personas viven mientras las recordamos y tu padre era tan digno que imposible será olvidar. Un beso
ResponderEliminarGracias por compartir tu recuerdo y salvarle, salvarte y salvarnos del olvido y sus corrientes.
ResponderEliminarSu homenaje ha sido precioso. Dondequiera que esté, él ha de sentirse muy orgulloso hoy con esta compensación tras la cruel enfermedad que un día hubo de padecer, una de las más terribles con las que el tiempo puede amenazarnos.
ResponderEliminarFeliz día, madame
Bisous
Amiga Isabel,
ResponderEliminarEs una cualidad muy romana el ser agradecidos con los que le dieron la vida a uno y mantener de por vida el respeto y el recuerdo a ellos. Como habrás podido comprobar por la cabecera de mi blog, yo soy del mismo parecer y lo practico. Me sumo a ese reconocimiento tuyo por tu padre, que te ennoblece a ti y te hace más humana. Aprovecho la oportunidad para dedicar, con tu permiso, también ese precioso texto a mi padre y mi madre, que, años ha, tuvieron que pasar al Descanso Eterno. Requiescant in pace todos.
Un abrazo,
Antonio
Las aguas del Leteo, del terrible olvido. Me emocionaste, querida amiga.
ResponderEliminarBesos.
La irrealidad cotidiana. Lo que es en instantes. Lo que fue deja de ser. Nunca se vivió nada.
ResponderEliminar¡Ah, sí! ¿Te conozco? ¡Hola! ¿Pero vamos a comer? Yo ya he comido..., hace tiempo... ¿Vos sos mi novio?...¡tonto...!
Por supuesto que el amor es más fuerte que el Alzheimer, Isabel.
Un fuerte abrazo.
Un fuerte abrazo, Isabel. Seguro que la buena de Énule te prepara un bun bebedizo que atenúe tu dolor e incremente tus buenos recuerdos
ResponderEliminarCon mucho cariño,
Elena G.
Cuando alguien nos deja, la gente suele preguntar: Y cómo murió?
ResponderEliminarEs la pregunta equivocada.
Se debería preguntar: Y cómo vivió? Y sintió la vida? La disfrutó? Tuvo una vida digna y feliz?
Eso es más importante que el olvido y la despedida.
Precioso homenaje, Isabel.
Un abrazo
Gracias por tu abrazo, mariajesusparadela. Besos.
ResponderEliminarHola elena casero, quienes hemos vivido la experiencia sabemos muy bién cuánta falta hace la comprensión familiar y social. Y la solidaridad. Un abrazo compartido.
Saludos, susana, se agradece enormemente el ser comprendida, el sentirse parte de esa masa sufriente y capaz de ser solidarios con los que sufren. Un abrazo muy fuerte.
Hola reyes, tómatelo con calma. Es verdad que he escrito bastante después de las vacaciones. Ya sabes, nuestra Rea Silvia y sus peligros. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos, virginia, yo también espero que la ciencia encuentre pronto la manera de atajar esta enfermedad y de curarla. Es el mal de nuestros días. Un abrazo.
Gracias elysa por sumarte a la inscripción que, como decía, quiere homenajear el recuerdo de todos quienes han padecido y padecen y padecerán esa enfermedad. Un abrazo.
Hola gabu, ojalá se encuentre el remedio pronto. Siempre pienso en las personas que no tienen a ningún familiar cercano que las cuide. Un abrazo.
Hola elena clásica, el amor es, desde luego, el mejor apoyo para afrontar la enfermedad, más allá de los avances médicos. Besos.
Hola joanna, ojalá la crisis por la que estamos pasando no paralice ni retrase las investigaciones para curar ese mal. Besos.
ResponderEliminarSaludos bellopez, has descrito perfectamente los sentimientos que acompañan a los afectados, sus familias y sus cuidadores. Y estoy convencida que la mejor medicina que tuvo tu madre fuiste tú misma, tu comprensión del proceso por el cual volvía a ser una niña, como niña fuiste tú en su día. Nunca les agradeceremos bastante todo lo que han hecho por nosotros. Un abrazo muy fuerte con esa pena compartida.
Hola alejandra sotelo faderland, mi padre falleció hace ya varios años, pero lo tengo muy presente en la memoria, muy cercano. Y cuando conozco a alguien que padece ese mismo mal, recomiendo vivamente que no se olviden nunca de que son humanos, que sienten, que padecen y disfrutan según los tratemos, igual que los niños cuando aún no han aprendido a hablar y son completamente dependientes. Un abrazo muy fuerte.
Hola el drac, creo que los más infortunados son quienes carecen de personas queridas que los cuiden. En los demás casos, la enfermedad, aunque psicológicamente dolorosa, se sobrelleva. Un abrazo muy fuerte, querido amigo.
Hola rgalmazán, me sumo a tu súplica: que los dioses no nos den nunca a beber las aguas del Leteo. Un abrazo.
Hola nán, estoy contigo: la humanidad merece seguir existiendo durante siglos. A pesar del dolor. A pesar de la muerte inevitable. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarHola charo marco, si estáis inmersos en ese proceso, habrás comprendido perfectamente lo dicho. La mirada de tu suegro te lo confirma, aunque no puedan hacerlo sus palabras. Un abrazo muy fuerte y mucho ánimo.
Buen recordatorio, pedro ojeda escudero, los cuidadores y familiares llevan una dura carga. Un abrazo.
ResponderEliminarHola natàlia tarràco, creo que sí, que ellos, pese a su desmemoria, comprenden desde su corazón que reciben afecto. Un abrazo.
Abrazos, mª antonia moreno.
Hola rafa, también yo lo espero. Un abrazo.
Puesto que conoces tan de cerca esta enfermedad y similares, bagoas, sabes muy bien lo que significa para el enfermo y para sus allegados. Unos y otros necesitan de nuestra comprensión y ayuda. Gracias por dársela. Un abrazo.
Saludos, mayte dalianegra, puesto que lo has vivido, poco hay que añadir. Animar a quienes lo están pasando ahora, decirles que el camino para hacer esta enfermedad más llevadera es el afecto y la paciencia. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
Poesía del toro de barro, nuestros corazones están muy cercanos, casi respiran igual... Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarGracias, alejandro. En piedra quedará grabado. Y espero que también en los corazones y memorias de quienes, dentro de unos años, tendréis que soportar sobre vuestros hombros las enfermedades de los padres. Ahora que teneis la experiencia de cuidar de los hijos con alegría y amor, conviene recordar que así fuisteis criados. Un abrazo muy fuerte.
Besos, miguel cobo.
Hola isabel, todos los que hemos vivido esa experiencia coincidimos en la importancia del afecto: el que ellos nos dan, el que nosotros damos.
En cuanto a Rea Silvia y su historia, ya ves, cuánto nos dio ella y qué poquito se le ha agradecido. Un abrazo.
Hola emejota, ojalá esa enfermedad no te toque de cerca nunca. Un abrazo muy fuerte.
Hola ana, es cierto que a un padre no se le olvida nunca y vive dentro de nosotros. El reto es vivir con ellos cuando padecen
una enfermedad como esa. Hay mucha gente que no la comprende, y yerra. Un abrazo muy fuerte.
Hola hyperion, gracias a quienes os solidarizais con quienes sufren. Besos.
Saludos, la dame masquée, ese pensamiento nos consuela: que ellos debieron ser a su manera felices y se sintieron compensados. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola antonio, claro que recuerdo muy bien que en la cabecera de tu blog están las fotos y la referencia a tus padres. Les debemos tanto, que esa deuda sólo con amor puede pagarse. Un abrazo muy fuerte.
Hola goathemala, y pensar que, a veces, nos gustaría olvidarnos de todo... Un abrazo, querido amigo.
Hola antonio campillo, qué bien has descrito ese estado de incerteza y confusión... Es, en esos momentos, cuando más nos necesitan, porque aunque no puedan pronunciar nuestros nombres, saben que somos un bastón sobre el que apoyarse. Un abrazo, querido amigo.
Hola elena gallardo, seguro que Énule es capaz de aliviar el dolor más profundo. Y sabe ser solidaria. Besos, guapa.
Es muy cierto eso que dices, áfrica. Saber vivir y hacerlo con dignidad tiene mucho más peso que el instante de morir. Un abrazo, querida amiga.
Mi querida Isabel, siempre lo he dicho, el olvido no existe, solo la falta de amor...y tu Padre, tenía lazos con sus seres queridos que iban más allá de un recuerdo.
ResponderEliminarun abrazo.
Muy hermoso, Isabel.
ResponderEliminarHay que atesorar los recuerdos, porque son nosotros.
Hoy, más que nunca, un fuerte abrazo
Hola paisana, aquí en Valencia hay unos médicos que han patentado una vacuna contra el alzheimer, ya iba siendo hora de poder frenar esa grave enfermedad.
ResponderEliminarque tengas un feliz fin de semana.
un abrazo.
Un precioso recuerdo para que los que sufren y sufrieron este mal y para sus familiares.
ResponderEliminarBesos
Esta es una enfermadad muy dicidil pero el amor todo lo puede, es la medicina y el mejor tratamiento, saludos
ResponderEliminarprecioso y sentido homenaje
ResponderEliminarun abrazo para no olvidarte
Solo un abrazo amiga.
ResponderEliminarMe ha emocionado y conmovido,tan sentido homenaje es un canto de amor,ese incondicional y que no tiene olvido.
Besos.
Emocionante, Isabel, muy emocionante.
ResponderEliminarMe uno a tu recuerdo y te abrazo con mucho cariño.